12.07.12

(185) La Cristiandad. Santo Tomás y la perfección cristiana

(185) De Cristo o del mundo -XXVII. La Cristiandad. 8 -Santo Tomás y la perfección cristiana


–Increíble. ¿En plenas fiestas de San Fermín y cuelga un post en su blog?

–Esto puede ayudarle a hacerse una idea aproximada de mis virtudes.

Santo Tomás de Aquino, al formular la teología de la perfección, consideró aspectos importantes de la relación entre el cristianismo y el mundo secular. El nacimiento de las Órdenes mendicantes trajo consigo graves disputas teológicas en torno a la pobreza y a los estados de perfección. Y esto dió ocasión a que Santo Tomás (1225-1274) tratara de estos te­mas con particular interés. Es en el siglo XIII, especialmente, cuando se alzan grandiosas las Catedrales y las Sumas teológicas, las mayores maravillas de la Edad Media.

Para lo que a nosotros nos importa aquí, conviene destacar entre sus obras: Contra impugnantes Dei cultum et religionem (contra Gui­llermo de Saint-Amour) (1256); Summa Theologiæ II-II, 179-189 (1261-1264); De perfectione vitæ spiritualis (contra Gerardo de Abbeville) (1269), y Contra pestiferam doctrinam retrahentium homines a religionis ingressu (1270).

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5.07.12

(184) La Cristiandad. La caballería medieval

(184) De Cristo o del mundo -XXVI. La Cristiandad. 7. La caballería medieval

–O sea que en la Edad Media los cristianos iban a caballo… ¿Es eso, no?

–Más o menos. Ahora le cuento.

La semejanza entre la vida religiosa y la vida laical se mantiene a lo largo de todo el milenio de la Cristiandad, más o menos del 500 al 1500. En estos siglos el hogar verdaderamente cristiano guarda una relativa homogeneidad con el monasterio, y a veces parece un convento por la piedad y la austeridad de las costum­bres. Nada tiene esto de extraño si sabemos que con frecuencia los hijos, especialmente los de los nobles, son encomendados a monjes, frailes o religiosas para que reciban una edu­cación in­tegral. La vida de los religiosos y la vida de los laicos es la misma, la vida en Cristo, vivida en modalidades diferentes. Y no es raro que algunos laicos, al tener ya cria­dos los hijos o al quedar viudos, se hagan religiosos o terciarios, o se retiren a un mo­nasterio al final de sus vidas –como todavía lo hace Carlos I de España a mediados del XVI–.

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27.06.12

(183) De Cristo o del mundo -XXV. La Cristiandad. 6. Laicos medievales-II

–A lo mejor la canonización del rey San Luis fue más bien política. Digo.

–Y dice mal. Justamente fue de los primeros santos medievales que fueron canonizados por la Iglesia después de un Proceso rigurosamente canónico.

En el artículo anterior traje como ejemplo de santidad laical en la Edad Media el ofrecido por las comunidades de los Humillados. Esta vez considero esa santidad en la persona de un laico santo, que no tiene otra comunidad que su propia familia.

San Luis de Francia nació en 1214, en el tiempo en que surgieron los franciscanos y dominicos. Luis IX fue rey de Francia desde 1226, año en que muere su pa­dre. Blanca de Castilla, su madre, llevó la regen­cia un tiempo. El rey Luis casó con Mar­garita de Provenza, a la que amó siem­pre mucho, y con la que tuvo once hijos. Mu­rió junto a las murallas de Túnez en 1270, a los cincuenta y seis años de edad.

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20.06.12

(182) De Cristo o del mundo -XXIV. La Cristiandad. 5. Laicos medievales-I

–No entiendo. ¿Cómo puede usted hablarnos de la espiritualidad de los laicos en la Edad Media si no fue descubierta hasta siglos más tarde, en el Concilio Vaticano II?

–Lo que usted pretende es hacerme rabiar y provocarme. Pero no caeré en la trampa.

Religiosos y laicos medievales. Hemos explorado la espiritualidad de los religiosos en la Edad Media –benedictinos, franciscanos y dominicos–, poniendo como siempre especial atención a su relación con el mundo secular. En esta misma perspectiva estudio ahora la espiritualidad de los laicos medievales, en los que hay igualmente una clara conciencia de que la gracia de Cristo ha de hacer hombres realmente nuevos, vencedores del mundo, del demonio y de la carne, y por tanto distintos de los hombres viejos, no sólo en su vida personal, sino también en su vida comunitaria y social. Los movimientos laicales siguen, pues, las enseñanzas de la Biblia y de la Tradición católica. Y por eso mismo guardan en su espiritualidad una sana homogeneidad substancial con la de los religiosos, de tal modo que sus diferencias son accidentales y afectan sólo a los modos.

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13.06.12

(181) De Cristo o del mundo -XXIII. La Cristiandad. 4. Franciscanos y dominicos

–O sea que los frailes medievales se añaden a los monjes antiguos.

–Ahí los tiene usted todos juntos en la pintura de Fra Angélico.

No es fácil para el hombre actual imaginar siquiera cómo la Edad Media tuvo su alma en los miles y miles de monasterios que había en ella. Pido por eso a mis lectores que hagan un esfuerzo para entender cómo aquella inmensa red de monasterios fue durante siglos el alma de Europa, formando no sólo la trama religiosa, sino también cultural de la Cristiandad. Ellos dieron forma, incluso física, no sólo a Europa, sino también al norte del África y al Asia cristiana. La Orden de San Benito fue la más importante, pero también quiero citar algunas otras de la Iglesia de occidente.

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