9.07.10

(93) La ley de Cristo –XIV. la disciplina penitencial antigua

–Hay cristianos que no confiesan, ni van a Misa, y aunque pecan lo suyo, comulgan cuando les parece.
–El relajamiento en esto es hoy enorme. Reforma o apostasía.

–Cristo perdona los pecados. Él sabe que «el Hijo del hombre tiene sobre la tierra poder de perdonar los pecados» (Mt 9,6). Él es «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29). Así lo presenta San Juan Bautista al pueblo. Él entregará su cuerpo y su sangre en el sacrificio eucarístico de la Cruz para el perdón de los pecados (Mt 20,28; 26,28). «Cristo padeció por nosotros y cargó con nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, y en sus heridas hemos sido sanados» (1Pe 2,21-24). «Jesús, el Mesías, el Justo, Él es propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo» (1Jn 2,1-2). «Él nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como oblación y víctima para Dios en olor de suavidad» (Ef 5,2).

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2.07.10

(92) La ley de Cristo –XIII. las Constituciones Apostólicas. y 4

–¿Y estas Constituciones Apostólicas son con certeza del año 380?
–Los expertos dan esta fecha como bastante segura. Es el año en que se convocó el I Concilio de Constantinopla (381).

A través de las Constituciones Apostólicas seguimos contemplando a la Iglesia católica del siglo IV.

—Los ayunos

No hay ayunos, por supuesto, durante la cincuentena de la Pascua, pero al terminarla, «ayunad durante una semana, porque es justo alegrarse por el don de Dios y ayunar después un tiempo. Os prescribimos, por tanto, que después de esta semana de ayuno, ayunéis los miércoles y viernes de cada semana y entreguéis a los pobres el sobrante economizado por vuestros ayunos. En cambio, cada sábado y cada domingo llevad a cabo vuestras asambleas en el gozo. Será culpable de pecado el que ayunara el domingo, día de la resurrección, o en cualquier otra fiesta del Señor, porque estos días son días en lo que debéis estar alegres y no son días para llorar» (V,20,14.18-19).

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25.06.10

(91) La ley de Cristo –XII. las Constituciones Apostólicas. 3

–Se ve a estos cristianos antiguos muy libres del mundo.
–Es verdad. Están decididos a vivir en todo partiendo de la originalidad suprema del Evangelio.

Seguimos contemplando la Iglesia católica de fines del siglo IV a través de las Constituciones Apostólicas del año 380.

—Los espectáculos indecentes

«Guardáos de uniros con esta gente perdida, es decir, con la asamblea de los paganos, que puede causar vuestro desánimo y vuestra ruina, porque no existe conveniencia alguna entre Dios y el diablo (2Cor 6,14-16). Sea quien sea que se reúna con los que comparten la manera de pensar del diablo será contado como uno de ellos y heredará la maldición.

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20.06.10

(90) La ley de Cristo –XI. las Constituciones Apostólicas. 2

–Ya se ve que esos cristianos antiguos eran buena gente, si se les podía hablar así.
–Eran cristianos.

A través de las Constituciones Apostólicas del 380, seguimos contemplando la forma primera que el Espíritu Santo dió a la Iglesia en ese siglo IV tan importante, el primero en que los cristianos del Imperio romano gozaron de libertad cívica y pudieron organizar libremente su comunidades y cultos, sus instituciones y costumbres.

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15.06.10

(89) La ley de Cristo –X. las Constituciones Apostólicas. 1

–Para mí que estas comparaciones con el mundo cristiano antiguo van hechas a mala idea.
–Sólo irán a mala idea si la pretensión de convertir y reformar es considerada una idea mala.

Las Constituciones Apostólicas, escritas probablemente hacia el año 380 en Siria –unos setenta años después de que la Iglesia logra la libertad en el Imperio–, son una completa exposición, aunque no oficial, en ocho libros de doctrina y moral, disciplina y liturgia, así como de espiritualidad y costumbres. Tuvieron no pequeño influjo en su tiempo. Hay de ellas textos en siríaco, griego, latín, copto, árabe y etiópico. Y son citadas en el Vaticano II y en el Catecismo de la Iglesia.

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