Gara se une de nuevo a los enemigos eclesiales de Mons. Munilla
El refranero español, rico como pocos, tiene una frase muy apropiada para definir lo que está ocurriendo en la Iglesia en el País Vasco: “Dios los cría y ellos se juntan". Efectivamente, el cambio que Roma ha marcado para las diócesis vascas, que por ahora ha alcanzado a la de San Sebastián y a la de Bilbao, tiene la virtud de convertir en compañeros de camino a personajes y grupos de lo más diverso. Hablamos de unas iglesias locales gobernadas en las últimas décadas por pastores claramente nacionalistas -fue Mons. Setién el que dijo que quería más a unas ovejas que a otras- o por alguno, que sin serlo, no pudo, no supo o no quiso librarse del poder del clero progresista y abertzale.
El principal objetivo de los que quieren que todo siga igual es Mons. Munilla, obispo de San Sebastián. Desde medios progre-eclesiales como Religión Digital se inició una campaña brutal contra el prelado vasco. Empezó antes de que fuera elegido, continuó cuando fue nombrado por el Papa y siguió después de que tomara posesión de la diócesis guipuzcoana. El perfil eclesiástico de don José Ignacio, hombre fiel a la Iglesia y al Magisterio que además tiende a decir las cosas claras, era más de lo que podían soportar los que quieren una Iglesia sometida al imperio progre-nacionalista en el País Vasco.