InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: Enero 2015

15.01.15

El Papa reconoce lo obvio: la libertad de expresión tiene un límite

No puedes jugar con la religión de los demás. No puedes insultar su fe o reírte de ella… En la libertad de expresión hay límites“.

Son palabras del Papa Francisco a los periodistas en el avión que le llevaba de Sri Lanka a Filipinas. Deja así claro que él tampoco es Charlie. Que no vale todo. Que condenar el atentado contra los responsables de la revista Charlie Hebdo no significa alabar el tipo de libertad de expresión de la publicación. Porque esa libertad se construye en base al ataque y la burla de lo que es considerado como más sagrado por millones de ciudadanos. 

Es de esperar que las declaraciones del Santo Padre produzcan cierto revuelo entre los medios de comunicación que han canonizado civilmente a la revista blasfema francesa, pero lo que ha dicho el Papa lo piensa cualquier católico con un mínimo de respeto por su fe, por Dios y por la Iglesia.

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12.01.15

Silvano, desde Athos (IV)

Acompaño esta cuarta entrega de los textos del monje Silvano de Athos con una fotografía del religioso, que es considerado como santo por las Iglesias ortodoxas.

¡Santifica, Señor, a todos los pueblos de la tierra por tu Santo Espíritu! Y tu voluntad será cumplida, en la tierra y en el cielo, porque te ha sido dado todo el poder. 

Mi corazón sufre por los hombres que no conocen a Dios. Aquel que abandona a su Creador, ¿cómo enfrentará al Juicio universal? ¿Adónde podrá huir para ocultarse de la Faz del Altísimo? Yo ruego a Dios constantemente por todos para que sean salvados y se regocijen eternamente con los ángeles y los santos. Bienaventurada el alma humilde, porque Dios la ama. Los cielos y la tierra alaban a los santos por su humildad; el Señor les concede estar con Él en la gloria. “Allí donde yo estoy, allí estará mi servidor". 

El Espíritu Santo nos enseña a amar a todos los hombres, a tener compasión de los pecadores y a rogar por su salvación. 

Señor, guíanos y reúnenos como una madre muy tierna con sus pequeños. Enseña a todo hombre tu Venida, revela el poder de tu ayuda y restaura el alma de tus fieles. 

Nosotros no podemos contener la plenitud de tu Amor; las cosas terrestres oscurecen nuestro espíritu: ¡Ilumínanos! 

La oración nos conserva la paz y, conservándola obtenemos la salvación. Tal es la enseñanza de Serafín de Sarov. Mientras vivió, el Señor, -a causa de este gran orante-, protegió a Rusia. Después de él nos ha sido dado el Padre Juan de Cronstadt. Su oración, como una columna, se elevó hasta el cielo. Nosotros no sólo hemos escuchado hablar de él; sino que él ha vivido ahora y lo hemos visto orar con nuestros ojos. Recuerdo cómo lo rodeaba el pueblo y pedía su bendición cuando, después de la liturgia, dejaba la iglesia. Aún en medio de tal gentío, su alma permanecía fija en Dios y no perdía la paz. Él amaba a los hombres y no cesaba de rogar por ellos: “Señor, envía tu paz a todos los pueblos, da a tus servidores tu Santo Espíritu, para que los encienda con su Amor y les enseñe toda la verdad. Señor, haz que tu gracia repose sobre tu pueblo; da tu gracia a todos los hombres para que te conozcan en la caridad y digan como los apóstoles sobre el monte Tabor: “¡Que bien se está aquí, Señor, contigo!". 

Así oraba sin cesar por los hombres, y así conservaba la paz de su alma. Nosotros, al contrario, la perdemos porque no amamos a los hombres. 

San Païsi rogaba por su discípulo, que había abandonado a Cristo. Fue entonces que el Señor se le apareció y le dijo, queriendo consolarlo: “Païsi, ¿ruegas por aquel que ha renegado de mí?” Pero el santo no por eso dejó de orar y llorar por el errante. “¡Oh Païsi, -le dijo entonces el Señor-, me has igualado en el Amor!" 

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10.01.15

Es inaceptable que se ensalce la blasfemia



Noticia de ayer, tal y como la dio la Agencia Efe (ver vídeo):

El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha condenado hoy el atentado sucedido en París contra la libertad de expresión y de información y contra unos compañeros que “ejercen un servicio del humor satírico pero necesario también en una sociedad democrática y libre”.

En el telediario de ayer en 13 TV, dirigido y presentado por Alfredo Urdaci, tras denunciar la intolerancia de buena parte del Islam, dijo lo siguiente en su editorial:

es el día también para recordar que existe un cierto derecho a la blasfemia, ¡SÍ!, ¡que debemos defender!, por mucho que pensemos que el ataque se dirige a algo que consideramos sagrado. Derecho que está contenido en ese derecho a la libertad de expresión que reconocen todas las constituciones de occidente y que forma parte de la esencia de una civilización que ha permitido un alto grado de conviencia pacífica gracias al control de la violencia".

Y, según me cuentan, en Cope llevan dos días “canonizando” la libertad de expresión.

Señores,¿desde cuando la blasfemia es un servicio a la sociedad? ¿desde cuándo existe el derecho a blasfemar? ¿desde cuándo la libertad de expresión no tiene límites? ¿y cómo es posible que un portavoz episcopal y los medios de comunicación de la Iglesia en España se suban a ese carro?

Juanjo Romero publicó ayer un post que refleja la postura de InfoCatólica sobre lo que ha acontencido en París estos días. Condenamos, faltaría más, los asesinatos. Creemos también que el fundamentalismo islámico está entre las mayores amenazas, si no la mayor, que sufre el mundo hoy en día. Pero que a los viñetistas de Charli Hebbo les hayan asesinado un par de miserables no cambia el juicio moral que merecían sus viñetas.

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8.01.15

Silvano, desde Athos (III)

Tercer post de la selección de textos de la obra de Silvano (s. XX), monje del Monte Athos, centro de espiritualidad monástica ortodoxa más importante del mundo:

El Señor nos ama, pero nos envía sufrimientos para que reconozcamos nuestra impotencia y lleguemos a ser humildes. Ciertamente, si alguien sufre por pobreza o enfermedad, pero no soporta su mal con humildad, sufre inútilmente. El humilde, al contrario, está siempre contento, porque Dios es su riqueza y su gozo. 

¿Puede el Espíritu de Cristo desear el mal a alguien? ¿Somos llamados por Dios para esto? El Espíritu Santo es como una madre que ama a su hijo y comulga con sus sentimientos. Se hace conocer en la oración humilde, sufre con nosotros y perdona, cura e instruye. Quien por el contrario, no ama a sus enemigos y no reza por ellos, se atormenta a sí mismo y atormenta a los otros, y no conocerá jamás a Dios. 

Quien ama verdaderamente a Dios ora sin interrupción; ha experimentado la gracia en la oración. Por supuesto tenemos las iglesias para rezar y los libros litúrgicos, pero que tu oración interior esté constantemente contigo. 

En las iglesias se celebra el culto, y allí habita el Espíritu Santo. Pero que tu alma también sea la iglesia de Dios; para el que ora sin cesar, el mundo entero es una iglesia… Pero no es así con todos. Muchos hombres oran con los labios y prefieren orar con la ayuda de libros; por supuesto que el Señor acepta su oración. Él ha tenido piedad de todos aquellos que oran. Pero aquel que, orando, piensa en otra cosa no será escuchado por el Señor. 

Quien pierde la humildad perderá igualmente la gracia y el amor de Dios; la oración se apaga en él. Pero quien ha sobrellevado las pasiones y abraza la humildad obtiene de Dios su gracia; ora por sus enemigos como por sí mismo, ora por el mundo entero con lágrimas de fuego. 

Cuando recibí la gracia del Espíritu Santo, supe que Dios había perdonado mis pecados. Su gracia me dio un testimonio de ello, y pensé no tener necesidad de nada más. Pero no se debe pensar así; aunque nuestros pecados hayan sido ya perdonados, nos será necesario recordarlos toda la vida, en la compunción y el arrepentimiento.

Un alma humilde y experimentada agradecerá constantemente al Señor su gracia y si Dios la transporta todos los días al Cielo y le hace ver su gloria, dirá: “Señor, me muestras tu gloria, pero dame también las lágrimas y la fuerza para agradecerte; a Ti la alabanza en el Cielo y sobre la tierra; a mí, al contrario, las lágrimas por mis pecados". El Señor me ha hecho comprender, en su amor y misericordia, que debemos llorar nuestros pecados durante toda nuestra vida. Nada es más grande que alcanzar la humildad de Cristo. El humilde vive ciego y contento, todo es bueno en su corazón. Sólo los humildes ven al Señor en su Espíritu. La humildad es la luz en la cual vemos a Dios que es la Luz. “En tu luz veremos la Luz", dice el salmo. 

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7.01.15

Sabiendo la verdad, ¿haremos caso a los que proponen la mentira?

Sabiendo que:

- Dios ha enviado a su Hijo unigénito para que todo el que en Él cree sea salvo (Jn 3,16).

- Cristo dijo que de nada vale creer en Él si no se hace caso a lo que dice (Luc 6,46-49.

- Dios es paciente con nosotros, no queriendo que nadie se condene sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Ped 3,9).

- Dios ha derramado su Espíritu sobre sus hijos para que sean libres y puedan ser transformados de gloria en gloria a imagen de Cristo (2 Cor 3,17-18).

- El que vive constantemente en pecado, no es de Dios (1 Jn 3,8-9), conociendo igualmente que cuando pequemos ocasionalmente, abogado tenemos para con el Padre: Jesucristo (1 Jn 2,1).

- Dios no permite que seamos tentados más allá de lo que podamos soportar, pues Él mismo nos da fuerzas para vencer la tentación (1ª Cor 10,13). 

- En ninguna manera la misericordia y la gracia suponen vía libre para pecar (Rom 6.15).

- El Dios que nos llama a ser santos como Él es santo (1 Ped 1,6), que nos pide que trabajemos arduamente, con temor y temblor, en nuestra salvación (Fil 2,12), es el mismo Dios que produce en nosotros tanto el deseo de santidad y salvación (Fil 2,13) como la capacidad para llevar a cabo las obras que Él preparó de antemano con ese fin (Efe 2,10), para mayor gloria suya (Mat 5,16). 

- Si alguien nos predica otro evangelio, debe ser rechazado radicalmente (Gal 1,8-9).

- Si a Cristo el mundo le rechazó porque amó más las tinieblas que la luz (Jn 3,19), los que son de Cristo también serán rechazados y perseguidos por ese mismo mundo (Jn 15,18-20).

Es evidente que:

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