InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Teología dogmática

1.08.25

La cultura cristiana: crisis y posibilidades de renovación

Daniel Iglesias Grèzes

Del siglo XIV al siglo XX la civilización occidental y cristiana fue afectada por muchos cambios profundos: el Renacimiento, la Reforma protestante, el giro antropocéntrico de la filosofía moderna, las distintas fases de la revolución científica y la revolución industrial, la Ilustración, la Revolución Francesa, la Revolución Rusa, etc. Se produjeron grandes cambios en las mentalidades y costumbres populares, y se generó una cultura secularista que inundó primero a Europa, luego a América y finalmente al mundo entero. La civilización occidental, en gran medida, dejó de ser cristiana.

Todo esto obligó a los cristianos en general, y a los intelectuales cristianos en particular, a emprender una gran tarea de discernimiento, análoga a las realizadas por sus predecesores en la Edad Antigua y la Edad Media. Los objetivos principales de esa tarea, que aún continúa, son dos: determinar cuáles de las nuevas ideas son compatibles con la fe cristiana y cuáles no; y procurar una nueva síntesis entre la fe y la razón. Se aplica aquí el consejo paulino: “Examinadlo todo y quedaos con lo bueno1.”

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21.07.25

“Vayan y hagan discípulos en todas las naciones”

Un mapa que muestra cómo los Doce Apóstoles y el Apóstol San Pablo cumplieron el mandato misionero de Jesús anunciando el Evangelio a gran parte del mundo conocido

Daniel Iglesias Grèzes

El sitio web de la sociedad académica católica francesa Enjeux de l’Étude du Christianisme des Origines (Temas del Estudio del Cristianismo de los Orígenes - https://www.eecho.fr/) no cesa de ofrecer contenidos valiosos y bastante inusuales. El día 04/07/2025 publicó una reseña, escrita por el P. Édouard-Marie Gallez csj, del número 9 de la revista 1000 raisons de croire (1000 razones para creer), publicado el día anterior. Ese número contiene un informe de 17 páginas sobre la asombrosa fiabilidad de los Evangelios. Ese informe contiene, entre otras muchas cosas, un mapa sumamente interesante que muestra los recorridos principales de los Doce Apóstoles y de San Pablo en sus andanzas misioneras. La reseña referida reproduce ese mapa aquí:

https://www.eecho.fr/wp-content/uploads/2025/07/1000-raisons-n%C2%B09-3bis-1024x633.png

El mapa incluye un pequeño texto sobre cada uno de los Apóstoles. Reproduciré esos trece textos a continuación, según mi traducción.

Pedro: +67 – Roma. Primero de los apóstoles, jefe de la Iglesia, fundador de las Iglesias de Antioquía y Roma, donde es crucificado.

Andrés: +47 – Patras. Hermano de Pedro, parte hacia el norte, Dacia y alrededor del mar Negro. Es martirizado y muerto en Patras, Grecia.

Juan: +100 – Éfeso. Hijo de Zebedeo y hermano de Santiago, discípulo “muy querido” de Cristo, parte a Éfeso con la Virgen María, donde él termina su vida, después de un exilio en Patmos, donde recibe la revelación del Apocalipsis.

Felipe: +82 – Hierápolis. Compañero de Andrés, parte hacia el norte para evangelizar en Frigia y alrededor del mar Negro, en Tróade y en Crimea. Es crucificado en la provincia del Ponto.

Natanael: +44 – Albanópolis. También llamado Bartolomé, parte hacia el Oriente para evangelizar en Nínive, en Armenia y en Georgia, antes de su martirio, despellejado vivo.

Santiago el Mayor: +41 – Jerusalén. Hijo de Zebedeo, es el primer apóstol mártir, decapitado después de haber evangelizado hasta España. Sus reliquias se conservan en Santiago de Compostela.

Pablo: +68 – Roma. Nativo de Tarso, discípulo de Gamaliel, se convierte tras una aparición de Cristo. Evangeliza en Antioquía, en Grecia, en Dalmacia, en Éfeso y quizás en España. Es decapitado a la salida de Roma sobre la vía Ostiense.

Santiago el Menor: +62 – Jerusalén. Hijo de Alfeo, llamado “hermano del Señor” por ser primo de Cristo, es el primer obispo de Jerusalén, donde permanece toda su vida. Es precipitado del pináculo del Templo.

Mateo: +61 – Alto Egipto. Apóstol y evangelista, parte hacia Yemen, Etiopía y Sudán, antes de ser mártir en el Alto Egipto.

Matías: +63 – Saná. Reemplaza a Judas entre los Doce, parte con Mateo y evangeliza Yemen. Es lapidado y arrojado al mar.

Simón: +hacia 60 – Babilonia. Llamado el “Zelote”, evangeliza la costa oriental de la península arábiga.

Judas: +65 – Babilonia. Llamado Tadeo, hermano menor de Santiago el Menor, parte hacia el Oriente, funda la Iglesia armenia, luego va a Babilonia donde es martirizado.

Tomás: +72 – Meliapur. Parte para evangelizar Nínive, luego va a la India (valle del Indo, y luego Kerala y Ceilán), luego a la China, y vuelve a Meliapur, donde muere atravesado por una lanza.

2.04.25

El olvido del pecado original

Otro error muy grueso en un catecismo uruguayo de la década de 1980

Daniel Iglesias Grèzes

En mi post anterior me referí a un manual de catequesis de niños utilizado en mi ciudad en los años ’80 del siglo XX: Autores Varios, Hacia el Encuentro que da Vida: Guía del Catequista – 1er año – Niños – Programa de Parroquia, Oficio Catequístico Arquidiocesano, Montevideo, Uruguay, sin fecha. En esa ocasión cité un texto de ese manual que afirma que todo el Antiguo Testamento (AT) fue escrito 1000 años después de los hechos principales que narra y todo el Nuevo Testamento (NT) fue escrito 100 años después de la muerte y resurrección de Cristo. Por lo tanto, si, como puede presumirse, en el primer caso el punto de referencia considerado es el Éxodo, esto implica que el AT se habría escrito hacia el 300 AC y el NT hacia el 130 DC. Ambas dataciones son contrarias a la doctrina católica y ni siquiera los críticos bíblicos más radicales las defienden.

En esta oportunidad quiero referirme a otra deficiencia grave del manual en cuestión, que puede apreciarse atendiendo a la estructura general del programa que proponía para el primer año de la catequesis de niños en parroquias (véase op. cit., Anexo, pp. 223-233). Dicho programa constaba de cinco unidades y 29 reuniones, a saber:

  • Unidad 1 – Formamos el grupo (reuniones 1-6).
  • Unidad 2 – Descubrimos el rostro de Dios en la Creación (reuniones 7-12).
  • Unidad 3 – Dios se manifiesta en un pueblo (reuniones 13-17).
  • Unidad 4 – Nos encontramos con Jesús de Nazareth (reuniones 18-24).
  • Unidad 5 – Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (reuniones 25-29).

El problema al que quiero referirme se puede apreciar en el siguiente cuadro, que muestra los títulos, mensajes y objetivos de las seis reuniones de la Unidad 2 (cf. Ibídem, p. 226).

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15.02.25

La conservación y el gobierno del mundo

Aportes para un Catecismo Apologético

Volumen 3 – Dios Creador

Capítulo 2 – La conservación y el gobierno del mundo

“Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?” (Mateo 6,26)

Introducción

Este capítulo está basado en: Catecismo de la Iglesia Católica – Compendio (en adelante Compendio), nn. 55-56; y Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Editorial Herder, Barcelona 1969 (en adelante Manual), pp. 151-157.

Dividiremos este tema en dos cuestiones diferentes: 1) la conservación del mundo; y 2) el gobierno del mundo.

La conservación del mundo

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica enseña que Dios, además de haber creado el mundo, lo conserva en el ser:

“¿Cómo ha creado Dios el universo? (…) Dios conserva en el ser el mundo que ha creado y lo sostiene, dándole la capacidad de actuar y llevándolo a su realización, por medio de su Hijo y del Espíritu Santo” (Compendio 54).

El Manual de Teología Dogmática de Ott resume esta cuestión en la siguiente verdad de fe:

“Dios conserva en la existencia a todas las cosas creadas” (Manual 151).

La conservación del mundo es una continuación de la obra creadora de Dios.

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10.02.25

La creación del mundo

Aportes para un Catecismo Apologético

Volumen 3 – Dios Creador

Capítulo 1 – La creación del mundo

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1,1)

Introducción

Este capítulo está basado en: Catecismo de la Iglesia Católica – Compendio (en adelante Compendio), nn. 51-54; y Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Editorial Herder, Barcelona 1969 (en adelante Manual), pp. 140-151.

Asumiremos que ya han sido presentadas y justificadas por lo menos las siguientes verdades de fe: la existencia de Dios; los principales atributos de Dios; que Dios es la Causa Primera de todos los entes contingentes; el dogma de la Santísima Trinidad; y la verdad y santidad de la Biblia.

La importancia del tema tratado en este capítulo es subrayada en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica: “¿Por qué es importante afirmar que ‘en el principio creó Dios el cielo y la tierra’ (Génesis 1,1)? Es importante afirmar que en el principio Dios creó el cielo y la tierra porque la creación es el fundamento de todos los designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno de sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con su pueblo; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro fin” (Compendio 51).  

Dividiremos este tema en tres cuestiones diferentes: 1) ¿Quién creó el mundo? 2) ¿Para qué creó Dios el mundo? 3) ¿Cómo creó Dios el mundo?

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