(468) El Adviento en el Apocalipsis
–Mucha falta hace recordar lo que hoy nos dice.
–El P. Castellani veía en el olvido de la Parusía una de las causas principales de la descristianización. Apenas se predica nunca del Adviento definitivo de Cristo. Y está en el centro de nuestra fe y de nuestra esperanza.
–Estamos en una gran Guerra invisible
El Apocalipsis es realmente el quinto Evangelio, que tantos cristianos de hoy ignoran. En esta Revelación de Jesucristo, entre el fulgor de liturgias cósmicas y celestiales, y el alegre anuncio de las victorias de Dios omnipotente, al mismo tiempo se nos manifiesta e interpreta esa «dura batalla contra los poderes de las tinieblas que atraviesa toda la historia humana, y que, iniciada ya desde el origen del mundo, durará hasta el último día, según dice el Señor» (Vat.II, GS 37b; +Catecismo 409). En contra de esto leí en un buen teólogo hace unos años:
«La Iglesia que el Concilio Vaticano II presupone, y la que se expresa en sus documentos, es una Iglesia que se sabe enviada por Dios al mundo y que, considerando que puede darse por clausurado el período de confrontación y de defensa que caracterizó al siglo XIX, decide relanzar su tarea evangelizadora».
Suena bien la frase, pero me temo que es falsa, porque la Biblia, la Tradición y el Magisterio –y la misma realidad histórica que estamos viviendo– dicen lo contrario. El Reino de Dios está en combate permanente con el Reino del pecado, con el mundo, que «yace todo bajo el Maligno» (1Jn 5,19). Cristo nos lo avisa claramente: El mundo que me ha odiado y perseguido os odiará y perseguirá a vosotros (Jn 15,18-22). «Mirad, yo os envío como ovejas entre lobos» (Mt 10,16). Y si en el Apocalipsis promete grandes premios a las Iglesias que vencen al mundo, y no se dejan vencer por él, será porque tienen que librar con el mundo «un buen combate» (2Tim 4,7). No le demos más vueltas: estamos viviendo el tiempo del Apocalipsis, y no otro tiempo inventado por las ideologías mundanizantes hoy de moda. El libro del Apocalipsis está inspirado por Dios: forma parte de la Revelación divina contenida en las Sagradas Escrituras. Por él nos explica el Señor lo que estamos viviendo.
«Toda la tierra seguía maravillada a la Bestia… Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyo nombre no está inscrito, desde el principio del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado» (13,3.8). El diablo consiguió, pues, que «a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les imprimiese una marca [de la Bestia mundana] en la mano derecha y en la frente, y que nadie pudiera comprar o vender, sino el que tuviera la marca con el nombre de la Bestia» (13,16-17). Pero la gracia del Salvador libró de esta esclavitud de perdición a «los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (12,17).
–La victoria del Reino está próxima
A Cristo resucitado y vencedor, que es el principio y el fin, que es el que vino, viene y vendrá, que es «el que nos ama» (1,5), le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra, y todo está sujeto al imperio irresistible de su cetro real. No se escandalicen, pues, los fieles, arrinconados y humillados por el mundo, no pierdan el ánimo ante las persecuciones de la pobre Bestia miserable. No se dejen marcar por su signo en la frente y en la mano (en el pensamiento y las obras). No se espanten por el poder del diablo en el mundo actual: «El diablo ha bajado a vosotras [tierra y mar] con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo» (12,12). Sabe que estamos en los últimos tiempos, y que es inminente la Parusía, la segunda venida de Cristo, el Adviento definitivo y glorioso.
La victoria final de Cristo está próxima. Dichosos los fieles, llamados a las bodas del Cordero (19,9), pues en la Ciudad santa de Dios ya no hay muerte ni llanto,ya que el Dios luminoso de la vida ha venido a ser todo en todas las cosas (1Cor 15,28).Pronto, muy pronto, Cristo vencerá al mundo. Es el mensaje central del Apocalipsis: «Revelación de Jesucristo… para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto» (Ap 1,1; +22,7; 2,16). «Vengo pronto; mantén con firmeza lo que tienes, para que nadie te arrebate tu corona» (3,12). «Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según su trabajo» (22,12). Y «dice el que da testimonio de todo esto: “Sí, vengo pronto”» (22,20).
Vivamos, pues, el Adviento con un gozo lleno de esperanza: Cristo vendrá pronto y nada ni nadie podrá resistirle. «Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, bendecirán tu nombre. Grande eres tú, y haces maravillas, tú eres el único Dios» (Sal 85,9-10).
–Urgente necesidad de elegir entre Cristo y la Bestia
Hay que elegir. Hay que elegir ya. No podemos seguir como ahora indefinidamente. La apostasía práctica no debe seguir encubierta, ignorada hasta por los mismos apóstatas. A los cristianos que en vano renunciaron en el bautismo «a Satanás y a sus seducciones» mundanas, hay que mostrarles la imposibilidad de seguir haciendo círculos cuadrados. No pueden seguir tantos bautizados en una situación de adulterio crónico: o guardan fidelidad a Cristo Esposo o se amanceban abiertamente con la Bestia mundana. O son del Reino de Cristo o son del Reino del diablo.
En la predicación y en la acción pastoral, en modos provocativos, hay que agarrar ya a los cristianos por su conciencia y sacudirlos, hasta ponerlos en crisis. Así lo hicieron siempre los profetas, así lo hicieron Cristo y los apóstoles. No podemos seguir dando culto a Dios y a las riquezas (Lc 16,13); no podemos beber del cáliz del Señor y de la copa de los demonios (1Cor 10,20); no podemos vivir sin la Eucaristía, sin la misa dominical siquiera; no podemos seguir profanando el matrimonio con la anticoncepción habitual; no podemos vivir sin oración y sacramento de la penitencia; sin pudor, ni castidad, absortos en el mundo visible, olvidados de la vida eterna. Hemos de elegir entre servir al mundo o al Reino. Ser del mundo o ser de Cristo. Sin más demora, hay que optar ya entre seguir a Cristo con la cruz, en la fe y la paciencia, o seguir maravillados a la Bestia secular.
Recordemos en la Biblia algunas situaciones de crisis provocadas por la Providencia divina. Es el caso del profeta Elías en el Carmelo, que cito ahora como un ejemplo:
Las crisis de fidelidad se multiplican en la historia del pueblo de Dios. El rey Ajab «hizo el mal a los ojos de Yavé, más que todos cuantos le habían precedido» (1Re 16,30), favoreciendo la introducción de la idolatría en el pueblo de Dios. Llegan las cosas a un extremo en el que el profeta Elías, mandado por Yavé, convoca en el monte Carmelo a todo Israel, juntamente con los profetas de Baal. «“¿Hasta cuándo habéis de estar vosotros cojeando de un lado y de otro? Si Yavé es Dios, seguidle a él; y si lo es Baal id tras él”. Pero el pueblo no respondió nada» (18,21). Esto es lo malo, que no responda nada, ni que sí ni que no. «Volvió a decir Elías al pueblo: “Sólo quedo yo de los profetas de Yavé, mientras que hay cuatrocientos cincuenta profetas de Baal”». Dispone entonces en lo alto del Carmelo un altar sobre doce piedras; el fuego de Yavé consuma el sacrificio, y finalmente el pueblo se reafirma en la alianza: «¡Yavé es Dios, Yavé es Dios!» (18,39).
–En las Iglesias locales descristianizadas, en aquellas que, como la de Sardes, parecen estar vivas, y están muertas (Ap 3,1), que ni saben que están en terrible guerra con el mundo pecador, que incluso se enorgullecen de sus buenas relaciones con el mundo secular, la situación no puede prolongarse indefinidamente, multiplicando más y más –aunque sea sin saberlo– los sacrilegios, languideciendo en unas enfermedades crónicas, que no pueden llevar sino a la muerte, y agotando a los pastores hasta acabarlos –«¿qué voy a hacer yo con este pueblo?» (Ex 17,4)–. Y si no se provoca la crisis mediante intervenciones pastorales concretas –que cada vez serán más traumáticas y más difícilmente viables–, que obliguen a los cristianos a definirse por Cristo, más necesitará la Iglesia que provoque la Providencia divina una Gran Poda, realizada por el Padre «viñador» (Jn 15,1-2).
Habrá que leer a pastores y fieles el Apocalipsis, explicándolo en la fe de la Iglesia. A ver qué deciden. «El que tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias» (2,29).
Adviento: Venga a nosotros tu Reino. Ven, Señor Jesús.
Post post.– Explico, a pedido de alguno, la imagen de arriba. Alude a escritos de Santa Teresa de Jesús… «Estase ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, pues le levantan mil testimonios y quieren poner su Iglesia por el suelo… No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia» (Camino perfección 1,5).
«¿Cómo puede dejar de tener gran sed el que se está ardiendo en vivas llamas en las codicias de estas cosas miserables de la tierra?… Si de acostumbrados a vivir en este fuego y de criados en él, ya no lo sienten, ni atinan de desatinados a ver su gran necesidad, ¿qué remedio, Dios mío?… Mirad, Dios mío, que van ganando mucho vuestros enemigos… No quieren venir a Vos, venid Vos a ellos, Dios mío… ¡Oh, Señor, qué de maneras de fuego hay en esta vida!» (Exclamaciones, 9).
José María Iraburu, sacerdote
43 comentarios
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JMI.-Más que a destruirlo, a transformarlo, a salvarlo: "He aquí que hago nuevas todas las cosas" (Ap 21,5).
Don José María, usted nos alumbra en medio de nuestras tinieblas y nos anima en medio de nuestras depresiones. Gracias.
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JMI.-No hago más que transmitir las palabras de Cristo, de los Apóstoles, de la Iglesia. No digo más que lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica.
De acuerdo, p. Iraburu. Pero ¿cómo, cuáles?
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JMI.-A la vuelta de la esquina nos espera la vida eterna con Dios.
¿Tristes tiempos?... "Alegraos, alegraos siempre en el Señor" (Flp 4).
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JMI.-Amén.
Dios se lo pague.
https://www.youtube.com/watch?v=Agvi2A9EA38&spfreload=10
AP2211
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JMI.-Buena ilustración gráfica a mi artículo.
Gracias.
No saben esos burlones de la FE católica que DIOS es ha sido paciente a través de lo siglos, produciendose la cosecha esperada en su Providencia, pero todo tiene su fin en este mundo pasajero y breve más que el paso de una rafaga de viento.
Madre de la Iglesia ruega por nosotro
Verá... noto entre los bautizados, en general, una absoluta ignorancia del dogma de la Parusía y, por tanto, de todo lo que implica y conlleva. Vengo de la misa (ya la del domingo) y el sacerdote (muy bueno y querido) ha evitado hablar de ello a toda costa: reinterpretando las lecturas del Adviento y las que ya llevamos en los últimos días como que nos perdemos la Venida de Cristo si no vamos a un retiro o si faltamos a misa o si no damos limosna al pobre, porque en el retiro, en la misa y en el pobre está Cristo.... Y es cierto,vale, pero nunca hablan de la Parusía de manera directa y explícita, haciendo malabares para forzar la interpretación literal de las lecturas...
Hay un miedo cerril entre los sacerdotes a hacerlo, padre: unos, por ignorancia, otros, porque siempre acaban diciendo que la Parusía será la muerte de cada uno y su juicio personal, otros, desgraciadamente, me temo, que porque no le esperan o le esperan para dentro de miles de años, como si su Venida fuera inoportuna porque les chafaría esa teoría suya de que la Iglesia acabará triunfando por sí misma en el mundo, trayendo el Reino sin parusía (como decía el padre Castellani). Visto así, Cristo es un aguafiestas, que acaba con esta entente cordial entre la Iglesia y el mundo.
Y no predicar sobre la Parusía, padre, es muy grave, porque implica predicar sobre los signos previos a la misma: la gran apostasía de la Iglesia, el Anticristo, el falso profeta, guerras y rumores de guerra, terremotos, señales, enfermedades, etc. Y sin estar advertidos de todo esto, muchos bautizados no harán nada para volver a la fe (si están en la herejía o en la apostasía) y no reconocerán los signos de los tiempos que ya estamos viendo de manera patente. Y pueden acabar seducidos por la gran impostura del Anticristo y del falso profeta.
En fin, padre, aplaudo su artículo y le agradezco la claridad, porque es como Ud. dice. Sí, sabemos que Cristo ya ha triunfado, que el demonio está derrotado, y que María Santísima guiará al resto fiel (la Iglesia de las promesas) hasta el final, pero sin avisarles, por no hablarles de las cosas finales, de la esjatología, muchos bautizados sufrirán horrores a causa de la ignorancia.
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JMI.-Suspendamos todo juicio sobre la persona concreta. Pero hoy, después del Catecismo de la Iglesia Católica (la más preciosa herencia que nos dejó S.Juan Pablo II), y antes de él también, no parece fácil conceder que se trata de una "ignorancia inculpable". En este caso, la Parusía, basta saber lo que dice el Catecismo en 673 y 674, 1001 y 1038.
Concretamente los curas: ¡Cuántos parece que no han leído (o consultado unos y otros puntos) el Catecismo! Un sacerdote tiene grave obligación moral de conocer y de predicar las verdades fundamentales de la fe católico. Un conductor de autobús tiene obligación grave de saber conducir y de conocer las normas del tráfico. Un ciclista debe saber andar en bicicleta... ¿Es demasiado pedir?
El Señor tenga piedad de nosotros.
Hay que anunciar el regreso del Esposo. Gracias.
Maran Átha.
Creo que es conveniente poner de manifiesto estas realidades: la confrontación entre la Iglesia y los poderes mundanos. Solamente podremos vencer a la Bestia si somo conscientes de a lo que nos enfrentamos.
Y lo bueno de esta historia es que Nuestro Señor Jesucristo está con nosotros hasta el fin del mundo. ¡Alabado sea por siempre!
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JMI.-Sea por siempre bendito y alabado.
Y eso no ha ocurrido en dos mil años. Alguien nos lo ha explicado mal. Alguien ha proclamado mal la promesa de Dios. Aquí hay gato encerrado.
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JMI.-Las profecías anuncian acontecimientos que se conocen-entienden cuando suceden, no antes; como cuando Isaías anuncia que una virgen dará a luz un hijo que se llamará Emmanuel (Is 7). Jesucristo también hace profecías, como cuando describe las catástrofes previas al fin del mundo, o cuando dice por SJuan en el Apocalipsis "vengo pronto". Debemos respetar la pedagogía que Dios emplea en el AT y en el NT, sin quejarnos y ponernos nerviosos, y sin pensar-decir que encierra gatos. También podemos ayudarnos de las interpretaciones que grandes doctores de la Iglesia han dado a ciertas enseñanzas misteriosas de la Sgda. Escritura, aunque a veces difieren entre sí. Suelen coincidir, eso sí, en cómo NO se debe interpretar un texto.
Mysteria semper erunt mysterya.
Lo que no sé, padre Iraburu, es si es posible en la Iglesia despues de lo que determinó a principios del siglo XX la Pontificia Comisión Bíblica, defender que hay varios autores en el libro de Isaías o que San Pablo no tuvo nada que ver con las ideas de la carta a los hebreos.
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JMI.-De acuerdo con su primer párrafo.
Del segundo no sé bien qué decirle, porque hace muchos años estudié el asunto, y ya no recuerdo bien. Sí me quedó claro que SPablo no era el autor de la Cta. a los Hebreos, y creo que hoy es convicción general.
Respecto a Pedro y su aclaración sobre la medición del tiempo, siempre he tenido la duda de si la palabra de Dios es para lo hombres o para Dios mismo, porque si "pronto" no es "pronto para los hombres", entonces, cualquier cosa puede significar cualquier cosa en las escrituras, abiertas a innuberables interpretaciones. Algo que parece afirmar sin ambages el padre Iraburu que dice: "las profecias se conocen-entienden después". Siendo así ¿no sería mas honrado decir? : ¿ la segunda venida de Cristo ?; Ni idea. Simplemente ¡velad!. En cuyo caso no habría gato encerrado como aseguraba Darias, sino conejos en la chistera.
Ya va siendo hora que los propios católicos ( muchos acomplejados vitales en estos momentos ) gritemos la palabra ¡¡¡ CRISTO ¡¡¡, y todo lo que de ello derivan. Nos quieren mundanizar nuestras creencias, nuestros signos y nuestras esperanzas, y por tanto quieren derrumbar la DOCTRINA y la REVELACIÓN.
Y DIOS dijo " YO SOY EL QUE SOY ", y por tanto no es ni sera el que tu quieres que sea. No existe un DIOS acomodaticio, buenista y /o sentimental, al reves DIOS es recio, de una empatía infinita, fiel, con un amor inmenso por su criaturas, paciente, plenitud de las plenitudes, esperanza, perdón, gracia y salvación. Es más, es un POBRE MENDIGO DE AMOR de sus criaturas.
Siempre lo dije y lo repetire : ¡¡¡ GRITA A CRISTO ¡¡, donde puedas y donde no puedas, exponiendo y no imponiendo. Jesús es el CAMINO ( doctrina ), la VERDAD ( moral ), y la VIDA ETERNA ( salvación ). "Nada, absolutamente nada puede considerarse el camino sino no va anudado con la verdad".
2Tes dice que la gente no debe abandonar su trabajo porque Cristo todavía no va a venir, ya que antes debe venir el «hijo de la perdicion».
«Los invitados descorteses de la parábola, en realidad, no se enteran de qué va esta vida. En realidad hay dos parábolas distintas: Mateo 22,1-10 y Lucas 14,16-24. Son diferentes, aunque sean semejantes, pues las dos comienzan y terminan igual: una invitación y, tras el rechazo, un tremendo castigo, la exclusión del Reino. En la de San Mateo los invitados son malvados y asesinos, que matan a los siervos que les invitan. En la de San Lucas no, como lo indica el P. Leonardo Castellani:
«Los que son aquí condenados no son malos y asesinos, como en San Mateo, sino gente común, sin duda ricos, que dan razones valederas para excusarse del Convite; que no valen empero para el Convidador, el cual se enoja fieramente y vocifera un castigo. Tanto el rechazo como el castigo son tremendos, porque el título de la Parábola, el cual está al principio, es “el Reino de Dios”: “dichoso el que coma en el Reino de Dios, dijo uno”; y Cristo le respondió con esta Parábola.
«Son los bienes terrenos los que hacen perder el Convite o el Reino de los cielos a estas tres clases de hombres; ellos no son malos: no dice el Evangelista que uno robó diez bueyes, otro estafó una casa y el otro se amancebó; no son malos, pero ningún bien terreno, sea el que sea, debe anteponerse a la búsqueda del Reino (o sea la salvación del alma) e impedir nuestra respuesta afirmativa a Dios. La Parábola tan suavecita [la de Lucas] tiene mucha fuerza, más que la de Mateo; porque es justamente ésa la enfermedad de nuestra época: el entontamiento en pos de los bienes terrenos: la solicitud terrena. “Mirad, no andéis solícitos“ (Mt 6,31)» (Domingueras prédicas, dom. II post Pentec., 1966; abreviado).
«En los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, se casaban, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos. Así será la venida del Hijo del hombre… Estad vigilantes, pues, porque no sabéis cuándo llegará vuestro Señor» (Mt 24,38-42). Lo que en esta vida se están jugando los hombres es, simplemente, entrar para siempre en el Reino de Dios o verse excluidos de él eternamente. Y los que no se enteran de esto se ven, sin saberlo, en un peligro gravísimo de condenarse. Los invitados descorteses no fueron admitidos en el Reino.
Estamos, pues, ahora dentro de una batalla espiritual enorme. Y lo primero que ha de hacer el cristiano es enterarse de ello. Y obrar en consecuencia: «vigilad, pues, en todo tiempo y orad, para que podáis evitar todo esto que ha de venir, y comparecer ante el Hijo del hombre» (Lc 21,36; cf. 18,1).»
En cuanto a lo de "vengo pronto", recomiendo escuchar este sermón de los monjes del Cristo Orante, lo aclara de una manera preciosa a mi modo de ver:
https://soundcloud.com/monjes-de-cristo-orante/domingo-i-adviento-a?in=monjes-de-cristo-orante/sets/tiempo-de-adviento
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Sin duda que es así. Que una inmensa mayoría no lo crea, aún llegado el momento, está también profetizado.
Y sobre esto otro que usted cita, Padre:
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«Toda la tierra seguía maravillada a la Bestia… Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyo nombre no está inscrito, desde el principio del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado» (13,3.8). El diablo consiguió, pues, que «a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les imprimiese una marca [de la Bestia mundana] en la mano derecha y en la frente, y que nadie pudiera comprar o vender, sino el que tuviera la marca con el nombre de la Bestia» (13,16-17). Pero la gracia del Salvador libró de esta esclavitud de perdición a «los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (12,17)."
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JMI.-Así es, Ricardo.
"Los enemigos de cada uno serán los de su propia familia” (Mt 10.36).
Son los más peligrosos, porque son los que más influyen en nosotros; porque son aquellos con quienes más unios
....le contaré el caso de un matrimonio que vive en la ciudad de Buenos Aires, ambos jóvenes- de quienes bien puede decirse que "guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús" y que tienen cuatro pequeños hijos que son una preciosidad.
Ellos decidieron librar a sus niños de la tiranía de los medios y de la imposición ideológica del Estado, para lo cual comenzaron impidiendo que entrara en el hogar la TV y sucedáneos, y terminaron haciendo "escuela en casa", todo a la mayor gloria de Dios y lo mejor para el alma de sus vástagos, contando con el asesoramiento de un excelente sacerdote.
¿Sabe desde donde les vino la mayor y más dolorosa oposición y crítica? ¡Desde las propias familias de ambos! , a los cuales les parecían "raros" y "locos", demostrando así que cualquiera que quiera salirse de lo que se considera la "normalidad" (en rigor, la "marca de la Bestia mundana"), es fieramente combatido.
¡Es duro y difícil enfrentarse a la propia familia, cuando justamente lo que uno desea es fundar una familia como Dios manda!
Pero fuerza es reconocer que las "familias" cuyos miembros ya tienen "la marca" y lo aceptan, son en rigor sólo apariencias de familia, pues es inconcebible que una familia que merezca tal nombre, combata a quienes quieren sustraer a los niños de las depravaciones en cascada que les propina esta "generación perversa".
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JMI.-Así es, Ricardo. Lo dice el Señor: "Los enemigos de cada uno serán los de su propia familia” Mt 10,36
Son los que más influyen en nosotros (criterios, costumbres). Son aquellos con quienes más queremos mantenernos unidos. En el camino de la perfección religiosa lo primero que se hace es "salir de la propia familia", dejarlo todo, para quedarse libre y poder recibir de Cristo todo lo que nos dé.
Hay que partir de la Esperanza, que nos viene del Poder de Jesucristo, que dijo: "Yo, he vencido al Mundo, (El Diablo), (Jn,16,33). y todo lo que representa al seguimiento del Diablo. (Jn, 16, 33). Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: Yo, he vencido al Mundo" (Palabras de Jesucristo, a sus discípulos en el Capítulo 16, de San Juan. (16, 16- 33).
El mundo tal y como lo conocemos, está muy desquiciado, y alejado de Jesucristo, y de sus divinas palabras, precisamente Él, que es la Palabra Eterna, enviada por el Padre, para salvarnos de la persecución del Diablo, y de sus garras, pero hay muchas personas, que viven como si Dios, no existiera; están equivocadas, el que no está, con Jesucristo está contra Él, no caben más soluciones, o se acepta a Jesucristo y sus Mandamientos, ó se está con el Padre de la Mentira, que es el Diablo. No hay término medio. Yo, opto por Jesucristo y su Palabra, Él, que es la única Palabra Eterna, enviada por el Padre para salvar al Mundo, y librarlo del Maligno, y de todas sus fuerzas Malignas.
¡Que Dios, nos bendiga y nos proteja siempre! ¡AMÉN!. ¡Paz y Bien! ¡SIMÓN!.
Me llaman la atención las películas "apocalípticas": al final no hay "apocalipsis", todo queda en una "crisis superada", pues tienen que "terminar bien", con los criterior humanos actuales.
En mi opinión tienen el inconveniente de dar una visión distorsionada y terrible del fin del mundo, que no tiene nada que ver con la feliz recepción del Redentor que viene a concluir su obra.
Ese pesimismo es lógico en quien va a estar una eternidad rechinando los dientes, no en quien va a estar con el amor de su vida...
Es curioso, y lamentable, que San Juan Pablo, reconociendo que
«El número de los que aún no conocen a Cristo ni forman parte de la Iglesia aumenta constantemente; más aún, desde el final del concilio, casi se ha duplicado»
no haya tenido eso en cuenta a la hora de redactar el Catecismo.
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JMI.-Ya antes del Catecismo el papa Juan Pablo II, en 1990, nos dió la hermosa encíclica Redemptoris missio, donde expone la fe de la Iglesia sobre las misiones, expuesta antes en el decreto Ad gentes del Vaticano II.
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JMI- ¿Puede una obra buena servir de inspiración para tanto mal, error y desorientación?
Por supuesto que puede servir. Todos los herejes (Lutero, por ejemplo) han citado las Sagradas Escrituras para fundamentar sus enseñanzas heréticas.
Eso por un lado. Y por otro: la mayor parte de los actuales herejes apenas citan para nada el Concilio Vaticano II (ni el Catecismo). A lo más aluden "al espíritu del Concilio" (que es algo así como "el fantasma de la Ópera"), teniendo buen cuidado generalmente de no citar textos reales del Vaticano II. Los ignoran, porque les son contrarios.
Pero ocurre que los reformadores, cabezas intelectuales del V II (los Rahner, Congar, De Lubac, Suenens, Frings, Shilabex, todos modernistas) propusieron textos deliberadamente ambiguos, como bien describe Romano Amerio, para luego imponer la heterodoxia por la vía de sus conclusiones prácticas y ESO es lo que llamamos "espíritu del Concilio", quizá su versión más pura y esencial.
Pero volviendo al principio de que lo bueno no puede inspirar cosas malas, concediéndole en parte razón a su ejemplo, le planteo el tema al revés: ¿qué cosa buena ha salido del Concilio hasta la fecha?
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JMI.-... todo el bien que recibimos de Dios.
Yo (y los infocatólicos) sólo soy un operario de una Mensajería (la Iglesia) que va repartiendo los paquetes a los destinatarios correspondientes.
Bendigamos al Señor.
Bendición + querida Beatriz
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Gracias, Beatriz. Dios te lo pgue. Bendición + JMI
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JMI.-Gracias.
Bendición +
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JMI.-Nos llegan con relativa frecuencia ofertas como la suya. Anteayer fue la última, y rechazamos siempre difundir o publicar en papel o en digital la obra que nos ofrecen.
...
De: N. N. N. [mailto:----------]
Enviado el: miércoles, 26 de agosto de 2020 22:25
Para: [email protected]
Asunto: Donar un libro en formato Digital.
....
Si explora Ud. un poco las páginas web de nuestras Fundaciones, la de infocatolica.com (2009-) y la de gratisdate.com (1988-), verá que no entra en nuestro campo de actividades.
Cordial saludo en Cristo +
José María Iraburu
Presid. de las Fundaciones GRATIS DATE e INFOCATOLICA
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JMI.-Gracias.
Pero recuerde que este espacio es para "COMENTARIOS" al artículo precedente. No es un espacio abierto para exponer el propio pensamiento sobre otros temas que interesan al "comentarista".
Bendición +
Gracias, rece por mí.
Y, como vemos, un tema aún no aceptado por todos, siendo algunas de las objeciones de felebvristas y filo-lefebvristas el ver problemas en estos asuntos.
Claro, esto es una hipótesis a partir de la cita. Quizá en el pensamiento completo de la obra o el autor se ve que estoy equivocado. Gracias, Padre.
El Cardenal Ratzinger, hablando en el contexto de Fátima, opinó que no estamos aun en el fin del mundo ya que aun no se han dado los eventos previos indicados por la Biblia.
En segundo plano están las profecías de místicos reconocidos por la Iglesia. Aunque estas no son doctrina de la Iglesia, pueden ayudarnos a comprender los tiempos futuros si las interpretamos en su conjunto con prudencia. Estas parecen indicar los siguientes eventos:
I -Una apostasía menor ¿estamos ya en ella? y una tribulación
II -Unificación de los cristianos en la Iglesia Católica y una "Era de Paz" que marcará el "Triunfo del Corazón Inmaculado de María" anunciado por la Virgen en Fátima. Será el reinado espiritual de los Corazones de Jesús y María. San Juan Pablo II llamaba a este tiempo la civilización del amor.
Estas palabras de Jesús que usted escribe en un comentario: "He aquí que hago nuevas todas las cosas" (Ap 21,5)" son la más grande esperanza y consuelo.
Como dice el Himno de la JMJ 2011, que me encanta escuchar:
"Firmes en la fe, caminamos en Cristo,
Nuestro Amigo, nuestro Señor.
¡Gloria siempre a Él! ¡Gloria siempre a Él!
Caminamos en Cristo firmes en la fe.
Que Dios le bendiga y la Virgen cuide de usted, Pater. Un abrazo.
Sigan en la Alegría de los Hijos de Dios!!! Seamos testimonio con nuestra vida!!! Nuestra Madre Santa María nos protege con su manto!!! No temáis!!! Quien como Dios?
Cómo echaba de menos sus comentarios siempre tan trascendentes. Nos vinimos a vivir a Casablanca y si antes rezaba siempre por usted, el P. Antonio y el P. Jesús, aquí aun más, donde tan buenos recuerdos han dejado. Y sobre todo ahora que se acerca la Fiesta de la Purísima de Lo Vazquez
Joaquín y yo le deseamos que el Señor y su Madre lo llenen de bendiciones.
Mucha gente ignora ésta realidad .
Muchas gracias padre Iraburu ,y que Dios le dé salud para estar con nosotros muchos años más.
Feliz Adviento !!!
Este artículo, texto suyo, confirma, se suma, a la voz interna que me habla del cumplimiento de los tiempos, la humanidad sin conciencia.
Dios le bendiga y La Santina ( soy asturiana) le proteja bajo su manto.
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