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30.05.16

Un corazón fiel para cumplir sus preceptos

Jer 17,9-10
Lo más falaz de todo es el corazón, y lo más insanable. ¿Quién lo entiende? Yo, el Señor, escudriño el corazón, examino las entrañas, para retribuir a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras.

2 Tes 2,11-13
Por eso Dios les envía un poder seductor, para que ellos crean en la mentira, de modo que sean condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que pusieron su complacencia en la injusticia. Nosotros, en cambio, debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos, amados del Señor, porque os eligió Dios como primicias para la salvación, mediante la acción santificadora del Espíritu y por la fe en la verdad.

Rom 16,17-19
Os ruego, hermanos, que tengáis cuidado con los que producen discordia y escándalos contra la doctrina que aprendisteis. Alejaos de ellos, pues ésos no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino a su propio vientre, y mediante palabras dulces y aduladoras seducen los corazones de los ingenuos. Vuestra obediencia ha llegado al conocimiento de todos; por eso me alegro por vosotros, pero quisiera que fuerais sabios para el bien y sencillos, en cambio, para el mal.

Luc 6,43-46
Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni tampoco árbol malo que dé buen fruto. Pues cada árbol se conoce por su fruto; no se recogen higos de los espinos, ni se vendimian uvas del zarzal. El hombre bueno del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el malo de su mal saca lo malo: porque de la abundancia del corazón habla su boca. “¿Por qué me llamáis: «Señor, Señor», y no hacéis lo que digo?”

Heb 3,12-14
Vigilad, hermanos, para que ninguno de vosotros tenga un corazón malvado y sin fe que le haga apostatar del Dios vivo; al contrario, exhortaos mutuamente todos los días, mientras perdura aquel “hoy", para que nadie se endurezca por la seducción del pecado.  Pues hemos sido hechos partícipes de Cristo a condición de que mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio.

Fill 3,18-19
Porque muchos -esos de quienes con frecuencia os hablaba y os hablo ahora llorando- se comportan como enemigos de la cruz de Cristo: su fin es la perdición, su dios el vientre, y su gloria la propia vergüenza, porque ponen el corazón en las cosas terrenas.

Heb 12,4-6
Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado,y habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos.

Salm 36,2-5
Un oráculo de pecado habla al impío en lo íntimo del corazón. El temor de Dios no está ante su vista. Se engaña a sí mismo, a sus propios ojos, para no descubrir su culpa y detestarla. Las palabras de su boca son malicia y fraude, ha renunciado a ser sabio y obrar el bien. En su lecho maquina malicia, se obstina en camino nada bueno, no reprueba el mal.

Salm 86:11
Enséñame, Señor, tu camino, para que ande en tu fidelidad. Haz que mi corazón sea sencillo, para que tema tu Nombre. 

Salm 119:34
Dame inteligencia para guardar tu Ley, y observarla de todo corazón.

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