InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Archivos para: Octubre 2015

9.10.15

La "misericordiosa" eutanasia muestra su verdadero rostro

Cada vez que los falsos profetas de la cultura de la muerte quieren convencer a la sociedad de la necesidad de legislar en contra de la vida, usan casos extremos. Desde una niña de doce años embarazada tras ser violada por su padrastro hasta otra de la misma edad que sufre una enfermedad neurodegenerativa que la hace sufrir mucho. 

En realidad, esos casos son meras excusas para imponer el derecho a matar al no nacido en cualquier circunstancia o para favorecer el suicidio siempre que alguien no quiera seguir viviendo. 

Muchos ingenuos piensan que se va a respetar siempre la voluntad de la persona. Tanto en el caso de los abortos como en el de la eutanasia. Cuán equivocados están. Esos mismos apóstoles de la muerte no pararán hasta que sus ideas se impongan a todos. China es ejemplo de lo que un estado puede hacer si se lo propone. No te dejan tener más de un hijo y el aborto es la herramienta preferida para conseguir semejante objetivo. Se me dirá que estamos ante una dictadura, pero les recuerdo que en la muy demócrata Alemania hay padres encarcelados por negarse a que sus hijos reciban una educación sexual contraria a sus valores. Es decir, a estas alturas de la película la democracia liberal ha demostrado no ser muro de contención de totalitarismos, sino un medio más de imponer una voluntad -la de la mayoría- por encima de cualquier derecho de la persona afectada.

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8.10.15

Y de estos fieles, ¿quién se ocupa pastoralmente?

En el último post de Bruno, una catequista hace una pregunta que me han hecho bastantes veces por email y por mensajes privados de redes sociales. Si no siempre de forma literal, sí muy aproximada:

Le pregunto a Luis Fernando o a quien me pueda ayudar: soy catequista; ¿qué debo enseñar? ¿ que hay que estar en estado de gracia para comulgar o que hay que hacer “un camino penitencial” (por ejemplo, hacer unos meses de oración y tener paciencia y luego sí, puedes comulgar) ¿Enseño que en pecado mortal no se puede comulgar, o digo que ya no hay pecados objetivamente malos, y que Dios es tan misericordioso que con tu “penitencia” subjetiva, ya es basta?

Pido que me ayuden, porque estoy pensando en dejar de impartir la Catequesis. Muchas gracias.

En otro comentario añade:

Estoy super angustiada con estos posibles cambios porque veo cada vez más cerca la disociación entre doctrina y praxis, cosa que me parece tremendo a la hora de transmitir la fe. Tal vez me falta fe, fortaleza, alma martirial. Tal vez deba empezar a pensar seriamente en que estos cambios dramáticos me pedirán el testimonio de la propia vida. No sé si coinciden conmigo. Gracias, nuevamente.

Esta es mi respuesta:

Rosita, enseña la fe católica. Es más, si, Dios no lo quiera, cambian algo esencial de la misma, sigue enseñando lo que te ha sido transmitido. Que el mismo Dios que permitiera tal cosa sería el encargado de que, a su debido tiempo, vuelvan las aguas a su cauce.

Y, al menos mientras te dejen hacerlo, no dejes la catequesis. Los niños y los jóvenes no tienen culpa. Dios quiere y te concede que tú les protejas.

He dicho, digo y diré, que el mero hecho de que se discutan algunas de las cosas que se están discutiendo es un escándalo, causa grave daño espiritual a multitud de fieles y deja la Iglesia herida gravemente. Y ya no sé qué es peor. Si el daño que causan los malos intentando cargarse la fe de la Iglesia o el silencio y la tibieza de muchos de los supuestamente “buenos", que intentan vendernos la moto de que todo va muy bien, que hay buen rollete, espíritu de comunión, etc. 

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6.10.15

La muerte "digna" de Andrea

Andrea va a morir en breve. Tras padecer una terrible enfermendad neurológica degenerativa, sus padres, sin duda desesperados ante sus sufrimientos, han pedido que se le retire la alimentación para acelerar su muerte. Los médicos del hospital donde está ingresada, se opusieron en un primer momento a tal medida. Es lógico. Alimentar a un enfermo no tiene nada de encarnizamiento terapéutico. Es, simplemente, hacer lo que cualquier ser humano haría con otro.

Sin embargo, la presión mediática y judicial sobre los galenos les ha hecho cambiar de opinión. Andrea ha empezado ya a morir de desnutrición. No pasará hambre porque la van a sedar para que no sienta nada. Pero lo cierto es que su muerte se va a producir no tanto por la enfermedad que padece -aunque la misma habría provocado su fallecimiento- como por el hecho de que su cuerpo va a dejar de recibir el pan nuestro de cada día.

La Iglesia ya se ha pronunciado sobre este tipo de medidas. Mons. Reig Pla, el único obispo español que, aunque se enfrente a críticas y desprecios del mundo y de parte de sus colegas de episcopado, siempre habla claro sobre estas cosas, recordó hace unos días el dictamen de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Muchos dirán que la Iglesia puede opinar lo que le venga en gana pero sin imponer sus tesis a la sociedad. La realidad es que la Iglesia no puede imponer sus tesis, fruto de su conocimiento de la ley natural y su análisis de la Revelación, ni siquiera entre sus fieles. Primero, porque no tiene capacidad real de hacerlo. No verán ustedes a un guardia suizo poniendo grilletes a los fieles que vayan por libre. Segundo, porque siempre habrá algún obispo, sacerdote, teólogo, etc, que se dedique a contradecir públicamente lo que el Magisterio diga, sin que se mueva una simple briza de aire para impedir tal cosa. Es decir, en la Iglesia la defensa de la vida llega solo a la literalidad de ciertos textos y declaraciones. Cuando se trata de defenderla de verdad, expulsando de la comunión eclesial a quienes hacen la obra sucia de la cultura de la muerte dentro de la propia Iglesia, ésta mira para otro lado. Y no hace falta que dé ejemplos de eso, porque todos los conocemos.

Apelar a la humanidad y a la caridad para justificar que se deje de alimentar a un enfermo es un ejemplo más de la depravación de la conciencia del hombre caído en este momento de la historia. Hay mucha diferencia entre medicar a un enfermo para que no sufra dolor físico y provocar su muerte retirándole la alimentación. 

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4.10.15

O con Cristo o con Satanás. No hay punto medio

Dn. José Rivera, venerable:

Estamos todavía en la tierra. La Iglesia es militante. Si por consentimiento universal los miembros de un ejército son guerreros enfermos, débiles, ¿cómo sorprendernos de las derrotas? Sin duda que en su conjunto el ejército está destinado al fracaso.

La Iglesia es Madre. Si la madre tiene un cuerpo en su conjunto pueril ¿cómo podría dar la vida?

La Iglesia tiene la función de sanar a este mundo profundamente enfermo, según la expresión ya antigua del Papa Pío XI. Si tiene en su mayoría miembros débiles, enfermizos, ¿cómo podría sanar la enfermedad del mundo?

Jesucristo:

Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca.
Ap 3,16

Entre la verdad y la mentira, debemos optar siempre por la verdad completa.

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3.10.15

Empieza el Sínodo: "Permanece en lo que aprendiste y creíste"

Mañana da comienzo el sínodo general sobre la familia. Es un nuevo paso, ciertamente importante, del proceso que comenzó cuando el papa Francisco convocó dos sínodos para que la Iglesia abordara algo tan esencial como la atención pastoral a la institución familiar. Sin familia no hay sociedad y sin familias auténticamente cristianas no hay Iglesia. Es por tanto mucho lo que está en juego.

No es la primera vez, ni será probablemente la última, que la Iglesia aborda la problemática relacionada con la pastoral familiar. Hace ahora 35 años que se celebró otro sínodo sobre la familia, bajo el pontificado de San Juan Pablo II. Su exhortación apostólica post-sinodal Familiaris consortio (FC) fue la corona magisterial que, siquiera en teoría, debía guiar los pasos de la Iglesia en las décadas siguientes.

¿Qué ha cambiado en 35 años? Todo y nada. En Occidente (Europa y América), la familia está en una situación de crisis como no se ha visto igual desde que el cristianismo irrumpió en el mundo. El papa santo polaco ya era consciente de ello:

… el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.

(FC 6)

No solo no ha mejorado esa situación, sino que ha empeorado considerablemente. La plaga del divorcio ha hecho que nuestra sociedad sea polígama a plazos. El aborto sigue avanzando a pasos agigantados. Y la eutanasia amenaza con cobrarse la última víctima de la escalera de la vida: nuestros ancianos. Una sociedad que no deja nacer a sus hijos, que se muestra incapaz de dar estabilidad a sus matrimonios -o uniones de hecho-, finalmente acaba por matar a sus abuelos. Todo forma parte de un plan establecido que recibe el impulso y el apoyo de legislaciones perversas que atentan contra la ley natural y cualquier cosa que tenga que ver con la ley divina.

En medio de toda esa vorágine a la que se ha dado en llamar cultura de la muerte, la Iglesia ha sabido mantenerse firme en cuanto a sus enseñanzas. La Humanae Vitae de Pablo VI supuso un freno considerable al intento de asalto de la doctrina mundana anticoncepcionista a la fe católica. El magisterio de san Juan Pablo II sirvió de dique para parar el tsunami destructor del Leviatán que busca no solo dominar el mundo -ya lo hace- sino destruir el último refugio de los redimidos por Cristo: la Iglesia. Benedicto XVI supuso una línea de continuidad, adornada con su evidente brillantez teológica.

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