(141) La Cruz gloriosa –V. La devoción cristiana a la Cruz. 1
–«En la cruz está la vida y el consuelo,
–y ella sola es el camino para el cielo».
Es una gracia de Dios muy grande entender y vivir que toda la vida cristiana es una participación continua en el pasión y la resurrección de Cristo, como ya vimos (140), y que todo lo que integra esa vuda –el bautismo, la penitencia, la eucaristía, la penitencia, el hacer el bien y el padecer el mal–, todo forma una unidad armoniosa, en la que unas partes y otras se integran y potencian mutuamente, teniendo siempre al centro, como fuente y plenitud, la pasión y resurrección de Cristo (Vat. II: SC 5-6). Y sin embargo…
–Hoy son muchos los cristianos que en uno u otro grado se han hecho «enemigos de la Cruz de Cristo» (Flp 3,18), de la cruz de Cristo y de la cruz de los cristianos, que es la misma.
–En nuestro tiempo hay una alergia morbosa al sufrimiento. Los mismos psiquiatras y psicólogos, como F. J. J. Buytendijk, estiman que se trata de un mal de siêcle de la humanidad actual: