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31.03.23

Philip Trower, El alboroto y la verdad -6

El alboroto y la verdad

Las raíces históricas de la crisis moderna en la Iglesia Católica

por Philip Trower

Edición original: Philip Trower, Turmoil & Truth: The Historical Roots of the Modern Crisis in the Catholic Church, Family Publications, Oxford, 2003.

amily Publications ha cesado su actividad comercial. Los derechos de autor volvieron al autor Philip Trower, quien dio permiso para que el libro fuera colocado en el sitio web Christendom Awake.

Fuente: http://www.christendom-awake.org/pages/trower/turmoil&truth.htm

Copyright © Philip Trower 2003, 2011, 2017.

Traducida al español y editada en 2023 por Daniel Iglesias Grèzes con autorización de Mark Alder, responsable del sitio Christendom Awake.

Nota del Editor:Procuré minimizar el trabajo de edición. Añadí aclaraciones breves entre corchetes en algunos lugares.

Capítulos anteriores

Prefacio

Parte I. Una vista aérea

Capítulo 1. Reforma

Capítulo 2. Rebelión

Capítulo 3. El partido reformista - Dos en una sola carne

Capítulo 4. Nombres y etiquetas

Parte II. Una mirada retrospectiva

Capítulo 5. Los pastores

Capítulo 6. La Iglesia docta

En este capítulo examinaré la intelectualidad de la Iglesia.

El trabajo de los pensadores y académicos católicos es en líneas generales de dos tipos: presentar, explicar y defender la fe católica; y relacionarla con el conocimiento adquirido naturalmente vigente en un momento determinado. La primera es la tarea más fácil y conlleva menos tentaciones. No obstante, no está del todo libre de ellas. Los guardianes de la fe autorizados oficialmente pueden convertirse fácilmente en autócratas intelectuales. Esto significa principalmente que no estarán dispuestos a dar suficiente peso a las ideas o críticas de otras escuelas de pensamiento, posiblemente rivales.

Aunque había varias escuelas diferentes de tomismo en los años preconciliares, como veremos más adelante, una en particular había recibido aprobación semioficial, y las fallas de algunos de sus exponentes más autocráticos tal vez hayan tenido al menos algo que ver con el vapuleo y el casi derrocamiento que ha sufrido el tomismo desde el Concilio. Lo que el autócrata enseñaba era sin duda cierto, pero la manera de decirlo podía ser repulsiva, porque lo sagrado y misterioso era tratado como obvio y evidente.

Otro peligro para los guardianes autorizados de la fe era el profesionalismo. La fe había dejado de ser un fuego vivo que ardía en “las venas y el vientre” del maestro. Se había convertido en “Mi tema", “Aquello en lo que estoy calificado". Entonces, los estudiantes recibían, no algo vivo y bello que encendía su amor, sino lo que parecía un crucigrama intelectual hiperingenioso o un montón de huesos y polvo. En ambos casos los resultados serían desastrosos. Los estudiantes inteligentes se sintieron tentados a ver la teología o cualquier otra cosa que estuvieran estudiando principalmente como un tema en el que ejercitar su ingenio. El resto probablemente sentiría, en el mejor de los casos, indiferencia; en el peor, aversión aburrida.

El profesional también se verá tentado a ver todas las ideas, buenas o malas, en primer lugar como productos interesantes de la mente humana. Esto significa que, cuando la herejía haga su aparición, su reacción será muy parecida a la de un médico ante la enfermedad y la muerte. No se pierde el sueño por eso. Todo es parte del trabajo del día. Y si el hereje es un colega, uno se mantiene en términos amistosos con él.

Sin embargo, en este capítulo me interesan más los teólogos y académicos cuya vocación los llamó al trabajo del segundo tipo, los dedicados a la reforma y el aggiornamento.

¿Por qué gran parte de esta muralla de la Jerusalén celestial se derrumbó en montones de escombros cuando el mundo moderno marchó a su alrededor y sonó sus trompetas? En la Parte IV examinaré el trasfondo intelectual. Aquí echaré un breve vistazo a algunos problemas espirituales y psicológicos.

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