(217) Año de la Fe. Tolerancia-cero para las herejías ­–1

–De la tolerancia-cero se ha hablado en relación a la pederastia dentro de la Iglesia.

–Y en el Año de la Fe hablemos también de la tolerancia-cero en referencia a las herejías que hay dentro de la Iglesia.

El Año de la Fe ha suscitado muchos y valiosos eventos, publicaciones y celebraciones, que se van desarrollando desde el 11-X-2012, cincuentario del Concilio Vaticano II, hasta el 11-XI-2013, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. La gran variedad de actividades puede comprobarse en la página-web propia del Año de la Fe establecida por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. Todos esos esfuerzos de oración y de acción, y los que se irán realizando todavía en las Iglesias locales, se apoyan fundamentalmente en la asimilación más amplia y profunda del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica. Éste ha sido uno de los principales fines propuestos por Benedicto XVI, papa emérito, en su Carta Apostólica «Porta Fidei», con la que se convoca el Año de la Fe (11-X-2011; nn. 11-12).

En el Año de la Fe, sin embargo, echamos en falta una decisión enérgica de la Iglesia para mantener una tolerancia-cero respecto a la difusión de herejías dentro de la misma Iglesia. Seguiré en mi exposición, concretamente, una analogía permanente con lo sucedido en Irlanda acerca de la pederastia perpetrada dentro de la Iglesia. La misma tolerancia-cero, que fue suscitada especialmente por Benedicto XVI contra ese terrible pecado y escándalo, debe suscitarse en el Año de la Fe con palabras claras y acciones eficaces respecto de la difusión de herejías dentro de la Iglesia.

La lucha de la Iglesia contra la pederastia se acentuó notablemente en el año 2000, con ocasión de los numerosos abusos denunciados en Estados Unidos, y en seguida en otros países, como Austria. Fue entonces cuando Juan Pablo II, primero, y Benedicto XVI, después, pusieron en marcha con una energía y eficacia realmente nuevas un combate contra la pederastia perpetrada en ámbitos religiosos. En Irlanda inició Roma la lucha en 2006, con ocasión de la visita ad limina del Espiscopado irlandés, y la culminó en 2010, como se manifiesta en la Carta Pastoral del Santo Padre Benedicto XVI a los católicos de Irlanda. Uno de los Obispos irlandeses apartado de su sede por esta causa, declaraba: «acepto que desde la época en que me convertí en obispo auxiliar, debería haber cuestionado “la cultura imperante de ocultación”», que por esos años estaba ampliamente vigente. Finalmente en Irlanda, como también en otras Iglesias locales, se estableció eficazmente la tolerancia-cero respecto del horrible crimen de la pederastia.

De modo semejante, la tolerencia-cero contra las herejías debe ser afirmada con esa misma energía y eficacia en el Año de la Fe, superando decididamente una «cultura de tolerancia a las herejías» que, en un grado o en otro, lleva ya vigente durante medio siglo, al menos en las naciones ricas occidentales de antigua filiación cristiana.Tanto la pederastia como la herejía son dos horribles pecados, que requieren de la Iglesia una intolerancia semejante y un combate total. La pederastia es un gravísimo pecado contra la moral, aunque, como tantos otros pecados, no implica una excomunión automática. La herejía, por el contrario, al herir y arruinar la fe, en la que se fundamenta toda la vida cristiana de la Iglesia y de cada uno de los fieles, lleva consigo una excomunión automática (canon 1364).

Siempre que surge la herejía, debe, pues, ser afrontada con especial horror, con prontitud, como si se tratara de un grave incendio o de una caso comprobado de pederastia. Ésta es la tradición unánime en la historia de la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente: tolerancia-cero ante las herejías. Es totalmente incompatible con la Tradición y con la misma Ley canónica de la Iglesia una «cierta tolerancia» ante los errores contra la fe, una transigencia hecha de reticencias, falsas prudencias, pasividades, ineficacias combativas, reprobaciones largamente demoradas, consentimientos tácitos o explícitos, medidas claramente insuficientes, y siempre sospechosas de una oculta complicidad con la falsificación de la fe.

Que en los últimos decenios se han difundido dentro de la Iglesia innumerables herejías es un hecho cierto, varias veces denunciado por los Papas. Y estas graves falsificaciones doctrinales no han disminuído en nuestros días.

Juan Pablo II: «Es necesario admitir con realismo, y con profunda y atormentada sensibilidad, que los cristianos de hoy, en gran parte, se sienten extraviados, confusos, perplejos, e incluso desilusionados. Se han esparcido a manos llenas ideas contrastantes con la verdad revelada y enseñada desde siempre. Se han propalado verdaderas y propias herejías en el campo dogmático y moral, creando dudas, confusiones, rebeliones. Se ha manipulado incluso la liturgia. Inmersos en el relativismo intelectual y moral, y por tanto en el permisivismo, los cristianos se ven tentados por el ateísmo, el agnosticismo, el iluminismo vagamente moralista, por un cristianismo sociológico, sin dogmas definidos y sin moral objetiva» (Disc. a misioneros populares, 6-2-1981).

Benedicto XVI, presidiendo el Via Crucis en el Coliseo de Roma, un mes antes de ser constituido Papa: «¡Cuántas veces se deforma y se abusa de su Palabra [de Dios]! ¡Qué poca fe hay en muchas teorías, cuántas palabras vacías! ¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!… Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo» (25-III-2005).

¿Cómo ha podido suceder esto?, nos preguntamos los fieles cristianos…«“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?” Él les contestó: “un enemigo ha hecho esto”» (Mt 13,28). Ese Enemigo es el diablo, el Padre de la mentira, por medio de hombres e instituciones más o menos sujetos a su influjo. Es una realidad harto misteriosa, en la que se dan dos hechos contrapuestos:

1.–Nunca la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo hacia la verdad completa, ha tenido un corpus doctrinal y disciplinar tan amplio, luminoso y coherente como el actual.Eso haría pensar que en nuestro tiempo la falsificación de la doctrina católica tendría que ser especialmente difícil e infrecuente. Pero ocurre justamente lo contrario. Entonces, ¿cómo ha podido suceder esto? Esa pregunta, es necesario confesarlo, tiene una respuesta única:

2.–Nunca la Autoridad apostólica ha tolerado en la Iglesia tantos errores doctrinales y tantos abusos disciplinares y litúrgicos.No puede darse otra explicación. Es obvio que herejías, cismas y sacrilegios se han dado y se darán siempre en la Iglesia, pero solamente perduran en ella y se multiplican en la medida en que, activa o pasivamente, son tolerados por los Pastores sagrados, es decir, en la medida en que quedan impunes. Herejes, sacrílegos y cismáticos no suelen tener vocación de mártires, y solamente persisten en sus errores y crímenes en la medida en que quedan impunes; más aún, en la medida en que conservan sus cátedras, prosiguen sus conferencias y publicaciones, y mantienen sus sueldos. Por eso, si durante el último medio siglo han podido «esparcirse a manos llenas verdaderas herejías», haciendo que «los cristianos de hoy, en gran parte, se sientan extraviados, confusos, perplejos», esta tremenda realidad, que hay que atribuir sin duda a varias causas, se debe en buena parte a la omisión de un ejercicio suficiente de la Autoridad apostólica (cf. Mt 13,25).

Hace medio siglo que en la Iglesia no se guarda una tolerancia-cero contra las herejías. Los procedimientos canónicos y pastorales para reprobarlas y eliminarlas son en gran medida ineficaces, en muchos casos porque ni siquiera se aplican. La Iglesia manda que «debe ser castigado con una pena justa quien enseña una doctrina condenada por el Romano Pontífice o por un Concilio Ecuménico», etc. (canon 1371). Pero son muy numerosos los casos en que tal mandato no ha sido cumplido. Y solo así se explica que, en palabras de Juan Pablo II ya citadas, «se han esparcido a manos llenas ideas contrastantes con la verdad revelada y enseñada desde siempre». Debemos, pues, juzgar como pésimo el árbol de la «cultura de tolerancia» hacia las herejías, comprobando sus malos frutos. La Iglesia, en esta cuestión, no puede seguir como hasta ahora.

–Algunos autores que llevan medio siglo contra-diciendo en graves cuestiones la doctrina de la Iglesia no han sido todavía reprobados, y es posible que sigan difundiendo sus errores hasta que se mueran. –Autores que han visto reprobadas algunas de sus obras, aceptan quizá la Notificación reprobatoria, pero continúan publicando y enseñando impunemente en otras obras sus mismos errores. No se les ha prohibido, por ejemplo, obtener en adelante el nihil obstat para poder publicar una obra. O si esa condición les ha sido impuesta, la eluden consiguiendo el nihil obstat de algún Obispo remoto, in partibus infidelibus. –A los pocos autores que se ven reprobados por la Autoridad apostólica no se les suele exigir, como en otros tiempos, una retractación, en la que afirmen públicamente las verdades de la fe que con grave escándalo han negado en sus escritos, sino que se considera suficiente que ellos acepten la reprobación recibida, aunque alardeen después de seguir pensando y enseñando lo mismo. –Autores que han publicado numerosas obras heréticas de gran difusión, que han sido bestsellers durante muchos años en parroquias y conventos, seminarios y noviciados, movimientos laicos, librerías religiosas, incluso diocesanas, son muy tardíamente reprobados en la Iglesia. La Notificación sobre los innumerables errores gravísimos del P. Anthony De Mello, jesuita, largamente descritos en la Nota, se produjo once años después de su muerte; y todavía siguen editándose y difundiéndose sus obras. Durante decenios el P. Marciano Vidal, redentorista, fue el principal maestro de moral en lengua hispana, y su obra mayor, en la que se habían formado centenares de profesores de moral, fue finalmente reprobada en el año 2002. ¿Podría decirse con verdad que la Iglesia ha mantenido una tolerancia-cero respecto de las herejías y errores de nuestro tiempo?…

El combate librado por los Apóstoles contra las herejías fue muy potente. Con la misma fuerza con la que afirmaron la verdad, negaron los errores contrarios a ella. Fieles al ejemplo y al mandato del Señor, que con tanta fuerza combatió las herejías vigentes en el Israel de su tiempo, como el fariseismo, los Apóstoles combatieron con gran fuerza los errores contra la fe, que desde el principio se vió alterada o negada en la Iglesia por múltiples herejías, según el Maestro había anunciado: «saldrán muchos falsos profetas y extraviarán a mucha gente» (Mt 24,11; cf. 7,15-16; 13,18-30.36-39). Ya desde el principio la voz de los apóstoles se vio combatida por las ruidosas voces de muchos falsos profetas y teólogos. Pero nunca los Apóstoles dieron por respuesta la callada.

Los escritos apostólicos reflejan constantemente esta preocupación y este dolor: San Pedro (2Pe 2), Santiago (3,15), San Judas (3-23), San Juan (1 Jn 2,18.26; 4,1; Ap 2-3), todos denuncian una y otra vez el peligro de estos maestros del error. San Pablo, concretamente, en sus cartas dedica fuertes y frecuentes ataques contra los falsos doctores del evangelio, y los denuncia haciendo de ellos un retrato implacable: «resisten a la verdad, como hombres de entendimiento corrompido» (2Tim 3,8), son «hombres malos y seductores» (3,13), que «pretenden ser maestros de la Ley, cuando en realidad no saben lo que dicen ni entienden lo que dogmatizan» (1Tim 1,7; cf. 6,5-6.21; 2Tim 2,18; 3,1-7; 4,4.15; Tit 1,14-16; 3,11). Les apasiona la publicidad, dominan los medios de comunicación social –que se les abren de par en par–, son «muchos, insubordinados, charlatanes, embaucadores» (Tit 1,10). «Su palabra cunde como gangrena» (2Tim 2,17).

¿Qué buscan los herejes con sus herejías?… Buscan todos el éxito personal en este mundo presente (Tit 1,11; 3,9; 1Tim 6,4; 2Tim 2,17-18; 3,6), éxito que normalmente consiguen. Basta con que se distancien de la Iglesia, para que el Príncipe de este mundo les garantice el éxito que desean. Y es que «ellos son del mundo; por eso hablan el lenguaje del mundo y el mundo los escucha. Nosotros, en cambio, somos de Dios; quien conoce a Dios nos escucha a nosotros, quien no es de Dios no nos escucha. Por aquí conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error» (1Jn 4,5-6; cf. Jn 15,18-27).

Pues bien ¿será posible que, entre tantas voces discordantes y contradictorias, puedan los cristianos permanecer en la Verdad? Será perfectamente posible si «perseveran en escuchar la ense­ñanza de los apóstoles» (Hch 2,42), si saben arraigarse «sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular el mismo Cristo» (Ef 2,20), si se aferran decididamente a «la Iglesia del Dios vivo, que es columna y fundamento de la verdad» (1Tim 3,15), si tienen buen cuidado en discernir la voz del Buen Pastor, que mediante el Magisterio apostólico «nos habla desde el cielo» (Heb 12,25). Quienes «conocen su voz, no seguirán al extraño, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños» (Jn 10,4-5).

Los fieles de Cristo entran en el Reino porque se hacen como niños, y se dejan enseñar por la Madre Iglesia. Éstos prestan a la autoridad del Magisterio apostólico «la obediencia de la fe» (Rm 1,5; cf. 16,26; 2Cor 9,13; 1Pe 1,2.14). Éstos han librado el buen combate y han guardado la fe (2Tim 4,7; cf. 2,25; 4,7; 1Tim 2,4; 2Pe 2,20; Heb 10,26). Han sabido guardarse de los «falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces» (Mt 7,15). Ayudados por el Espíritu Santo, han sabido discernir «por sus frutos» la calidad de doctores y doctrinas (7,16-20). Por el contrario, siguen camino del error aquéllos que «no sufrirán la sana doctrina, sino que, deseosos de novedades, se agenciarán un montón de maestros a la medida de sus propios deseos, se harán sordos a la verdad, y darán oído a las fábulas» (2 Tim 4,3-4).

Los documentos más antiguos de la Iglesia –Padres apostólicos, Santos Padres, cartas, documentos catequéticos– mantienen siempre vivo este horror a la herejía. Ya he tratado de este tema en varias artículos, por ejemplo, en (43) Confesores de la fe, que combaten los errores de su tiempo. Es un empeño constante de la Iglesia desde el tiempo de los Apóstoles. «Obispos y laicos, evitad a todos los herejes que desprecian la Ley y los Profetas… No reconocen a Cristo como Hijo de Dios… menosprecian su pasión y muerte… dejan sin sentido su nacimiento antes de los siglos… Evitadlos, para no ser aniquilados por sus impiedades» (Constituciones Apostólicas, a. 380: VI,26).

Y esta adhesión a la sagrada ortodoxia ha sido nota permanente en la historia de la Iglesia. No han faltado en ella tiempos difíciles –como la gran crisis de la herejía arriana, tan duradera y extendida–, pero siempre la fuerza de las herejías ha sido vencida, con la asistencia del Espíritu Santo, por una afirmación de la verdad católica más fuerte todavía. En este sentido, es indudable que en el Año de la Fe quiere Dios revitalizar la fe del pueblo cristiano en el amor fiel a la verdad de Cristo y de la Iglesia, y en el horror a la herejía; ese horror que tanto se ha relajado durante los últimos decenios, especialmente en aquellas Iglesias locales de muy antigua filiación cristiana, que hoy han perdido en la apostasía a gran parte de sus hijos.

La herejía multiforme del modernismo perdura todavía hoy en todo su vigor, con nuevos nombres y argumentos, pero siempre igual a sí misma. Las descripciones que de ella hacía San Pío X en la encíclica Pascendi (8-IX-1907) siguen siendo perfectamente actuales después de más de un siglo. Y en el Año de la Fe se hace especialmente necesario recordarlas.

Los modernistas «son ciertamente enemigos de la Iglesia, y no se apartará de la verdad quien dijere que ésta no los ha tenido peores» en toda su historia. «Traman la ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro»… Los modernistas «han aplicado el hacha no a las ramas, ni tampoco a débiles renuevos, sino a la raíz misma; esto es, a la fe y a sus fibras más profundas. Pero una vez herida esa raíz de vida inmortal, se empeñan en que
circule el virus por todo el árbol, y en tales proporciones que no hay parte alguna de la fe católica donde no pongan su mano, ninguna que no se esfuercen en corromper»… «Basta, pues, de silencio; porlongarlo sería un crimen. Tiempo es de arrancar la máscara a esos hombres y de mostrarlos a la Iglesia entera tales cuales son en realidad» (n. 2).

«Y ahora, abarcando con una sola mirada la totalidad del sistema [modernista], ninguno se maravillará si lo definimos afirmando que es un conjunto de todas las herejías. Pues, verdaderamente, si alguien se hubiera propuesto reunir en uno el jugo y como la esencia de cuantos errores existieron contra la fe, nunca podría obtenerlo más perfectamente de lo que han hecho los modernistas» (n. 38). Y siguen haciéndolo… ¿Cuando celebramos el Año de la Fe podremos ignorar sin culpa esta realidad?

En este Año de la Fe todos los cristianos –desde los Obispos hasta el último de los fieles– debemos propugnar en la Iglesia con la mayor energía una tolerancia-cero contra las herejías, reafirmando en todos sus puntos las verdades de la fe católica. El Año de la Fe no puede ser solamente afirmativo, porque no puede afirmarse la verdad de la fe, si al mismo tiempo no se refutan suficientemente los errores vigentes que la niegan. Ese celo apostólico por la verdad de la fe que salva, y ese horror extremo por la herejía que puede llevar a la apostasía y a la condenación, deben mover a todos a orar y obrar con el mayor empeño para denunciar con prontitud y eficacia tantas herejías, y para recuperar así en la Iglesia el esplendor único de la verdad católica. Esa «cultura» –como dicen ahora– de tolerancia hacia las herejías, que valora más la libertad de pensamiento y de expresión que la ortodoxia de la fe, es en sí misma un gravisimo error, que abre una ancha puerta a todos los demás errores, y que debe ser denunciada y eliminada cuanto antes. Muy especialmente en el Año de la Fe.

Antes he citado la Carta pastoral del Santo Padre Benedicto XVI a los católicos de Irlanda, uno de los documentos más enérgicos de su pontificado. En el artículo próximo, Dios mediante, adaptaré su texto de tal modo que la misma carta en la que el Papa exige a la Iglesia en Irlanda una tolerancia-cero frente al horror de la pederastia, con las mismas palabras, exija una tolerancia-cero contra toda herejía a una cierta Nación católica, N.N., especialmente infectada por la heterodoxia.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

33 comentarios

  
Gonzalo
«Hay decisiones del Magisterio que (...) son sobre todo una expresión de prudencia pastoral y una especie de disposición provisional (...). Se puede pensar al respecto en las declaraciones de los Papas del siglo pasado sobre libertad religiosa, así como en las decisiones antimodernistas de comienzos de este siglo (...). En los aspectos de sus contenidos, [estas declaraciones y decisiones] fueron superadas, después de haber cumplido su deber pastoral en un determinado momento histórico». RATZINGER J., O. R. 27.6.1990.

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JMI.-Tiene mucha razón Ratzinger-Benedicto XVI cuando ha distinguido siempre

entre la doctrina substancial de la fe y de la tradición católica, que no se altera sino que se desarrolla a lo largo de los siglos (los dogmas marianos, p.ej.),y en la que hay que aplicar siempre una hermenéutica de continuidad,
y

las doctrinas más circunstanciales, prudenciales, en buena parte condicionadas por las circunstancias históricas (prohibir leer la Biblia en algunos tiempos y lugares cuando arreciaba la crisis protestante del XVI), que hacían inconveniente lo que ahora es conveniente.
21/05/13 2:38 PM
  
Burgomaestre
Aprovecho este magnífico artículo para recomendar, en el año de la Fe, el libro inmortal del gran Michael Davies, traducido íntegramente al español, sobre la Misa. Una joya que todo lector de Infocatólica tiene que tener, al lado de la colección de su Reforma o Apostasía.
El libro -gratis date, aquí:

Enlace

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JMI.-Muchas gracias.
Yo conocí los escritos de Michael Davies a través de Mons. Rifan, a quien publicamos una excelente obra en la fund. GRATIS DATE, "Tradición y Magisterio vivo de la Iglesia".

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Luis Fernando:
Editado el enlace porque se salía de pantalla. Ahora sale mejor y funciona igual.
21/05/13 4:15 PM
  
Concha
Magnífico artículo. Padre, ha dado usted en el clavo. La enhorabuena y a ver si le hacen caso, que es lo que deseamos, que sus reflexiones sirvan para despertar conciencias en la jerarquía de la Iglesia. Existen libros de teólogos muy renombrados que cuestionan la virginidad de la Santa Madre de Dios, que cuestionan la divinidad de Jesús, etc., etc. y esos teólogos son invitados a dar charlas y sus textos y comentarios los utilizan sacerdotes en sus parroquias. Esos teólogos colaboran con sus escritos en una página de Internet que se llaman católica, en la que escriben también "falsas" monjas que están a favor del aborto y de otras cosas no ortodoxas. Pero lo que de verdad nos escandaliza es que obispos españoles y de otros países tengan en esa página su propio blog e incluso haya uno del Santo Padre. No sabemos si con su consentimiento o se lo han inventado ellos.
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JMI.-Por lo que yo sé, el retablo de Eclesiásticos lo han compuesto en no pocas ocasiones sin contar con los interesados.
21/05/13 4:28 PM
  
Jorge
Mi querido hermano en Cristo. Creo recordar que ya te escribí algo con anterioridad, pero no recuerdo bien qué.
Respecto al tema que nos ocupa, las herejías, siempre las ha habido y siempre las habrá pues son ‘connaturales’ en una iglesia híbrida carnal-espiritual, como la que nos gobierna.
Después de un papa santo –papa según el espíritu- , hemos tenido –estamos teniendo- dos ‘papas, según la carne’.
Juan Pablo II, con su inmensísimo cuerpo doctrinal –por estudiar-, toda herejía combatió y persiguió pero, si hacemos lo mismo –ya no por escrito sino con la excomunión en la mano- con los herejes, “””todos”””” nos quedamos fuera, y te lo digo con sincero corazón. De muestra un botón: “Todo el que aborrece a su hermano es un asesino”, y somos asesinos, con que tengamos «un solo pensamiento de aborrecimiento.»
En la película, Alien, el octavo pasajero, justo en la escena en la que están en la enfermería intentando quitar el alien de la cara del astronauta, el médico dice: el alien lo mantiene con vida, le está suministrando oxígeno. Eso hace la herejía: mantiene a la ‘carnal iglesia’ –iglesia según la razón, no según el corazón- con vida.
Personas que comienzan en la herejía, poco a poco se van acercando, sanando, hasta desterrarla completamente de sus vidas; pero fue la herejía las que les acercó. Pablo fue hereje, pero sanó: rotundamente se acercó.
El pueblo de Israel, prisionero en Egipto, vive en la idolatría –herejía-, y no por ello deja el Señor de acudir en su socorro.
Agustín de Hipona, vivía en la herejía, y no por ello dejó el Espíritu Santo de socorrerle.
La herejía, al ser de ‘corte espiritual’ solo el Espíritu, la puede combatir, y vencer. Cambiar unas ideas por otras, ¿qué más da?
Que las personas digamos con los labios, creo, mientras nuestro corazón está lejos, es herejía. ¿Cómo la podrá la Iglesia combatir?
¿Quién desde su idea de Dios –ideología, y no creencia- podrá combatir otra diferente idea de Dios –herejía-? Si es imposible que Satanás de muerte a satanás, ¿cómo puede la Iglesia combatir la mentira, desde la mentira? ¿Cómo combatir la ruindad desde la ruindad? De una sola forma, santidad: cerrando toda puerta a Satanás.
Solo los ‘santos de Dios’, viviendo en su amor, saben la verdad discernir; y no es que la sepan por ellos mismos, sino porque el Espíritu de Dios se la inspiró. Ahí nos queda Juan Pablo II con su inmenso cuerpo doctrinal.
Un ‘simple Ratzinger’, o Benedicto, o Francisco, por muchos conocimientos teológicos que tengan, solo sabrán errar, pues en sus ojos no está el ‘ver la verdad’.
«Solo el ‘Espíritu de Dios’, discierne el amor.» Dejemos que el amor, nos gobierne en ‘toda labor’.
Hermano, te amo ‘entrañablemente’ en el Señor.
P.D. Amemos profundamente a los hermanos y confiemos en que Dios, no nos dejará, perpetuamente en el error.

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JMI.-Me parece que hay muchas oscuridades mezcladas con verdades en su escrito. Complica ud. mucho las cosas.
Por ejemplo, eso de que los Papas, éstos últimos o los que sean, "solo sabrán errar"... La asistencia especialísima de Cristo al Sucesor de Pedro, para que no yerre en la fe y pueda confirmar en ella a los hermanos, es un dogma. Y además, "comprobado" históricamente en los veinte siglos que lleva la Iglesia sobre la tierra.
Intuyo que su doctrina es correcta, pero que no tiene facilidad para expresar la verdad con toda precisión.
21/05/13 5:16 PM
  
Jorge
Por encima de todo lo dicho, la mayor y 'única herejía', es tener una 'iglesia sin amor', una «Iglesia apartada de Dios.»

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JMI.-No conviene cambiar el vocabulario. La herejía es negación de verdades de la fe. Las faltas contra la caridad son otro pecado distinto. Puede haber gente perfectamente ortodoxa (sin error alguno en la fe), que falle mucho en la caridad.
No es bueno dar a las palabras (en este caso a "herejía") un sentido arbitrario.
21/05/13 5:21 PM
  
Jorge
Os lo digo 'sinceramente' y con toda sinceridad: la iglesia se puede ahorrar todo su 'cuerpo doctrinal'.

Con las 'obras de los santos', no se necesita más; y no tienen ni un solo 'error doctrinal' pues son obras escritas por el 'Espíritu de Dios' que a todos nos inunda con su amor.

Que en 'cosas de Dios' quiera entender el 'hombre carnal' -el que aún vive inmerso en su pecado original-, solo es una 'aberración eclesial'.

En la 'Iglesia de oriente', eso no se permite. Ellos viven anclados a los Santos Padres y, cuando no dentro de demasiado tiempo, no tengamos rumbo por el que guiarnos, a los 'santos padres' habremos de volver para volver a creer.
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JMI.-El colegio apostólico de los Obispos, presididos por el Sucesor de Pedro, aseguran a la Iglesia como "columna y fundamento de la verdad". Así lo estableció Cristo: la Jerarquía apostólica, los Concilios, las encíclicas, etc. Y decir que está de sobra "el cuerpo doctrinal", y que se lo puede "ahorrar" la Iglesia, que ya con los santos tienen bastante, etc. es una barbaridad (por no decir que es una herejía, como realmente lo es).
21/05/13 5:31 PM
  
Luis Fernando
Nuevo post del P. Iraburu que refleja exactamente por qué existe InfoCatólica y para qué estamos aquí.
21/05/13 5:44 PM
  
MARIA
Sigo sus conferencias con mucha atención, así como cada uno de sus ensayos y escritos, le confieso me marcan el rumbo y me dan certeza, seguridad, luz en el camino, en estos momentos en que todo es opinable, aún la Sagrada Palabra de Dios, al menos para algunos.

Tengo una inquietud sobre el tema de la autoridad, ¿Quién la ejerce, cómo se ejerce, cómo se logra que se ejerza, quién pone orden pues en todo esto?

Cierto que toda autoridad viene de Dios, pero, ¿No habrá en ocasiones una usurpación a la verdadera autoridad designada por Cristo?, al menos en entidades sociales o tal vez aun eclesiales.

Saludos Padre, Dios le bendiga.

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JMI.-Si busca ud. en el libro CONCILIO VATICANO II lo que dice de la autoridad docente y pastoral de los Obispos y presbíteros, presididos por el Sucesor de Pedro, allá verá bien descritas cuáles son las funciones docentes y de gobierno que les corresponden, todas ellas finalizadas en mantener la Iglesia en la verdad, la unidad de la caridad y el bien obrar.
Son documentos que los tendrá ud. a mano y que explican muy bien lo que pregunta.

Y el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA igual.
21/05/13 5:47 PM
  
Leonardo
Estimado Padre, no puedo menos que decir, totalmente de acuerdo!

Sobre todo por el aspecto "docente" del hereje. Este, siempre enseña sus conceptos, formal y sobre todo, informalmente. Está convencido de que las cosas son así, tal y como él cree, y de que camina proféticamente por los senderos de Cristo, con la única interpretación válida.

No es misericordioso dejar que el hereje exponga sus ideas sin decir nada, o demorando la respuesta oficial de la Iglesia. Porque so color de ser misericordioso con el tal, se está siendo muy poco misericordioso con la gente que le aplaude y se cree, honestamente, a pie juntillas que la Misa es una comida cualquiera, que en la Santísima Trinidad el tres expresa una completitud que lo mismo podría decirse tres millones, o que la Resurrección es solo espiritual, o que Cristo era un zelote revolucionario, o que existen dos Iglesias, una popular-profética y una instalada-malísima, o que ...etcétera. Y para colmo, cuando la Iglesia pretende superar esta situación: Ahí están "estos del Vaticano", con los ojos en la nuca, tratando de que "vuelva todo para atrás"...

21/05/13 6:29 PM
  
Catholicus
Pederastia Espiritual. Se entiende claro, gracias Padre.

("Denuncia profética" lo suyo le diría, si no supiese que le ina a dar un sarpullido de lo cursi y progre del término :-))
21/05/13 7:06 PM
  
Consuelo
Hay que mantener a la Iglesia en la verdad. No es tener amor a los herejes consentirles que digan lo que les apetezca en sus libros, en sus conferencias. Precisamente tratarlos con amor es hacerles ver su equivocación y corregirlos. Pero parece ser que muchos pastores de hoy tienen miedo, como les ocurrió a los apóstoles cuando prendieron a Jesús, que lo abandonaron. Ahora abandonan la defensa de la sana doctrina frente a los lobos que pretenden destruirla. En estos casos el "buenismo" (pobrecitos, por caridad, no hay que decirles que están equivocados, ya caeran de su error) está haciendo mucho daño a la Iglesia. Se ha de predicar la verdad, la auténtica doctrina de Jesús y dejar las cosas muy claras por parte de la jerarquía. Lo contrario crea confusión, mucha confusión y da la impresión de que estamos viviendo ya de lleno en la apostasía de la que habla San Pablo en la 2ª Epístola a los Tesalonicenses.
Gracias, P. Iraburu por sus certeros comentarios en defensa de la Palabra de Jesús. Estamos con usted. Tolerancia cero con los que interpretan a su gusto la doctrina de Jesús.
21/05/13 11:23 PM
  
Verónica
¡GRACIAS QUERIDO P. IRABURU!
cómo nos gustaría tener pastores que pensaran como usted y apartaran a los herejes de las cátedras universitarias, cuántos buenos sacerdotes fueron a sacar magisters y doctorados a universidades y salen con posturas contrarias al magisterio de la Iglesia y llevando a tanta gente al error. El problema es que esas universidades tienen el título de "católicas" y más aun "pontificias".
Señor, mándanos Pastores santos según tu Corazón, te lo imploramos
21/05/13 11:46 PM
  
chete
Creo que ya es el segundo artículo del que parece desprenderse que considera usted más grave la herejía que la pederastia. En fin... ¡Allá usted!, pero a mi me parece una auténtica bestialidad (y no digo barbaridad). Se que lo justificará diciendo que en un caso se hace daño al hombre y en el otro a Dios, pero yo no estaría tan seguro... Aparte de que si intenta explicárselo así a una víctima de la pederastia, me parece que no le va a ayudar mucho...
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JMI.-Habla usted en base a sus suposiciones.
¡Allá usted!
21/05/13 11:59 PM
  
Alf_3
Como de costumbre Don José María, contundentes sus artículos. Profundamente documentados. Y lo que dice su 'tocayo', eso de: 'dos Papas según la carne'; me suena tipo Lefevre.
Ya el Papa Francisco, en homilías, ha dado fuertes jalones de orejas a éstos herejes, pero yo creo que tales aclaraciones debieran ser más formales, incluso, mencionar algunos nombres de los herejes que no deban leerse, o no se les permita hablar, o se les separe de la Comunión Eclesiástica. Algunos de ellos se han hecho de su club de 'fans', quienes difícilmente están ahora 'en la Iglesia'.
¿Qué es esto? ¿Una prueba de ortodoxia? ¿A ver quién aguanta más? ¿Cuántos caen? Yo no lo entiendo, y me da mucha tristeza, pues sí hay varios que se desvían.
¿Hasta cuándo se cortará la cizaña?
22/05/13 12:01 AM
  
Jose
desde que hace unos 50 años se impuso la "tolerancia" a las herejias comenzo la perdida masiva de fieles, la secularizacion acelerada, los sacerdotes y monjas metidos en movimientos de extrema izquierda, el crecimiento de sectas protestantes en la otrora catolica latinoamerica, los sacerdotes martirizados ya no en nombre de la fe si no que en nombre del marxismo, los escandalos de pederastia, etc etc, que casualidad, ¿no?
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JMI.-Bueno, tanto como que "se impuso la tolerancia a las herejías"...
Ya nos entendemos en lo que quiere decir. Pero no olvidemos los numerosos discursos y escrito de los Papas postconciliares (y de no pocos otros que no somos Papas) denunciando con fuerza errores vigentes, y verdaderas herejías.
22/05/13 7:21 AM
  
José María Iraburu
Lo normal es que en los comentarios a los artículos no haya que suprimir ninguno. Aunque a veces sí, precisar algo que han dicho o contradecirlo. Pero hay casos en que los comentarios impublicables se hacen numerosos.
En este artículo ya llevo varios eliminados. Denuncian nombres concretos de Papas, autores de teología, Obispos, etc. todos ellos cómplices patentes de herejías terribles. Me piden que diga qué pienso de Tal y de Cual, etc.

Y yo no voy a entrar en ese campo. En mi artículo presente creo que, con todo cuidado, he dicho lo que debía decir. Pero se esforzarán en vano los que pretendan que dé nombres, señale con el dedo, juzgue en casos concretos actuaciones de tal Papa o etc. No. No lo haré.
Más aún, eliminaré el comentario que me lo exija.

Si ven el Índice de REFORMA O APOSTASÍA (enlace al final de cada artículo) verán que he hecho críticas numerosas y muy fuertes de determinados autores. Pero esas críticas, en el modo y la oportunidad, las decido yo con todo cuidado. No las hago por encargo o por exigencia de los lectores.
Creo que así debo actuar.
22/05/13 10:05 AM
  
Un simpatizante irredento de Lefebvre.
buen artículo, que merecería algunas precisiones, y algunos añadidos. Siga por esa senda.
22/05/13 10:19 AM
  
Maricruz
Gracias, padre I.
22/05/13 11:19 AM
  
Serloc
Una pregunta, por favor, sobre el libro de Michael Davis "La nueva Misa del Papa Pablo" al cual se accede a través del enlace ofrecido por "Burgomaestre" a las 4:15 PM (21/05/13).
¿Es un buen libro? ¿Es un libro sano?
Es que me ha asustado el índice. El cual dice cosas como ésta:
(Editado)
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JMI.-Perdone, pero no he leído ese libro, y no puedo opinar. Y en todo caso, no es éste el lugar para discutir sobre la Misa del Novus Ordo.
22/05/13 12:33 PM
  
Ignacio
Hacen falta artículos así porque cuando el error no es combatido, termina siendo aceptado. Esto es lo que está ocurriendo en esta época, en que los fieles nos sentimos impotentes y no podemos hacer nada, con mucho dolor de corazón. Cuando la verdad no es defendida, termina siendo oprimida.
Hay que tener en cuenta que el que se extravía no pertenece a la doctrina de Cristo y no tiene a Dios. Allá cada cual con sus extravíos, pero lo más indignante es que arrastran a los que catequizan o les imparten clases y, como hemos dicho al principio, el error termina siendo aceptado, Si ello ocurre, hay responsables, los superiores por encima del que emite el error, que son culpables por no cortar por lo sano tales equivocaciones doctrinales.
22/05/13 1:13 PM
  
Espiritual
Cuando oyes, de labios de un rector de Seminario Mayor, en una homilía correspondiente a la Vigilia Pascual 2013, que "no podemos" librarnos de nuetros 'malos pensamientos', es claro que está negando la posibilidad de purificación del alma, y por extensión, la virginidad de María. ¿Es eso herejía? Y allí, nadie se escandalizó, claro, salvo yo, que supe ver la herejía.

María es nuestro modelo espiritual. Su virginidad -purificación del alma- es la que nos propone la iglesia como modelo y, nos debe inspirar y ayudar.
Si negamos la posibilidad del purificación, si negamos que los 'malos pensamientos' puedan ser arrojados fuera del alma, negamos la capacidad de perfección que, al ser humano, Dios le otorgó al arrojarlo del paraíso y que nos ganó, nuestro Señor Jesucristo.

¿Cómo puede sufrirse a tal presbítero que tamaña barbaridad viene a predicar? ¡Que de nuestros 'malos pensamientos' no nos podemos librar!

Si lo sufre pacientemente, en el seno de su Iglesia el Señor, ¿no lo habré de sufrir yo?
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JMI.-"Sentir" malos pensamientos o deseos no es pecado. "Con-sentir" en ellos, o lo que es igual, aceptar por la voluntad seguir con ellos, es decir, no luchar con la oración y el esfuerzo personal por ahuyentarlos, claro que es pecado. Siempre lo ha enseñado así la Iglesia.
22/05/13 4:09 PM
  
José Carlos
En la actualidad, el error doctrinal más extendido en la sociedad eclesiástica es la herejía neomodernista, de dimensión y alcance prácticamente universal.

“Para esos sedicentes innovadores, la Redención no tendría como primordial finalidad la salvación eterna del hombre, rotas las cadenas del pecado, sino la liberación de la humanidad de opresiones y servidumbres terrenas. La misión de la Iglesia habría de ser, por tanto, de preferente orden temporal: la lucha contra las estructuras injustas de la sociedad y las desigualdades entre personas, pueblos y clases sociales” (José Orlandis, Historia de la Iglesia)
22/05/13 9:38 PM
  
LuzyTinieblas
He escuchado todos los audios de Vida Nueva de Luz y Tinieblas. He leido por muchos anios Sintesis de Espiritualidad Catolica(releido). Muchas, Muchas Gracias (lo he tenido guardado mucho tiempo). Iglesias Descristianizadas, amigos y hermanos que leen todo eso que usted menciona, quiero ayudar pero soy un laico, los otros hasta publican libros y son personas muy preparadas y hasta Sacerdotes. Como decirle a los jovenes y sacedotes amigos: No les hagan caso!!! Esos libros contienen herejias!! Si son como caramelos (altamene recomendables, dicen), y lo tachan a uno de ser del ala ultraconservadora de la Iglesia. Que hacer? por donde empezar? .... Un fuerte abrazo.
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JMI.-Orar y laborar por el apostolado.
Con caridad y humildad, paciencia y perseverancia.
Mucha oración de petición, testimonio personal de vida.
Y mucha esperanza.
23/05/13 8:09 AM
  
javier
Magnífico artículo, solo una propuesta. Evitemos utilizar la palabra “Tolerancia cero”, cuando podemos utilizar la palabra intolerancia o intransigencia, porque así recordaremos que la intransigencia y la “intolerancia” (en el sentido que actualmente se le da, no en el propio de consentir un mal menor para evitar uno mayor) a veces es una virtud y ni un defecto.
24/05/13 12:18 PM
  
Quemadlos a todooooooooooos
No dejeis ni a uno jajaja
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JMI.-Miren qué ideas tiene el comentarista / un amigo / nunca es tarde / roberto / Hermenegildo / Quemadlos a todoooooooooos...
¿Qué nombre elegirá a la próxima?
Emoción.
24/05/13 9:35 PM
  
Jordi
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- Jesús y María fueron muy avanzados para el estado de evolución homínida de su época (biológica y ética), una vez desprendidos de los añadidos míticos (milagros, naturaleza divina); pero en relación con hoy en día, son unos puntos atrasados de la evolución
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JMI.-Por supuesto, no publico su largo comentario totalmente anti-cristiano. Pero no me resisto a la tentación de dejar la última de las conclusiones (nueve) con las que termina su exposición.

"Jesús y María... unos puntos atrasados de la evolución".
Brillante. Realmente brillante: brilla con un fulgor infernal.
24/05/13 11:09 PM
  
Jordi
Ha habido un equívoco.

Mi comentario es anti-católico, sí, pero yo no lo asumo en absoluto, porque es, como dice bien, demoníaco; sólo lo explicito como un peligro teológico, tal como hizo el Syllabus pero más modestamente (he leido que es Syllabus complectens praecipuos nostrae aetatis errores o Listado recopilatorio de los principales errores de nuestro tiempo)

Me sería muy largo decir el origen de cada uno de los puntos, pero me parece que sabrá de dónde vienen todos ellos (Teilhard de Chardin, Jung...). Aunque parezca mentira, en Cataluña los he detectado teológicamente por bloques, no como un todo organizado. Por ejemplo, se asume como verdad de "fe científica", de forma implícita, el evolucionismo neodarwinista del hombre.

Por lo tanto, son correctas (dentro de la heterodoxia), mis afirmaciones (procedentes de una teología de la ruptura) de que hay católicos (clérigos y laicos) que dicen que el hombre sólo nació según el neodarwinismo, y nunca nació por querer de Dios de forma instantánea, que nunca tuvo la inmunidad a la enfermedad, la muerte, el dolor, la ignorancia, que nunca tuvo el estado de gracia, santidad y justificación originales (divinización por participación), que no existió el pecado original y el resto de afirmaciones erróneas.

En cuanto al 9º punto, éste es el transhumanismo, una nueva cosmovisión cientifista muy extraña, integrada por elementos de la biología, genética, sociología, informática, nanotecnología, clonación y reproducción asistida y, a la vez, de una nueva espiritualidad propia de la "cuántica mística" y la Nueva Era como cruce entre el cientifismo y el budismo-hinduismo.

Y sí, es cierto, hay quien afirma, dentro del ámbito de la teología católica, aunque de forma implícita, que Jesús y María son unos ejemplares representantes de una alta evolución biológica "en relación con" la evolución propia de su época, y encuadrados dentro del marco general de la primera revolución neolítica en su fase de desarrollo medio, es decir, la etapa filosófica aristotélica precientífica (siglo I d.C.).

Pero hoy en día - siguen diciendo - estamos asistiendo al nacimiento de una segunda nueva era. Hay que entender que, para este pensamiento, la primera era se inició con la revolución neolítica, fundadora de las ciudades, reinos, estados, fronteras, monedas, códigos, infrastructuras, gobiernos, haciendas, funcionarios, ejércitos y religiones jerarquizadas y patriarcales, que desembocan en su corolario de dominación, opresión, represión, conquista, colonización, destrucción y explotación de las culturas, la naturaleza y el hombre.

Esta segunda nueva era, como si fuera un parto, significa la muerte de un mundo antiguo (el fundamentalismo islámico sería su expresión más atrasada y radicalizada, pero le acompañaría también el catolicismo integrista del "no al aborto y al preservativo") y el nacimiento de un nuevo mundo del que aún no sabemos cómo será, pero que deja entrever el dibujo de unas nuevas líneas.

Éstas diseñarían a la neomodernidad entendida como la interdependencia del individuo con la sociedad, una nueva economía - y finanzas e industria - respetuosa con la humanidad y la naturaleza, la ciencia como nuevo parámetro de la ética y la moralidad, junto con una pluralidad de cosmovisiones y espiritualidades refundidas y adaptadas a la sociología del momento y basadas en la fusión del hombre con el cosmos y la naturaleza; mueren, por tanto, el sacerdocio, la jerarquía, el dogma, el rito, la verdad, la revelación, la iglesia y el concepto de religión.

Lo importante: Jesús y María serían unos ejemplos de máxima moralidad y religiosidad propios de la primera era o de la revolución neolítica, pero hoy en día es necesario superarlos y adecuarlos a la modernidad, eliminandoles de toda la capa mitológica, romanoimperial, medieval y supersticiosa acumulada por los siglos de imposición, dominación, ignorancia y oscuridad.

Éste es en síntesis el origen, a mi parecer, de casi todas las herejías: no hay revelación divina, sólo hay consenso "místico-científico", mutable según el estado de la ciencia en cada momento histórico (de ahí la no creencia en milagros, demonios, ángeles, infierno, cielo, transubstanciación, carismas, gracia, pecado: no son pesables ni medibles, y son ilógicos para la razón científica).
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JMI.-La palabra humana (reflejo de la Palabra divina) tiene una potencia enorme, tanto para iluminar-vitalizar, como para oscurecer-matar. Hubo un equívoco, ciertamente. Y su palabra ahora ha logrado ser expresión clara de su pensamiento.
Bendigamos al Señor.
25/05/13 12:49 AM
  
enric

La búsqueda de la Verdad emprendida con el CVII, sin ningún tipo de miedo, pues “la Verdad siempre se abre paso por la propia fuerza de la Verdad” y con el precedente de la Infalibilidad del Papa ex-cathedra del CVI, es muy posible que haya influido en que :

“Hace medio siglo que en la Iglesia no se guarda una tolerancia-cero contra las herejías”.

Desde hace unos años que considero que de la misma manera que Juan Pablo II (hoy BJPII) pidió perdón, en más de 100 ocasiones, por los errores cometidos por la Iglesia Católica, que la declaración de Orígenes como hereje en el II Concilio de Constantinopla (553)fue un grave error.
Es considerado un maestro y un Padre de la Iglesia Católica (en muchos escritos y libros) . Sin embargo unos 300 años después de su muerte es declarado hereje en el canon número 11 del II C. de C.

Mi corazón, mi alma, mi ser, mi intuición, me indica que fue un grave error. Creo sinceramente que con el paso del tiempo es un tema que se tendrá que retomar con la aspiración sincera de buscar la Verdad, de hacer honor a la Verdad, con humildad, con amor, con entrega, con reconocimiento. Avanzar significa, como nos enseñó el BJPII, no tener miedo a la Verdad.

En este enlace:

http://ec.aciprensa.com/wiki/Or%C3%ADgenes_y_Origenismo#.UZ8TWLVM9qU

Podemos leer sobre la vida y obra de Orígenes , sobre el origenismo y sobre las controversias. Me llama mucho la atención este párrafo:

“Es un hecho que los papas Virgilio, Pelagio I (556-61), Pelagio II (579-90), Gregorio el Grande (590-604), al tratar del quinto concilio solo hablan de los Tres Capítulos y no hacen mención alguna del origenismo, como si no conocieran su condena”

¿Dónde está la Verdad? ¿Qué conocemos,fidedigno, de Orígenes y del Emperador Justiniano? ¿Quién fue realmente el hereje?

Aún nos queda camino que recorrer y será con voluntad, sinceridad, humildad, amor y constancia que caminaremos juntos hacia la VERDAD.

Ánimo y un abrazo.
25/05/13 1:56 PM
  
Leonardo
El asunto es que, como lo han demostrado varios ilustres teologos modernistas, al final dicen lo que en realidad querian decir, que tiene cada vez menos que ver con la Doctrina. Y si parecen asociados en determinados Foros, su asociacion es meramente por estar en contra de la Iglesia, a lo que ellos llaman estar en contra del Vaticano, y a favor del pueblo. Pero el de la pacha mama y el que propone suprimir toda la magia que segun el caracteriza a la religion cristiana, en realidad no se parecen en casi nada, salvo en estar en contra. No prosperara esa presunta unidad.
26/05/13 11:56 AM
  
María del Mar
Estimado padre Iraburu: Es admirable su defensa de la sana doctrina de Jesús. Pido a Dios que sus profundos y certeros artículos despierten conciencias y sean atendidos por la jerarquía.
27/05/13 2:54 PM
  
María del Mar
De nuevo vuelvo a darle las gracias, junto con otras personas, por la defensa de nuestra fe, en está época en que los herejes viven a sus anchas y las herejías se propagan sin ninguna dificultad.

29/05/13 2:00 AM
  
María del Mar
Estimado P. Iraburu.
En el libro del sacerdote Don Manuel Guerra Gómez "Masonería, religión y política" (Edit, Sekotia, Madrid, 2012), hay un capítulo, el XXII, titulado "El Nuevo Orden Mundial, con una sola religión, una sola ética, ambas políticas".
¿No tendrá que ver este proyecto con la condescendencia respecto de las herejías?
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JMI.-Todo lo malo, Masonería, Nuevo Orden Mundial (con ética natural universal), etc. todo es negación de Cristo, es apostasís, es anti-Cristo. New Age, Cienciología, etc. religiones o técnicas mentales orientales, etc. Pero son fuerzas mundiales malas que la Iglesia ha denunciado un montón de veces. Ninguna reconoce a Cristo como único Salvador del Mundo.
30/05/13 12:19 PM
  
yawollad
"La misma tolerancia-cero, que fue suscitada especialmente por Benedicto XVI contra ese terrible pecado y escándalo, debe suscitarse en el Año de la Fe con palabras claras y acciones eficaces respecto de la difusión de herejías dentro de la Iglesia."

Tiene toda la razón, padre: que se empieza por abusar de niños y se acaba negando el filioque. Y eso no.
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JMI.- Hombre, Sr. Yawollad, la frase suena bien, pero, como ud. sabe, tiene el defecto de que muchas veces es falsa. Tantos pecadores hay que fallan en cuestiones morales, pero que no por eso incurren en la herejía o en la apostasía.
31/05/13 11:19 AM

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