(748) La Santa Virgen María, Madre de Dios
El 5 de agosto celebrábamos la fiesta de la dedicación de la romana Basílica de Santa María, Madre de Dios. El papa Sixto III (432-440), después del Concilio de Éfeso (431), quiso erigirla en Roma para proclamar a la Iglesia y al mundo la gloriosa maternidad divina de María. Y recordando yo con santa rabia a ciertos “mariólogos católicos” que disfrutan presentando a María como una mujer corriente, intenté publicar un recuerdo histórico y doctrinal de la Virgen María, en cuanto Santa Madre de Dios…
Pero se me averió el ordenador, y mi bendito técnico sólo ayer pudo arreglarlo a distancia… Como en mi nueva residencia no tengo a mano una biblioteca suficiente, hube de tomar de internet los datos elementales para escribir, con prisa y como he podido, las verdades de fe más esenciales sobre la gloriosa Virgen María, en cuanto Santa Madre de Dios. Puede haber alguna inexactitud en este artículo.
El Concilio de Éfeso se celebró el año 431 en la ciudad de la Virgen María, situada en la actual Turquía. Y es considerado el IIIº de los siete primeros concilios ecuménicos.