Señor, déjame apoyar mi pesada carga en ti

Robert Hugh Benson (+1914)

No puedo elevarme y cantar a mi Señor y mi Amor.

No tengo las alas del águila,

Ni fuerza para alzarme y saludar a mi Rey,

Ni corazón para volar.

Señor, Creador Encarnado, déjame apoyar

Mi pesada carga en ti;

No permitas que mi inmensa debilidad se interponga

Entre tu fuerza y yo.

No puedo conocer tu providencia ni donde estas.

Ni alcanzar vagamente

Qué eres Tú, qué es el hombre,

Y cuál es el final.

En medio de este desierto no puedo encontrar

La senda que pisó el hombre prudente;

Concédeme descansar en Ti, espíritu encarnado

Y verbo de Dios.

No puedo amar, mi corazon está embotado

Y cerrado bajo llave; ¡Ay de mi!

Mi egoísmo me hace estremecer, el pecado

Ha extraviado la llave.

¡Oh! Sagrado Corazon de Jesús, llama divina,

Que arde de deseo,

Mi esperanza está puesta en tu amor,

Profundo abismo de fuego.

No puedo vivir solo ni una hora más.

Jesús, ¡Sé Tú mi vida!

No tengo fuerzas para luchar; sé Tú mi fuerza

¡En toda contienda!

No puedo hacer nada, ni esperar, ni querer, ni temer,

Tan solo tropezar y caer,

Sé Tú mi alma y yo mismo, amado Jesús,

¡Mi Dios y mi todo!

Poema de Robert Hugh Benson


Robert Hugh Benson (nació el 18 de noviembre de 1871, murió el 19 de octubre de 1914) fue el hijo menor de Edward White Benson, Arzobispo de Canterbury. En 1895 fue ordenado sacerdote de la Iglesia de Inglaterra por su padre. A la muerte de este último, Benson fue enviado a un viaje a Oriente Próximo para recuperar su salud. Estando allí, comenzó a cuestionarse el estatus de la Iglesia de Inglaterra y a considerar las proclamaciones de la Iglesia católica. Su conversión al catolicismo en 1903 y ordenación como sacerdote católico en 1904 causó un enorme revuelo, al tratarse del hijo del difunto arzobispo de Canterbury. Al tiempo que continuaba su carrera como escritor, llegó a convertirse en chambelán del papa Pío X en 1910 y obtener el título de monseñor unos años antes de fallecer.

Dentro de su obra literaria, son especialmente conocidas sus novelas apocalípticas Señor del mundo y Alba triunfante.