22.01.20

(578) Evangelización de América, 84. Brasil, 1- Portugal, nación misionera

 Cristo Redentor, Río de Janeiro

–La evangelización del Brasil parece un milagro.

–Y lo fue. Hubiera sido imposible sin muchas intervenciones de Dios extraordinarias.

–Portugal, potencia misionera

Bastante antes que España, Portugal había concluido la reconquista de sus territorios ocupados por los árabes. Y, antes también que los españo­les, logró formar un gran imperio, extendido a lo largo de diversos mares por «la ruta de las especias».

Leer más... »

13.01.20

(577) Evangelización de América, 83 –Río de la Plata, 9 –Las Reducciones misionales, y 4. –Llanto por su destrucción

 Ruinas de la reducción misional S.J. "San Ignacio"

–Destruyeron lo realizaciones más perfectas de los cristianos católicos.

–Normal. Es la especialidad de los protestantes masónicos e ilustrados.

 

–Llanto sobre las reducciones arruinadas

Los mayores sufrimientos, sin embargo, fueron los de los indios, que por esa causa quedaron abandonados sin pastor. De momento, continuaron las reducciones una vida precaria bajo diversas fórmulas sustitutivas: con clero secular o con otros religiosos, menos numerosos y preparados. Pero su decadencia fue inevitable, hasta que desaparecieron en las guerras de la independencia.

Leer más... »

6.01.20

(576) Epifanía creciente

Luca di Tommà. La adoración de los Reyes.

–Bueno, parece que esto se anima un poco.

–Todo lo que voy tratando, sea lo que sea, es siempre «causa nostræ letitiæ» porque se funda en la palabra de Dios. Epifanía significa manifestación. Y en el cristianismo, epifanía de Dios en Nuestro Señor Jesucristo.

«Mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo». Así rezamos cada día en la Misa. Están perdidos aquellos que viven «sin esperanza y sin Dios en el mundo» (Ef 2,12). Y la esperanza ha de ser incondicional, porque no se apoya en la situación presente del mundo, de Israel, el del A.T., ni de la Iglesia: se apoya en Dios, en su bondad, en su misericordia, en sus promesas.

Leer más... »

30.12.19

(575) Evangelización de América 82 -Río de la Plata VIII. -Las Reducciones jesuitas 3: niños, cura, mártires

Uruguayos -JMJ Panamá 2017 –Bueno, al menos vamos conociendo las banderas de las naciones.

–Algo es algo.

 

–Los niños, ante todo

Lo principal de las reducciones fue siempre la formación integral de un pueblo cristiano nuevo. El padre Cardiel decía: «en la crianza de los muchachos de uno y otro sexo,se pone mucho cuidado. Hay escuelas de leer y escribir, de música y de danzas», y a ellas asisten los hijos de los caciques, mayordomos, cabildantes y principales del pueblo. «También vienen otros si lo piden sus padres. Tienen sus maestros indios; aprenden algunos a leer con notable destreza, y leen la lengua extraña mejor que nosotros. Debe de consistir en la vista, que la tienen muy perspicaz, y la memoria, que la tienen muy buena: ojalá fuera así el entendimiento. También hacen la letra harto buena» (115).

Especial cuidado se ponía en la educación cristiana de los niños. El Ca­tecismo empleado era el dispuesto por el III Concilio Limense (1582-1583), y según las disposiciones conciliares que ya conocemos (342-344, 348) era enseñado en guaraní. Por cierto que las orientaciones de este sagrado Concilio influyeron en las reducciones más de lo que suele recordarse. En efecto, ya en este Concilio –como en el anterior de 1567– los Padres con­ciliares dieron a la evangelización de los indios una versión acentuada­mente civilizadora: «que se enseñe a los indios vivir con orden y policía y tener limpieza y honestidad y buena crianza» (347), etc.

Leer más... »

24.12.19

(574) Alegraos en el Señor – en Navidad y siempre

Filippo Lippi, 1455

–El Niño divino recibe la adoración de su mamá…

–Sí, pero también quiere recibir su contacto, y por eso alarga su pie izquierdo. Es más tradicional representar a la Virgen María teniendo al Niño en brazos o en el regazo.

Tanto amó Dios a los hombres, que les entregó a su propio Hijo: en Belén, en la Cruz, en la Eucaristía. Y el misterio de la Encarnación del Hijo eterno es el que da inmenso valor de salvación a todos los demás misterios. De nada nos hubiera valido la Evangelización si el Maestro no fuera Dios y hombre. Tampoco la Cruz, si quien diera en ella su vida en sacrificio de expiación y reconciliación con Dios fuera sólo un hombre. En la Navidad celebramos, pues, el primer gran misterio de la fe, el que da a todos los otros fuerza perfecta glorificación de Dios y de salvación humana. Por tanto, vayan las cosas en el mundo y en la Iglesia como vayan, Dios nos manda por el Apóstol: «Alegraos siempre en el Señor» (Flp 4,4).

Leer más... »