(299) San Esteban, mártir

–¿Por qué no publicó este artículo al comienzo del día, como corresponde?

–Por no cortar el flujo grande de visitantes que entraban en (298). Y también ha podido influir el hecho de que acabo de terminarlo ahora.

Al día siguiente de la Navidad, la fiesta de San Esteban, mártir. La Iglesia celebra normalmente en el Año litúrgico la fiesta de los santos en el día de su muerte. Dies natalis, el día en que nacen en el cielo. Lo hace, por supuesto, cuando hay conocimiento histórico de la fecha de su muerte. Pero en qué día del año ocurrió el martirio de San Estaban es desconocido. Por tanto, la celebración de San Esteban, el primero de los mártires, al día siguiente del nacimiento de Jesús expresa una voluntad consciente y elegida por la Iglesia, que ha querido unir el nacimiento de Jesús en la tierra y el nacimiento de Esteban en el cielo.

Y esta unidad dura ya quince siglos, por lo menos, en el Año litúrgico de la Iglesia. En la fiesta de San Esteban, la Liturgia de las Horas trae un sermón (3,1) de San Fulgencio de Ruspe, monje norteafricano, elegido Obispo de Ruspe (467-532), que comienza diciendo:

«Ayer celebramos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su soldado», Esteban.

* * *

 Varias maravillas

–La antigüedad venerable del Año litúrgico se manifiesta profundamente en casos como éste, expresando al mismo tiempo la antigüedad venerable de la Iglesia Católica al paso de los siglos. Ninguna institución del mundo puede superarla. Hoy celebramos lo que la Iglesia viene celebrando exactamente desde hace quince siglos –por lo menos–, pues fue en los siglos IV, V y VI, a partir de la paz de Constantino, cuando vino a formar en sus Sacramentarios las formas más perfectas y estables de su vida litúrgica.

La voz de las Escrituras y de los Padres permanece en la Iglesia siempre viva. «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabra no pasarán» (Mt 24,35). Pasan y se olvidan los imperios, los escritores, los poetas, las instituciones… Pero la Iglesia mantiene siempre viva la voz de Cristo en los Evangelios, la voz de San Lucas, narrando en los Hechos el martirio de San Esteban; má aún, la voz de Isaías y de otros escritores de Israel. La voz de San Fulgencio de Ruspe… Voces de hace treinta, veinte, quince siglos, todas perviven en una actualidad perfecta.

La Iglesia conoce y celebra desde el principio que el Misterio de la Salvación se realiza por la Encarnación del Hijo divino y por su muerte sacrificial en la Cruz. Por eso une en el curso de la vida litúrgica el nacimiento de Jesús y el matirio de Esteban, que es anuncio del Calvario. Esteban muere, lo mismo que Juan el Bautista, exactamente igual que Jesús, por «dar testimonio de la verdad» (Jn 18,37). Predicando a sus hermanos judíos la verdad de Cristo Salvador, la verdad que necesitan para ser salvados, para pasar de la muerte a la vida, él es plenamente consciente –como lo fueron Juan y Jesús– de que atrae sobre sí una muerte inexorable, una muerte terrible, por lapidación: lo apedrearán largamente, hasta que muera. Y sabiéndolo, les dice la verdad. No puede haber amor más grande.

* * *

La lectura de San Fulgencio, que trae la Liturgia de las Horas, nos explica muy bien desde hace quince siglos estos preciosos misterios.

Ayer celebramos el nacimiento temporal de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su soldado.

Ayer nuestro Rey, revestido con el manto de nuestra carne y saliendo del recinto del seno virginal, se dignó visitar el mundo; hoy el soldado, saliendo del tabernáculo de su cuerpo, triunfador, ha emigrado al cielo.

Nuestro Rey, siendo la excelsitud misma, se humilló por nosotros. Su venida no ha sido en vano, pues ha aportado grandes dones a sus soldados, a los que no sólo ha enriquecido abundantemente, sino que también los ha fortalecido para luchar invenciblemente. Ha traído el don de la caridad, por la que los hombres se hacen partícipes de la naturaleza divina… Así, pues, la misma caridad que Cristo trajo del cielo a la tierra ha levantado a Esteban de la tierra al cielo…

Esteban, para merecer la corona que significa su nombre, tenía la caridad como arma, y por ella triunfaba en todas partes. Por la caridad de Dios, no cedió ante los judíos que lo atacaban; por la caridad hacia el prójimo, rogaba por los que lo lapidaban. Por la caridad, argüía [daba testimonio de la verdad] contra los que estaban equivocados, para que se corrigieran; por la caridad, oraba por los que lo lapidaban, para que no fueran castigados.

Confiado en la fuerza de la caridad, venció la acerba crueldad de Saulo, y mereció tener en el cielo como compañero a quien conoció en la tierra como perseguidor. La santa e inquebrantable caridad de Esteban deseaba conquistar orando a aquellos que no pudo convertir amonestando.

Y ahora Pablo se alegra con Esteban, y con Esteban goza de la caridad de Cristo, triunfa con Esteban, reina con Esteban; pues allí donde precedió Esteban, martirizado por las piedras de Pablo, lo ha seguido éste, ayudado por las oraciones de Esteban.

¡Oh vida verdadera, hermanos míos!… La caridad es la fuente y el origen de todos los bienes, egregia protección, camino que conduce al cielo. Quien camina en la caridad no puede temer ni errar. Ella dirige, protege, encamina. Por todo ello, hermanos, ya que Cristo construyó una escala de caridad, por la que todo cristiano puede ascender al cielo, guardad fielmente la pura caridad, ejercitadla mutuamente unos con otros y, progresando en ella, alcanzad la perfección.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

 

 

2 comentarios

  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Qué EMOCIONANTE Y MOTIVADOR es que Esteban, "CONFIADO EN LA FUERZA DE LA CARIDAD, venció la acerba crueldad de Saulo, y mereció tener en el cielo como compañero a quien conoció en la tierra como perseguidor. LA SANTA E INQUEBRANTABLE CARIDAD DE ESTEBAN DESEABA CONQUISTAR ORANDO A AQUELLOS QUE NO PUDO CONVERTIR AMONESTANDO.

Y ahora Pablo se alegra con Esteban, y con Esteban goza de la caridad de Cristo, triunfa con Esteban, reina con Esteban; pues allí donde precedió Esteban, martirizado por las piedras de Pablo, lo ha seguido éste, AYUDADO POR LAS ORACIONES DE ESTEBAN".

RECEMOS CON HUMILDAD Y PERSEVERANCIA PIDIENDO LA GRACIA DE COMPRENDER Y OBRAR teniendo en cuenta que "LA CARIDAD ES LA FUENTE Y EL ORIGEN DE TODOS LOS BIENES, egregia protección, camino que conduce al cielo. Quien camina en la caridad no puede temer ni errar. Ella dirige, protege, encamina. Por todo ello, hermanos, YA QUE CRISTO CONSTRUYÓ UNA ESCALA DE CARIDAD, POR LA QUE TODO CRISTIANO PUEDE ASCENDER AL CIELO, GUARDAD FIELMENTE LA PURA CARIDAD, EJERCITADLA MUTUAMENTE UNOS CON OTROS Y, PROGRESANDO EN ELLA, ALCANZAD LA PERFECCIÓN".

Muchísimas gracias, Padre Iraburu por este hermoso post y por considerarme su amiga. Yo estoy convencida, y lo he experimentado personalmente, que LA ORACIÓN PERSEVERANTE FORTALECE EN TAL FORMA EL VÍNCULO ENTRE LOS HOMBRES que ninguna distancia, por muy grande que sea, lo puede debilitar. Yo rezo todos los días por Ud. y Ud. me agrega a sus oraciones.

Que Dios lo bendiga y la Santísima Virgen María y San José lo protejan siempre.

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JMI.-Bendición +
Y ojo con las mayúsculas al escribir, que si se entera el Sr. Director, le echa la bronca.
26/12/14 8:17 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Padre Iraburu:

Le comento que me pude comunicar con la casa del Dr. Alberto Caturelli. Hablé con la Sra. que trabaja en la casa del Dr. desde hace 30 años. Estaba muy triste porque ayer se cumplió un mes del fallecimiento de Celia, la esposa del Doctor, a quien ella quería mucho, ya que Celia era muy buena y la trataba como a una hermana. Fue algo inesperado, un cáncer fulminante que la llevó en 15 días. Pudo morir con mucha paz, en su casa, con los mejores cuidados de médicos y enfermeras.

En algunos momentos el Dr. Caturelli puede perderse un poco, pero la mayor parte del tiempo está lúcido. Vive con un hijo y con esta Sra. que lo cuida todo el tiempo. Le expliqué que le iba a dar una gran alegría al Doctor diciéndole que Ud. le mandaba una bendición. Me dijo que se lo iba hacer saber al hijo en cuanto regresara. Como ella me dijo que estaba muy triste y se sentía muy sola porque la extrañaba mucho a la Sra. de Caturelli me ofrecí para visitarla dentro de los primeros días de enero, lo que la puso muy contenta y me agradeció mucho. Por lo que podré después hacerle saber a Ud. cómo recibió el Dr. Caturelli su bendición. Espero que no se emocione demasiado, pero creo que le va a hacer mucho bien, precisamente en este momento de tanto dolor por el fallecimiento de su esposa.

¡¡¡Muy feliz año nuevo!!! Que Dios lo bendiga y la Santísima Virgen María y San José lo protejan siempre.

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JMI.-Muchas gracias por sus gestiones con los Caturelli.
Ya supe de la muerte de su esposa y le escribí a él.
Tengo una grandísima estima por él, como modelo de intelectual católico.
Muchas gracias. Bendición +
29/12/14 6:14 PM

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