Tamayo "el arriano" en Kenia

Rumores de Ángeles ha tenido a bien poner a nuestra disposición el texto de la conferencia que el insigne y acreditadísimo teólogo Juan José Tamayo, secretario general de la Asociación de teólogos Juan XXIII, pronunció hace unos días en Nairobi, capital de Kenia, con motivo de la celebración del II Foro Mundial de Teología y Liberación. Foro que sin duda ha sido un éxito de participación si hemos de creernos el dato de algo más de trescientos asistentes que dan en algunas agencias. Verdaderamente impresionante.

Leyendo la conferencia del teólogo palentino he constatado un error bastante elemental, fácilmente corregible. Habla de la simonía usando como ejemplo a Ananías y Safira. Sin duda los dos cometieron un grave pecado que les llevó a la muerte (Tamayo diría que a manos de un Dios preconciliar y tridentino) pero no era el de simonía.

Otra de sus curiosas afirmaciones es que para el Corán "…la diversidad religiosa no es, por tanto, una desviación del camino de Dios, sino algo querido por Él. Pero no se queda en el reconocimiento y en la valoración positiva del pluralismo religioso, sino que invita al debate, a la discusión, entre judíos, musulmanes y cristianos. Una discusión que debe caracterizarse por el respeto y los buenos modale". O sea, ahora resulta que el Corán es el manual ideal para el diálogo inter-religioso y el respeto a las otras religiones. Siempre claro que un musulmán no decida convertirse a una de ellas, ya que entonces prescribe la ejecución del converso.

En realidad, el problema de Tamayo es que no es cristiano. Habla de un Jesús que no es el Jesús de la cristiandad. En su libro "Jesús y Dios" (Trotta, Madrid 2002) afirma lo siguiente:
"Aun cuando Jesús actúa con la autoridad de Dios, es llamado Hijo amado de Dios y está cerca de Dios, no es Dios."

Ante esa confesión de parte, ¿qué más hace falta? Por eso es absurdo que la progresía eclesial se rasgara las vestiduras cuando la Conferencia Episcopal declaró que Tamayo era un simple arriano y que no podía presentarse como teólogo católico. Para ellos es más grave que la Iglesia diga que un señor no es católico, a que ese señor diga que Jesús no es Dios. Los progres son así de majos. Son así de amantes de la verdad. Son así de "cristianos". Lo cierto es que, efectivamente, es absurdo que este señor vaya por la vida de teólogo católico cuando ni siquiera es cristiano, pues quien niega la divinidad de Cristo no puede llevar ni el nombre de cristiano ni mucho menos el apellido de católico.

¿Significa eso que no tiene derecho a opinar lo que le venga en gana sobre la religión cristiana y el resto de religiones? Por supuesto que puede. Él puede decir lo que quiera, donde quiera y de la forma que quiera. Pero nunca dándoselas de católico. Lo contrario sería una farsa. Como una farsa y una desgracia es que el bondadoso y beatífico Papa Juan XXIII, tenga que ver desde el cielo cómo su figura es profanada al ser usada para dar nombre a una asociación de teólogos, que más parece un conciliábulo de heterodoxos que otra cosa.

Luis Fernando Pérez Bustamante