Y ellos no entendían estas cosas


"Saliendo de allí, atravesaban de largo la Galilea, queriendo que no se supiese. Porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: `El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres y le darán muerte, y, muerto, resucitará después de tres días´. Y ellos no entendían estas cosas.
Vinieron a Cafarnaúm, y, estando en casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais en el camino?
Ellos se callaron, porque en el camino habían discutido entre sí sobre quién sería el mayor. Sentándose, llamó a los Doce, y así les dijo: `Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos´.
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, y, abrazándole, les dijo: `Quien recibe a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, no es a mí a quien recibe, sino al que me ha enviado´."
(Mc 9,30-37).

Eran sus discípulos. Le habían acompañado mientras predicaba, sanaba, liberaba, perdonaba, pero todavía no podían entender bien quién era y a qué había venido. Todavía no comprendían que Él, siendo igual a Dios, había decidido anonadarse a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose hombre (Fil 2,6). Siendo el Creador nació de la más bella de sus criaturas para, ya como primogénito de toda creación, servir y salvar a los hijos de aquellos primeros padres que mancillaron su pureza original desobedeciendo al Señor. Fue el primero en obediencia al Padre, en servicio a los demás, en entrega literal de su vida para reconciliarnos con Dios.

El Siervo de Dios dejó bien claro cuál era la jerarquía en su Reino. El primero, el que más sirve. Si Él, siendo Dios, había servido al hombre, sus discípulos no podían por menos que hacer lo mismo. Más adelante en el evangelio leemos como Jesucristo se humilla hasta el extremo de lavar los pies a sus discípulos, para darles el último ejemplo de servidumbre voluntaria antes de introducirles, por medio de la Eucaristía, en la Nueva Alianza.

Hay quienes, pretendiendo quebrantar el orden que Dios ha dispuesto para su Iglesia, se amparan en esas palabras de Cristo para negar la primacía jerárquica de los sucesores de los apóstoles y del Papa. Yerran gravemente porque lo que Cristo quería enseñarles era cuál era el ministerio de aquel que debía de ser el primero de todos. Un ministerio sobre todo de servicio. Por eso el Papa ha de ser el siervo de los siervos de Dios. Y cuando un Papa, o un obispo en su diócesis, no ha cumplido bien ese papel, la Iglesia entera ha sufrido las consecuencias.

¿Comprendemos hoy aquello que los apóstoles empezaban a vislumbrar?, ¿cuántos de nosotros estamos dispuestos a subir peldaños en el Reino de Dios mediante el servicio al prójimo?, ¿cuántos estamos dispuestos a ser imitadores de Cristo en su entrega, en su cruz?
Seamos siervos en el Reino de Dios o no serviremos para el Reino.

Luis Fernando Pérez Bustamante

3 comentarios

  
José Luis
Muy interesante lo que compartes, Luis Fernando.


Como entendemos mejor los asuntos espirituales, es por Gracia del Espíritu Santo, si nuestro corazón está bien dispuesto para recibir a Cristo, más fácil comprenderemos.

Los apóstoles llegaban a discutir por el camino, es la debilidad, pero todo cambia gracias a la Confirmación por el Espíritu Santo.

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Me ha llamado la atención este texto:

--"Hay quienes, pretendiendo quebrantar el orden que Dios ha dispuesto para su Iglesia, se amparan en esas palabras de Cristo para negar la primacía jerárquica de los sucesores de los apóstoles y del Papa."--

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Hay que notar que esto suelen hacerlo determinadas personas, pero que en el fondo no se toman en serio las enseñanzas de Cristo:

Usan de la Palabra de Dios del mismo modo que Satanás contra Dios encarnado: (Mt 4, 1-10), de nada le sirvió al demonio.

Es el Señor quie...
25/09/06 4:20 PM
  
José Luis
Es el Señor quien nos ilumina por medio del Magisterio de la Iglesia Católica, y así andamos seguros, es estar en el camino de la Luz que es Cristo Jesús, Dios encarnado.
25/09/06 4:22 PM
  
Luis Fernando
Sí, tú lo has dicho José Luis. La clave está en el Espíritu Santo. Esos mismos apóstoles que buscaban una primacía carnal fueron transformados en auténticos líderes en el servicio a la Iglesia por medio de la acción del Espíritu Santo.
Así debe de ser en nuestras vidas
25/09/06 11:59 PM

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