Lo que Newman vio en la Iglesia de los siglos IV, V y VI
Como ya he relatado en numerosas ocasiones, uno de los instrumentos que el Señor usó para devolverme al seno de su Iglesia fue la lectura de sendos libros del Beato Henry Newman. Su “Apologia pro vita sua” y su “Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana” (*) fueron determinantes no tanto para que dejara de ser protestante, cosa que me habría sido concedido por el Señor sin la lectura de ambas obras, sino para no quedarme dentro de alguna de las iglesias ortodoxas.
Aunque la “Apologia” fue la obra que más impactó debido a la vívida descripción de la lucha que tuvo lugar en el alma del beato inglés -yo viví algo similar pero en mucho menos tiempo-, lo cierto es que lo que más me ayudó a entender donde estaba la Iglesia del primer milenio fue el otro libro sobre el desarrollo del dogma. Dicho desarrollo -que no alteración sustancial- era una de las señales inequívocas da la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia de Cristo. Y el mismo desapareció de las iglesias ortodoxas cuando abandonaron la comunión con el Obispo de Roma.
Quiero traer a la consideración del lector un par de párrafos de dicha obra. En ellos el beato resume brevemente lo que con anterioridad ha explicado en relación a la situación de la Iglesia en los siglos IV, V y VI y su comparación con la realidad de la Iglesia en el siglo XIX, que fue el que le tocó vivir a él:

Yo, Luis Fernando Pérez Bustamante (*), abrazo y recibo firmemente todas y cada una de las verdades que la Iglesia por su magisterio, que no puede errar, ha definido, afirmado y declarado, principalmente los textos de doctrina que van directamente dirigidos contra los errores de estos tiempos.
Debió resultar conmovedor. Al final de la Misa con motivo del 15º aniversario de la creación de la diócesis argentina de Merlo-Moreno, un fiel gritó para que todos le oyeran: “¡Viva Fernando María Bargalló!”. Y todos irrumpieron en un sentido aplauso. Seguro que se escapó alguna lagrimilla.
Esta mañana he podido escuchar en directo el diálogo -más que debate- entre el cardenal Cañizares y José Luis Rodríguez Zapatero, ex-presidente de gobierno. Radio María ha sido, hasta donde yo sé, el único medio de comunicación que ha retransmitido el acto, celebrado en la Universidad Católica de Ávila. El director de la Razón, periódico encargado de idear y organizar el evento, ha fungido como maestro de ceremonia.
A finales del verano del año pasado la Iglesia Católica en Austria dejó bien claro ante todo el mundo que tiene un problema interno de magnitud considerable y consecuencias catastróficas. El P. Helmut Schüller, que llegó a ser vicario general de la archidiócesis de Viena entre 1995 y 1999, lanzó el “Llamamiento a la desobediencia", que fue firmado inmediatamente por centenares de sacerdotes austriacos.







