Alégrate, Santa Madre de la Luz, y alegrémonos nosotros contigo
“Gaude Dei genetrix, Virgo immaculata; gaude, quae gaudium ab Angelo suscepisti; gaude, quae genuisti aeterni luminis claritatem; gaude mater, gaude sancta Dei genetrix virgo: tu sola mater innupta; te laudat omnis factura Genetricem Lucis: sis pro nobis, quaesumus, perpetua interventrix”.
Canto gregoriano antiguo del tiempo de Adviento.
Traducción:
Alégrate, Madre de Dios, Virgen Inmaculada; alégrate, la que recibiste el gozo del Angel; alégrate, la que engendraste la claridad de la eterna Luz; alégrate Madre, alégrate Virgen Santa Madre de Dios: tú la única madre incorrupta; toda la creación te alaba, Madre de la Luz: te pedimos que seas para nosotros intercesora por siempre.
Los miembros de la comunidad de Schola Veritatis invitan a todos los lectores de este portal a participar del gozo de la Santísima Virgen, tan bellamente plasmado en este canto y en las palabras del Magníficat. Este gozo, una vez que ha entrado en el corazón Inmaculado de María, no la abandonará jamás: es la alegría por la salvación del género humano, por la venida de Dios a nuestra tierra, por la misericordia divina derramada sobre el mundo. Tampoco a nosotros, hijos de esta Madre bendita, debe abandonarnos nunca este gozo, pues creemos en Aquél que vence el pecado, que vence la oscuridad y la mentira, vence al mundo, al demonio y a la carne, que vence a todos nuestros enemigos: Jesucristo, Señor Nuestro. Sabemos que las cosas van mal; pero sabemos por sobre todo que la victoria eterna es de Jesús y de María.
Ven, Señor Jesús, ven a reinar sobre nosotros con tu Madre a quien amamos.
Santa Navidad para todos y la promesa de nuestras oraciones.


En este post, compartimos con nuestros lectores la reflexión de Monseñor Francisco Javier Stegmeier, Obispo de la Diócesis de Villarrica (Chile), acerca de la situación vivida en nuestro país desde hace casi 3 semanas. Una palabra de verdad y de fe, que muchos han callado a cambio de un discurso políticamente correcto y populista. Solo hay esperanza en Jesucristo, y en una verdadera conversión a Dios en la Iglesia. En este mes de María que hoy comienza en Chile, pedimos a la Virgen del Carmen patrona de nuestro país, que haga resplandecer nuevamente la luz de la fe verdadera en todos los sectores de la sociedad.





