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3.01.22

Descarga gratis "La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos" de Philip Trower

Tengo el agrado de presentar mi traducción al español de un libro del notable escritor católico inglés Philip Trower (1923-2019): The Church Learned and the Revolt of the Scholars (La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos), de 1979. Durante meses publiqué en este blog distintas partes de esta obra. Ahora, habiendo terminado la traducción, publico la obra completa.

Philip Trower, convertido al catolicismo en 1953, es autor de al menos otros dos libros de valor extraordinario: Turmoil and Truth (El alboroto y la verdad), de 1998, y The Catholic Church and the Counterfaith (La Iglesia Católica y la contra-fe), de 2006. El primero estudia las raíces históricas de la crisis moderna en la Iglesia Católica y el segundo las raíces del secularismo moderno, el relativismo y la descristianización. El libro cuya traducción presento aquí es como una versión embrionaria de las ideas desarrolladas más tarde por Trower en Turmoil and Truth. Estudia principalmente las causas intelectuales de la actual crisis de la Iglesia Católica.

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29.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -5B

(Véanse en este blog los cuatro capítulos anteriores y la primera parte del Capítulo V).

LA SEDUCTORA TEOLOGÍA PROTESTANTE

Desde la época del primer modernismo, los eruditos de la Iglesia miraban cada vez más hacia ciertos tipos de protestantismo con ojos comprensivos; sus atractivos radicaban, a medida que la fe fracasaba, en lo que este protestantismo rechazaba más que en las creencias positivas que había mantenido.

En el período de entreguerras (1918-1939), el interés por el protestantismo estuvo confinado a un grupo relativamente pequeño, aunque aún así muy influyente, del alto clero, y, dejando de lado el trabajo legítimo para la reunión [de los cristianos], se centró principalmente en las teorías de los críticos bíblicos protestantes más radicales y las ideas del pensador luterano danés Kierkegaard (fallecido en 1855), cuyos escritos son un libro de consulta para el existencialismo. La presión para que la Iglesia aceptara los principios de la crítica bíblica neo-protestante y racionalista fue tratada por Pío XII en su encíclica Divino Afflante Spiritu (1943). Las ideas de Kierkegaard fueron tomadas directamente de sus propios escritos o filtradas a través de la teología neo-luterana y neo-calvinista.

Pero después de la Segunda Guerra Mundial, que en Alemania, Holanda y otras partes del continente a menudo había juntado a católicos y protestantes en oposición al gobierno nazi, el interés por el protestantismo se intensificó y más tarde, a través de libros y revistas, se extendió mucho más allá a un amplio círculo de católicos, clérigos y laicos.

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2.12.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -1D

(Las primeras tres partes de este capítulo fueron publicadas como 1A, 1B y 1C).

EL CENTRO DE LA RUEDA MODERNISTA

El modernismo en su primera fase funcionó aproximadamente desde 1875 hasta 1910, cuando, como se recordará, fue detenido, o se pensó que lo había sido, por San Pío X. Luego pasó a la clandestinidad durante 50 años y resurgió con la muerte de Pío XII. En este primer período el movimiento se limitó a los académicos: la masa de los fieles fue poco afectada.

Lo que sucedió fue una de esas hermandades intelectuales de hombres de ideas afines que parecen surgir espontáneamente; hombres que leen los mismos libros, y por consiguiente tienen los mismos pensamientos, y que se conocen personalmente o bien por correspondencia.

Entre 1888 y 1900, una parte de ellos se reunió en una serie de “congresos científicos internacionales” de católicos (principalmente reuniones de historiadores, biblistas y filósofos) organizados por Mons. d’Hulst, rector del Institut Catholique de París, un instituto de estudios superiores católicos fundado recientemente para proporcionar académicos que pudieran responder a los ataques hechos en nombre de la cultura y de la ciencia contra las razones para la fe.

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29.11.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -1C

(Las primeras dos partes de este capítulo fueron publicadas como 1A y 1B).

SE NECESITA LA FE

Primero, para comprender hay que creer. Los historiadores no creyentes que estudian la Iglesia saben mucho más sobre su teología y su vida que la mayoría de los católicos, pero en un sentido profundo no comprenden lo que saben. Lo mismo comienza a ser cierto para los académicos católicos cuando surgen las dudas.

Sin embargo, la fe por sí sola no es suficiente: con la fe y el conocimiento debe haber bondad. Un erudito católico que se deja secar, ambicioso, cínico o egoísta, algo que les sucede muy fácilmente a los eruditos, sólo tendrá una comprensión superficial de su tema. Cuando los teólogos y académicos católicos van un paso más allá y piensan que el dominio de su tema depende de su habilidad intelectual más que de la gracia, comenzarán a volverse ciegos. Una opinión excesivamente elevada de sí mismo como erudito parece haber sido lo que sacó a Dollinger de la Iglesia y convirtió a Lord Acton en un miembro muy intranquilo dentro de ella. Históricamente, los cultos e inteligentes generalmente han sido los primeros en ser engañados por los nuevos errores. A principios de este siglo [XX], cuando un sacerdote muy conocido, que luego dejó la Iglesia, comenzó a predicar la herejía en una iglesia famosa de Londres, la primera persona que se dio cuenta fue un hermano lego, uno de los que hacían las tareas del hogar. Los sacerdotes eruditos que pasaban todo el día leyendo libros fueron más lentos para entender.

Estas observaciones sobre las tentaciones y las dificultades naturales que acosan a los académicos católicos se hacen para situar en el contexto adecuado lo que voy a decir sobre un grupo particular de ellos. Sin duda la mayoría de los comentarios son bastante obvios, pero sin ellos en mente será mucho menos fácil entender por qué este siglo [XX] ha visto una gran rebelión de eruditos y teólogos. En estos desastres, las causas son siempre morales y espirituales antes que intelectuales.

EL GERMEN DEL MODERNISMO

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28.11.21

Philip Trower, La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos -1B

 (La primera parte de este capítulo fue publicada como 1A).

LA HUMILDAD DE LA SUMISIÓN

Para los académicos católicos, su protección infalible, como sabemos, es la obediencia a la autoridad docente de la Iglesia y la disposición a someter sus conclusiones a su juicio. Siempre que estén dispuestos a hacer esto y que reconozcan que, a pesar de su inteligencia y cultura, ellos no son las autoridades finales en materia de fe, o para decidir hasta dónde y de qué manera una rama particular de investigación que entra en contacto con la fe y la moral debe ser llevada a cabo, ellos están seguros.

Una parte del misterio de la Iglesia es que Dios, al diseñarla y al arreglar cómo Su verdad debe ser transmitida, hizo que los filósofos griegos, o cualquiera que se les pareciera, se subordinaran a pescadores galileos. Los tres Sabios [los Reyes Magos] inclinándose ante la Divina Sabiduría que se hizo visible como un bebé proporcionaron un prototipo. Un Papa o un obispo pueden ser eruditos personalmente, pero su conocimiento no añade nada a su autoridad. Su autoridad para juzgar las ideas de incluso el pensador más brillante proviene únicamente del hecho de que él es un sucesor de uno de los apóstoles de clase trabajadora y poco instruidos de Nuestro Señor. (San Pablo, el “graduado universitario", fue traído más tarde, pero sólo después de una gran dosis de humillación).

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