5.10.10

Pruebas de la existencia de Dios (4)

9. La cuarta vía

La cuarta vía es llamada también prueba por los grados de perfección o por los grados de ser. Tiene antecedentes en Platón, Plotino, San Agustín y San Anselmo; posteriormente fue desarrollada por Leibnitz, Maréchal y Blondel.

El punto de partida de esta vía es el hecho de los grados de perfección: existen cosas con diferentes grados de perfección. Se trata aquí de cualquiera de las perfecciones simples, es decir aquellas que no están necesariamente mezcladas con imperfecciones. Las perfecciones simples son de dos tipos: trascendentales y personales.

Las perfecciones trascendentales son la unidad, la verdad, la bondad y la belleza. Resultan directamente de la noción de ser y por ello convienen a todo ser. Las perfecciones personales son la inteligencia, la voluntad, la justicia, la misericordia, etc. No implican por sí mismas ninguna limitación.

Para poder aplicar el razonamiento expuesto en el numeral 5 es necesario probar que todo ente de perfección limitada es contingente. Esto es así porque una perfección que existe por sí misma es ilimitada, pues no podría ser el principio de su propia limitación. Por lo tanto el ser de perfección limitada es dependiente, ha debido recibir su perfección de otro (su causa).

Se podría aplicar aquí un razonamiento parecido al expuesto en el numeral 5: La causa del ser de perfección limitada es un ser de perfección ilimitada o limitada. Si es de perfección ilimitada, hemos hallado la causa primera del ser de perfección limitada. Si es de perfección limitada, entonces es causado por otro ser que puede ser a su vez de perfección ilimitada o limitada. Pero es imposible remontarse al infinito en la sucesión de causas de perfección limitada, porque en una sucesión infinita todas las causas recibirían y transmitirían esa perfección, pero ninguna de ellas (ni el conjunto formado por todas ellas) podría explicarla. Por consiguiente debe existir un ser de perfección ilimitada, que es llamado “Dios".

Las cosas de nuestro mundo son entes ontológicamente finitos, en desarrollo, perfectibles. Son contingentes porque no poseen toda la perfección. Por ello el Ser absoluto que los hace posibles es infinito, absolutamente perfecto, no necesitado de adquirir perfección. La perfección infinita de la causa primera es finita en sus efectos, pues queda limitada por la capacidad de las esencias que la reciben. Hay una simple participación de las criaturas en la perfección divina.

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1.10.10

Pruebas de la existencia de Dios (3)

6. La primera vía

La primera vía es llamada también prueba por el movimiento o por las causas eficientes del devenir. Tiene antecedentes en Aristóteles.

El punto de partida de esta vía es el hecho del movimiento: existen cosas que se mueven. El movimiento considerado aquí no se identifica con el movimiento físico, sino que es el movimiento metafísico (el paso de la potencia al acto), que incluye todo tipo de cambios, sustanciales o accidentales.

Para poder aplicar el razonamiento expuesto en el numeral 5 es necesario probar que todo ente que se mueve es contingente. Esto es así porque el ser móvil está en potencia con respecto a la realidad hacia la cual tiende; debe recibirla de un ser que esté en acto con respecto a esa misma realidad. Por lo tanto el ser móvil es contingente. Por el principio de causalidad, el movimiento del ser móvil requiere una causa eficaz (un motor): “todo ente que se mueve es movido por otro”. Santo Tomás demuestra esta afirmación de la siguiente manera: moverse es pasar de potencia a acto. La potencia no puede darse el acto a sí misma, porque el acto es más que la potencia. De potencia a acto, luego, nada pasa, si no es por obra de un ser en acto. Por tanto, el ente que se mueve, en cuanto tal, está en potencia, y el motor, en cuanto tal, está en acto. Nada puede estar en acto y en potencia al mismo tiempo respecto de lo mismo. Luego, no se puede ser a la vez motor y movido bajo el mismo respecto. Por tanto, todo lo que se mueve, se mueve por otro.

El razonamiento seguido por Santo Tomás en la primera vía es similar al expuesto en el numeral 5. El motor que mueve al ser móvil puede ser inmóvil o móvil. Si es inmóvil, hemos hallado la causa primera (incausada) del movimiento del ser móvil. Si es móvil, entonces es movido por otro motor que puede ser a su vez inmóvil o móvil. Pero es imposible remontarse al infinito en la sucesión de motores móviles actualmente subordinados, porque en una sucesión infinita todos los motores recibirían y transmitirían el movimiento, pero ninguno de ellos (ni el conjunto formado por todos ellos) podría explicarlo. Por consiguiente debe existir un primer motor inmóvil. Este ser, que es acto puro, sin mezcla de potencia, es llamado “Dios". Esta prueba no depende de una cosmología caducada, porque no se sitúa en el plano científico, sino en el plano metafísico.

Las cosas de nuestro mundo son entes mutables, temporales. Son contingentes porque su ser actual no es metafísicamente necesario. Por ello el Ser absoluto que los hace posibles es inmutable y eterno. Porque Dios es eterno, su acción se ejerce en el instante presente en el cambio que en él se produce. La acción del primer motor trasciende la acción de los motores segundos. Dios no cambia por su acción; es independiente del mundo que cambia. Por consiguiente, el estudio de la acción de Dios no pertenece a la ciencia, sino a la metafísica.

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28.09.10

Pruebas de la existencia de Dios (2)

5. Las cinco vías. Su estructura general

Las pruebas clásicas de la existencia de Dios son las “cinco vías” expuestas por Santo Tomás de Aquino (1226-1274) en Suma Teológica 1, 2, 3. Son demostraciones a posteriori, puesto que parten de datos experimentales (la existencia de entes con propiedades que denotan contingencia). Kant las llamó “pruebas cosmológicas", aunque son en realidad pruebas metafísicas, basadas en el principio metafísico de causalidad: “Todo ente contingente tiene una causa". Un ser es contingente si es y puede no ser; en cambio, un ser es necesario si es y no puede no ser.

El principio de causalidad depende del principio de razón de ser: “Todo lo que existe tiene su razón de ser". Todo ente que no tiene en sí mismo su razón de ser la tiene en otro ente (su causa).

Aunque Tomás sigue distintos razonamientos en su exposición de cada una de las cinco vías, éstas pueden ser reducidas a la siguiente estructura general:

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25.09.10

Pruebas de la existencia de Dios (1)

Este capítulo está basado principalmente en Michel Grison, Teología Natural o Teodicea, pp. 27-134; también he utilizado a Otto Muck, Doctrina filosófica de Dios, pp. 122-178, 197-227 y Béla Weissmahr, Teología natural, pp. 19-118 (véase en el numeral 16 la bibliografía consultada).

1. La teología natural

La filosofía es el conocimiento de todas las cosas por sus causas últimas, adquirido mediante la razón. Todos los aspectos de la realidad pueden ser objeto de estudio filosófico, ya que de todos ellos pueden buscarse las explicaciones más profundas y radicales, aplicando el razonamiento a los datos proporcionados por la experiencia. En cambio cada una de las ciencias particulares estudia un aspecto concreto de la realidad, dejando fuera de su consideración los demás, y se limita a la búsqueda de explicaciones dentro de ámbitos restringidos.

La metafísica es la filosofía entendida en su sentido más estricto, ya que estudia la realidad buscando sus causas últimas de modo absoluto; se pregunta por lo más íntimo de toda la realidad, o sea, por su ser, estudiando cuáles son las causas que explican en último término el ser y los diversos modos de ser de los entes.

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21.09.10

“Fe y Razón” publicó un libro del Dr. Guzmán Carriquiry

El Centro Cultural Católico “Fe y Razón” acaba de publicar el cuarto título de su Colección de Libros. Se trata de una obra del Dr. Guzmán Carriquiry Lecour: Realidad y perspectivas del laicado católico en nuestro tiempo.

El libro, de 198 páginas, contiene una introducción y ocho capítulos, a saber: 1) El camino del laicado católico. 2) Nueva época asociativa de los fieles laicos y el don de los movimientos eclesiales. 3) La transmisión de la fe a las nuevas generaciones. 4) Matrimonio y familia: morada de humanidad. 5) Recapitulación de cuestiones referidas a las relaciones entre clero y laicado. 6) ¿Qué esperan los laicos de la vida religiosa? 7) Sobre la formación de los fieles laicos en el compromiso político. 8) ¿Cuáles laicos para el tercer milenio?


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20.09.10

Selección de textos del Beato John Henry Newman (2)

“Pensad en ello, hermanos míos: todo ser humano que vive, bien sea de condición noble o modesta, instruido o ignorante, joven o viejo, hombre o mujer, tiene una misión, una obra que cumplir. Hemos sido enviados al mundo para algo; no hemos nacido por azar, no estamos aquí para acostarnos por la noche y levantarnos por la mañana, trabajar para ganar el pan, comer y beber, reír y bromear, pecar cuando nos place y enmendarnos cuando estamos cansados de pecar, fundar un hogar, después morir.

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19.09.10

Selección de textos del Beato John Henry Newman (1)

Me uno a la celebración de la beatificación del Cardenal Newman ofreciendo a los lectores una selección de textos de ese gran teólogo. Los textos están tomados de las contratapas de varios números de Newmaniana, revista publicada por “Amigos de Newman en la Argentina”.


“Que sea vuestra mente tan celestial como pueda, lo más amante, lo más santa, lo más celosa, lo más enérgica, lo más pacífica, pues si apartamos nuestra mirada de Él por un momento, y la dirigimos a nosotros mismos, al instante estas excelentes disposiciones caerán en algún extremo o error. La caridad se conviente en super-facilidad, la santidad es infectada de orgullo espiritual, el celo degenera en ferocidad, la actividad devora el espíritu de oración, la esperanza llega al colmo de la presunción.

(Parochial and Plain Sermons, vol. II, p. 23).

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18.09.10

“No pensarás”

Como vimos en un post reciente, los diferentes pasos del proceso racional que concluye en la necesidad de penalizar el aborto son muy claros y transparentes. Por eso, un elemento básico de la estrategia pro-abortista consiste en tratar de evitar que la gente vea la realidad del aborto y piense a fondo sobre ella, lo cual se podría ser expresar en este falso mandamiento: “No pensarás”.

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17.09.10

Objeciones contra la ilegalidad del aborto (2)

3. La objeción basada en la aceptación generalizada

Presentación: No se debe considerar ilegal ninguna práctica generalizada y aceptada por la sociedad. El aborto es una práctica generalizada y aceptada por la sociedad. Por lo tanto, se debe legalizar el aborto.

Refutación: Las dos premisas de este silogismo son falsas, por lo cual el razonamiento es inválido.

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15.09.10

Objeciones contra la ilegalidad del aborto (1)

En este post y el siguiente presentaré y refutaré cuatro de los argumentos favoritos de los partidarios de la legalización del aborto (en adelante, “pro-abortistas").

1. La objeción basada en la libertad de elección

Presentación: Todo ser humano tiene derecho a disponer con absoluta libertad de su propio cuerpo. El embrión o feto es parte del cuerpo de la mujer embarazada. Por lo tanto, la mujer embarazada tiene derecho a disponer con absoluta libertad del embrión o feto.

Refutación: Las dos premisas de este silogismo son falsas, por lo cual el razonamiento es inválido.

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13.09.10

¿Por qué el aborto debe ser penalizado?

El proceso racional que lleva a concluir que el aborto debe ser penalizado por el Estado consta esencialmente de cuatro pasos, que desarrollaré a continuación.

El primer paso de nuestra reflexión se sitúa en el ámbito de la ciencia, concretamente de la biología.

Los enormes avances de la embriología y la genética durante el siglo XX ya no dejan lugar a ninguna duda: desde el punto de vista científico es una verdad perfectamente demostrada que el embrión humano es un ser humano desde su concepción. Carece de todo valor científico la tesis pro-abortista de que el embrión (y luego el feto) es parte del cuerpo de la mujer embarazada. En la concepción surge un nuevo individuo de la especie humana, un ser humano distinto del padre y de la madre, único e irrepetible, dotado de la capacidad de desarrollarse de un modo gradual, continuo y autónomo. El embrión humano no es un ser humano en potencia, sino un ser humano en acto: embrionario en acto y adulto en potencia.

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9.09.10

El “vegetarianismo ético” (4)

5. La vía teológica

Por último, consideremos la vía teológica, que es pertinente para dialogar con vegetarianos cristianos. El cristiano acepta que la Biblia es Palabra de Dios, un libro inspirado por Dios que transmite por escrito y sin error las verdades de orden religioso y moral que Dios quiso revelar a nosotros los hombres para nuestra salvación.

Es indudable que la Biblia (tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento) es incompatible con un vegetarianismo motivado moralmente (1):

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8.09.10

El “vegetarianismo ético” (3)

4. La vía filosófica en el sistema realista

Consideremos ahora la filosofía realista. El realismo filosófico acepta la existencia de una realidad objetiva, independiente del observador humano. El ser humano puede conocer la verdad de lo real (aunque no exhaustivamente), a través de su inteligencia, ya que el ser mismo es inteligible. El realismo conduce al monoteísmo (1). Todos los seres finitos y contingentes han sido creados por Dios, el Ser infinito y necesario.

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7.09.10

El “vegetarianismo ético” (2)

3. La vía filosófica en el sistema idealista

Consideremos ahora el sistema filosófico idealista. El idealismo es otra forma de monismo, la que niega la existencia de la materia y sostiene que sólo existe el espíritu. Normalmente el idealismo conduce al panteísmo, o sea a la simple identificación entre Dios y el mundo. Según el idealista, en definitiva sólo existe Dios. El mundo, emanación de Dios, con toda su enorme multiplicidad de seres individuales, no es más que una apariencia o ilusión, una especie de pesadilla o alucinación de un Dios alienado, que debe ser superada mediante un regreso a la perfecta unidad (o, mejor dicho, conciencia de unidad), en la cual toda individualidad se disuelve en el Uno.

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6.09.10

El “vegetarianismo ético” (1)

1. Introducción

La Iglesia Católica reconoce la legítima autonomía de la ciencia y reclama para sí misma un ámbito de competencia referido a los asuntos relacionados con la fe y la moral. Al escribir sobre teología católica, se debe aplicar ese mismo criterio básico. En este artículo lo aplicaré al tema del vegetarianismo.

Las personas que practican una dieta vegetariana procuran justificar esa práctica con base en distintos tipos de argumentos: de orden médico, económico, ascético, moral, etc. Aquí analizaré solamente los argumentos de orden moral, sin pronunciarme sobre las demás clases de argumentos. Es decir, no trataré –por ejemplo– la cuestión de si una dieta vegetariana es o no más saludable o más económica que una dieta que incluye carne animal (cuestión que debe dilucidar la ciencia, médica o económica), sino solamente la cuestión de si comer carne animal es o no es moralmente ilícito por violar un supuesto derecho a la vida de los animales (tesis principal del vegetarianismo motivado moralmente).

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1.09.10

Jesucristo es Dios Salvador

“Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que soy yo?’ Ellos le dijeron: ‘Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.’ Y él les preguntaba: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’ Pedro le contesta: ‘Tú eres el Cristo’.” (Marcos 8,27-29).

También a cada uno de nosotros Jesús nos plantea hoy la misma pregunta que hizo a sus discípulos: “¿Quién dices tú que soy yo?". Y también hoy Jesús recibe diversas respuestas: eres sólo un gran hombre (tal vez el mayor de todos); eres un mensajero de Dios semejante a otros (Moisés, Buda, Mahoma, etc.); eres el Hijo de Dios hecho hombre…

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31.08.10

Cinco preámbulos de la fe

Algunos comentarios sobre el libro: P. A. Hillaire, La Religión demostrada o los fundamentos de la fe católica ante la razón y la ciencia, Librería Católica Internacional, Barcelona 1920, 3ª edición; versión castellana de la 16ª edición francesa por Monseñor Agustín Piaggio.

El prefacio de “La Religión demostrada…” del P. Hillaire está fechado el 8 de diciembre de 1900. Este notable libro tuvo una gran difusión en todo el orbe católico durante la primera mitad del siglo XX, pero luego cayó rápidamente en el olvido, en parte debido a la crisis general de la apologética católica.

La primera parte del libro (pp. 3-524) –la principal– está estructurada en cinco capítulos que se corresponden con las siguientes cinco “verdades”:

“1ª. Hay un Dios criador de todos los seres.
2ª. El hombre, criatura de Dios, posee un alma espiritual, libre e inmortal.
3ª. El hombre necesita de una religión: sólo una religión es buena, y sólo una es verdadera.
4ª. La única religión verdadera es la religión cristiana.
5ª. La religión cristiana no se halla más que en la Iglesia católica.”
(pp. 1-2).

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30.08.10

¿Buda? (Juan Pablo II)

PREGUNTA [del periodista Vittorio Messori]

Antes de pasar al monoteísmo, a las otras dos religiones (judaísmo e islamismo), que adoran a un Dios único, quisiera pedirle que se detuviera aún un poco en el budismo. Pues, como Usted bien sabe, es ésta una «doctrina salvífica» que parece fascinar cada vez más a muchos occidentales, sea como «alternativa» al cristianismo, sea como una especie de «complemento», al menos para ciertas técnicas ascéticas y místicas.

RESPUESTA [del Papa Juan Pablo II]

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26.08.10

Un llamado de atención sobre las técnicas orientales de meditación

Breve reseña del libro: Autores Varios, De las riberas del Ganges a las orillas del Jordán, Editorial Desclée De Brouwer, Bilbao 1990.

Este libro analiza con sentido crítico, desde el punto de vista de la fe cristiana, la ola de técnicas orientales de meditación que ha inundado el Occidente. Muchos ambientes cristianos no han escapado a la admiración general suscitada por esas técnicas. Se empieza a considerarlas como normales; parece que ya no suscitan interrogantes, ni la sombra de una duda.

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23.08.10

El hombre y la naturaleza

Las agendas suelen contener citas de pensamientos breves que son considerados particularmente agudos o iluminadores. Pues bien, en mi agenda del año 2010, editada por una organización católica caritativa, encontré la siguiente cita:

“En la concepción de los habitantes originales de las Américas –o sea los indios– y de muchos pueblos llamados primitivos, en el mundo no hay separación, no hay divorcio. Nosotros formamos parte de la naturaleza igual que los bichos y las plantas… somos parte de lo mismo, no se puede hablar de las relaciones entre las personas y la naturaleza… Porque nosotros, personas, somos parte de ella… y ésa es la certeza de identidad entre la naturaleza y la gente… la que el mundo perdió a fines del siglo XV y ahora está desesperadamente tratando de recuperar porque se da cuenta de que está embarcado en la loca carrera hacia su propia destrucción.
Eduardo Galeano
(Tomado de: Conversando con Eduardo Galeano, en: Castalia, “La celebración del encuentro posible. 1ª parte”, La Prensa del Oeste, págs. 2-3, Año 1, Nº 3, marzo de 1995, Montevideo, Uruguay).”

Uno no sabe de qué admirarse más: si de la habilidad de este gran escritor uruguayo para transmitir tantos errores gruesos en tan pocas líneas o de la tremenda falta de sentido crítico de unos católicos bienintencionados que no advierten que esta cita ataca frontalmente varios principios esenciales de la fe cristiana.

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21.08.10

El divorcio entre fe y vida

El Concilio Vaticano II enseñó sabiamente que “el divorcio entre la fe y la vida diaria de muchos debe ser considerado como uno de los más graves errores de nuestra época” (Constitución pastoral Gaudium et Spes, n. 43). Desde entonces la expresión “divorcio entre fe y vida” se volvió un lugar común en el lenguaje católico. Todos los análisis eclesiales de la realidad identifican dicho “divorcio” como uno de los problemas centrales que sufren los cristianos de hoy. Sin duda ese diagnóstico es en sí mismo correcto, pero la forma en que a menudo es presentado me deja insatisfecho: tengo la impresión de que suele sobreentenderse que, en ese “divorcio”, el problema no está principalmente “del lado de la fe”, sino “del lado de la vida”; de ahí que, en esos casos, la terapia propuesta consista esencialmente en una exhortación moral, dirigida a todos los cristianos, para que en su vida asuman de un modo más activo y esforzado sus responsabilidades en el mundo, en coherencia con la fe que ya tienen.

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19.08.10

Las crónicas de Narnia

Clive Staples Lewis (1898-1963) fue un gran pensador y escritor británico. Después de su notable conversión del ateísmo al cristianismo –fue un anglicano muy cercano al catolicismo–, publicó varios libros de espiritualidad cristiana que han impulsado a muchos lectores hacia procesos de conversión semejantes al suyo.

Su obra más conocida es el conjunto de siete libros de literatura fantástica infantil y juvenil llamado “Las crónicas de Narnia”, donde narra la historia de Narnia, un mundo paralelo al nuestro. “Las crónicas de Narnia” están llenas de símbolos cristianos bastante evidentes (1), pero creo que se puede establecer la siguiente correspondencia básica:

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16.08.10

Vida cristiana y comunidades cristianas (2)

En el post anterior vimos que el Código de Derecho Canónico (CDC) considera como un derecho de los fieles cristianos (clérigos o laicos) la fundación de “asociaciones de fieles” que buscan realizar “iniciativas para… la animación con espíritu cristiano del orden temporal.” (CDC, canon 298,1).

Por lo tanto, también hoy, como ayer, es lícito crear y fomentar asociaciones católicas de orden cultural, social, deportivo, empresarial, gremial, político, etc. Nos preguntamos, sin embargo, si hoy esas asociaciones católicas, además de ser lícitas, son también convenientes. Hay quienes piensan que tales asociaciones confesionales son un residuo de la Iglesia pre-conciliar y que no tendrían lugar en nuestros tiempos, en los que se impondría una noción de laicidad tolerante y pluralista, abierta a la más amplia cooperación de los cristianos con los no cristianos en todos los asuntos temporales.

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11.08.10

Vida cristiana y comunidades cristianas (1)

Quisiera aportar algunas reflexiones sobre un tema arduo y complejo de teología práctica. Se trata del tema del “equilibrio” o la combinación correcta de dos dimensiones de la vida de los fieles cristianos, sobre todo laicos: por un lado sus relaciones con otros cristianos; y por otro lado sus relaciones con los no cristianos.

En la discusión de este tema hay una amplia gama de posturas diferentes. En un extremo estaría la posición de quienes abogan por una especie de nueva y masiva “fuga del mundo”, creando ambientes católicos (por ejemplo, barrios o ciudades enteras) en donde transcurriría casi toda la vida de muchos fieles. En el otro extremo estaría la opinión de quienes parecen pensar que, para impregnar el mundo con los valores del Evangelio, bastan los cristianos individuales debidamente formados y alimentados con los sacramentos y la oración. Ellos solos, sin apoyarse en ninguna clase de asociaciones católicas, y mezclándose con los no católicos “como levadura en la masa”, deberían ser capaces de llevar el Evangelio a sus respectivos ambientes y de hacerlo prosperar allí.

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7.08.10

San Pedro en el Vaticano. Las pruebas indiscutibles (Margherita Guarducci)

Los huesos de San Pedro en el Vaticano. Después de casi 40 años de estudios, Margherita Guarducci traza un balance de sus descubrimientos. He aquí las pruebas que dicen: «Pedro está aquí».

Desde hace muchos siglos la Iglesia católica proclama la existencia de la tumba de Pedro en el Vaticano y considera esta tumba como fundamento y garantía de su primacía. Se entiende entonces cómo la presencia de esta tumba haya sido objeto de contradicción para los adversarios de la Iglesia de Roma.

Algunos, para atajar el problema de raíz, incluso han negado que Pedro haya estado en la urbe. Esta última radical opinión ha ido perdiendo fuerza, pero todavía quedan algunos que ponen en duda la real presencia de la tumba de Pedro en el Vaticano.

Por mi parte, estoy segura de haber demostrado claramente, gracias a un intenso trabajo que ha durado no pocos años, desde 1952 en adelante, que en los subterráneos de la Basílica Vaticana no solamente existe la tumba de Pedro sino también –clamorosa excepcionalidad– una notable parte de sus restos mortales. Mi demostración, siempre iniciada en el más riguroso método científico y siempre basada en pruebas y comprobaciones sugeridas por varias disciplinas, se ha abierto paso. Pero ciertas resistencias quedan, especialmente por cuanto concierne a las reliquias del apóstol. Tales resistencias se manifiestan (increíble pero verdadero) sobre todo en el ámbito del Vaticano y eso -se nota– en pleno contraste con el reconocimiento oficial de las reliquias mismas, proclamado por Pablo VI en 1968 y sucesivamente confirmado nuevamente por él en varias ocasiones.

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2.08.10

La investigación histórica sobre Jesús

Pregunta:

Recientemente leí la siguiente frase de un autor católico: “No sólo no está probado que Cristo es un mito…, sino que está probado precisamente lo contrario: que Jesucristo pertenece a la historia y no al mito.” Esa frase me llamó mucho la atención. ¿No es cierto que la existencia histórica de Jesús sigue siendo un tema discutido entre los expertos?

Respuesta:

Niego que entre los expertos reine la incertidumbre acerca de la existencia o inexistencia histórica de Jesús de Nazaret. Al contrario, entre estudiosos de distintas tendencias religiosas y filosóficas, a pesar de sus distintas opiniones sobre el valor histórico de los Evangelios, existe un amplísimo consenso acerca de que ellos permiten conocer (como mínimo) varias verdades sobre Jesucristo, entre ellas su existencia real.

En este punto se puede palpar la distancia entre la “cultura académica”, para la cual la cuestión de la historicidad de Jesús es prácticamente una “cosa juzgada”, y cierta “cultura popular” anticristiana, difundida sobre todo a través de Internet, que divulga toda clase de argumentos contra la fe cristiana, la mayoría de ellos de escaso valor intelectual, incluyendo los que pretenden reducir a Jesucristo a la categoría del mito.

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28.07.10

Advertencia acerca de los escritos del Padre Teilhard de Chardin

Sagrada Congregación del Santo Oficio

Varias obras del P. Pierre Teilhard de Chardin, algunas de las cuales fueron publicadas en forma póstuma, están siendo editadas y están obteniendo mucha difusión.

Prescindiendo de un juicio sobre aquellos puntos que conciernen a las ciencias positivas, es suficientemente claro que las obras arriba mencionadas abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica.

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26.07.10

Creación y Evolución (8)

Este artículo es una continuación de mi post anterior.

Para comenzar, recordemos la primera frase de la gran novela de Miguel de Cervantes, “Don Quijote de la Mancha”:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

Esta frase consta de 177 caracteres, contando los espacios en blanco. Considerando únicamente las 27 letras simples del idioma español, más el espacio en blanco, el punto y la coma (y sin considerar, por ejemplo, los tildes), tenemos un conjunto de 30 caracteres.

El número de textos distintos que es posible formar combinando al azar 177 de esos caracteres es 30 elevado a la 177. Dado que log 30 = 1,477 (aproximadamente), 30 a la 177 = 10 a la 261 (aproximadamente).

Podemos hacernos una idea de la enormidad de este número si tomamos en cuenta que la cantidad total estimada de partículas subatómicas (protones, neutrones y electrones) del Universo es del orden de 10 elevado a la 80, o sea un uno seguido de ochenta ceros (véase por ejemplo: http://www.portalplanetasedna.com.ar/cien03.htm).

Esto significa que la probabilidad de que un mono dotado de una máquina de escribir tipee al primer intento la frase citada es muchísimo menor que la de que alguien, eligiendo al azar una de entre todas las partículas subatómicas del Universo, acierte a dar con una determinada arbitrariamente (la versión cósmica de “encontrar una aguja en un pajar”).

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24.07.10

Creación y Evolución (7) - El milagro de los monos literatos

Actualmente la versión más popular de la teoría de la evolución es el neodarwinismo. Éste pretende explicar la evolución biológica con base en dos y sólo dos elementos: las mutaciones genéticas aleatorias y la selección natural. En esta teoría únicamente el primero de esos dos elementos cumple un rol positivo o creativo, generando nuevas variantes biológicas. En cambio, el rol de la selección natural es puramente negativo o destructivo, limitándose a hacer desaparecer las variantes menos aptas. En la visión neodarwinista, pues, la evolución avanza sólo en función del azar.

Quisiera plantear brevemente una idea que encontré en un libro del filósofo católico Claude Tresmontant, idea cuyo objetivo es refutar estadísticamente la teoría de que el azar es la única causa de la evolución biológica. Dice Tresmontant que sostener esa teoría es creer en “el milagro de los monos literatos".

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22.07.10

Creación y Evolución (6)

Recomiendo la lectura del siguiente artículo del año 1989: John F. McCarthy, The failure of Darwinism and its fuller implications.

Se trata de una interesante reseña del siguiente libro: Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis (Adler and Adler: Bethesda, Maryland, 3rd ed. 1986).

Michael Denton, científico no creyente, sostiene en esa obra, con fuertes argumentos científicos, que el darwinismo es una teoría en crisis, a pesar de lo cual él personalmente se aferra a esa teoría. Denton es un darwinista que reconoce honestamente las enormes e insuperables dificultades intelectuales que enfrenta el darwinismo. Su tesis concuerda en líneas generales con las de otros grandes científicos no creyentes como Gould, Crick, Hoyle, etc. Como se recuerda en el artículo citado, Gould llegó a decir que el darwinismo es una teoría muerta y que la ausencia de formas transicionales en el registro fósil es el secreto profesional de la paleontología.

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