Me mata usted a mi hijo enfermo para que el sano engorde
Lo primero de todo, quiero rogar a mis lectores cristianos que pidan a Dios por la convresión de los protagonistas de este post. La gracia de Dios llega también a quienes son capaces de matar a sus hijos si en verdad se arrepienten y se entregan a los pies de Cristo.
“Mi marido y yo decidimos abortar al bebé enfermo por la mala calidad de vida que iba a tener y para que así el otro bebé sano cogiera más peso y creciera mejor“…
¿Qué puedo uno decir ante semejante declaración de parte? Muchas cosas. O ninguna. Se puede alzar la voz y soltar todo aquello que el corazón indignado quiere expresar o quedarse sin palabras porque no existen aquellas que sirvan para describir lo que se siente.
Lo que ha ocurrido en Cádiz pone ante la opinión pública la realidad del aborto de una manera que incluso los máss ardientes defensores del derecho a matar -lo llaman derecho a decidir- tienen que bajar la cabeza para que no se les note el enrojecimieno que en el rostro produce la desvergüenza.
Todas las barbaridades que rodean al mundo de la cultura de la muerte se dan en este caso. Primero, la maternidad se convierte en un bien de consumo. Es decir, se quiere tener hijos como se quiere tener un buen coche. No es que sea malo querer tener descendencia, pero sí lo es que se use cualquier método, por muy inmoral que sea, para lograr tal fin. Muchos de los que son padres hijos nacidos de la fecundación artificial tienen también un número indeterminados de hijos que permanecen congelados a la espera de ser implantados en el seno de una mujer para poder desarrollarse.

Por primera vez desde hace unos cuantos años, ayer entré en un chat alojado en una web protestante evangélica. No era mi intención intervenir. Solo quería ver como se desenvuelven los evangélicos hispanohablantes que usan esa herramienta de comunicación. De vez en cuando visito sus foros y la verdad es que el nivel teológico de los mismos se ha desplomado en la última década y está en unos niveles alarmantes. Una de las razones de dicho desplome es que sectas como los adventistas del séptimo día, los testigos de Jehová y grupúsculos que profesan todo tipo de herejías trinitarias y cristológicas han plantado sus reales en algunos de dichos foros.
Los socialistas españoles llevan tiempo empeñados en atacar a la Iglesia, su financiación, su presencia en la arena pública, etc. No creo que exista en toda Europa una izquierda tan casposa, tan decimonónica y tan patéticamente anticlerical. Los liberales de siempre son nacionalcatólicos si se les compara con el actual PSOE. De forma que los pocos políticos católicos que forma parte de sus filas deben de estar viviendo en una especie de paraonia bipolar. Es difícil encontrar más odio e inquina irracional hacia el catolicismo y lo que significa para este país. Difícil, pero no imposible. Basta pasarse por Libertad Digital y leer a su articulista protestante. Pero ese es otro tema…
Como quiera que estamos en Cuaresma, creo que es un momento oportuno para recordar que de la misma manera que no se puede construir una casa empezando por el tejado, no habrá forma de que exista una nueva evangelización que no tenga como base aquello que hicieron precisamente los primeros evangelizadores. El precursor de Cristo fue claro. Cristo mismo fue claro. Y la primera predicación de un apóstol fue clara. He ahí lo que dijeron:
Mucho revuelvo ha provocado el








