InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Etiquetas: mesianismo

10.04.25

¿Ateísmo libertino o gnosis?

Reconsideración de un argumento de Alberto Methol Ferré

Daniel Iglesias Grèzes

Un muy buen artículo reciente de un diario de Montevideo1 me impulsó a releer el Capítulo 5  de un libro de Alberto Methol Ferré y Alver Metalli: La América Latina del siglo XXI (Edhasa, Buenos Aires, 2006), que en adelante citaré como MM. Dicho libro es una larga entrevista de Metalli, periodista y escritor italiano, a Methol (1929-2009), un notable pensador católico uruguayo. En el capítulo referido, titulado “Del ateísmo mesiánico al ateísmo libertino”, Methol analiza de un modo sumamente interesante la transformación sufrida por el ateísmo desde el colapso del bloque soviético.

Hasta ese momento, sostiene Methol, el principal adversario de la Iglesia Católica en América Latina era el marxismo, que es en esencia un ateísmo mesiánico, que “busca y persigue la transformación de la Tierra, (…) la reconciliación entre los hombres, la libertad, la amistad en el seno de la historia del mundo2.” Sin embargo, desde la caída de los regímenes comunistas de Europa Oriental y la Unión Soviética (1989-1991), el ateísmo mesiánico casi desapareció de la escena; y el ateísmo occidental, por lo general, volvió a asumir su forma primigenia de ateísmo libertino, mentalidad cuyo representante más extremo y arquetípico fue el Marqués de Sade. Según Methol, “el ateísmo libertino es indiferente a la justicia universal, [y es] crítico con ese particular criticismo que no cree en nada, empeñado en la búsqueda del placer como mero placer3.” A raíz de esa transformación, hoy en día el puesto de principal enemigo de la Iglesia en Occidente estaría ocupado por el ateísmo libertino, que destruye el fundamento de todos los derechos.

El análisis de Methol contiene muchos pensamientos iluminadores. Mencionaré siete de ellos:

Leer más... »

17.11.24

Reflexiones sobre el origen histórico del Islam

La huida de Mahoma a Medina

A la luz de “El gran secreto del Islam” de Odon Lafontaine

Daniel Iglesias Grèzes

La narración islámica tradicional sobre el origen histórico del Islam se puede resumir así: la religión islámica se habría originado a partir del año 610 DC por medio de una nueva revelación de Dios, a través del ángel Gabriel, a Mahoma (570-632). Éste, un árabe analfabeto de La Meca, habría memorizado la doctrina revelada y luego la habría predicado oralmente a los árabes, comenzando por los habitantes de su ciudad, en su gran mayoría paganos politeístas. Posteriormente esa predicación oral habría sido recogida en distintos escritos que, una vez compilados, habrían formado el Corán, el libro sagrado de la religión islámica. Más tarde el Corán fue complementado por una enorme cantidad de escritos adicionales, con diversos grados de autoridad, que conformaron la tradición islámica. Esos escritos narran la vida de Mahoma y de sus primeros sucesores (los califas) e interpretan distintos pasajes del Corán.

Esta visión islámica tradicional plantea grandes interrogantes a quienes pretenden estudiar racionalmente los orígenes del Islam. La principal de esas interrogantes es la siguiente: ¿Cómo en el siglo VII, en un ambiente politeísta, sin fuertes relaciones previas con el judaísmo y el cristianismo, pudo originarse una nueva religión monoteísta abrahámica y unitaria (es decir, antitrinitaria), que considera a Jesús como un gran profeta y como el Mesías que volverá al fin de los tiempos, pero no como el Hijo de Dios, y valora la Torah y el Evangelio (en singular), pero afirma que la Torah original (islámica) fue distorsionada por los judíos y el Evangelio original (islámico) fue distorsionado por los cristianos? En otras palabras, ¿cómo un fenómeno espiritual y religioso tan grande, poderoso como muy pocos en la era cristiana, pudo surgir prácticamente “de la nada”, en medio del desierto, al margen de las grandes civilizaciones de la época?

Leer más... »