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17.07.22

“Libertad, igualdad, fraternidad”: el olvidado origen cristiano del eslogan de la Revolución Francesa

Un muy buen artículo de la Lic. Claudia Peiró sobre el origen de la tríada revolucionaria, acuñada a partir de un obispo polémico: Fénelon.

Más info, aquí: https://www.youtube.com/watch?v=H_Uwy079Irk

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE 


Fuente: Infobae

“Liberté, égalité, fraternité”: el olvidado origen cristiano del eslogan de la Revolución Francesa

Por Claudia Peiró

 

El pasado 14 de julio, Francia celebró su fiesta nacional, fijada en la fecha en que una multitud derribó la cárcel de la Bastilla, símbolo del despotismo y del poder absoluto del rey.

Junto con la bandera tricolor, el queso, la baguette, la Torre Eiffel y la hermosa catedral de Notre-Dame, pocas cosas están más asociadas a Francia que la tríada “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. El eslogan se popularizó con la Revolución Francesa (1789) y con el tiempo se convirtió en lema oficial de la República.

La Revolución que en 1789 puso fin al Antiguo Régimen es presentada habitualmente como la obra de un pensamiento racional y laico surgido de las Luces, de la Ilustración, en contraste con el oscurantismo religioso, que habría dominado todo el Medioevo. Diez siglos de la historia de la humanidad son reducidos a un estereotipo. Sin embargo hace tiempo que la investigación histórica ha cuestionado esa caracterización de la Edad Media, una construcción debida en gran medida a algunos pensadores de la Ilustración, a la Reforma protestante y a los artistas del Renacimiento que, para poner en valor su obra, denostaron exageradamente el pasado. “Voltaire y sus colegas crearon la ficción de los Años Oscuros para poder reivindicar que fueron ellos los que hicieron emerger la Ilustración. No hubo tales Años Oscuros. Al contrario, fue durante esos siglos cuando Europa hizo el gran salto cultural y tecnológico que la situó a la cabeza del resto del mundo”, dijo el historiador y sociólogo Rodney Stark, autor, entre otros, de La expansión del cristianismo y Consecuencias históricas del monoteísmo.

El tradicional desfile del 14 de Julio en la avenida de los Campos Elíseos en París (Foto archivo: AFP)El tradicional desfile del 14 de Julio en la avenida de los Campos Elíseos en París (Foto archivo: AFP)

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12.07.22

Hacia una cultura superior. Cursos de latín QNTLC (nivel I y II) según el método natural

- “¡Pero padre!¿qué hace la gente con el latín?”.

- Pues a mí no me interesa qué hace la gente con el latín, sino qué hace el latín con la gente…

 

La cultura, ese conjunto de hábitos humanos que expresan su racionalidad, puede encontrar momentos de decadencia o de esplendor, de mesetas o de llanos, de más y de menos.

Así, en la historia podemos apreciar la majestuosidad de la arquitectura gótica o la elementalidad de la choza guaranítica, la sutileza de la escultura griega o la estupidez del arte abstracto, la majestuosidad del gregoriano o el ruido animalesco del reguetón. Es que la cultura es una muestra, una muestra heredada del pasado que persiste y perdura en la sociedad que recibimos sin saberlo.

Y de entre los modos de expresar esos hábitos que le dan el rostro a una sociedad, uno de ellos, fundamental, es la lengua, pues una sociedad habla según piensa, según cree, según es.

La lengua latina, esa lengua que se encuentra al origen de las romances (español, francés, italiano, portugués y rumano, por citar sólo algunas), ha forjado nuestra civilización logrando una unidad de pensamiento, de expresión y hasta de Fe. Pues el latín -mal que les pese a algunos- sigue siendo la lengua oficial de la Iglesia, que, por ser universal y por vivir el semper in eodem (siempre en lo mismo), ha pretrificado ciertas ideas en términos inmutables por medio de un idioma que no cambia con los siglos.

Estas son algunas de las razones por las cuales, aún en ciertos ambientes progresistas (pero no completamente irracionales) se sabe que, para poder acceder a una cultura superior, pensar con más fineza y hasta comprender mejor la propia lengua, es necesario conocer el latín.

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