24.09.06

Dios no quiere la muerte del que muere


"Que no quiero yo la muerte del que muere. Convertios y vivid."
Ez 18,32

"En nosotros se cumple la justicia, pues recibimos el digno castigo de nuestras obras; pero éste nada malo ha hecho. Y decía: `Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. El le dijo: En verdad te digo, hoy serás conmigo en el paraíso."
Luc 23,41b-43

Yolanda Monge nos informa desde "El País" de que el estado de Texas ha puesto al alcance de todos la lectura de las últimas voluntades de los casi 400 ejecutados por cumplimiento de la pena muerte en dicho estado.

La autora del artículo, cuya lectura íntegra recomiendo, hace una breve pero sustanciosa elección de algunas de esas últimas voluntades. Para muchos puede ser una sorpresa pero, a diferencia de los salvajes etarras que hemos tenido la ocasión de contemplar estas últimas semanas, la realidad es que la mayoría de los que han sido ejecutados legalmente en Texas mostraron su arrepentimiento y su fe en Cristo. La razón es que, a diferencia de la Iglesia Católica del País Vasco, tanto la Iglesia en Texas como diversas comunidades eclesiales protestantes tienen programas específicos de evangelización a los presos de los corredores de la muerte. Y son muy eficaces. Ante la seguridad de que antes o después la muerte se les va a llevar de este mundo, esos presos parecen estar más abiertos a la gracia de Dios que les salva y les hace ciudadanos del cielo para toda la eternidad. ¡Qué diferencia con la de aquellos presos que esperan recibir el homenaje de muchos de sus paisanos por sus asesinatos!

Junto con la certeza de que se han ejecutado a inocentes, yo creo que es difícil encontrar mayor alegato contra la pena de muerte que esas declaraciones realizadas por los condenados segundos antes de ser ejecutados. Una de las cosas que suelen decir los favorables a la pena de muerte en EEUU es que los condenados que se arrepienten en realidad fingen su arrepentimiento para que así les perdonen la vida. Pero esta gente dice eso justo antes de morir así que no tiene el menor sentido que finjan. Son la versión moderna del buen ladrón en la cruz, que reconoció su condición de pecador, afirmó la justicia de Cristo y pidió al Señor que se acordara de Él en su reino. Y he aquí la paradoja: Cristo perdonó al ladrón arrepentido y le dio vida eterna, mientras que el estado de Texas tira la primera y la última piedra, eso sí, disfrazada de inyección letal.

Lo grandioso de la gracia divina es que todos aquellos que se arrepienten ante Dios no sólo no son ejecutados, por muy graves que fueran sus pecados o delitos, sino que pasan verdaderamente de muerte a vida. A menos que el Dios de "In God we trust" no sea el Dios cristiano, creo que EEUU debería replantearse seriamente la continuidad de la pena de muerte. No niego el derecho al Estado de castigar el delito (Rom 13,3-4), pero sí afirmo el derecho a la vida de los que verdaderamente se han arrepentido y pedido perdón y el de aquellos que, por su condición de presos en cárceles de máxima seguridad, no suponen ya un peligro para la sociedad. Además, creo que la economía del país más rico del mundo puede soportar sin venirse abajo el pago de 50 euros al día para mantener vivos a cada uno de los presos del corredor de la muerte. Si hay alguna causa miserable que sirva para justificar la pena de muerte, esa es la del dinero que cuesta al contribuyente el mantener vivos a los hombres y mujeres condenados.

Hace mucho más bien a una sociedad la vida, incluso la libertad, de un delincuente verdaderamente arrepentido que su ejecución. Si, como dice la Escritura, y aunque se refiera a la muerte espiritual, Dios no quiere la muerte del que muere y pide la conversión, ¿por qué habremos de matar a los que se han convertido?

Quiera Dios que algún día entendamos que, como afirma el Catecismo en su art. 2266, sólo en casos de extrema gravedad puede tener justificación, si es que la tiene, el uso de la pena de muerte en nuestra sociedad moderna. Mientras tanto, oremos al Señor para que siga tocando los corazones de aquellos que van camino del cadalso. Siquiera porque sus confesiones de fe al pie de la tumba sirven para que podamos gloriarnos alegremente en la gracia de Dios, que no tiene límites a la hora de perdonar a quien se acerca al Salvador.

Luis Fernando Pérez Bustamante

27 comentarios

  
Javier
Hombreeee! Te han dado un blog. ¡Enhorabuena!

Con respecto al tema que planteas en el artículo, es interesante la pregunta de por qué habría de ejecutarse al convertido. Yo sigo pensando que, en determinados casos, la pena de muerte está justificadísima: los ejemplos de los etarras o los de los asesinos en serie son los más palmarios.
25/09/06 11:14 AM
  
Luis Fernando
Gracias por la enhorabuena, Javier.

Yo ya no soy partidario de la pena de muerte a menos que mantener con vida a un preso sea una amenaza real para la sociedad.

Cuando digo "ya" es porque antes sí era partidario en los casos que comentas, pero ahora creo que es mejor aplicarles la cadena perpetua.
25/09/06 11:24 AM
  
Guillermo Juan Morado
Un Blog muy "newmaniano". Bienvenido y enhorabuena!
25/09/06 11:39 AM
  
Luis Fernando
Lo de newmaniano es un auténtico piropo bloggista, je je

Es un placer compartir tribuna con usted, padre. Y con el gran Paco Pepe, claro. Y con el resto de bloggers de RD y de PD
25/09/06 11:42 AM
  
Francisco José Fernández de la Cigoña
Luis Fernando: Con enorme alegría te veo aparecer aquí. Y, por lo que ya he leído, con sumo gusto, va a ser un Blog que hará Iglesia. Eso que yo tantas veces, aun queriéndolo, tal vez no sepa hacer. Pero este no es sitio para hablar de mis tantos defectos sino de todo lo que promete la página. Ni que decir tiene que te voy a seguir siempre que comparezcas. Con todo el interés que sigo cuantas cosas nos dices. En tantos sitios. Que Dios te siga bendiciendo.
25/09/06 3:04 PM
  
Luis Fernando
Paco Pepe, mil gracias. Cada uno hacemos Iglesia de la forma que mejor sabemos. Con nuestros defectos y nuestras virtudes. Tu blog se ha convertido ya en una referencia imprescindible para mucha gente. Yo me conformo con aportar un granito de arena en el mundo de la opinión católica en Internet.
Que Dios nos ayude a todos
25/09/06 3:22 PM
  
José Luis
¡Ánimo, Luis Fernando, y adelante!

Es bueno abrir nuevas puertas para anunciar a Cristo.
25/09/06 3:54 PM
  
San Ireneo de Lyon
¡Enhorabuena Luis Fernando!. Me alegro mucho de lo bueno que le pase a mis amigos, y tú te lo mereces.

¡Qué Dios te bendiga!.

P.D. De fútbol no hablamos....
25/09/06 8:30 PM
  
Fray Tomas
¡Arriba los corazones!
Que Dios y la Santísima Virgen bendigan esta iniciativa, Luis Fernando.
Un abrazo en Cristo
25/09/06 8:57 PM
  
Luis Fernando
Gracias de nuevo a todos

PD: Ireneo... a ver si dais menos patadas que luego pasa lo que pasa, je je
25/09/06 10:09 PM
  
nachet
Bueno, para acabar la batalla de flores y entrar en harina, yo digo que, a expensas de lo que pueda decir algún teólogo más al día que yo, en principio la vida es de Dios y el hombre no puede quitarla, por tanto la ejecución como forma de remisión de pena no parece en absoluto un procedimiento cristiano. El único caso en el que el magisterio de la Iglesia considera admisible el homicidio (que no correcto) es el de legítima defensa, concepto que, a nivel de sociedades y naciones tan bien desarrolló la escuela de Teología de Salamanca, y que todavía está incorporado a la doctrina católica.
25/09/06 10:31 PM
  
Luis Fernando
Bueno, Nachet, no sé si te refieres a la ejecución como modo de remisión de pena "civil" o espiritual, pero lo mismo el Catecismo deja abierta esa puerta en el art 2266 al decir:

"Cuando la pena es aceptada voluntariamente por el culpable, tiene un valor de expiación"
25/09/06 11:56 PM
  
Fray Tomas
Nachet, con eso te cargas a un montón de santos y teologos que han explicado, defendido y aplicado la pena de muerte en determinados delitos. El Catecismo reconoce el derecho de los estados a plicarla, aunque se considera que hoy existen medios punitivos que hacen inecesaria su aplicación, pero de ahí a que no sea moralmente lícita hay un abismo insalvable.
26/09/06 6:00 PM
  
Fray Tomas
Ya San Agustín en la Ciudad de Dios, habla de ciertas excepciones a la ley divina en las que se prohíbe matar a un ser humano. Podrían "los representantes de la autoridad del Estado matar a criminales, según la ley o la regla de justicia racional." Como motivo de estas excepciones, Agustín se refiere a los agentes de la autoridad como "una espada en la mano de Dios".
Santo Tomás de Aquino en la Summa Theologiae afirma que el individuo se relaciona a la comunidad como la parte al todo. Así, precisamente, como un miembro putrefacto del cuerpo puede ser eliminado para el bien del conjunto, así también "si un hombre es peligroso e infeccioso para la comunidad... puede ser matado para salvaguardar el bien común." Los teólogos en general siguieron su línea sobre la pena de muerte.
Justificaron tales penas como necesarias para preservar el bien común y salvaguardar la sociedad.
La enseñanza del Magisterio de la Iglesia era la pena capital aceptada, y generalmente defendida...
26/09/06 6:49 PM
  
Fray Tomas
La enseñanza del Magisterio de la Iglesia era la pena capital aceptada, y generalmente defendida por teólogos.

Ya el Papa Inocente I en el año 405, funda su posición favorable en la carta de Pablo a los Romanos. Inocente escribe, "en cuanto a esta pregunta no tenemos nada en definitivo de aquellos que nos han precedido. Debe ser recordado que el poder fue concedido por Dios, y la espada fue permitida para vengar el crimen; el que realiza esta venganza es el ministro de Dios (Rm 13:1-4). ¿Qué motivo tenemos nosotros para condenar una práctica que todos sostienen es permitida por Dios? Mantenemos, por lo tanto, lo que se ha observado hasta ahora, para no alterar la disciplina y aparecer como estar obrando en contra de la autoridad de Dios."
Al tratar con los herejes Valdenses, que buscaban la reintegración en la Iglesia Católica, el Papa Inocente III exigió que la declaración de la profesión de fe incluyera la siguiente frase: "El poder secular puede sin caer en peca...
26/09/06 6:50 PM
  
Fray Tomas
"El poder secular puede sin caer en pecado mortal aplicar la pena de muerte, con tal que proceda en la imposición de la pena sin odio y con juicio, no negligentemente pero con la solicitud debida."

La aceptación general de la legitimidad de la pena capital continuó a lo largo de los pontificados más recientes.
León XIII escribió sobre la prohibición por derecho divino y natural de matar o de herir un ser humano, "salvo por una causa pública o en la necesidad de defender la propia vida."

Más recientemente, Pío XII ofreció una defensa más explícita de la legitimidad de la pena capital. Indica que "mientras que un hombre no tenga culpabilidad, su vida es intocable," y agrega que "Dios es el único Señor de la vida de un hombre no culpable de un crimen punible por la pena de muerte." El Pontífice proporciona el razonamiento moral detrás de su pensamiento sobre la pena capital en un discurso a un congreso de médicos: "Incluso en el caso de la pena de muerte...
26/09/06 6:53 PM
  
Fray Tomas
"Incluso en el caso de la pena de muerte el Estado no dispone del derecho del individuo a la vida. Más bien la autoridad pública se limita a privar al delincuente de la vida buena en expiación por su culpabilidad, después de que él mismo, con su crimen, se ha privado del derecho a la vida."

En la Evangelium Vitae Juan Pablo II indica que el problema de la pena de muerte se debe colocar en el contexto de la defensa legítima y que el recurso a esta pena se debe limitar a los "casos de absoluta necesidad, es decir, cuando la defensa de la sociedad no sea posible de otro modo".

El valor expiatorio de una condena aceptada como justa no tiene ingún genero de dudas.
26/09/06 6:54 PM
  
Luis Fernando
Yo creo que hay una diferencia entre lamentar una cosa y condenarla.
La Iglesia en estos momentos prefiere decir que la pena de muerte no es necesaria en la mayoría de los casos. Pero no he leído una sola condena de la misma como inmoral excepto, claro está, en los casos en que se aplica por delitos menores.
26/09/06 7:31 PM
  
Fray Tomas
Así es, Luis Fernando. Juan Pablo II lo dijo bien claro: "Nunca se puede legitimar la muerte de un INOCENTE"
La Iglesia sostiene que hoy hay otros medios, pero no uede condenarla.
Piensen en la Pasión de Nuestro Señor: cuando el Buen Ladrón acepta la condena como merecida, Cristo no le recrimina, sino que le dice que estará con El en el Paraiso. La aceptación de la pena y la expiación le valieron el Cielo inmediato
26/09/06 9:13 PM
  
nachet
En ningún lugar de mi mensaje aparece que yo considere a la pena de muerte "moralmente ilícita", fray Tomás.

El magisterio de la Iglesia ha modificado en parte su opinión sobre la pena de muerte a lo largo del tiempo. Creo que la mejor definición actual la dio el papa Juan Pablo II Magno,al acotarla a "cuando la defensa de la sociedad no sea posible de otro modo". Hoy en día en Occidente esa máxima excluye la pena de muerte.

Recordemos que el magisterio de la Iglesia ha aceptado en ocasiones principios no fundamentales, que no consideraba correctos, como la esclavitud, en aras a una adaptación cultural del mensaje cristiano, pero eso no significa que no sea más perfectamente cristiana otra visión. Para mí la pena de muerte es una de esas: cuando la Iglesia la ha aceptado recientemente, no ha sido en ningún caso por estar de acuerdo con tal método de punición, sino por respetar los procedimientos de derecho de cada nación. En muchos casos los obispos o incluso ...
27/09/06 12:29 PM
  
nachet
Para mí la pena de muerte es una de esas: cuando la Iglesia la ha aceptado recientemente, no ha sido en ningún caso por estar de acuerdo con tal método de punición, sino por respetar los procedimientos de derecho de cada nación. En muchos casos los obispos o incluso el papa han pedido la conmutación de la ejecución por pena de prisión en condenados a muerte.
27/09/06 12:30 PM
  
Fray Tomas
Nachet: Juan Pablo ha dicho lo que ha dicho, es cierto. Per tu no puedes cargarte una doctrina sostenida por la Iglesia durante casi dos mil años porque desde Juan XXIII por motivos que supongo de prudencia los papas han decidido no hablar del tema.
Pero de ahí ha que hayan cambiado la doctrina al respecto es donde discrepo -y ya era hora- contigo.
28/09/06 6:52 PM
  
nachet
Disculpa, fray Tomás, pero ¿dónde me cargo yo la doctrina?

30/09/06 11:52 AM
  
Fray Tomas
En que la pena de muerte no vale para expíar.
30/09/06 10:02 PM
  
nachet
Releo lo escrito y no encuentro el lugar donde digo tal cosa.
En cualquier caso ¿te refieres a una expiación religiosa (retribución del pecado), o a una "expiación legal" (castigo proporcional al daño hecho)?
01/10/06 2:02 AM
  
Fray Tomas
Me refría por supuesto a la reparación por el pecado. En nuestro sistema legal no cabe la expiación sino la reinserción como fin de las penas.
Supongo que te habré malinterpretado.
Un saludo en Cristo
02/10/06 6:27 PM
  
nachet
Un abrazo en Cristo
02/10/06 6:52 PM

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23.09.06

Y ellos no entendían estas cosas


"Saliendo de allí, atravesaban de largo la Galilea, queriendo que no se supiese. Porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: `El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres y le darán muerte, y, muerto, resucitará después de tres días´. Y ellos no entendían estas cosas.
Vinieron a Cafarnaúm, y, estando en casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais en el camino?
Ellos se callaron, porque en el camino habían discutido entre sí sobre quién sería el mayor. Sentándose, llamó a los Doce, y así les dijo: `Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos´.
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, y, abrazándole, les dijo: `Quien recibe a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, no es a mí a quien recibe, sino al que me ha enviado´."
(Mc 9,30-37).

Eran sus discípulos. Le habían acompañado mientras predicaba, sanaba, liberaba, perdonaba, pero todavía no podían entender bien quién era y a qué había venido. Todavía no comprendían que Él, siendo igual a Dios, había decidido anonadarse a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose hombre (Fil 2,6). Siendo el Creador nació de la más bella de sus criaturas para, ya como primogénito de toda creación, servir y salvar a los hijos de aquellos primeros padres que mancillaron su pureza original desobedeciendo al Señor. Fue el primero en obediencia al Padre, en servicio a los demás, en entrega literal de su vida para reconciliarnos con Dios.

El Siervo de Dios dejó bien claro cuál era la jerarquía en su Reino. El primero, el que más sirve. Si Él, siendo Dios, había servido al hombre, sus discípulos no podían por menos que hacer lo mismo. Más adelante en el evangelio leemos como Jesucristo se humilla hasta el extremo de lavar los pies a sus discípulos, para darles el último ejemplo de servidumbre voluntaria antes de introducirles, por medio de la Eucaristía, en la Nueva Alianza.

Hay quienes, pretendiendo quebrantar el orden que Dios ha dispuesto para su Iglesia, se amparan en esas palabras de Cristo para negar la primacía jerárquica de los sucesores de los apóstoles y del Papa. Yerran gravemente porque lo que Cristo quería enseñarles era cuál era el ministerio de aquel que debía de ser el primero de todos. Un ministerio sobre todo de servicio. Por eso el Papa ha de ser el siervo de los siervos de Dios. Y cuando un Papa, o un obispo en su diócesis, no ha cumplido bien ese papel, la Iglesia entera ha sufrido las consecuencias.

¿Comprendemos hoy aquello que los apóstoles empezaban a vislumbrar?, ¿cuántos de nosotros estamos dispuestos a subir peldaños en el Reino de Dios mediante el servicio al prójimo?, ¿cuántos estamos dispuestos a ser imitadores de Cristo en su entrega, en su cruz?
Seamos siervos en el Reino de Dios o no serviremos para el Reino.

Luis Fernando Pérez Bustamante

3 comentarios

  
José Luis
Muy interesante lo que compartes, Luis Fernando.


Como entendemos mejor los asuntos espirituales, es por Gracia del Espíritu Santo, si nuestro corazón está bien dispuesto para recibir a Cristo, más fácil comprenderemos.

Los apóstoles llegaban a discutir por el camino, es la debilidad, pero todo cambia gracias a la Confirmación por el Espíritu Santo.

- - -

Me ha llamado la atención este texto:

--"Hay quienes, pretendiendo quebrantar el orden que Dios ha dispuesto para su Iglesia, se amparan en esas palabras de Cristo para negar la primacía jerárquica de los sucesores de los apóstoles y del Papa."--

- - -

Hay que notar que esto suelen hacerlo determinadas personas, pero que en el fondo no se toman en serio las enseñanzas de Cristo:

Usan de la Palabra de Dios del mismo modo que Satanás contra Dios encarnado: (Mt 4, 1-10), de nada le sirvió al demonio.

Es el Señor quie...
25/09/06 4:20 PM
  
José Luis
Es el Señor quien nos ilumina por medio del Magisterio de la Iglesia Católica, y así andamos seguros, es estar en el camino de la Luz que es Cristo Jesús, Dios encarnado.
25/09/06 4:22 PM
  
Luis Fernando
Sí, tú lo has dicho José Luis. La clave está en el Espíritu Santo. Esos mismos apóstoles que buscaban una primacía carnal fueron transformados en auténticos líderes en el servicio a la Iglesia por medio de la acción del Espíritu Santo.
Así debe de ser en nuestras vidas
25/09/06 11:59 PM

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21.09.06

Los sabios y los traidores

Daniel 11,32-34: "Seducirá con sus halagos a los traidores a la alianza santa, pero el pueblo que conoce a Dios obrará con firmeza, y los sabios entre ellos instruirán a la muchedumbre. Caerán de entre ellos por un tiempo a la espada, al fuego, al cautiverio y al pillaje, y, mientras sucumben, tendrán poco socorro, y muchos se unirán a ellos hipócritamente."

El hombre sabio que el Señor nos ha regalado como Papa dio una clase magistral en la Universidad ("invento católico") de Ratisbona. Son tantos los aspectos que Benedicto XVI trató en dicho discurso, que seguramente el mismo será objeto de estudio sereno una vez despejada la tormenta fundamentalista islámica que nos acecha, la cual, dicho sea de paso, está sirviendo para que el texto alcance una difusión impensable incluso para el Santo Padre.

Benedicto XVI nos avisa de dos peligros que acechan a nuestra civilización. Ambos tienen una cosa en común: parten del error sobre Dios. El primer error es la elevación a los altares del ídolo de la diosa razón, que no es sino la corrupción de ese elemento constitutivo del ser humano que le hace semejante a Dios, y que pretende eliminar al Logos divino, auténtica fuente de la sabiduría, de la esfera del pensamiento humano. La Ilustración que niega a Dios no ilustra sino que ciega el verdadero entendimiento. El segundo error es convertir a Dios y su pretendida revelación en instrumentos de una fe ciega, irracional, que se impone por la fuerza de la espada y que esclaviza tiránicamente a todo aquel que cae en sus redes.

Ambos errores, presuntamente antagónicos entre sí, se unen para intentar derribar la casa que, por más que les duela, no podrá ser destruida porque está construída sobre la roca firme (Lc 6,48) confesada por Pedro (Mt 16,16-19) y ni el Hades podrá con ella. Pero no nos engañemos: aunque sabemos el resultado final la batalla será larga, difícil y, literalmente, sangrienta. Y, como profetizaba Daniel sobre otro contexto histórico, no debemos esperar mucha colaboración de los que voluntariamente están fuera de la casa del Señor. Y si la encontramos será motivada por la hipocresía temporalmente interesada de aquellos traidores a su civilización que hoy adulan al mismo que ayer consideraban como el peor de los inquisidores, y al que mañana no dudarán en arrojar sus piedras afiladas por la ignominia de su odio a esa razón santificada por el Dios de la nación santa, real y sacerdotal que es luz en medio de las tinieblas de este mundo.

Benedicto XVI propone el diálogo en vez de la confrontación. Sabe muy bien que la fe cristiana no puede ni debe caer en errores pasados, acudiendo a la violencia para defenderse de los violentos. Sabe muy bien que la fortaleza del cristianismo está basada en la persona y obra de su fundador. Sabe muy bien que el Evangelio puede y debe impregnar el pensamiento moderno para renovarlo y dirigirlo hacie el bien de toda la humanidad. Sabe muy bien que los fundamentalismos islámico y laicista no resistirán el empuje de una renovada cristiandad que, repitiéndose la historia de su papel en la civilización greco-romana, sea semilla de verdad en todas las civilizaciones desparramadas por el mundo en que vivimos. Benedicto XVI sabe muy bien cuál es la verdad que nos libera. Y por eso la predica siguiendo el modelo de San Pablo, como maestro en el Agora de esa Atenas vieja y descreída en que se ha convertido Europa, y con la evangelización de todo el orbe en el horizonte.

Dios le asista en esa tarea y nos dé fuerzas para ser fieles a semejante pastor.

Luis Fernando Pérez Bustamante

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19.09.06

Totus tuus, Benedicto

"Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados por la palabra de Dios y por el testimonio que guardaban. Clamaban a grandes voces, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo, Verdadero, no juzgarás y vengarás nuestra sangre en los que moran sobre la tierra? Y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que estuvieran callados un poco de tiempo aún, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos."

Esos versículos del capítulo sexto del libro de Apocalipsis están hoy de plena actualidad. Los fundamentalistas islámicos, tomando como excusa la cita que Benedicto XVI hizo de Manuell II Paleólogo, vuelven a demostrar que están dispuestos a ayudar a completar el número de mártires por Cristo que ya reinan con el Señor en el cielo. La última, que se sepa, ha sido Leonella Sgorbati, monja católica asesinada en Somalia, según parece, por dos fieles de Mahoma. Y murió perdonando a sus asesinos.

Existe una gran diferencia entre el martirio en el cristianismo y el martirio en el Islam. Los cristianos morimos por Cristo, nos asesinan por Cristo, nos persiguen por Cristo. Los islamistas mueren por Alá. Pero mientras que el mártir cristiano, siguiendo el ejemplo de Cristo y del primer mártir, San Esteban (Hch 7,59-60), suele morir perdonando, el "mártir" islamista muere matando. Mientras que el Dios cristiano promete y concede la vida eterna y la corona de gloria a aquellos de sus hijos que mueren como corderos, el Islam promete un paraíso de huríes a los que mueren degollando aquellos corderos. Mientras que el mártir cristiano es semilla de evangelización y amor, el "mártir" islamista siembra odio, destrucción y muerte de inocentes. Y bien sabemos que uno recoge lo que siembra. Por eso el cristianismo tiene la capacidad de expandirse mediante la evangelización pacífica mientras que el Islam radical sólo puede aspirar a crecer mediante la guerra, el sometimiento y el terror. La Historia, maestra que nunca miente, es buena prueba de ello. Aunque desgraciadamente no siempre evangelización y paz han ido de la mano, es obvio que los grandes misioneros cristianos han sido hombres de fe y no de espada. Sin embargo, el Islam radical suele manifestarse como incapaz de conquistar el corazón de los hombres a través de su mensaje y por ello acude a una yihad que, por más que se empeñen algunos endulzadores de almendras amargas, no es sólo la lucha interior que el hombre emprende para ser mejor delante de Dios sino, como nos ha recordado estos días ("Le Monde", 17.09.06) el gran mufti de Arabia, Abdelaziz Al-Cheikh , es también la lucha armada contra el infiel que no se somete.

Este domingo pasado, tras lamentar lo sucedido después de su clase magistral en Ratisbona, Benedicto XVI volvió a predicar la única verdad que nos hace salvos. Dijo: "Pidamos a María Santísima que, mediante la meditación cotidiana de los misterios de Cristo, lleguemos a reconocerlo como nuestro único y verdadero Salvador, siendo siempre testigos de su amor."
Amén, Santo Padre, amén. Aquí nos tienes dispuestos no sólo a reconocer a Cristo como único y verdadero Salvador sino a predicarlo al mundo entero, aunque en ello nos vaya la vida.
Totus Tuus, Benedicto. Totus Tuus, Jesucristo.

Luis Fernando Pérez Bustamante

15 comentarios

  
Julián Moreno Mestre
Rayas la herejía al interpretar con literalidad el Apocalipsis. Se ve que de tu etapa protestante has heredado la herejía de citar textos bíblicos para apoyar todo lo que dices, aunque no tengan nada que ver.

No insultes a los islámicos, a mi no me gusta que ellos ofendan mi religión y por tanto no les ofendo como tu haces con ellos.
26/09/06 12:31 AM
  
Luis Fernando
Yo, a diferencia de ti, con gusto someto TODAS mis opiniones al Magisterio de la Iglesia, con lo cual, si tienes a bien citarme algún documento magisterial donde se diga que no se puede citar Apocalipsis para hablar de los mártires, hazlo, que me desdeciré de inmediato.

De todas formas, que tú hables de herejías tiene su "aquel".
26/09/06 12:37 AM
  
Julián Moreno Mestre
No puedo citarte ningún documento. Pero en el Catolicismo no esta permitido la libre interpretación bíblica fuera del magisterio.

El apocalipsis no es un libro de interpretación literal, no son echos que ocurrieron o van a ocurrir, y su mensaje es tema profundo de estudio entre los teologos dado su enorme contenido simbólico que a veces es muy abstracto.

Usarlo para hablar del asesinato de una religiosa es sacarlo de contexto. Y no debe usarse con ánimo de ofender al Islam, pues si ofendes al Islam ofendes a aquellos que creen tambien en nuestro Dios aunque con planteamientos distintos.
26/09/06 11:50 AM
  
Julián Moreno Mestre
El Islam tiene muchos tipos de martires, a los cuales no hace santos de veneración como nosotros hacemos. Algunos murieron tras persecuciones por no renegar de su Fe, y otros mueren mediante el sacrificio/suicidio contra los que llaman infieles. Pero muchisimos musulmanes aseguran que el Islam no defiende el suicidio, y que esos martires son fruto de fundamentalistas que interpretan la religión según sus intereses personales.

En el cristianismo tambien tuvimos martires en las cruzadas, aunque a estos no se les hizo santos porque no murieron por causa de su Fe, sino por matar infieles.
26/09/06 11:57 AM
  
Julián Moreno Mestre
Por tanto prefiero antes que como haces tu que lo sometes todo al magisterio, someterlo a mi conciencia primero y al magisterio después. Mentalidad que tenía el Cardenal Newman, al cual le toco sufrir hace 130 años las intrigas que perpetraron contra él los ultraconservadores católicos. Tu en cambio te identificas con Newman pero no muestras más interés que en su conversión, y no en su lucha que involuntariamente sostuvo contra aquellos que querían su excomunión, es más, te sumas al bando de los ultraconservadores y haces apología de la excomunión al declarar a unos fuera de la iglesia. Gente que por cierto lleva más tiempo que tú, y que no flirtearon por todas religiones que cayeron a su alcance.
26/09/06 12:06 PM
  
Julián Moreno Mestre
...no se volvieron anticatólicos, no abandonaron a la iglesia, pero siguieron, asumieron sus defectos y se propusieron hacer crítica constructiva para remediar lo que no estaba bien.

Te puedes llamar Cristiano Católico gracias también a que hace 1800 años los conservadores perdieron otra importante lucha, la de volver a admitir en la Fe a aquellos que en su día apostataron, como ocurría frecuentemente con las persecuciones.

Piense usted como quiera, pero respete.
26/09/06 12:12 PM
  
Luis Fernando
Vamos por partes:
1- ¿Cómo va a estar fuera de contexto una cita bíblica sobre los mártires en el cielo cuando estamos hablando de un mártir en la tierra?
Si no es capaz de citar al magisterio para demostrar que estoy errado, mejor cállese

2- Fíjese bien que yo hablo de fundamentalistas y del Islam radical. No considero que todos los musulmanes sean candidatos al martirio vía atentado suicida, pero tampoco veo a los más moderados plantando cara de verdad a los radicales.

3- Fíjese también que he señalado que a veces la evangelización no ha sido "pacífica". Pero mientras que el evangelio no permite la evangelización por la espada, el Corán (y los jadits) sí sanciona la expansión del Islam por vías militares. Usted lo ha dicho: no tenemos "mártires" canonizados por las Cruzadas. Sencillamente, no eran mártires.
26/09/06 1:35 PM
  
Luis Fernando
Yo dejé de ser católico por una depresión que me vino tras la muerte de mi padre. Me parece que eso no es comparable con una apostasía.
Además, si acaso excluyendo mi breve etapa en la Nueva Era, no he filtreado con ninguna religión porque para mí la fe nunca ha sido un juego. Siempre he procurado seguir mi conciencia. Y precisamente por ello dejé de ser protestante. Y dejaría de ser católico en el muy improbable caso de que en conciencia no pudiera serlo.
Lo que no entiendo es cómo uno puede ser algo que en realidad no es. Ni se puede pretender ser protestante sin creer en el Sola Scriptura, el libre examen y el Sola Fide, ni se puede pretender ser católico estando en constante oposición al magisterio de la Iglesia.
Conozco bien al Newman católico y los problemas que tuvo tras su conversión. Jamás se pudo demostrar que dijera nada contrario al magisterio, cosa que ni de lejos pueden decir los "progres" de hoy. Por eso acabó siendo cardenal. No aspiro a tanto pero ya...
26/09/06 2:28 PM
  
fdc
Bienvenido a casa Luis.

Ni te conocíamos ni sabíamos de tus andanzas, pero aún así, rezábamos por tu vuelta.

Y ahora, a seguir. A por ese otro Luis. Y a por el otro. Y a por el otro... No hay tiempo que perder.

Bienvenido a casa Luis.

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26/09/06 11:52 PM
  
Julián Moreno Mestre
Motivos tuviste para evitar durante muchos años la iglesia catolica. Si te pasaste a otra religión es apostasía, ¿o es que podías ser cristiano- católico y de Nueva Era a la vez?

En las dificultades se manda con frecuencia a Dios a la mierda, te comprendo, yo lo he visto aunque no lo he vivido porque yo hago lo contrario.

Criticaré al magisterio en tanto este sea instrumento de injusticia y de error, y actualmente una parte del mismo pienso yo que lo és. Si tu no lo quiers ver es asunto tuyo pero deja de cuestionar hipocritamente la catolicidad del prójimo y cuestionate la tuya.
28/09/06 1:43 AM
  
Julián Moreno Mestre
El apocalipsis no se puede interpretar con tanta literalidad como haces. eso es de herejes, y creo que la tradición lo demuestra, lamentablemente con sangre, en personas como Savonarola, y también lamentablemente en numeros teologos de hoy de ayer.

A ti por hacer esto no te excomulgarán, no tienes autoridad ninguna y lo que digas no escandalizará más que a algún cristiano. Ojalá buscases cosas menos apocalipticas para comentar.
28/09/06 1:50 AM
  
Luis Fernando
El Apocalipsis, como el resto de la Escritura, está inspirado por Dios y, por tanto, es "útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté equiparado para toda obra buena." (2ª Tim 3,16-17).
Y el Catecismo cita dicho libro para, entre otras cosas, hablar de la Liturgia:
1137 El Apocalipsis de S. Juan, leído en la liturgia de la Iglesia, nos revela primeramente que "un trono estaba erigido en el cielo y Uno sentado en el trono" (Ap 4,2): "el Señor Dios" (Is 6,1; cf Ez 1,26-28). Luego revela al Cordero, "inmolado y de pie" (Ap 5,6; cf Jn 1,29): Cristo crucificado y resucitado, el único Sumo Sacerdote del santuario verdadero (cf Hb 4,14-15; 10, 19-21; etc), el mismo "que ofrece y que es ofrecido, que da y que es dado" (Liturgia de San Juan Crisóstomo, Anáfora)..... sigue
28/09/06 8:31 AM
  
Luis Fernando
.... Y por último, revela "el río de Vida que brota del trono de Dios y del Cordero" (Ap 22,1), uno de los más bellos símbolos del Espíritu Santo (cf Jn 4,10-14; Ap 21,6).

Y todavía es más claro su uso al hablar sobre el fin de los tiempos:

677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el Cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).

28/09/06 8:36 AM
  
Luis Fernando
También es citado 4 veces en el Compendio del Catecismo así que, dado que no soy milenarista, no veo porqué no voy a poder citar el Apocalipsis para hablar de los mártires.

28/09/06 8:49 AM
  
Luis Fernando
Aclarado eso, pasamos a tu ataque hacia mi persona. Aceptemos que fui apóstata durante un par de años. ¿Y qué?
Los ultraconservadores de los primeros siglos, que negaban la readmisión de los apóstatas, no estaban en la ortodoxia. Tan es así que muchos acabaron siendo herejes de verdad: donatistas o montanistas.
Entonces, igual que hoy, el magisterio de la Iglesia marcó la línea a seguir: readmisión del apóstata tras un periodo de penitencia por sus pecados.
Así que vete buscando otro argumento para meterte con mi condición de católico conservador porque ese no vale.
Yo acepto el magisterio de la A a la Z. Tú no. Yo dejo que el magisterio juzgue mis creencias. Tú, como en su día Lutero, Calvino y cía, juzgas al magisterio en base a las tuyas. Si a eso lo llamas ser católico, te engañas a ti mismo. Pero si eres feliz así, adelante.
28/09/06 8:51 AM

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Conocer a Cristo


Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Tras haber estado unos años con sus discípulos, Jesús les hace esa pregunta. Pedro, a quien el Padre le había revelado la verdad, responde adecuadamente. En efecto, "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" es la respuesta acertada a semejante interrogación. Saber quién es Cristo es imprescindible para tener comunión plena con Él, pero puede ocurrir que sepamos quién es Él y en realidad no le conozcamos.

En toda relación amorosa se dan una serie de etapas que acaban conduciendo al climax final donde los amantes dejan de ser dos para convertirse en uno. Hay un primer contacto donde se produce un conocimiento meramente intelectual del otro. Sabemos que existe, que está ahí y que incluso nos atrae lo bastante como para que nos apetezca "seguirle la pista". Poco a poco el interés deja lugar a la necesidad. No es ya que nos interese la otra persona. Es que necesitamos estar con ella. Sólo así nos encontramos a gusto y podemos dar rienda suelta a nuestras emociones, a nuestros sentimientos más profundos. El que ama necesita al amado, no de forma egoísta sino pura. Entonces se está listo para dar el paso definitivo: la unión bendecida de lo alto que ha de producir nueva vida como fruto del amor santo entre los cónyuges.

Con el Señor ocurre lo mismo. Al principio sabemos quién es, nos atrae, nos interesa y queremos conocer más cosas de Él. Pero sólo cuando llega el momento en que realmente necesitamos su presencia es que podemos decir que se acerca la hora de que podamos conocerle de verdad. Y sólo cuando nuestra unión con Cristo es todo lo perfecta que puede ser dentro de nuestras limitaciones humanas es cuando podemos decir que realmente le conocemos. Cuando conoces a Cristo, cuando le amas, te das por completo, te entregas sin reservas, ofreces todo tu ser y deseas disolverte en su amor que Él te regala por pura gracia. Y en ese abrazo divino con el Hijo, vislumbramos el amor del Padre, quien es nuestro fin, nuestra meta, nuestro destino eterno. El Espíritu Santo es quien hace la obra. Por Él nos enamoramos de Cristo y por Cristo llegamos al Padre. Sólo así descubrimos quién es verdaderamente Dios: por la obra del Espíritu Santo que nos conduce hacia el amor del Hijo el cual nos abre el camino a la gracia del Padre quien nos acoge como verdaderos hijos suyos. Trinidad santa que da sentido a nuestra existencia.

Lástima que el pecado lo oscurezca todo. Lástima que nuestra debilidad humana se interponga entre nosotros y la fuente de vida. Y aun así, demos gracias a Dios que no nos deja en nuestro pecado sino que nos libera, nos llama, nos perdona y nos restaura. En verdad dice la Escritura: nosotros le amamos porque Él nos amó primero. Descubre el amor de Dios y habrás dado el primer paso hacia tu salvación, que no es otra cosa que la comunión eterna con Aquel que todo lo ha hecho por ti y para ti.

Luis Fernando Pérez Bustamante

1 comentario

  
NADIA
Yo creo que hoy en dia hacen falta mas espacios como este en la internet, el ciber espacio esta plagado de insultos, pornografias y aberraciones en contra de Dios y de la propia raza humana creo que la informacion deberia usarse para fines de creacion y no de destruccion de la conciencia de la moral del amor y del repeto por la dignidad humana y por nuestro Padre. Que bueno que aun haya personas que busquen comunicar la verdad a los demas hombres, ya que es triste ver que muchos jovenes no conocen a Jesùs.
12/07/07 9:43 PM

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