¿Se atreverán los políticos italianos a ir más allá en contra del aborto?
La noticia es sin duda muy positiva: “El Parlamento italiano ha aprobado una moción que obligará al Gobierno de este país a proponer ante la Asamblea General de la ONU una resolución que condene la utilización del aborto como instrumento de control demográfico“. Esto ha sido posible gracias a la iniciativa de Rocco Buttiglione, político italiano que se hizo “famoso” en el 2004 cuando José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, incluyó su nombre entre los candidatos a comisarios de la Comisión, pensando asignarle las carteras de justicia, libertades y seguridad. Tal hecho coincidió con unas declaraciones de Buttiglione en las que, desde su condición de católico practicante, defendía la doctrina católica sobre la homosexualidad y la familia. Eso motivó que la izquierda europea se le echara encima de tal forma que finalmente hubo de decir no al ofrecimiento de Durão Barroso. Aquello sirvió, dicho sea de paso, para que muchos comprendiéramos de verdad lo que es ese ente llamado Unión Europea.
El caso es que este político italiano no sólo es católico sino que ejerce de tal a la hora de hacer política. No se le va la fuerza por la boca como a muchos de sus “hermanos en la fe” de Europa y, muy especialmente, de España. Porque, ya me dirán ustedes dónde está el Buttiglione español que sea capaz de llevar al parlamento una iniciativa de ese calibre. La partitocracia española impide que haya versos sueltos que tengan el valor de volar libre de las ataduras de los aparatos de los partidos. Si un diputado popular, y no digamos nada si es socialista, osara plantear algo así, sus posibilidades de repetir en las listas de las próximas elecciones generales serían más bien escasas. Antes que luchar contra el aborto, aquí es más fácil que populares y socialistas acuerden debatir en el parlamento sobre una posible condena a las palabras del Papa sobre el Sida en el avión que le llevaba a África. Es más, conociendo el percal, no descarto que asome algún diputado de izquierdas que pida que el parlamento español proponga ante la ONU una propuesta radicalmente contraria a la que Italia va a presentar.
Dice el bueno de Rocco que “estamos todos de acuerdo en que el aborto es en todo caso un mal, pero siempre nos dividimos entre quién está centrado en defender la vida y quién es el que defiende la libertad de elección. Es hora de contestar a esto en todo el mundo: quien está contra la vida está contra la capacidad de elección". No tengo yo claro que en Italia estén todos de acuerdo en que el aborto es siempre un mal, pero desde luego en España no ocurre tal cosa. Hace unos días nos hicimos eco en InfoCatólica de un texto de la Junta de Andalucía en el cual se consideraba que el aborto era un “alivio” para la mujer que lo llevaba a cabo. Si Buttiglione tiene razón y la izquierda italiana considera que el aborto es un mal, aun aceptando que la mujer tiene “derecho” a llevarlo a cabo, estaríamos ante la evidencia de que la izquierda del país transalpino es algo más civilizada que la nuestra. Con quienes llaman mal al aborto hay alguna posibilidad de debate sobre la manera de impedir dicho mal. Con quienes le llaman “alivio” al asesinato de inocentes en el seno materno, no hay nada que hablar.
Ojalá esta iniciativa del parlamento italiano sea la primera de una lista que lleve a lucha eficazmente contra el aborto en el mundo. No sé qué ocurrirá en la ONU aunque sospecho que se votará no a esa propuesta. Pero el mero hecho de presentarla, ya es un triunfo. Ahora bien, si el parlamento italiano no quiere que el aborto no sea una medida más de control de la natalidad, ¿por qué no se plantea de verdad poner coto al mismo dentro de su propia nación? ¿llegaremos a ver el día en que un país tenga el “valor” de reformar su ley sobre el aborto para restringirlo al máximo o, directamente, declararlo ilegal en cualquier circunstancia? Porque si algo está mal, habrá que evitar que se produzca. Si los estados se encargan de ayudar a que las mujeres con problemas lleven a buen puerto sus embarazos, no habrá excusa alguna para no penalizar con la ley el crimen horrendo del aborto. Si la ley ha facilitado el mal, usemos la ley para restringir su expansión.
Luis Fernando Pérez Bustamante
12 comentarios
Parece mentira que no aparezca algo semejante en España, donde creo se dan las mismas condiciones, si alguien se atreviera a ello.
Respecto a lo que pasaría en España si algún político osase plantear una proposición como la de Buttiglione en la ONU, basta con echar una mirada a las lista del PP en las pasadas europeas y ver dónde están los que votaron a favor del derecho al aborto y la eutanasia en el Parlamento Europeo el pasado 14 de Enero, y ver dónde han acabado los que votaron en contra.
Sobre la iniciativa de Buttiglione, me parece digna de elogio, si bien el lenguaje que se emplea en determinados fragmentos del texto confunde las causas con los efectos y coge el rábano por las hojas. Pero bienvenida sea, de todas formas.
El resto, más políticos que católicos, habiendo aprendido la lección, callan, suspiran y miran hacia otro lado.
No se trata de ninguna novedad. Pasó con Aznar, pasa con Rajoy y pasará con Rato. Los tres, antes que cristianos, son otra cosa.
Mientras exista un PP que "juegue" a ser el único partido de derechas, su principal objetivo será eliminar toda competencia de derechas. Y eso mientras se sigue adentrando en territorio socialdemócrata para intentar "pescar" votos en los antiguos caladeros de centroizquierda de aquella UCD que nutrió de tantos dirigentes al PSOE de don Felipe González Márquez.
Hablando de la UCD ¿sabéis cuántos cargos de la UCD del País Asko (todos mis respetos a las dos Provincias Vascongadas: Álava debe ser independiente, tal y como desea su pueblo) siguen vivos? Exacto: Jaime Mayor Oreja, el único al que ETA todavía no ha logrado asesinar. Por eso, pobrecillos, ninguno pudo pasarse al PSOE como tantos otros hicieron en el resto de esta nuestra piel de toro.
Así es la política aquí. Algo que hay que cambiar de arriba a abajo. Empezando por "memoria, libertad y justicia" para todos, muy especialmente para las víctimas del terrorismo, y siguiendo por votar otras opciones diferentes, que no sean tan "pestíferas" (por usar un adjetivo tan frecuente en las condenas papales del Denzinger).
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Exactamente por eso que dices, he especificado que "todos mis respetos a las dos Provincias Vascongadas: Álava debe ser independiente, tal y como desea su pueblo".
Por eso mismo, "no juzguemos si no queremos ser juzgados" (Mt.7,1)
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Toda la razón te asiste.
Un fuerte abrazo
En general, cuando un cura habla de política, por un oido me entra y por otro me sale. En este caso concreto, estaba de acuerdo con los obispos, pero creo que queda claro que Aznar y Mayor Oreja tenían razón, y que los obispos y yo nos equivocamos.
A mi no me importa equivocarme -de hecho, me encanta que no se produjeran los problemas que pensaba iban a suceder-, pero, si nos creemos el caracter magisterial de las opiniones episcopales sobre cuestiones políticas, el error de la Iglesia es mucho más grave.
Sobre los ascos, o simpatías que cada uno sienta sobre un colectivo no tengo nada que opinar, aunque agradezca las amables, y seguramente inmerecidas, palabras de Luis Lopez, pero por muchas apostillas de respeto que haga, está claro que su juego de palabras muy respetuoso no ha sido. Sí, en cambio, tan absurdo como los que sienten asco de España, por cualquier excusa tonta -porque había un montón de franquistas, o porque colonizaron América-, o los que odian a los alemanes, o a los judios, o a las mujeres, o a los negros, o a los blancos.
Aunque no se que tiene que ver todo esto con Buttiglione, que es una figura formidable, que por desgracia, no veremos en la casta política casera ni por asomo. Ya podía presentarse a las siguientes elecciones europeas, con un apoyo fuerte de, por ejemplo, el Papa. Igual entonces empezaban a cambiar las cosas también en casa.
Sí, con el favor de Dios, sí llegaremos a verlo. Ojo, hubo un intento en Irlanda, si mal no recuerdo, que no salió, pero que se propuso. Hay que proponerlo.
Proponer DEROGAR la actual ley de despenalización. Y proponer que la ley actual se quede IGUAL está pero limitando a 16 semanas los casos de "grave peligro para la vida o la salud tal y cual". Y proponer que el anteproyecto actual SIGA COMO DESPENALIZACIÓN aun con mil aberraciones. Y proponer que los obispos sugieran que los católicos diputados o senadores que voten el actual anteproyecto o morigerado algo en poco están incurriendo en GRAVE PECADO MORTAL.
Todo lo que se pueda hacer para impedir que salga el anteproyecto o que los católicos que tenemos como representantes voten favorablemente con buena conciencia. Todo será poco.
Editado.
Así que católicas que no cristianas, ¿verdad?
Pues nada, usted es un comentarista... no comentarista.
Diga lo mismo sin meterse con el catolicismo y no le editaré el comentario.
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