InfoCatólica / Que no te la cuenten / Categoría: Revolución francesa

4.05.21

Marie Antoinette, “el caballero Adams”

Divorcio en puerta

En la gloriosa serie de heroínas de las guerras de La Vendée, otro caso no menor, fue el de Marie Antoinette Pétronille Adams, más conocida como el “caballero Adams”, donde se entremezcla la venganza y el desacuerdo conyugal junto a la fidelidad al rey y el amor a Dios.

Nacida en 1763 en un hogar humilde de Chantonnay, fue protegida por la noble familia Lespinay que le otorgó la dote para poder casarse con un comerciante de Puybelliard llamado Lainé. El matrimonio de Marie Antoinette marchó mal desde el principio, debido a las diferencias entre los cónyugues, que la Revolución acentuó y el levantamiento hizo patentes…

En efecto, cuando estalló la insurrección en marzo de 1793, la discordia fue completa y terminó rebalsando el vaso. Lainé se reafirmó “patriota republicano” y su esposa “católica monárquica”. Su marido, viendo los avances y éxitos vendeanos, temió pagar caro sus dichos públicos en favor de la Revolución, y abandonó el hogar alistándose en el ejército republicano de Roynard. Se sabe que participó en la toma de La Rochelle donde los azules quedaron como dueños y señores del lugar.

Leer más... »

2.05.21

Jeanne Robin, una amazona vendeana

Las amazonas de la Vendée

Los historiadores de la guerra vendeana no se ponen de acuerdo acerca del rol llevado por las mujeres durante la insurrección de 1793. Para algunos pocos, como Michelet y su escuela liberal, una multitud de amazonas habría participado encarnizadamente entre las filas de los insurgentes; para otros ninguna mujer tomó las armas, salvo una o dos excepciones. Y, como suele suceder, la verdad está entre las dos posiciones, pues como hemos visto, las vendeanas participaron activamente durante todo el levantamiento de diferentes formas, y hasta combatiendo con armas al enemigo. Estas últimas son las que nos interesa destacar ahora.

Se conocen al menos más de una decena de mujeres que pelearon como hombres contra los republicanos. “En ellas, el móvil de la venganza, se entremezcla con la lealtad a la monarquía. Pero una vez lanzadas al ciclón, una vez que ellas han abandonado el hogar, van mucho más lejos que los hombres. Su timidez natural se convierte en heroísmo, su dulzura se transforma en cólera implacable…”

Leer más... »

18.04.21

La bretona, Marie Lourdais

La estrella del pastor por Jules Breton. 1887

Jeanne Marie Andrée Lourdais fue una excelente espía de los generales durante la guerra contrarrevolucionaria. Hija del pueblo bretón y humilde vendedora de especias, llegó a ser vendeana por adopción desde que se instaló en La Gaubretière y participó del levantamiento junto con otras heroínas de la parroquia que pasaron a la historia por haberse desempeñado con una valentía sin límites. Su actuación podría sintetizarse en: salvar sacerdotes, llevar correspondencia secreta, curar enfermos y enterrar a los muertos.

Como no sabía escribir, su breve diario de la guerra fue dictado sin ánimo de inmortalizarse, y con la sola intención de dar a conocer a los suyos la resistencia de un pequeño rebaño fiel a Dios y al rey.

Cambio de oficio

Nacida en 1762 en la aldea bretona de Domalain, poco antes de la Revolución, se trasladó a un pequeño pueblito de la Bocage, La Gaubretière, en plena Vendée, donde abrió un negocio de especias y productos secos. Cuando en 1790 la “Constitución Civil del Clero” se puso sangrientamente en práctica, la jovencita resolvió cambiar de oficio y dedicarse por entero a la causa de los sacerdotes perseguidos. Sabiendo que en Nantes los “refractarios” estaban particularmente hostigados, eligió quedarse allí para ayudarlos en todo lo que fuera necesario: buscándoles refugio seguro y comida diaria, suministrándoles vestimentas para la clandestinidad, además de encargarse de su correspondencia secreta.

Leer más... »

16.04.21

Françoise Després, agente secreto

La mañana. Por Jules Breton, 1888

Cuando me decidí a escribir, lo que me hizo tomar la pluma no fue un desordenado amor de vanagloria, ni la orgullosa ambición de celebridad. Sino el hecho de quehabiendo tenido la dicha de servir con provecho a mi religión y a mi patria en la guerra de la Vendée, quise inspirar sobre todo a los jóvenes al contarles mis logros y las pruebas de mi celo

Así comienza Françoise Deprés el sencillo y muy llevadero relato de sus andanzas contrarrevolucionarias. Por su brevedad, lo hemos traducido casi íntegramente, para dejarla hablar a la protagonista en primera persona sin agregarle casi nada a su sufrido testimonio tan atrapante por momentos, como una película de suspenso.

Solita se fue quedando…

Nacida en 1746 en Montreuil-Bellay, Anjou, donde su padre servía al rey en el regimiento de d’Autichamp, quedó huérfana de muy pequeña junto a sus tres hermanos, siendo su tío sacerdote, el párroco de Bessay-sur-Loire, quien los acogió en el presbiterio dándoles una instrucción superior.

Leer más... »

5.04.21

Renée Bordereau, la Juana de Arco vendeana

Recuerdos de una excombatiente

Al hablar de las heroínas de la guerra de la Vendée, el nombre de ‘Renée Bordereau’ aparece en casi todas las crónicas de la época, pues ha pasado a la posteridad como una de las mujeres más valientes de su tiempo. Y no es para menos, ya que participó de casi todas las victorias y derrotas de la gesta a lo largo de seis años de lucha continua, mostrando un coraje increíble y jamás desmentido, al lado de gigantes como Lescure, Bonchamps, Cathelineau, La Rochejaquelein y Stofflet.

Por pedido de la marquesa Victoire de La Rochejaquelein, Renée publicó sus Memorias en 1814, durante la restauración monárquica. El breve relato de sus aventuras, tan extraordinario como vivaz no tiene desperdicio y atrapa desde el primer instante, por no decir en cada párrafo, al provenir de una “excombatiente” de rústica simplicidad, que, si bien deja entrever alguna que otra inexactitud o incluso probables exageraciones que parecerían rozar el límite de la leyenda, es una genuina fuente histórica de primera mano que no debe ser descartada. Después de todo, sus líneas, desprovistas de cualquier artificio de estilo, fueron publicadas tal cual ella las transmitió, hasta con faltas de ortografía, respetando el mínimo detalle de su original impronta. A lo largo de sus páginas, fluye un relato apasionante marcado por una sincera lealtad, propia de quien no está atada a los bienes de este mundo sino más bien a los de la Jerusalén Celeste.

Se dice también que en las guerras civiles aflora lo más noble y lo más miserable del hombre. Las pasiones saltan al rojo vivo para bien y para mal. Y en el caso de Renée, se entremezclan la venganza justiciera y su pasión por la causa del rey y de los derechos de Dios, dando prueba de una constante fidelidad y de una bravura increíble que nos deja boquiabiertos.

Leer más... »