La vocación sacerdotal y religiosa: libro del P. Javier Olivera Ravasi (descarga gratuita)

Presentamos aquí, de modo gratuito y para descargar, un libro de nuestra autoría -hoy casi agotado- acerca del discernimiento de la vocación sacerdotal y religiosa.

El mismo fue escrito hace algunos años, con el objeto de ayudar a quienes estuviesen decidiendo acerca de estos tipos de vida.

Consideramos que, con las mejores intenciones, sobre este punto se puede pecar en dos sentidos: por defecto, creyendo que pocos y luego de conocer el mundo, noviar, hacer distintas experiencias, etc., etc., etc., deben ingresar a la vida sacerdotal o religiosa, o, por exceso, pensando que cuanto antes y cuantos más ingresen a este género de vida, mejor. Ambos son gruesos errores.

Sin duda que existirán (y existen) más y mejores trabajos sobre la materia; por nuestra parte, sólo hemos intentado resumir aquéllos que consideramos los mejores, adaptándolos para el lector de hoy, a quien pedimos indulgencia al leerlo.

Si alguna vocación se despertara a raíz de estas líneas y llegase a subir al altar de Dios o a consagrarse por medio de los votos, pedimos que supla con su vida las falencias de este servidor. Ese es el precio.

P. Javier Olivera Ravasi

24 de Junio de 2016, Solemnidad de San Juan Bautista

Para descargar: 

¿Alguna vez pensaste? (segunda edición castellana)

Uma coisa te falta…! (primera edición en portugués)


PS: la tapa del libro digital corresponde a la misa de difunto según el “modo extraordinario” que un amigo sacerdote celebró ante la tumba de su padre, a pocos días de su deceso. La “monaguilla” religiosa es su hermana de sangre por lo que, por esta vez, pase la corruptela litúrgica…


De la Introducción

¿Alguna vez pensaste…?

¿Alguna vez tu alma se vio tan inquieta, de modo tal que nada ni nadie podía detenerla al pensar en la inmensidad de Dios?

¿Alguna vez te detuviste a considerar que Dios sigue llamando a sus discípulos a que lo ayuden en la obra redentora?

¿Alguna vez se te pasó por la cabeza que quizás podría estar llamándote?

¿Alguna vez pensaste que podrías tener vocación a la vida consagrada o al sacerdocio?

Dios envía a cada uno, según Su voluntad, la vocación que le conviene para alcanzar la salvación eterna que, normalmente, se ve comprendida entre el matrimonio y la vida consagrada. Es justamente a este último modo de vivir según Dios que queríamos referirnos en estas breves páginas, en especial, porque creemos que – a pesar de que existe un mar de libros al respecto – nunca es poco lo que sobre el tema pueda decirse.

Lejos de lo que se piensa, Dios sigue llamando, hoy y siempre, a muchos hombres y mujeres a participar más íntimamente de la obra de la salvación; no es preciso ir a buscarlos muy lejos: están allí, entre nosotros. Son almas nobles que no desean otra cosa que inmolarse por Dios y su Iglesia; almas grandes que sólo buscan hacer algo de bien en estos tres o cuatro días que tenemos de vida; almas que desean almas…

Sin embargo, muchas veces los llamados de Dios se hallan escondidos, como escondidos están los tesoros, las perlas y los diamantes, ¡sólo hace falta descubrirlos! La vocación es eso: el tesoro de Dios para Su Iglesia; sólo es necesario descubrirlo, custodiarlo y sacrificarse por él. Nuestro Señor, ciertamente, nunca dejó ni dejará de enviar obreros a su mies, pero puede suceder – y lamentablemente ha sucedido en los últimos años – que muchos hombres y mujeres se sientan casi desamparados por la falta de criterio al tener que tomar una decisión trascendental como lo es la elección de estado para la vida sacerdotal o religiosa.

Pero… “¿puede ser que Dios siga llamando a pesar de lo mal que va el mundo?”

¡Claro que sí y a gritos! Según aquel gran patrono de la juventud que fuera San Juan Bosco, más del 30 por ciento de nuestros jóvenes católicos tienen vocación sacerdotal o religiosa, aunque muy pocos sean conscientes de ello.

Son muchos, muchísimos los jóvenes católicos que en algún momento han sido llamados a un estado de vida de mayor entrega por el Reino de los Cielos. Sin embargo, sucede que pocos han sabido reconocerla y muchos menos alimentarla. Además, hay al respecto una idea general bastante errada de lo que realmente significa el llamado a la vida sacerdotal o religiosa: hay quienes piensan que todo se debe a educación impartida por la familia, o a un “don especial” que se trae desde siempre.

Por otro lado, en los mejores ambientes llega a comprenderse, al menos en abstracto, que la vocación sacerdotal o religiosa es un regalo de Dios y que hay que rezar por su incremento, pero frecuentemente en esos mismos ambientes no siempre se pasa de esa idea teórica al juicio práctico de preguntarse:

“¿Y si Dios me llama para sersacerdote?”

O

“¿Y si Dios quiere que sea religiosa?”

Son estas, en más o en menos, las preguntas que nos han movido a escribir las siguientes líneas; no intentaremos, por lo tanto, hacer una especie de tratado acerca de la vocación religiosa o sacerdotal, sino simplemente se trata de dar una pequeña ayuda para aquellos que deban discernir o ayudar a discernir, si Dios los llama o no, a ese estado de vida.

Con las presentes páginas, que intentan seguir en todo la doctrina de los santos y maestros autorizados, deseamos brindar una ayuda para definir si es que Dios llama o no a alguien a la vida sacerdotal o religiosa. Nuestra idea es tranquilizar ante toda incertidumbre que aún mantiene al alma en un estado de indecisión, para hacerla reposar finalmente en las verdes praderas de la voluntad de Dios.

Para ello, intentaremos resumir y poner en claro la doctrina clásica de la Iglesia, y esto de la manera más sencilla posible. Dios quiera que sirva a más de uno.

7 comentarios

  
Maria
Gracias :D
25/06/16 6:55 PM
  
Daniel
Todavía no salgo de mi horror por la monaguilla, jeje

Gracias Padre!

Seguro será una valiosísima lectura.

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Jé!!! Lo de la "monaguilla" monja es una corruptela litúrgica...; esperemos que no se nos tome de modelo para las diaconisas... PJOR
26/06/16 2:53 AM
  
Monaguillas admitidas
En absoluto estoy de acuerdo con que sea una corruptela litúrgica el que haya monaguillas. San Juan Pablo II aprobó que pudiera haberlas y derogó las anteriores normas. Esto no tiene NADA que ver con el sacerdocio femenino.

En efecto, la Instrucción Redemptionis Sacramentum, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con fecha de 25 de Marzo de 2004, establece lo siguiente:
"A esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del Obispo Diocesano y observando las normas establecidas " (Nº 47).

En consecuencia, quedaron derogadas las disposiciones anteriores que no permitían este servicio litúrgico a las mujeres.

Tanto San Juan Pablo II como Benedicto XVI han celebrado la Eucaristía ayudados de monaguillas. El primero ya lo hizo en 1995. Así, pues, por favor, tenemos que tener respeto a la verdad y al magisterio de la Iglesia y no tenemos que ser más papistas que el Papa.
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No entraré en la discusión. Me hubiese gustado que comentase acerca del libro. Sólo dos cosas:
1) La Misa de la tapa, como dije, es la misa en "modo extraordinario", donde no entran las generales de la "Redeptionis Sacramentum". Por eso su comentario está fuera de lugar.
2) En el "Novus ordo", que "puedan ser admitidas" es un permiso a la regla gral. Nada más.
Gracias por su comentario y no la seguimos. La noticia es el libro en castellano y portugués. PJOR
26/06/16 11:10 AM
  
Aclarando, que es gerundio
Soy la misma persona del comentario anterior sobre la aceptación de las monaguillas.

Sin ánimo de crear polémica alguna, no creo que mi comentario estuviera fuera de lugar, pues usted no advirtió de que la misa de la portada fuera en "modo extraordinario"; se limitó a decir que era "una misa de difunto".

Es curioso que a Daniel, el comentarista anterior a mí, no le reprochara el que hablara sobre la monaguilla y a mí, que he puesto negro sobre blanco la doctrina de la Iglesia al respecto, sí.

No he comentado nada sobre el libro porque no lo he leído.

Un saludo.
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Tiene razón sobre que no aclaré (estaba seguro de haberlo hecho). Por eso puse que "estaba fuera de lugar". Ahí lo modifico. A Daniel no le dije nada pues él no objetaba nada, claro. El comentario era en tono de broma.
Por lo de las monaguillas o no, sería buen material para un post. No es el único ni el último documento sobre el tema el que ud. cita y otros lo han estudiado bastante. Gracias y buen domingo. Dios lo bendiga. PJOR
26/06/16 2:19 PM
  
Churrinche
¡Gracias, padre, por el libro! En cuanto pueda hacerme un tiempo lo voy a mirar.

Hay una pregunta que hace tiempo me está rondando la cabeza, viendo el estado de secularización actual de unos cuantos institutos religiosos. Supongamos una persona que cree que Dios la llama a la vida religiosa; descubre la espiritualidad de una determinada familia religiosa y esta le gusta y le ayuda a progresar en la vida espiritual; incluso el carisma fundamental relacionado con esa espiritualidad tiene mucho que ver con sus propios talentos y aptitudes; pero resulta que todos los institutos de ese carisma que tiene cerca (y con cerca pienso, su propio país) están realmente muy secularizados y la persona sospecha que no tiene grandes posibilidades de "sobrevivir" mucho tiempo adentro (sea por las presiones, sea por falta de apoyo, sea porque los superiores consideren que no se ajusta a "su" ideal de religioso). ¿Qué opciones le quedan a alguien así? ¿Puede suceder algo similar a lo que sucede después de una guerra, cuando un buen porcentaje de la población masculina ha muerto y por tanto hay mujeres que no tienen con quien casarse?

Sé que cuando esto se traslada a la realidad de los casos concretos, hay que ver todas las circunstancias una por una, es decir, en este tipo de cosas concretas no hay un talle universal que le quepa a todos, sino que las "soluciones" son a medida, pero igualmente no se me ocurre qué clase de salidas podría tener alguien en esa situación. Es como, curiosa. Por otro lado, ¿de dónde pueden salir reformadores para los institutos decadentes cuando se dan esos sistemas tan cerrados?

¡Bendiciones!
26/06/16 7:11 PM
  
Javier Olivera Ravasi
Churrinche: el tema que ha tocado también se me ha pasado por la cabeza varias veces. Y tiene razón.
Hoy algunas congregaciones religiosas se han convertido en una serie de manicomios indecentes que no sólo no siguen la regla, sino que incluso terminan des-humanizando a sus candidatos.
Yendo a su pregunta, si "la persona sospecha que no tiene grandes posibilidades de 'sobrevivir' mucho tiempo adentro", entonces que no entre... O al menos que no entre allí; cuando Dios da una misión, también otorga los medios. Y si entró y se dio cuenta de que la cosa no funcionaba y que difícilmente se le permitirá tener la paz espiritual y la salud mental como para desarrollarse cristianamente, entonces que se vaya.
Respecto de "puede suceder algo similar a lo que sucede después de una guerra" etc.; considero que sí; si no, pregúntele a aquellos católicos fervientes que, luego del Concilio Vaticano II querían ingresar a algún seminario o a alguna congregación religiosa, lo que les costaba encontrar un lugar... (yo conozco más de uno). De todos modos, no hay que ser tremendista. Cuando todo parece que está por hundirse, como parece ser nuestro tiempo, Dios se las arregla -con ese humor tan suyo- para mandar remeros, botes, salvavidas y demás cosas para que podamos sobrevivir en esos islotes de gracia que son ciertas familias, ciertos seminarios, ciertas fraternidades o congregaciones.

Por último, clarísimamente como ud. bien dice, es necesario "ver los casos uno por uno", porque, como siempre digo: Dios o es comunista.

¡Dios nos mande reformadores santos y nos mande también fundadores que, lejos de buscarse a sí mismos, sean dóciles y santos reflejo de la misión que Dios les confió. P. Javier
27/06/16 1:15 AM
  
María
Para Churrinche

Escribo desde España. Hace un 2 o 3 de años estuve en una profesión religiosa de una jovencita rubia de USA. Ni siquiera hablaba el idioma al principio: sus numerosísimos hermanos y sus padres, desde luego no. Nos sorprendimos mucho todos. El verano pasado estuve de visita y encontré a su madre y dos hermanos que esperaban a ese horario -como todo el mundo, estricta observancia- para verla... cruzando el Charco.

Como no gastan mucho tiempo en charletas y van a lo fundamental, todavía no sé cómo las conoció: no tiene web, ni correo electrónico ni, ni... el acomodo familiar también parecía muy austero: nada de hoteles.

Pues será que Dios cuando llama no mira las distancias
28/06/16 7:55 PM

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