Pues menos mal que el catolicismo está de capa caída

Si llega a estar en plena forma, habrían habido tortas por hacerse con el libro de Benedicto XVI -Joseph Ratzinger en sus ratos libres-. Yo prefiero esperar un tiempo. He leído tanto sobre ese libro que me apetece leerlo cuando haya pasado un poco todo el "boom" mediático actual. Y dado que se anuncia una segunda parte, no descarto esperar a que salga la misma para leer los dos libros. Pero independientemente de mis intenciones personales, hay una cosa obvia: en este país son muchos a los que les interesa saber lo que cree sobre Cristo el hombre que ha llegado a ser su Vicario.

Desde mi relativamente buen conocimiento del pensamiento y la obra de Ratzinger, ya sea como cardenal o ahora como Papa, creo que su libro contribuirá a fortalecer la fe de aquellos creyentes que lo lean y acercar la misma a los que la han perdido en su caminar por esta vida o a los que nunca la tuvieron. Nuestro actual Papa es lo más cercano a un Padre de la Iglesia que hemos tenido, y me temo que tendremos, en esta generación. Él hace apologética de la buena sin buscarla ex profeso. Hace teología de altos vuelos en un lenguaje que la gente puede entender. Habla y escribe como un maestro, cuyo dominio de la materia es tal, que no necesita de manual alguno o de citas previamente preparadas para dar una lección magistral.

Ahora bien, titular del post aparte, no quiero caer en ningún triunfalismo. No nos engañemos y no echemos las campanas al vuelo. El hecho de que Benedicto XVI venda 50.000 libros en un día no significa que los libros de temática religiosa vayan a poblar, a partir de ahora, los estantes de las librerías comunes y de los grandes almacenes. Ellos seguirán dando más espacio a libros de cualquier otra temática, incluída la de la pseudo-espiritualidad novaerista y el esoterismo. Si ahora venden el libro del Papa es porque hay negocio de por medio. Pero España todavía es un país donde el consumo de literatura cristiana está a unos niveles ínfimos fuera del ámbito de los que viven sirviendo en la Iglesia o de los que están comprometidos en mayor o menor grado con la fe. Y mejor no entro en la realidad de las librerías "confesionales", porque no quiero acabar este post enfadado.

Sea como sea, aprovechemos el buen momento que se nos presenta con el libro del Papa para presentar a nuestros ciudadanos a Aquél sobre quien Benedicto XVI ha escrito: Jesucristo. Él es el verdadero protagonista, el verdadero Maestro, el verdadero Padre de la Iglesia, el verdadero Apologeta de la verdad y la vida.

Luis Fernando Pérez