Carlos Salvador, el aborto, los cobardes y los tibios
Como cabía esperar, la totalidad de los partidos políticos del arco parlamentario en España se oponen a la iniciativa del diputado navarro Carlos Salvador, que pretendía que las mujeres que quieren abortar en España sean del todo conscientes de qué es “aquello” que van a eliminar. Para ello deberían recibir la imagen de una ecografía en la que se viera el ser vivo que está en su seno.
Es bastante probable que la mayor parte de las mujeres decidieran seguir adelante con su aborto, pero a nadie le debe caber la más mínima duda de que tal iniciativa, se salir adelante, salvaría vidas. Que es lo que pretende el único diputado realmente provida que hay en la Cortes españolas. Eso sí, su partido, UPN, no es tan provida como él. El gobierno navarro paga abortos con dinero público.
Entre las reacciones contrarias a la iniciativa de don Carlos, me llama mucho la atención la de Rosa Díez, líder de UPyD. Ha dicho ni más ni menos que es una “absoluta barbaridad” y un “completo despropósito”. Ya sabíamos que el partido de la política vasca es tan abortista como el que más, pero no pensé que se fuera a poner a la cabeza de la oposición a algo tan elemental como informar a una mujer de lo que pretende hacer con su hijo no nacido.

Cuando un porcentaje importante de los medios de comunicación de todo el mundo (*) están informando de la entrevista del Papa de tal manera que parece que la semana que viene se va a abrir una clínica abortista en pleno Vaticano y al mes próximo el Santo Padre va a ser padrino de una boda entre lesbianas oficiada por la primera sacerdotisa católica, algunos miembros destacados del lobby gay en Argentina no lo ven tan claro. Y si no, lean, lean:
La policía municipal de Córdoba desistió de contar fieles. Algunas cifras hablan de 150.000. Otros piensan que más. Lo cierto es que
Si hay un término que este Papa está usando continuamente es el de “periferias existenciales”. En la última vigilia de Pentecostés, lo explicó así: “Una Iglesia cerrada es una Iglesia enferma. La Iglesia debe salir de sí misma. ¿Adónde? Hacia las periferias existenciales, cualesquiera que sean, pero salir“.
En Finlandia tienen al frente del Ministerio de Interior a una cristiana luterana evangélica. Es decir, luterana de verdad, no como ese engendro en que se ha convertido el luteranismo infectado de liberalismo teológico, que por mucho que pretenda mantener el nombre de evangélico, hace tiempo que lo tiró por la letrina de su degeneración doctrinal y moral.
El ministro católico


