Derrumbando mitos: «La Iglesia medieval creía que la locura era una posesión diabólica»
Continuando con el tema de los locos en la Edad Media, publicamos aquí otro trabajo de uno de nuestros lectores, que amplía el publicado ya en esta bitácora para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
Derrumbando mitos: “La Iglesia medieval creía que la locura era una posesión diabólica”
¿Qué dice falsamente la Leyenda Negra?
“Durante la Edad Media y hasta la Ilustración, los enfermos mentales eran encerrados en mazmorras; y allí, encadenados con grilletes, recibían un trato cruel e inhumano. En su afán por perseguir a los brujos y nigromantes, la Iglesia también persiguió a muchos enfermos mentales cuyas enfermedades (epilepsia, histeria, esquizofrenia, etc.) eran a menudo tachadas de posesiones demoníacas o al menos de origen mágico, de manera que infinidad de perturbados mentales murieron en la hoguera[1]. Es evidente[2] que esta persecución se convirtió en un instrumento no sólo religioso sino también sociopolítico. Además, el dinero y las posesiones del enfermo mental eran confiscados por la Inquisición[3]. Por ello había fuertes intereses centrados en confundir a los dementes con posesos para así confiscar sus bienes…”.
¿Fue realmente así?

3- OTRA VEZ EL MATERIALISMO PRESOCRÁTICO
2 - REPROBADO EN FILOSOFÍA
Publicamos aquí, por pedido de su autor, el Dr. Jordán Abud, un comentario al libro del biólogo argentino, Diego Golombek titulado “Las neuronas de Dios. Una neurociencia de la religión, la espiritualidad y la luz al final del túnel” donde desde el punto de vista materialista se insiste en la “creación” de Dios a partir de las neuronas.
Los negacionistas del Holodomor lo tienen fácil porque no hay registros, ni fotos, ni documento alguno. Los soviéticos se ocuparon de borrar el rastro de tal manera que los historiadores actuales tienen que hacer cálculos a base de las estadísticas de años anteriores y posteriores al suceso, de ahí que las cifras bailen entre cuatro o seis millones de personas. Tampoco la desclasificación de la documentación después de la Caída de la URSS ha arrojado mucha más luz porque si Krushev -que fue uno de los enviados a Ucrania para sustituir a las depuestas autoridades- dice que no los contaron es que no lo hicieron, lo que podría tener relación con el famoso censo de 1937, que costó la vida a los integrantes del Instituto de Estadísticas, porque no salían las cuentas al gusto del Politburó. No lo pusieron fácil para que se supiera la verdad y es asombroso como desparecen millones de personas de un censo sin que nadie las eche en falta.





