Un obispo al servicio del totalitarismo linguístico nacionalista en la escuela
Cataluña es, todavía, una región de España en la que la que coexisten dos idiomas oficiales: español -también llamado castellano- y catalán. De hecho la mitad de la población catalana es hispano-hablante. Sin embargo, la totalidad de los niños y jóvenes que acuden a la escuela reciben las clases en catalán, sin que sea respetada la voluntad de los padres que desearían que sus hijos sean enseñados en el idioma oficial de todo el estado.
Se da además la circunstancia de que diversos tribunales han dado la razón a esos padres que quieren algo tan elemental como que sus hijos puedan utilizar en la escuela el idioma que han aprendido desde la cuna. El Tribunal Supremo ha dictado varias sentencias en ese sentido, pero las autoridades autonómicas catalanas, haciendo gala de un desprecio a la legalidad y a la justicia, han desobedecido al alto tribunal.
Por primera vez en décadas, parece que hay un ministro que quiere acabar con ese sinsentido. José Ignacio Wert pretende que la Generalidad catalana, ante la falta de colegios públicos donde se ofrezca el español como lengua vehicular en la enseñanza, se haga cargo del concierto de colegios privados donde tal opción esté disponible. De esa manera, se podría cumplir con la voluntad de los padres y garantizar el derecho de los niños.

Obras son amores y no buenas razones. Eso cabe decir del actual ministro de Educación de España, José Ignacio Wert, que en mens de un año está poniendo patas arriba, en el buen sentido del término, la política educativa de este país. Lo último que
Desde que ETA existe, no ha habido una sola víctima que se haya tomado la justicia por su mano. Desde que ETA existe, ningún huérfano ha matado a los asesinos de su padre o de su madre. Desde que ETA existe, no se ha sabido de viudos que hayan pegado un tiro en la nuca a los que sí hicieron tal cosa con sus cónyuges. El GAL no fue un invento de las víctimas sino de un gobierno corrupto.
Se supone que los que nos dedicamos al negociado de la información religiosa deberíamos tener un nivel de conocimiento de la materia con la que trabajamos superior, no solo al del común de los ciudadanos, sino también al de los periodistas no especializados.
Un año y pico después de que protagonizara uno de los casos más flagrantes de rebelión contra la autoridad doctrinal de la Iglesia en las últimas décadas, el P. Helmut Schüller, sacerdote austriaco impulsor del “llamado a la desobediencia", ha sido despojado del título de monseñor y de la condición de “Capellán del Papa". Su arzobispo, el cardenal Schönborn, fue el encargado de comunicarle la noticia. Y su respuesta ha sido realmente impactante: “Das ist für mich kein Drama”


