¿Por qué aún Isabel la Católica no es santa? La polémica expulsión de los judíos (5-7)

 

En esta segunda parte de nuestro trabajo indagaremos en la historia del pueblo hebreo en la España de Isabel la Católica. Creemos que la historia nos dará los elementos necesarios para vislumbrar  las razones que han movido al pueblo judío a oponerse tan fuerte y abiertamente a la canonización de Nuestra Reina.

 Procuraremos comprender el problema que hubo con los israelitas durante el reinado de la Reina Católica. Para ello realizaremos un rapidísimo recorrido por su historia en España, luego veremos su situación durante el reinado de los Reyes Católicos y finalmente explicaremos las medidas que fueron tomadas contra ellos: la instauración del tribunal inquisitorial y la expulsión de los judíos en marzo de 1492.

Lo que intentaremos considerar es, si tales medidas son realmente causa de peso para frenar el proceso de beatificación de Isabel la Católica. Porque, si fueron realizadas por un movimiento de odio racial, por un fanatismo exacerbado hacia la fe católica o por una imprudencia en el reinado, bien podrían ser dos motivos de gran peso para frenar su causa de canonización.

Pero si, por el contrario, estas dos medidas que fueron tomadas por nuestra Reina y su esposo, son espejo de virtud, su trato para con los judíos no solo no constituiría un motivo para el congelamiento de su proceso, sino que serían un motivo más para que nuestra Reina sea ascendida a los Altares de los Santos.

Para esto trabajaremos principalmente con la ya utilizada Positio historica super vita, virtutibus et fama sanctitatis ex officio concinnata de Isabel I, reina de Castilla. Vale la pena resaltar que para el estudio de la expulsión de los judíos, la masa documental contenida en el tomo IX, docs. 540-805 de la documentación presentada a la Congregación de la causa para los santos, consta de un total de 266 documentos, todos ellos de actos de gobierno y ninguno de fuentes literarias, historiográficas, testimonios de contemporáneos o estudiosos posteriores; con el fin de proveer al lector de una opinión objetiva sin mancha de las opiniones personales de la época o posteriores. Esto dota a este punto en particular de una seriedad exquisita.

Del mismo modo nos serviremos de los historiadores mencionados al comienzo de nuestro estudio.

Dicho esto introduzcámonos en el estudio de este espinoso tema.

 

Los judíos y España

Consideraciones históricas de los judíos en España

Un historiador francés, biógrafo de Isabel la Católica, Jean Dumont[1], al comenzar a exponer la creación del Estado Moderno de Isabel y Fernando hace una consideración preliminar. Explica lo que él llama “el eje vertical de la historia de España”, y este eje no es otro que el peligro judaico en la Península Ibérica.

Lo trae a colación cuando hace referencia acerca del libro de formación de los Reyes Católicos: Doctrinal de príncipes, escrito por el converso Diego de Varela. Del mismo afirma:

…este texto de un converso de origen judío es un reencuentro con las raíces más a-semitas del ser nacional español, ya que el autor llama a los Reyes Católicos nada menos que a reformar “la silla de la ynclita sangre de los godos”. Estos visigodos, antiguos dueños de España, durante cuyo dominio, tras su conversión al catolicismo, el gobierno y la Iglesia (concilio de Toledo 589) constituyen siempre una defensa vigilante contra el peligro de judaización[2].

Y es que este peligro ha estado presente en toda la historia de España y ha sido tan influyente que la historia de España no se entiende sin considerar el siempre presente factor judío.

Pero, ¿desde cuándo han habitado los judíos en España?

En el año 70, el emperador romano, Tito expulsó a los judíos de Jerusalén, tal como había sido profetizado: “Yahaveh os dispersará entre los pueblos y no quedaréis más que unos pocos, en medio de las naciones[3].

Desde entonces los judíos vivieron errantes, con la siempre presente esperanza de que un día viniera su salvador y los devolviera a la Tierra Prometida. Pero hasta ese momento ellos no considerarían ninguna otra tierra como propia, no se mezclarían con otras razas y sobre todo no abrazarían nuevas religiones.

Esta dispersión por el orbe es conocida como la “diáspora” judía y ha sido motivo de numerosos conflictos con los demás pueblos, sobre todo con los cristianos.

No sabemos la fecha exacta de la llegada de comunidades judías a España, pero sabemos que se remite a la época romana. Ya en el año 300, tenemos noticias de su presencia en la península por la celebración del Concilio de Elvira (Granada), el primero realizado en tierras hispanas. Allí se sentaron las bases de la Iglesia en España. El tema de la convivencia entre judíos y cristianos ocupó un lugar central en dicho concilio, y finalmente se determinó la separación entre cristianos y judíos.

Luego siguieron los concilios toledanos. En varios de ellos se volvió sobre el tema de los judíos. Así por ejemplo, el tercer concilio de Toledo, realizado en el año 589, exigió a los cristianos en su canon XLIX el rechazo de las bendiciones judías bajo pena de excomunión y en los del año 633 y 694 se volvió sobre el tema de la separación de judíos y cristianos.

Ya desde el siglo VII, los judíos fueron considerados como un peligro constante para la fe, pues incurrían constantemente en delito de herejía. Así lo denunció San Isidoro de Sevilla, doctor de la Iglesia, en sus Etimologías, De Hearisibus y De Fide catholica contra Judaeos[4] .

Este mismo siglo, los judíos sufrieron su primera expulsión de España. El rey Sisebuto promulgó una ley echando de España a los judíos que no se bautizaran, por ser  estos amigos de los moros y los turcos que amenazaban a España. Se consideraba así a los israelitas como posibles aliados de los árabes y peligrosos enemigos.

Dos siglos más tarde los judíos tendrán la oportunidad de vengar su expulsión. En el año 711 los árabes provenientes de Norte de África lograron penetrar en la Península Ibérica. Esto fue posible gracias a una deslealtad del Gobernador de Ceuta para con su rey[5], pero también por la ayuda que los judíos les brindaron animándolos a entrar y abriéndoles las puertas de las ciudades para que fuesen tomadas.

Este hecho quedó grabado a fuego en las memorias de los católicos españoles de modo que “no podían dejar  de recordar que habían sido los judíos quienes invitaron a los mahometanos a entrar en el país, y siempre los habían considerado como enemigos internos, quinta columnas y aliados del enemigo”[6].

En los siglos que siguieron la tensión entre judíos y cristianos se mantuvo en mayor o menor medida en el mismo grado. Se celebraron otros concilios en los que se entrevió que el problema de los judíos continuaba presente. Así por ejemplo el Concilio LateranenceIV, celebrado en 1215 mandaba que los judíos vistieran hábito distinto, recordándoles su propia ley: “no usarás ropa de tejidos de dos clases”[7] y “no vestirás ropa tejida mitad de lana mitad de lino[8]. Además prohibía que ejercieran oficios públicos y condenaba a los judaizantes. El Concilio de Basilea de 1434, prohibió que los infieles y especialmente los judíos, fueran familiares o sirvientes o nodrizas o médicos de los cristianos, éstos no debían ir con ellos a fiestas, bodas, convites, baños; se los obligaba a llevar algún hábito para que los cristianos los pudieran identificar y a vivir separados de ellos.

El siglo XII, crisis de los judíos en Europa

Hasta este momento, las tensiones entre judíos y cristianos siempre habían existido, pero nunca habían conformado un problema social o político para los reinos de la Cristiandad. Pero el siglo XII cambiaría las cosas[9].

Por un lado las Cruzadas que se estaban realizando acrecentaban en los cristianos sus sentimientos religiosos, y los hacía más celosos de su fe.

Por otro lado la aparición de los cátaros en el siglo X había creado en toda Europa un clima adverso a todo lo que sonara a herejía, y “el horror al pecado contra la fe se hizo un hábito social[10]. Estas circunstancias afectaban directamente a los judíos y conversos, acusados constantemente de herejía.

Otro hecho que afectó negativamente la posición de los judíos en la sociedad cristiana fue el conocimiento público del Talmud[11], que provocó un escándalo en toda la Europa Medieval. Muchos intelectuales de la época (algunos de ellos conversos) escribieron fuertes críticas  hacia este libro que conformaba la esencia doctrinal de los hijos de Abraham según la carne. Algunos de los críticos fueron Pedro Alfonso, Pedro el Venerable Rufino, con su Summa Theologicae y finalmente Nicolás Donin, que denunciaba a Roma que el libro judío contenía treinta y cinco proposiciones blasfemas y consistía en un ataque directo al cristianismo.

El entonces Papa Gregorio IX, encomendó a la Universidad de París un estudio serio sobre el Talmud y al cabo de las debidas averiguaciones éste fue declarado herético, blasfemo y digno de destrucción. El día tres de marzo del año 1240 fueron quemados todos los ejemplares que del Talmud se pudieron encontrar.

A partir de entonces los judíos comenzarían a vivir una verdadera persecución, no por parte de las jerarquías eclesiásticas que siempre defendieron las vidas de los judíos, sino del pueblo liso y llano, ante quien la impopularidad judía crecía día tras día.

El siglo XIV resultó un nuevo azote para el pueblo israelita, por varios fenómenos que perjudicaron grandemente su situación en toda Europa.

Uno de ellos fue la terrible peste que diezmó a Europa en 1348 y que ha pasado a la Historia con el nombre de “peste negra”, haciendo alusión a su principal síntoma: la aparición de aureolas oscuras en la piel del infectado. La peste se llevó a más de un tercio de la población europea y esta terrible situación recayó sobre los hombros de los judíos que fueron juzgados por muchos cristianos como los culpables de tal enfermedad.

El historiador estadounidense William Walsh explica: “Cuando la peste negra diezmó en dos años la mitad de la población de Europa, los judíos sufrieron más que el resto, porque el populacho, enloquecido, los acusó de haber ocasionado la peste envenenando los pozos, y comenzó en toda Europa a darles muerte”[12]. Aquí la Iglesia tuvo que intervenir a favor de los judíos para defenderlos de las injustas acusaciones que contra ellos se comenzaron a esgrimir.

Pero no era la culpa de la peste echada sobre los judíos el único motivo de enemistad entre cristianos e israelitas. El pecado de la usura, tan practicado por los judíos, su sectarismo y sus blasfemias contra Cristo y su Madre, contribuían a abrir la brecha entre los seguidores de Cristo y los que aún lo esperaban. Volvamos a citar a Walsh:

En una Europa donde se repudiaba la usura como un pecado, porque como tal la Iglesia Católica la había considerado siempre, los judíos eran los únicos banqueros y prestamistas, y poco a poco el capital y el comercio del país pasó a sus manos (…) los ciudadanos que debían pagar impuestos, los agricultores que carecían de dinero y los ciudadanos presos por la avaricia de un noble, caían desesperados en manos de prestamistas judíos, transformándose en sus esclavos económicamente (…) el pueblo los odiaba, porque a manudo compraban a los reyes el privilegio de cobrar impuestos y despojaban a los ciudadanos de todo lo que podían[13].

Coincidió en este siglo, la expulsión de los judíos de varios países de toda Europa. A la tradicional enemistad entre judíos y cristianos, ahora se sumaba la injusta acusación que muchos cristianos hicieron a los judíos con motivo de la peste.

Los ingleses ya lo habían realizado en el año 1290. De Alta Baviera habían salido exiliados en 1276 y de Renania en 1012. Ahora los judíos eran expulsados de Alemania entre 1348 y 1375, y de Francia en 1306. Luego saldrían de Viena y Linz en 1421. De Colonia, en 1424; de Augsburgo, en 1439; de Baviera, entre 1442 y 1450; de Moravia, en 1454; de Perugia, en 1485; de Vicenza, en 1486; de Parma, en 1488; en Milán y Lucca en 1489; de Toscana, en 1494; de Cracovia y Lituania, en 1495.[14]

¿A dónde irían a parar todos estos judíos expulsados? Muchos de ellos migraron a España y sobre todo a Castilla, que hasta el momento había aceptado con mucha tolerancia a los israelitas allí hospedados.

Efectivamente nos comenta Dumont:

Durante toda la edad media hubo al sur de los Pirineos, hecho único en Europa, una aproximación y una amplia fusión biológica entre cristianos y judíos, que elevó los linajes judíos a la sima de la jerarquía social cristiana, hecho que no se dio en ninguna otra parte. Esta aproximación biológica se hizo a través de las mujeres judías, a pesar de ser ellas la base de la identidad judía, que se hacían cristianas (…) Tal es la raíz de la increíble presencia mayoritaria de conversos que hemos constatado en la alta nobleza española entre los altos funcionarios, consejeros y colaboradores de los reyes, así como entre los intelectuales de renombre. La presencia de los conversos era también muy notable en el alto clero católico, entonces por lo general perteneciente a la nobleza[15].

Y lo mismo afirma Américo Castro: “Ilustres familias cristianas, se habían mezclado durante la Edad Media con la gente judía, por motivos económicos o por la frecuente belleza de sus mujeres”[16].

La presencia de los judíos y sobre todo de los conversos, como vemos, siempre había sido fuerte en España. Pero a partir de la expulsión de los israelitas de los demás reinos cristianos, el aumento fue masivo y así comenzaron los problemas realmente serios que desembocarían en la famosa expulsión de 1492.

Términos a definir

Antes de proseguir con la historia de los judíos en España hay una serie de términos que nos parce oportuno aclarar para una mejor comprensión de lo que sigue. Para ello seguiremos las definiciones que nos ofrece Tarsicio de Azcona[17] en su libro Isabel la Católica.

Judíos:

“Entendemos, como es obvio, el grupo de individuos que por ascendencia, religión y cultura e independientemente del lugar de su nacimiento se siente heredero del pueblo de Israel, formando un grupo racial bien conocido a todo lo largo de la Edad Media”[18].

Conversos: “Llamamos conversos a los judíos que abandonaron su religión mosaica y recibieron el bautismo, entrando en la comunidad cristiana. (…) No es difícil encontrar otros nombres para caracterizar a este grupo; por ejemplo neófitos, por la nueva luz recibida en el bautismo; confesos, por los juramentos emitidos en el mismo acto; nueva generación y nuevo pueblo”[19].

De entre los conversos podemos distinguir a los conversos forzados, también llamados anusim y los conversos convertidos, o mesumad. “Entre estos dos extremos (…) podía encontrarse un gama incalculable de situaciones internas frente a la nueva fe, que se reflejaba inmediatamente en el trato con los correligionarios”[20]. Otra distinción necesaria de entre los conversos es la de conversos recientes, quienes habían abrasado el cristianismo en los últimos siglos (XIV y XV) y conversos más antiguos (también llamados conversos viejos), “descendientes de padres y abuelos ya convertidos, lo que suponía un entronque con la fe cristiana de varias generaciones[21].

Judaizantes: Eran “aquellos conversos que, después de haber abjurado de su religión y recibido el bautismo, continuaban practicando ritos mosaicos, lo que se tomaba como señal manifiesta de la insinceridad de su conversión[22]. Estos judaizantes también eran conocidos como alboraycos[23] o marranos.

El siglo XIV en España: el surgimiento de la gran masa de conversos

Decíamos pues, que hacia finales del siglo XIV y en los albores del siguiente España entera sufrió una intensa inmigración judía. Esta masa de nuevos habitantes que vivían según su ley, pronto se transformó en un problema de Estado; no solo por el autoaislamiento en que vivían, sino porque la hostilidad hacia ellos por parte de los cristianos se hacía cada vez más fuerte.

España tomó conciencia de este problema en el año 1391, durante el cual se realizó una cruenta matanza de judíos y una intensa campaña para destruir las aljamas[24] en toda la Península Ibérica.

El Padre Azcona hace tanto hincapié en este año que se atreve a decir: “El año 1391 puede ser considerado, dentro de la historia de los judíos españoles, como una de esas fechas que marcan una nueva época[25]. Y más tarde: “Después de esta fecha comienza la verdadera historia de los conversos[26].

La Iglesia Católica, para entonces presidida por Benedicto XIII, intervino nuevamente en favor de los judíos españoles, y convocó en Aragón para el año 1414 la llamada Disputa de Tortosa. En ella se trataron nuevos métodos para acercar a los judíos al cristianismo. La disputa tuvo muchísimo éxito, sobre todo porque las conversiones fueron espontáneas y generalmente sinceras. Azcona resalta este aspecto: “Lo más satisfactorio de la disputa de Tortosa es que no se observa presión para que se conviertan (los judíos). Lo hacen voluntariamente, reconociendo el peso de las razones[27] .

Sobresaldrán en esta tarea evangelizadora dos órdenes mendicantes que hacía poco habían surgido: la de los dominicos y la de los franciscanos.

De la primera de estas saldrá el gran predicador de los judíos en España: San Vicente Ferrer, cuyas predicaciones obtenían como resultado inmensas oleadas de conversos.

Pero si bien, esto aplacó la furia en las poblaciones, no resultó para nada beneficioso a los judíos, que veían a sus hermanos de sangre y religión abrazar la fe de Cristo por montones, diezmando así el número de judíos considerablemente.

A aquel repudio generalizado hacia ellos se sumaba ahora la intensa campaña de predicación que desde la Iglesia se lanzó para arrimar al pueblo elegido hacia la verdadera fe.

Es necesario resaltar que esta ola de conversiones en ningún momento fue forzada, aunque muchas de ellas no fueron sinceras.

Nacieron así en España estos dos nuevos grupos religiosos: el de los conversos y el de los conversos judaizantes.

Para finalizar la explicación del surgimiento de los conversos, e intentando hacer hincapié en la libertad con que estos abrazaron el cristianismo, dejamos una última cita de Dumont:

…¿cómo surgieron los conversos y por qué eran en España tan numerosos, influyentes e incluso peligrosos? La respuesta de los historiadores judíos polémicos, que se recoge en muchos de nuestros manuales y que recoge también el cardenal Lustiger, es que los conversos se vieron obligados a “bautismos forzados” y eran “constreñidos a la conversión”. Esto evidentemente es falso, salvo algunas excepciones (…) La inmensa mayoría de los conversos se convirtieron voluntariamente. A veces lo hicieron por miedo o por interés, para tener acceso más fácil a plazas y cargos, y al reconocimiento social, pero siempre por su propia iniciativa y no pocas veces por convicción[28].

                                                *          *          *

Hemos realizado hasta aquí una breve explicación de cómo y por qué llegaron tantos judíos a España, y de por qué allí el fenómeno de los conversos fue tan fuerte. Pasemos ahora a ocuparnos del problema central en relación con nuestro tema: la situación de los judíos bajo el reinado de Isabel la Católica.

Los judíos e Isabel la Católica

Isabel la Católica llegó al trono de Castilla en el año 1474. Desde el mismo momento en que se ciñó la corona de Castilla tuvo en claro el principal y primer objetivo de su reinado: unificar España.

Sabía que para ello era preciso recuperar el último reducto moro de las tierras hispanas: la postergada Granada, pero no sabía que antes de llegar a ello numerosos inconvenientes se interpondrían en el camino.

En primer lugar tuvo que afianzarse en su trono, pues Portugal y varios nobles castellanos desconocían su reyecía y proclamaban soberana la Juana, la “Beltraneja”[29]. Su esposo Fernando, logró aplacar con las armas a los focos rebeldes del reino y derrotó las huestes del país vecino, dejando fuera de duda la legitimidad de su esposa en el trono.

Pero entonces sobrevino la tarea más difícil: la de unificar a los propios. La tarea de unificación que los reyes se proponían, debía ser extremadamente profunda y duradera. Por ello España debía consolidarse en un solo territorio, con un solo idioma, con solo una cultura y, por sobre todas las cosas, con una sola religión.

Bien conocía Isabel que los lazos religiosos son los más duraderos y es por esto que toda su obra de unidad tuvo por base la unificación total de España en la religión católica.

Pero para aquellos años convivían en España tres religiones distintas: la católica, la islámica y la judaica. Para con los católicos Isabel llevó a cabo una profunda reforma, intentando devolver a la Iglesia de sus reinos la pureza de la fe y las tradiciones que tantas veces menguaba para aquél entonces.

Para con los musulmanes se concentraron las fuerzas para atraerlos a la religión católica y para recuperar el último reducto español que quedaba en sus manos: Granada. La conquista de aquel reino se llevó acabo en el glorioso 1492, acabando así con el último reducto de infieles en España.

Finalmente, para con los judíos, se tomaron dos medidas importantes: la instauración del Tribunal de la Inquisición, para los conversos y la expulsión para los judíos. Dos medidas que, sacadas de su contexto y consideradas aisladamente de sus circunstancias, pueden presentársenos a los hombres modernos como medidas de fanatismo religioso, totalmente ajenas a la caridad cristiana y que ni siquiera las aprobaríamos desde el punto de vista humano.

Para no caer en estos errores por anacronismo, intentaremos explicar el contexto en que fueron tomadas y las causas que guiaron el actuar de nuestra Soberana. Una vez esclarecidas las circunstancias nos será más fácil emitir un juicio objetivo sobre el asunto.

 

La situación de los judíos y conversos en la época de Isabel.

Condición social de los judíos y conversos

¿Cómo fue recibida en España esta gran masa de conversos que de a poco iban integrándose a la sociedad española? Pronto comenzarían los roces entre ambas religiones.

Los conversos, que poseían las habilidades propias de la raza judaica, muchas veces superior al resto, al recibir el bautismo comenzaron a gozar también de la posibilidad de ascender en la escala social y política. Así, España se vio pronto repleta de administradores judíos. Muchos de ellos abrazaban el cristianismo de buena fe, pero de a poco la gran mayoría volvía secretamente a sus prácticas mosaicas.

Esto enfureció mucho a los cristianos viejos que veían sus antiguos puestos ahora en manos de judíos conversos.

El P. Azcona explica lo siguiente:

…los conversos comienzan a tomar posiciones, aprovechando el resguardo ventajoso de la nueva confesionalidad. Durante el segundo y tercer decenio del siglo se van a ver colocados estratégicamente en puestos de la administración, lo mismo aragonesa que castellana, y van proliferando los entronques con familias de clases dirigentes que no demostraban en general prejuicios contra ellos[30].

En la época de Isabel la Católica los judíos conversos eran tan fuertes que era raro no encontrar algún ascendiente israelí en las familias más nobles de toda España. El  mismo esposo de la Reina, Fernando, tenía ascendencia judía. Tanto el médico de Fernando, como el de Isabel eran judíos. Hombres de confianza de la reina como lo era Cabrera, Fray Hernando de Talavera y el mismo Fray Tomás de Torquemada, provenían de familias de conversos. Quien fuera muchos años arzobispo de Toledo y ayudara a la reina a llegar al trono, Monseñor Carrillo, tenía los mismos antecedentes. Y el más acérrimo enemigo de los Reyes Católicos, el marqués de Villena, llevaba en sus venas la misma sangre que los ya mencionados. Evidentemente, la nobleza para la época de Isabel estaba absolutamente rebosada de judíos.

Por otro lado tomará una nueva fuerza el fenómeno de los judaizantes, que aumentaban en número día tras día. Estos, no solo practicaban el judaísmo a escondidas, renegando de su fe, sino que a menudo blasfemaban y realizaban ritos con hostias consagradas que lograban robar, muchas veces con ayuda o con conjunto con los mismos judíos.

Todos estos factores contribuyeron a que, para los años en que Isabel gobernaba Castilla, el ambiente religioso se encontrase sumamente denso.

La situación estalló en Toledo, en el año 1449. Se llevó a cabo una revolución popular para sacar a todos los judíos de los cargos públicos. Varios judíos se vieron muertos durante estos sucesos en manos del populacho embravecido. A partir de entonces las matanzas de judíos por parte del pueblo cristiano se hicieron más frecuentes y violentas.

El postulador de la Reina, Anastasio Gutiérrez explica al respecto:

Las presiones (que se ejercían sobre judíos y conversos) son variadísimas, desde el apedreamiento de techos y ventanas en Trujillo durante la Semana Santa hasta la acción astuta de las autoridades municipales que negaban a las aljamas el concurso de la justicia o restringían los suministros de víveres o la libertad de comercio o insistían tercamente en el apartamiento de juderías y de los judíos con el cierre de calles y otras maneras o hacían discriminación en la distribución de cargos comunes locales, etc.[31].

El odio del pueblo español hacia la raza semita llegó al punto de culpar exclusivamente a los judíos de la corrupción que para entonces sufría la Iglesia Católica[32].

Este denso clima de enemistad entre hispanos e israelitas encontró su punto culmen en un trágico hecho que revolvería los ánimos de los cristianos, aumentando su hostilidad para con los judíos. Tal hecho fue el asesinato de un pequeño niño, en la Guardia, para el viernes santo de 1491 llevado a cabo por una secta judaica durante uno de sus ritos. El niño sacrificado sufrió en su cuerpo tormentos similares a los que sufriera Nuestro Señor en su pasión.

No podemos detenernos aquí en los pormenores del suceso, pero nos basta decir, que aunque actualmente muchos siguen dudando de la veracidad de tales hechos (pues el cuerpo del niño nunca fue encontrado), los documentos y las declaraciones de los acusados nos conducen a inferir la total veracidad de los acontecimientos en la Guardia.

Volvamos a citar al postulador, que al momento de emitir juicios cuida absolutamente de que estén bien documentados, (pues escribe para la defensa de una causa canónica; y no una biografía que bien podría tener tintes novelescos): “El odio contra ellos (los judíos) fue creciendo por los caminos misteriosos que estimulan la psicología de las masas, hasta llegar al paroxismo final en el proceso del Niño de La Guardia[33].

Y más adelante: “El odio de los unos y el temor de los otros llegó al paroxismo, como hemos dicho, con la ocasión del proceso del Santo Niño de la Guardia crucificado ritualmente el Viernes Santo[34].

Estos sucesos atroces crearon un clima insostenible, que si no era remediado pronto acarrearía consecuencias nefastas para el reino, pues “para el espíritu español, inflamado durante siglos de guerra en el odio a los judíos por amigos de sus enemigos, no resultó difícil creerlos culpables de los más atroces crímenes. Setenta judíos fueron declarados culpables en 1468 (…) de haber crucificado a un niño cristiano”[35].

Urgía, en España, desde el punto de vista social una solución al problema de judíos, conversos y judaizantes.

Condición jurídica y legal

Antes de analizar la situación legal de los judíos para la época de Isabel, debemos recordar que entonces las leyes de los pueblos estaban íntimamente relacionadas con la religión de los mismos. No existía aún el Estado Moderno, tal como hoy los conocemos, con una constitución y una serie de leyes que deben adoptar todos los que deseen vivir en él.

Las sociedades se regían más bien por las leyes que su cultura, sus antiguas costumbres y su religión les dictaban y en base a ello, luego eran decretadas las leyes civiles.

En la España isabelina tres religiones (y por tanto culturas) fuertes coexistían: la cristiana, la islámica y la judía; y cada comunidad se regía por las leyes muy distintas unas de otras.

Esto constituía un grave problema para los gobernantes, pues albergaban dentro de sus territorios, grandes comunidades que no respondían a las leyes civiles del reino que habitaban.

Es por esto que en los concilios y también en las partidas de Alfonso X, llamado “el Sabio” (base jurídica de España), se trata con tanto detenimiento y de modo particular el modo en que debían vivir aquellos que profesaran otras religiones.

Teniendo en cuenta este estrechísimo lazo entre religión y ley que para entonces regía, prosigamos a analizar la situación jurídica de los judíos para la fecha que nos incumbe.

Respecto a su convivencia con los cristianos

Desde el primer concilio realizado en la Península Ibérica, se manda a los judíos vivir en barrios separados de los cristianos.

Las razones de tal apartamiento respondían por un lado, a las leyes mismas de los judíos, que les aconsejaban apartarse del resto y por otro lado, al hecho de que los judíos practicaban constantemente un proselitismo religioso, que llevaba a muchos cristianos (sobre todo conversos) a renegar secretamente de su fe y a judaizar.

Nos explica Anastasio Gutiérrez: “Los judíos no sólo formaban una comunidad con estatuto propio dentro de cada municipio (aljamas); en todas partes se tendía a la separación material en barrios reservados para ellos (ghetos)[36]”.

Al respecto es necesario aclarar que “mucho antes de que se les obligara a hacerlo, los judíos tuvieron la costumbre de agruparse en barrios propios llamados kahal. Hasta el siglo XIV la existencia de dichos barrios significó para ellos seguridad, necesidad y comodidad a la vez[37].

Por otro lado los judíos debían llevar signos externos que los identificasen. Esto había sido dictado por las partidas de Alfonso X: “mandamos que todos quantos judíos y judías vivieren en nuestro señorío, que trayan alguna señal cierta sobre sus cabezas, que sea por tal que conozcan las gentes manifiestamente qual es judío o judía, pena diez maravedís de oro, e si no los tuviere reciba diez azotes públicamente [38].

Había además una serie de trabajos que estaban prohibidos para los judíos. También son las Partidas del Sabio las que mandaban estas prohibiciones: “de manera que ningún judío nunca tuviese jamás lugar honrado nin [sic] oficio público con que pudiese apremiar a ningunt [sic] cristiano en ninguna manera[39].

Respecto a su condición en los Reinos

Los judíos de Castilla, tenían una situación legal bastante poco común. Permanecían allí como extranjeros tolerados, es decir que los reyes los hospedaban en sus reinos como a invitados, pero no conformaban una parte sustancial de la sociedad castellana. Así lo dictaba el código de las Siete Partidas: “la razón por que la iglesia, et los emperadores, et los otros príncipes sufriron [sic] a los judíos vivir entre los cristianos es esta: porque ellos viviesen como en cativerio [sic] para siempre e fuesen remembranca [sic] a los hombres que ellos vienen del linaje de aquellos que crucificaron a nuestro Sañor Jesu [sic] Cristo[40].

Por esta condición dependían directamente del Monarca que los recogía en sus reinos como huéspedes, sin derecho a la ciudadanía. Ellos dependían única y directamente del Rey, y por este motivo es que constantemente tenían problemas con las autoridades municipales, porque no estaban para nada subscriptos a ellas.

Respecto a esto comenta Anastasio Gutiérrez:

La voluntad del Soberano era la que les otorgaba el derecho a vivir dentro de sus dominios y esa misma podía hacerles salir de ellos. Los judíos eran vasallos y súbditos personales de los Reyes y no miembros de la comunidad, según el pensamiento medieval (…) Esta situación era común en todos los reinos cristianos (…) y era conforme a la mentalidad judía, naturalmente y por religión, “racista” y auto-segregacionista[41].

A cambio de este permiso para residir en los pueblos cristianos, los judíos debían atenerse a una serie de cláusulas. La principal de ellas era no realizar proselitismo religioso ni con los cristianos ni con los conversos. A partir de la violación de esta condición es que los judíos deberán abandonar los reinos españoles, por incumplimiento de lo acordado con el Rey.

Es por esto que el postulador de la Reina insiste en la incorrección del término expulsión, para hablar del hecho de que los judíos abandonaran España. Él explica que debería decirse más bien suspensión del permiso de residencia, lo que en términos actuales llamamos retención de pasaporte. Ya que los judíos no eran parte de la sociedad española no podían ser expulsados de ella.

Condición política

Recordemos que la historia de España está forjada en el fuego de la guerra contra los infieles. Casi podríamos decir que la historia de España hasta finales del siglo XV, es la historia de la reconquista del territorio que los moros habían invadido.

Los moros fueron siempre para el español, el enemigo indiscutido. Esta situación política perjudicó en gran medida a los judíos, por haber sido desde siempre amigos y aliados de los hijos de Mahoma.

Cuando la Reina Isabel la Católica revivió en su pueblo el ideal de cruzada y la reconquista fue vuelta a poner en marcha, los judíos se convirtieron en personajes sospechosos y posibles aliados de los moros. Tanto más cuando, como comentamos anteriormente, habían sido los mismos judíos quienes instaron a los musulmanes a entrar en la Península por vez primera[42].

El historiador y poeta español, José María Pemán, en su Breve Historia de España considera este factor determinante para la expulsión de los judíos en 1492:

Los judíos eran en España verdaderos espías y conspiradores políticos. (…) Estaban organizados en verdaderas sociedades secretas de intriga y conspiración. En esas sociedades se habían preparado crímenes horribles, como el asesinato de un santo obispo de Zaragoza, y el Martirio, en la Guardia, de un niño en que se había reproducido la pasión de Cristo, azotándolo, coronándole de espinas y crucificándolo al fin. También era corriente el robo de hostias consagradas de las iglesias, para luego pisotearlas y profanarlas en secreto. Por todo esto los Reyes Católicos, dispuestos a asegurar la unidad religiosa, base de la unidad de España, echaron a los judíos[43].

 

Por otra parte los reyes se enteraron de que muchos judíos habían apoyado y colaborado a Portugal cuando, en los inicios del reinado de Isabel la Católica, se enfrentaron vivamente a los Reyes de Castilla y Aragón. Así lo cuenta Tarsicio de Azcona: “No faltan indicios documentales para pensar que por lo menos los judíos cacereños se aliaron con el bando Portugués. La diplomacia castellana tuvo que tratar frecuentemente con la portuguesa sobre los judíos y conversos refugiados en el vecino reino[44].

Prof. Magdalena Ale

continuará



[1] Jean Dumont, “La incomparable Isabel la Católica”. Madrid: Ediciones Encuentro, 1993.

[2] Ibídem, P. 61.

[3] Dt. 4,27.

[4] Ibídem, P. 82.

[5] Cuenta la leyenda que el entonces rey de España, Don Rodrigo, abusó de Florinda, una de las damas más bellas de la Corte. El padre de Florinda, llamado Don Julián, era a la sazón gobernador de Ceuta; y enojadísimo al enterarse de la deshonesta acción del rey para con su hija invitó a los moros a que entrasen a la península a modo de venganza para con el rey.

[6] Sáenz, Alfredo. Héroes y santos. Buenos Aires: Ediciones Gladius, 1993. P. 161.

[7] Lv. 19,19.

[8] Dt. 22,11.

[9] Seguiremos aquí el texto ya citado del P. Ramiro Sánez.

[10] Sáenz, Ramiro. Op.C it., P. 67.

[11] El Talmud es el verdadero libro que rige a los judíos. Está compuesto por el Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), y por una recopilación de leyes y enseñanzas de los rabinos y ancianos del judaísmo. Es “el libro doctrinario que por sí solo expone y explica toda la ciencia y enseñanza del pueblo judío”, enseña Pranaitis, Iustinus Bonaventura  en El Talmud desemascarado. Buenos Aires: Editorial Milicia, 1976. P. 15. Este libro contiene un profundo análisis del Talmud como libro base de la religión judaica y expone los artículos del Talmud que hablan del trato que los judíos deben dar a los cristianos. Su autor fue asesinado en 1917, se cree que por revelar los secretos de la ley judía.

[12] Walsh, T. William. Isabel la Cruzada. Madrid: Espasa. Calpe, S. A. 1945. P. 91.

[13]Ibídem, P. 90-91.

[14] Conf. Sáenz, Ramiro. Op. Cit., P. 74.

[15] Jean Dumont. Op. Cit., P.94.

[16] Américo Castro. La realidad histórica de España. Méjico, (sin dato de la editorial), 1974. P. 48. En Ibídem, P. 94.

[17] Azcona, Tarsicio. Op. Cit.

[18] Ibídem, P. 368.

[19] Ibídem, P. 368.

[20] Ibídem, P. 369.

[21] Ibídem, P. 369.

[22] Ibídem, P. 369.

[23] Se les llamaba así en recuerdo de la famosa yegua de Mahoma, en la cual realizó su viaje desde la Meca a Jerusalén pasando por los siete cielos, la cual era más baja que un caballo y más alta que la mula, pero no era ningún animal que se hallase en el libro De naturis animalium; del mismo modo los judaizantes no eran ni judíos ni cristianos; ni una cosa ni la otra.

[24] Las aljamas eran las comunidades de judíos o musulmanes.

[25] Ibídem, P. 370.

[26] Ibídem, P. 370.

[27] Ibídem, P. 370.

[28] Jean Dumont. Op. Cit., P.93.

[29] Juana, la “Beltraneja” era hija de su difunto hermano y antiguo rey, Enrique IV, y de su esposa, Juana de Avis, hermana del rey de Portugal. La niña había sido considerada ilegítima para ascender al trono pues se suponía que en verdad no era hija del rey, sino de su favorito, Beltrán de la Cueva. De ahí el mote de “Beltraneja”.

[30] Azcona, Tarsicio. Op. Cit., P.372.

[31] Positio historica super vita, P.652.

[32] Walsh, T. William. Op. Cit., P. 92.

[33] Positio historica super vita, P.651.

[34] Ibídem, P. 652.

[35] Walsh, T. William. Op. Cit., P. 154.

[36] Positio histoica super vita, P.653.

[37] Sáenz, Ramiro. Op. Cit. P. 68.

[38] Alfonso X, el Sabio, Las Siete Partidas, VII, 24, 11. En Ibídem, P. 655.

[39] Ibídem, P. 654.

[40] Ibídem, P. 649.

[41] Positio histórica super vita, P. 649.

[42] Ver P. 50.

[43] Pemán, José María. Breve historia de España. Cádiz: Escelicer.S.L., 1950. P. 180-181.

[44] Tarsicio de Azcona, Op. Cit., P. 383.

23 comentarios

  
Joaquín
"El rey Sisebuto promulgó una ley echando de España a los judíos que no se bautizaran, por ser estos amigos de los moros y los turcos que amenazaban a España"

Falso. Cuando Sisebuto murió ni siquiera había empezado la predicación de Mahoma y el norte de África estaba en manos bizantinas. Y los turcos ni siquiera existían como pueblo.

"Desde el mismo momento en que se ciñó la corona de Castilla tuvo en claro el principal y primer objetivo de su reinado: unificar España."
Falso. Eso es un mito inventado por el nacionalismo español romántico en el siglo XIX. Isabel jamás tuvo tal intención, porque nadie pensaba en "España" salvo tal vez unos pocos intelectuales humanistas. Ni Fernando ni Isabel se titularon jamás reyes de España, que entonces era sólo una expresión geográfica.

"Para con los musulmanes se concentraron las fuerzas para atraerlos a la religión católica y para recuperar el último reducto español que quedaba en sus manos: Granada"
Discutible. Granada fue fundada por los musulmanes, y nunca había sido cristiana, ni había en ella una comunidad cristiana ni nada que se le pareciera.

"los judíos practicaban constantemente un proselitismo religioso".
Falso. Los judíos dejaron de reclutar prosélitos tras la destrucción de Jerusalén en el año 70.

Por otra parte, flaquísimo favor se le hace a la causa de Isabel cuando se trae en su favor ese calumnioso párrafo de Pemán. Casi todo lo que dice está más que refutado. Como refutada está también la historia del inexistente Santo Niño de la Guardia. Padre, comprendo que quiera defender a Isabel, pero que eso no le ciegue a la verdad.

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Joaquín: dos cosas.

1) Gracias por intentar participar adultamente en este foro, pero trate de poner fuentes a lo que dice. Esto no se trata de un partido Real-Barcelona ni River-Boca...
2) El artículo no es mío; quizás no llegó a verlo, pero al final de cada texto hay una firma. Es de una profesora de historia, la Prof. Magdalena Ale, de carne y hueso. Dios lo guarde. PJOR
04/05/17 12:27 PM
  
Francisco de México
Resulta muy claro el por que la comunidad judía se opone a la canonización de la reina: deberían contestar acusaciones muy incómodas, tanto teológicas, históricas y políticas y su posición oficial de victimismo no tiene defensa y la usan en forma constante, para muestra la defensa que hacen algunos dentro de este foro: víctimas sin mancha e inocentes por el simple hecho de ser judíos. Quiizás las mas graves faltas.

- Talmud con agresiones a los cristianos.
- Participación en la invasión mora de España y su apoyo aun estando en reinos cristianos.
- Ser un estado dentro de otro estado.

A mi personalmente me toma por sorpresa lo del Talmud, había leido algo en internet, pero me negaba a creerla porque siempre se hacía referencia de ella en fuentes poco serias. Pero si el Papa Gregorio IX y la Universidad de París están involucradas, no queda sino rendirse a la evidencia.
04/05/17 1:25 PM
  
Prof. Magdalena Ale
COMENTARIO DE LA AUTORA

Estimado Joaquín:
1. Cuando el Rey Sisebuto murió, hacía once años que Mahoma predicaba el Islam. Pero, el dato no influye en el objetivo del texto. El ejemplo está puesto para mostrar que Isabel la Católica no fue la única reina española que prohibió la residencia de judíos en sus reinos; sino que los judíos eran considerados "peligrosos" desde los tiempos visigodos.
2. Por supuesto que España no existía como país, pero es absurdo negar las acciones de unificación interna que la Reina llevó a cabo. ¿Cuándo considera Ud. que España se unificó entonces?
3. Las tierras de Granada eran parte del reino visigodo, convertido al cristianismo en el año 587. Claro que cuando fue invadida por los musulmanes, la provincia no llamaba Granada, sino Bética, quizás eso es lo quiso aclarar.
4. Los judíos nunca predicaron su religión a quienes no forman parte de su raza, son en este sentido "racistas". Esto fue así antes y después del año 70. El proselitismo que practican es el de atraer a judíos convertidos a otra religión a su religión primordial. Esto fue así, antes y después del año 70.
5. Infórmese bien, puede consultar el documento que se subió en artículos anteriores.
Cordiales Saludos
04/05/17 1:59 PM
  
Francisco de México
Profesora Magdalena:

Coincido con muchos de sus puntos de vista y la felicito con sinceridad.

Como comenté en mi entrada anterior, siempre consideré las acusaciones de las agresiones en el Talmud como falsas o mas precisamente, exageraciones que se dan de forma inevitable cuando se habla de otras religiones, simplemente porque bondad y maldad existe en todos los seres humanos y tenemos la tendencia a creer lo que nos conviene, y eso sucede con cristianos, judíos, musulmanes, etc.

Es la primera vez que leo de dichas acusaciones en fuentes serias, como en Infocatólica y en la "Comisión Isabel la Católica para la causa de beatificación de la Reina" (Dirección en internet ww.reinacatolica.org/), y quisiera profundizar un poco al respecto.

Cita con numeral 11, "El Talmud Desenmascarado" y quisiera saber si usted se refiere al libro que está en internet, en particular en "holywar.org/Pranaitis_El-Talmud-desenmascarado.pdf"

Si la respuesta es afirmativa, ¿Como puedo estar seguro que coincide con las conclusiones de la Universidad de Paris referente al estudio solicitado por Gregorio IX?

Se lo pregunto respetuosamente porque me parece que lo ahí escrito es agresivo en grado superlativo y, dado que es nuevo para mí, necesito un poco mas de documentación al respecto para poder asumirlo como cierto, simplemente porque me cuesta mucho trabajo aceptar que exista ese grado de animadversión hacia Cristo y los cristianos.

04/05/17 3:47 PM
  
Eck
Joaquim:
Menos en lo de Sisebuto y los turcos en lo demas patinas.Y por favor deja de lado eso de la historiografía nacionalista, romántica, españolista del XIX (¿Sanchez-Abornoz, Menendez Pidal, Domínguez,Villada, Suarez, Quesada, etc. lo son? por otra parte son moco de pavo Hinojosa, Gayangos, Lafuente, Menendez Pelayo, Altamira, Amador de los Ríos, Colmeiro, Codera, Fray Zeferino etc. la edición de el Fuero Juzgo de 1815, las actas de Cortes de la RAH en 1860 (4 tomos las de la Edad Media castellana), el Codoin, la coleccion de fueros y censos de Tomas Muñoz, el Madoz, etc. a pesar de la falta de medios y el desinteres del poder. En el siglo XVIII fue mucho mejor: las obras de los agustinos el P. Florez y el P. Risco, Sarmiento, Capmany, Mayans, Burriel, Masdeu, Ferreras, el marqués de Mondejar, Hervás, Berganza, Ponz, etc. (la España Sagrada, la Cantabria, la historia del Consulado del mar, clave historial, son insustituibles aún hoy, la edición de las principales obras literarias medievales por parte de Tomás Antonio Sánchez, en especial en Cid adelantandose 50 años a la escuela francesa, las ediciones del Beato por Florez, las memorias de las reinas de España, las medallas de España, las de Las Partidas de la RAH, la reedición del Nicolas Antonio, la edición de cronicas de Cerdá y Rico (crónicas de Castilla, los almogavares, la hipercrítica historia de España de Masdeu, la obra de Floranes sobre el canciller Ayala, las behetrias, las universidades, el marques de Valdeflores sobre alfabetos, el p. Juan Andrés sobre música árabe, Campomanes (Templarios, los godos), Casiri (biblioteca hispano arabiga), Assó y Manuel (Fuero Viejo, Ordenamiento de Alcalá que todavía se citan), Marina (Cortes y leyes medievales), etc. etc.) Por cierto, la mención a España o español/a en apabullante. Deben de ser románticos y nacionalistas, algunos como Ferreras (muerto en 1735) y Berganza (idem 1738) con cien años de adelanto.
Respecto a todo estos autores son apenas citados y menos leídos (mucho sabía Menendez Pelayo cuando se quejaba de sus tiempos) y lo que es más grave, son manipulados: Menendez Pelayo por sus gustos sexuales (meretrices) y por integrista; Menendez Pidal se le fusila pero se le critica aun cuando estan de acuerdo con él, D. Claudio es mas vergonzoso yo he oído decir que es ¡¡facha ¡¡, se le reprocha sus tesis sobre la repoblación (cuando es de Herculano y encima se le hace decir que afirmó la despoblación al sus del Duero cuando la niega y ya el colmo es cuando se le fulmina por no afirmar el origen indigena del reino de Asturias cuando fue el primero en proponerla en... 1928. De las historiografías no castellanocentricas nacionalistas (las guais) de la gallega y vasca no hablo, son infimas y mitológicas (el asunto de Veleia-Iruña colea y el asunto de España contra la Gallaecia de los reyes astures es de coña) pero censuran a Balparda y otros, Navarra y Aragón siguen con los mitos del XVI-XVII al parecer no existen Lacarra, Ubieto o Zurita pero el justicia era muy democratico (defendiendo el derecho de los nobles a matar vasallos ad libitum) idem con sus cortes (la historiografía castellano centrica esta a años luz de estas en rigos, comprar las actas de sus congresos), la valenciana está muerta menos en las locales desde que echaron a patas a Ubieto, las demás comunidades son descarados intentos de dar lustre a sus caciques y justificacion a sus autonomias (de traca son la cantabra y riojana) y la única con alharacas es la catalana pero oh dolor Bofarull el manipulador y destructor ha sido desenmascarado (tachaduras y desaparición de documentos politically uncorrected para la gloria de la nació, etc. El instituto nova historia es su hijo legitimo. C
04/05/17 6:53 PM
  
Prof. Magdalena Ale
Francisco de México, entiendo tu postura de buscar al máximo documentos que respalden acusaciones tan graves y la comparto plenamente. Por otro lado, te agradezco el respeto, no siempre presente en los comentarios.

El libro que cito "El Talmud desenmascarado" pertenece a Pranaitis, sacerdote católico romano, doctor en teología. Profesor de Idioma Hebreo en la Academia imperial eclesiástica de la Iglesia Católica Romana en el Viejo San Petersburgo y que vivió en los siglos XIX y XX. Ese es el libro que cito. Es un estudio serio del talmud.
Lamentablemente no tengo en mis manos el documento emitido por la Universidad de París, pero tengo el hecho de que luego de dicha investigación el Papa Gregorio IX mandó quemar públicamente los libros.
Son dos estudios diferentes sobre el mismo libro. Si el papa Gregorio hubiera aprobado o no "El Talmud Desenmascarado", no podemos saberlo.
04/05/17 6:58 PM
  
Daniel Argentina
Yo estoy profundamente convencido de que juzgar a Isabel la Católica por la expulsión de los judíos es un flagrante anacronismo: se juzga con criterios modernos lo que eran las costumbres de otra época. En eso, esta sección del artículo es muy buena.
No creo, sin embargo, que ese sea el problema real que hay que tener en cuenta en su canonización, aun cuando probablemente merezca estar en los altares, sino la convergencia actual alrededor de la reina de posturas que son controvertidas sostenidos por quienes la "defienden".
Ello se ha hecho evidente a lo largo de lo que va de estos posts. Enumero algunas de las cuestiones sostenidas por los comentaristas e incluso por el mismo artículo que hoy son controvertidas y producen escozor:
1) Se vislumbra un cierto antisemismo;
2) Se cuestiona el CVII como "influido por los judíos" por Nosta Aetate;
3) Se celebra a la Falange Española;
4) Se celebra la conquista de América;
5) Se proclama un "amor en América por la Reina" lo cual es cuando menos dudoso, dado que amplios sectores americanos, influidos o no por la leyenda negra, rechazan hoy a Isabel, la Conquista y los problemas con los autóctonos.
El problema no es Isabel, el problema es lo que creen los que hoy defienden a Isabel, en el contexto actual contrario a todo eso.
04/05/17 7:32 PM
  
Felipe Neri
▪En Isabel figura que nos supera aún hoy después de más de quinientos años. Decir que cuando a una persona se la beatífica es para nuestra Iglesia que es la Católica. Nuestra religión y normas. Nunca para otras religiones luego el tópico de que los judios se oponen, me parece bien. Pero ustedes son judios y nosotros católicos pueden opinar pero nunca presionar pues pertenecen a otros conceptos teológicos, morales y religiosos.
▪ Este proceso que los abrió el arzobispo don José Goldaraz y como bien formado en Comillas con otro hermano Jesuita a nivel personal nunca dudó de la santidad de Isabel. Durante más de veinte años se estudia en los niveles más estrictos esta figura: teológico, moral, espiritual y humano. Todo Santo tiene su pasado y pecados ninguno es perfecto por eso son Santos por esa mudanza, esa lucha en el camino de perfección hacia Dios.
▪ Este estudio es bueno y consulta fuentes fiables. En el relativismo de hoy todo es opinable, válido o desechable. Los santos son santos no por sus pecados sino por la lucha y valores hacia esa imitación de Cristo. En esa entrega hacia la perfección encontramos a Isabel.
▪ Yo os diría pedir y se os dará luego debemos pedirla como Sierva De Dios que en estos instantes es. No falla !!! Probar!!!
04/05/17 7:42 PM
  
Eck
Vamos a cuestiones menores antes de entrar en las mayores:
-Granada nació como barrio de Medina Elvira, es decir, la ciudad de Iliberris donde se celebró el primer concilio de la Iglesia hispana, y cabeza de la kora de Elvira, antiguo convento astigitano. A este barrio se trasladó esta ciudad con los ziríes. Tuvo gran judería hasta 1091 cuando un progrmo se llevo al visir judio Nengrela y a su gente y contuvo una gran comunidad cristiana hasta los almorávides con obispos como Recemundo alias Rabi ben Zaid y hasta lugares de peregrinación como la iglesia de San Torcuato (Simonet, Historia de los mozarabes, cp. XXV; XXX; XXXIX, XLII). Por otra parte es un argumento absurdo: Nueva Dehli nunca fue india porque la fundaron los ingleses. Además lo que se reconquistaba era España, así lo decían los reyes al soldan de Babilonia (crónica de Hernando del Pulgar cp. CXI)" y era notorio para todo el mundo, que las Españas en los tiempos antiguos fueron poseidas por los reyes, sus progenitores, e que si los moros poseían agora en España aquella tierra del reyno de Granada, aquella posesión era tyranica e no jurídica e que por escusar esa tirania los reyes, sus progenitores de Castilla e de León , con quien confina aquel reyno siempre pugnaron por lo restituir"
-Respecto al proselitismo judío este data de los tiempos de Juan Hircano hasta la difusión del Talmud (sg. VIII) y sobre todo la Cabala (sg. XII) cuando cambió la visión de los goyim dentro del judaismo y no por la destrucción del Templo en el 72 d.C. De hecho hay testimonios de proselitismo hasta el XII cuando cesan. Los casos del reino jázaro, las tribus árabes judias (hay una tesis que afirma que Mahoma fue neofito del judaismo) y otros lo demuestran. Despues solo hay muestras cuando hay casos de mesianismo en el sg. XVI y XVII o para devolver a Israel a los descendientes de conversos judíos (anusim) que fue el caso español tal como afirma el decreto de expulsión: "Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe Católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos."
04/05/17 8:12 PM
  
Francisco de México
Profesora Magdalena:

Le agradezco su respuesta.
04/05/17 8:23 PM
  
Javier Olivera Ravasi
Quería aprovechar para agradecer públicamente a Francisco de México por haberse tomado el trabajo de consultar la Positio canonica que un lector colgó aquí. Ha hecho ud. lo que muchas veces no se hace: ir a las fuentes. Gracias. Dios lo bendiga. PJOR
04/05/17 8:31 PM
  
Eck
Vamos a lo mollar.
-Los RRCC no se titularon oficialmente reyes de España por las protestas de Portugal, ya que este rey se consideraba tan español como castellanos y aragoneses pero asi fueron considerados por ellos mismos y sus coetaneos. Asi dice la cartela del salon del trono del palacio de la alfajería: Ferdinandus, Hispaniarum, Siciliae, Corsicae, Balearumque rex, principum optimus, prudens, strenuus, pius, constans, iustus, felix, et Helisabeth regina, religione et animi magnitudine supra mulierem, insigni coniuges, auxiliante Christo, victoriosissimi, post liberatam a mauris Bethycam, pulso veteri feroque hoste, hoc opus construendum curarunt, anno salutis MCCCCLXXXXII.
En los tratado de Trento (1501), Lyon (1502), Blois (1503) y en las cartad del papado se les llama reyes de España. Tambien les llaman asi literatos (Pulgar, Pedro Martir, Montesino, Del Encina,..), nobles y el pueblo (los ayuntamientos de Barcelona y Murcia, Cortes de 1510)
Así vio su labor el propio Fernando el Catolico: «Ha mas de setecientos años que nunca la Corona de España estuvo tan acrecentada ni tan grande como agora, asi en Poniente como en Levante, y todo, despues de Dios, por mi obra y trabajo.»
-Respecto a la consecución de la unidad de España, los reyes católicos fueron el fruto tenaz de una política a largo plazo y que con el principe Miguel de la Paz estuvo a punto de coronar el exito. La casa de Trastamara fue la mas tenaz en ello ya desde Enrique II, que primero logró unir las lineas dinásticas castellana (Juan II unió los descendientes de Pedro I, Enrique II y la casa de la Cerda) y luego los reinos peninsulares hasta sentar en tres de los 4 a la dinastia (Aragón con Fernando I y Navarra con Juan II) Portugal se escapó en Aljubarrota y con la muerte de Isabel de Aragón y su hijo. El verdadero muñidor del matrimonio de los RRCC fue Juan II de Aragón para unir las dos coronas aunque antes se intentó casar a Isabel con el Principe de Viana para unir las tres coronas. Solo hay que ver los matrimonios reales con Aragon, Navarra y Portugal.
Por eso afirma Nebrija en su gramatica: En la fortuna e buena dicha de la cual los miembros e pedaços de España que estauan por muchas partes derramados, se reduxeron e aiuntaron en un cuerpo e unidad de reino. La forma e travazon del cual assi esta ordenada que muchos siglos, iniuria e tiempos no la podran romper ni desatar.
Pero los RRCC son la culminación de siglos de intentos de unidad desde la invasión musulmana. Los reyes asturianos se titulan imperatores Spanie e intentan unir todas las tierras cristianas, Sancho el mayor une a todos segun el esquema del reino de Viguera, la herencia de Fernando I no es aceptada por dividir el reino, Alfonso VI se proclama emperador de España e intenta la unidad casando a Urraca I con Alfonso el Batallador mientras arbitra los condados catalanes, su nieto Alfonso VII crea el imperio y tiene en vasallaje a Navarra, Cataluña y Portugal, la división del reino se intenta subsanar durante dos generaciones y es condenada, todos los reinos acuden a la Navas de Tolosa (3 reyes: Castilla, Aragon y Navarra, tropas de Portugal y León), Fernando III continua la restauración de España con acuerdos con Jaime I (llamado asi por el patrón de España cabeza refulgente de España desde San Beato), Alfonso X intenta revivir el imperio español mientras Jaime I y Pedro III defienden el honor de Espanya frente a Francia (defender el honor de un nombre geografico) asi esta en el Llibre de feyts del rey en Jaume y en Bernard Desclot) y ponen a un infante aragones como arzobispo de Toledo, sede que llegó a altas cotas con un navarro, Alfonso XI recibe ayuda de todos los reinos en el Salado. Toda la iglesia española (con la pelea entre las tres sedes que se proclaman primadas de España: Braga, Toledo y Tarragona) vota unida en el concilio de las naciones (Constanza 1413) mientras los reyes de España intenta mantener una política comun en el Cisma de Occidente. Con la ayuda de un aragonés (El Papa Luna) y dos valencianos (San Vicente Ferrer y su hermano) hacen subir al trono de Aragón a Fernando de Antequera a la vez que el sobrino de Benedicto XIII llega a ser valido de Juan II y enemigo de la nobleza castellana, la mitad de la cual es portuguesa.
Respecto a España como un mero nombre geografico cualquiera que haya leido cronicas, textos y demás verá que eso es una falsedad. De hecho hay leyes comunes: Fuero de España, costumbre de España (citadas en el Fuero mayor de Navarra, el cual cita al rey d. Pelayo...considerado santo por la historiografía medieval catalana..), hasta el siglo XII tuvo un mismo culto liturgico (misa hispanica a la cual estaban muy apegados los vascos del valle del Roncal), un mismo cuerpo civil de leyes (el Fuero juzgo, los Usatges son adiciones a aquel, sigue siendo supletorio en Vizcaya) en el fundamentar su legislación, un mismo canon eclesiastico (la hispana), una historiografia comun y mismo origen (la visigoda, da grima ver a los reyes de Pamplona retratados junto a los reyes godo: Codex Vigilanus), etc. Ya los reyes godos se titulaban rex Spanie y los concilios daban leyes para toda la peninsula mientras Isidoro canta el Laus copiado por Alfonso X y toda la historiografia ibérica muchas veces con poco realismo.
-Respecto a Peman solo decir que desde las obras del P. Fidel Fita, que publico parte de las actas (las sobrevivientes) en 1880 no se ha avanzado un paso más ni se ha podido refutar más. Las demás opniniones son hipotesis. En mi opinión en una falsedad que fue creida por todos hasta el siglo XX a pesar de las negaciones del papado y su condena.
Para otros comentadores
-Respecto a la ayuda de los judios a los musulmanes invasores estan en las cronicas musulmanas (Ibn Idari, Ibn Al-Athir, Al -Makari, Ajbar-Majmua), como cristianas (Lucas de Tuy, etc.) Pera la culpa sobre la invasión las cronicas señalan a los reyes cristianos y sus pecados y traiciones (Rodrigo y la Cava, los hijos de Witiza y este, a un clero corrompido, etc.) Que los judios ayudaron esta claro y su, presunto, interes contra el reino esta denunciado en los concilios de Toledo, alguno presidido por u descendiente de conversos: San Julián de Toledo.
-Respecto a la usura, los judios eran los unicos que podían prestar con logro (interés) en la Edad Media pero solo a los goyim, no entre ellos. De hecho estaba estipulado que al máximo interés posible (hasta el duplo a la semana o más). Es terrible leer la documentación que aportan Sanchez-Albornoz , Amador de los Rios Boer, documentación municipal y las actas de las Cortes (no hay cortes desde el sg. XIII que no lo denuncie) pero los reyes no hacían caso porque los veían como esponjas, más faciles de desplumar, a esas minorías que tiranizaban a su propia gente con la connivencia de rabinos (la mayoría de los judios eran tan pobres como los cristianos). Otro elemento que añadía leña al fuego eran las prescripciones del Talmud (más importante que la Tanaj en la practica, esta en más bien una fuente citas y formulas, de hecho dicen estudiar el talmud, no las sagradas Escrituras) contra los cristianos y paganos (maldiciones, blasfemias (el toldot Yeshu), oraciones pidiendo su destrucción junto a los saduceos con la paradoja de que la imagen que dan es que el cristianismo es una herejía del judaismo). Esto fue ya denunciado por judios medievales (Salomon ben Verga "la vara de Judá") Quien quiera saber mas que lea a Israel Shahak y entenderá mejor a San Pablo y muchas otras cosas.
04/05/17 10:07 PM
  
Eck
(Fin) Como siempre en la historia no hay blanco o negro puros. Lo importante es intentar entender antes de juzgar y puede que los RRCC se confundieran en expulsar a los judios pero lo hicieron de acuerdo con el espiritu de su epoca, las leyes, la moral y el bien comun de sus reinos, despues de haber sopesado todos los argumentos, incluidos los religiosos y lo hicieron con un espiritu de justicia inusual en su epoca (Francia e Inglaterra los expulsaron sin nada, Portugal los obligó a convertirse a la fuerza). Por cierto nunca oí al cardenal Lustiger protestando por la expulsión de los arabes de Israel, que fue en sus tiempos y por su gente. Seguramente lo justificaría con argumentos muy parecidos...pero judicet Deus causam hanc.
04/05/17 10:21 PM
  
Alejandro Galván
Sin querer abundar en el caso del Card. Lustiger, me parece que una actitud más adecuada respecto a la religión judia la podemos encontrar en el P. Hermann Cohen o en Eugenio Zolli, los cuales si que se convirtieron, después de un proceso de estudio y discernimiento, del judaismo al cristianismo. Hay que comprender que el Card. Lustiger no lo hizo así, eso es un handicap que hay que reconocerle.
05/05/17 1:39 AM
  
Rafa
Joaquín:
Unas puntualizaciones a añadir a lo ya dicho por Eck.

1- Mucho me temo que eres tú quien está cegado por el mito marxista que se sigue enseñando en nuestras universidades. Ése que dice que España no existía con los RRCC. Tampoco es cierto que naciera en la Guerra de la Independencia como sostiene todavía de forma machacona alguna historiografía liberal. El concepto de España como realidad política es previo a la invasión musulmana y en realidad marca la diferencia con otras zonas conquistadas por el islam que no tuvieron estados propios a pesar de su indiscutible personalidad (p.e. Siria o Egipto) (Cantera, Hispania Spania). Por eso aquí hay Reconquista y en Siria o Egipto no. Es así de claro, por muchas memeces que publicaran Barbero y Vigil, la biblia de nuestros académicos, y por mucho que se siga repitiendo en nuestras facultades. Ya en la crónica de Juan de Biclaro (2ª mitad s. VII) se advierte la idea de que la antigua provincia de Hispania es una realidad política nueva: el cómputo de años se realiza con respecto al emperador pero también respecto a los años de reinado de los monarcas toledanos. El propio autor, católico y godo pero admirador de la obra política de Leovigildo, subraya que este rey devuelve la antigua provincia de Hispania (léase España) "a sus prístinos límites" (es decir, en conformidad con los límites territoriales de la antigua provincia romana). Luego viene la unidad de fe con Recaredo, la formulación política del nuevo estado (IV Concilio de Toledo), San Isidoro y su Laus Hispaniae, con sus crónicas y sus referencias a la unidad con la conquista de la Spania bizantina bajo Suintila. Sigue con Julián de Toledo y su HWR, etc. Como Roma tuvo su emblema en el famoso SPQR (senatus populusque Romanorum), también la España visigoda tuvo su lema oficial: gens ac patria Gothorum. Y esa patria de los godos se identifica con España, como se ve en la obra de Julián de Toledo (Teillet, Des Goths). A pesar de la conquista árabe, la idea continúa viva en el Oviedo post-711 en el ciclo cronístico de Alfonso III (en sus dos versiones, aunque más acentuada en la redacción erudita o ad Sebastianum) y en la Crónica Profética (Maravall, Bronisch) y de ahí pasa a las crónicas de la EM (la más famosa es la de Ximénez de Rada titulada precisamente "De rebus Hispaniae sive Historia Gothica"). La idea de reconquista está tan viva a comienzos del reino astur que "los cristianos luchan noche y día" para restaurar el reino. Y hasta se llega a poner fecha a la restauración (Crónica Profética). En la EM la idea de España estaba tan presente que incluso es el lema de batalla de Jaime I el Conquistador en la conquista del reino de Murcia ("la primera cosa per Deu la segona per salvar Espanya" Libre del Fets). Todos los reinos, incluso Navarra, son conscientes de que son herederos de la España visigoda. Con la conquista de Toledo esa idea se acentúa y el rey de Castilla pasa a denominarse Emperador (Menéndez Pidal, Idea imperial). Y no sigo porque considero que no es el tema y que, con lo dicho por Eck, basta.

2- "El rey Sisebuto promulgó una ley echando de España a los judíos que no se bautizaran, por ser estos amigos de los moros y los turcos que amenazaban a España"
"Falso. Cuando Sisebuto murió ni siquiera había empezado la predicación de Mahoma y el norte de África estaba en manos bizantinas. Y los turcos ni siquiera existían como pueblo."

Es cierto, cuando Sisebuto murió todavía no se había producido la hégira (622), que coincide con el reinado de Suintila. Es evidente que aquí la autora patina en los datos pero no tanto en el fondo de la cuestión. Las disposiciones antijudaicas de Sisebuto vienen dictadas por un hecho que causó una honda impresión en su época: la ayuda que las aljamas hebreas ofrecieron a los persas (enemigos de los bizantinos) en sus campañas sobre lo que llamamos Tierra Santa. Entre 612-617 tiene lugar la conquista persa de Jerusalén y la ESCLAVIZACIÓN Y DEPORTACIÓN EN MASA de los cristianos de Siria y Palestina. La Vera Cruz cae en poder de los persas. Todo eso con la ayuda inestimable de los judíos (Vallejo Girvés, Hispania y Bizancio). Obviamente la noticia cayó como una bomba en toda la Cristiandad, hasta el punto que Sisebuto paralizó la ofensiva contra los bizantinos que le habría llevado a la reconquista de todo el área sometida por los imperiales (algo que luego haría su sucesor, seguramente contrario a la política apaciguadora de Sisebuto), llegando incluso a liberar a los soldados imperiales y a pactar un tratado de paz con el emperador. Sisebuto (un rey, por cierto, piadoso y de gran cultura) promulga entonces sus conocidas leyes antijudaicas, quizá por acuerdo con el emperador Heraclio (aunque las de éste son algo posterior por lo que parece). Todos estos hechos se dan en un contexto de exaltación escatológica por parte cristiana y, seguramente también, hebrea (no sería la primera vez que los judíos ven en algún gobernante extranjero la figura del Mesías prometido, véase Ciro) (García Moreno, Expectativas escatológicas). Lo cierto es que pululaban noticias de que las aljamas judías conspiraban contra los reinos cristianos y en particular contra el trono de Toledo, y eso queda reflejado en varias fuentes literarias latinas. Y que no se trata de libelos lo prueba el que las tradiciones árabes del momento de la conquista independientes de la tradición latina se hacen eco de la ayuda que los judíos prestaron a los invasores sirviendo de guarniciones en varias ciudades. Aunque existen precedentes en cuanto a la legislación antijudía de Sisebuto ya con Recaredo, el endurecimiento de las leyes debe verse en este contexto general y en otro particular al que me referiré en el siguiente punto.

3- No es cierto que los judíos no fueran proselitistas. Cito el clásico estudio de García Iglesias sobre los judíos en España, pero basta comparar a un judío sefardí con un askhenazí para darse cuenta que eso no es verdad (por no hablar de los falashas). Incluso existe un caso de reino convertido al judaismo (el de los jázaros). El peligro del proselitismo judío está presente en muchas fuentes de la época bajoimperial y visigoda. Las leyes y los cánones conciliares de época visigoda prohiben que los judíos tengan esclavos cristianos por el peligro de conversiones y porque, por abuso de la condición de sus amos, éstos los instaran a convertirse e incluso circuncidarse a la fuerza. Eso continuó durante la EM y es uno de los peligros que amenazaba al reino en época de los RRCC, sobre todo después de la crisis de los conversos.
Para terminar quiero decir que, después de examinar detenidamente su vida y su obra, considero a Isabel de Castilla como una verdadera santa. Si a los judíos les molesta (y con todos mis respetos para ellos), ése es su problema. Por esa regla de tres habría que quitar del santoral a Juana de Arco (no vayan a ofenderse los ingleses), Fernando III o San Luis de Francia (por aquello de la multiculturalidad), etc.
Isabel de Castilla, ruega por las Españas: la de aquí y la de ultramar.
05/05/17 9:42 AM
  
Francisco de México
Creo que es momento se sacar conclusiones. Es evidente que la leyenda negra de que Isabel realizó una acción innecesaria y cruel ha sido destrozada.

Primero énfasis de un párrafo clave en la Positio, Página CXIV.

"Ningún dilema: aut, aut —El Edicto ha sido criticado como injusto, pues se les habría dicho: "o bautismo, o salida del Reino". Mas no hubo tal alternativa; la alternativa fue otra: "o cesáis en el delito del proselitismo, o idos del Reino". Nada de fanatismo religioso, sino razonamiento
sencillo, realístico y justo. Ni hubo supresión del judaismo, y como consecuencia tener que salir todos, sino orden de salir todos como subversivos del orden público, y como consecuencia la abolición de hecho del judaismo (pp. 667-668)."

Podemos dividir en tres grupos las acciones judías que ocasionaron la "expusión". Las determinantes, las agravantes y las que no se pueden comprobar históricamente.

Acciones Determinantes Probadas: tomando en cuenta el párrafo de la Position, podemos concluir que la causa principal pasa es el ataque a la religión del estado y eso es considerado crimen de "Lesa Majestad" o su equivalente moderno, de seguridad nacional. Estos tipo de delitos delitos se castigan con la muerte y fueron: Proselitismo, Cripto-judios, y herejía. Este último se comprueba con base a los comentarios del Talmud contra Cristo y los Cristianos. Nota aclaratoria: No podemos estar absolutamente seguros del grado de animadversión de los comentarios en dicho libro porque no contamos con la evidencia del resultado del análisis de la Universidad de París encargado por Gregorio IX, pero sabemos que el resultado fue la orden de que se quemaran.

Acciones Agravantes Probadas: Ocasionaron un gran malestar entre la población en general, entre ellas la usura, que cobraban el escandaloso interés del 30%. Tampoco ayudó la de ser un estado dentro de otro estado.

Acciones que no se pueden comprobar históricamente: Se asume que fueron los judíos quienes invitaron a los musulmanes a invadir los reinos cristianos y de formar alianzas con ellos con ellos durante la Reconquista. Aunque no parece haber documentación histórica que lo pruebe, tampoco es posible descartar la sospecha.

Sugerencia a los anticatólicos: Escriban la fuente de donde sacan sus comentarios. No le hacen bien a la causa judía comentando sin sustento porque contribuye a aumentar las sospechas contra ellos. Tampoco ayuda el hacer referencia indiscriminada a la "Nostra aetate": no autoriza a un musulmán a realizar actos terroristas contra católicos, tampoco a los judíos de realizar actos contrarios a la seguridad nacional: la defensa propia es un derecho.
05/05/17 10:45 AM
  
María de las Nieves
Fanni: no hubo castigo sino, como se viene explicando más arriba, acto jurisdiccional de suspensión de ciudadanía, salvo que se bautizasen. Pero además de ello, si lo hubiese habido, ud. repite hasta el cansancio:

"No se puede desde la moral cristiana juzgar y castigar a un colectivo por los actos de algunos individuos"

¿Me puede explicar cómo entendemos esta frase? ¿Y los entredichos y excomuniones colectivas de la Iglesia? ¿Y la supresión de algunas congregaciones religiosas, incluso por el Papa actual, a raíz del pecado de sus fundadores?

Mire lo que dice, además, la Carta de San Pablo a los Romanos encontramos:

"Como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo (la de Cristo) procura a todos una justificación que da la vida. Por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores" (Rm 5, 18-19).

¿En qué quedamos?
05/05/17 11:56 AM
  
Juan Pablo B.
María de las Nieves...

En el Antiguo Testamento , varias veces Dios manda a matar y exterminar y destruir bienes a los pecadores .Pero es Dios ...
05/05/17 3:36 PM
  
María de las Nieves
"Aquí la cuestión es si alguien que es católico y tiene un poder político, al castigar a todo un colectivo por los delitos de unos pocos, está actuando de acuerdo a la moral cristiana".

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¡¡¡Claro que sí!!! Hay miles de ejemplos a lo largo de la Biblia y de la historia de la Iglesia. Por el pecado de algunos pagan otros. Dejemos de lado el pecado original y pensemos en Sodoma, Gomorra, Babilonia, etc.; ni hablar de los entredichos y excomuniones a puelbos enteros...; en fin. Si se hizo muchísimas veces, entonces no es algo de por sí ilícito.
Isabel fue muy benigna con el pueblo judío, pues no obligó a nadie a bautizarse; eran libres, siendo extranjeros en tierra ajena.
05/05/17 4:57 PM
  
Francisco de México
Fanni:

la felicito, porque al hablar de "..- al castigar a todo un colectivo...." implica que está hablando de un crimen, dado que el castigo es la consecuencia de éste. Es un gran paso el aceptar que algunos judíos fueron criminales, dado que ellos no son inocentes por el simple hecho de ser judíos, así como tampoco son culpables por pertenecer a esa religión: algunos de ellos han sido víctimas en la historia otros han sido victimarios ¡Imposible dudarlo!

Sin embargo en la Positio se clarifica que los judíos no fueron obligados a abandonar el país o se bautizaban, tal como cuenta la leyenda negra anticatólica, sino que se les indicó : "o cesáis en el delito del proselitismo, o idos del Reino". Esto es, o dejan de cometer crímenes o se van. ¿Será posible que alguien supere tanta bondad?

Para poner una perspectiva del siglo XXI, el actual estado de Israel trata por igual todos los palestinos (víctimas junto con victimarios), bombas han caído sobre escuelas y hospitales. Personalmente no puedo condenar a Israel en tomar medidas que afecten a todos los palestinos, por la enorme complejidad del asunto, sin embargo, nadie duda que han habido graves abusos al respecto. ¿Por que esperar que debiese ser distinto en la España de hace 500 años?.

Me interesa su ¿Condena usted a Isabel y a Israel? ¿Los absuelve a ambos? ¿O como los judíos son inocentes por el simple hecho de ser judíos absuelve a Israel pero no a Isabel? Personalmente absuelvo a ambos, pero reconozco que hubo abusos, mismos que Isabel trató de evitar y es por ello que debe estar en los altares.
05/05/17 6:50 PM
  
Juan Argento
Quiero focalizarme en la noción de que los judíos eran "extranjeros tolerados", noción que legitima "la suspensión del derecho de residencia a los judíos en España" por parte de los Reyes Católicos.

La fundamentación de esa noción en el código de las Siete Partidas evidencia que ese status legal de los judíos no obedecía a circunstancias particulares de España, porque las razones aducidas son aplicables a cualquier nación cristiana.

Por lo tanto, si "la suspensión del derecho de residencia a los judíos en España" por parte de los Reyes Católicos en 1492 fue legítima, entonces idéntica suspensión por parte del soberano de cualquier otra nación cristiana en cualquier otro momento sería legítima. Y en el caso teóricamente posible de que los soberanos de todas las naciones dispusiesen esa suspensión en el mismo momento, los judíos deberían ir a vivir a ... ?

Este razonamiento muestra que los judíos sionistas deberían apoyar la canonización de Isabel la Católica, porque dudo que pueda haber una fundamentación más efectiva de la necesidad de la existencia del Estado de Israel que la lógica subyacente a la expulsión de los judíos en 1492 según este artículo.
09/05/17 1:37 AM
  
Juan Argento
En realidad la expulsión se justifica por una razón de orden práctico particular de España en ese momento: el odio del pueblo español hacia los judíos había llegado a un punto tal que era imposible garantizar su seguridad, y la expulsión evitó la ocurrencia de progromos. Los Reyes Católicos, expulsando a todos, salvaron la vida de muchos.
09/05/17 1:42 AM
  
Rafa
De Jesús Lainz.
"Si bien, a diferencia de las otras dos comunidades, los judíos no figuraron en ningún momento ni lugar como casta dominante, también marcaron distancias con los enemigos de su fe. Todos los pensadores, poetas y escritores judíos de aquellos siglos –Yehuda Halevi, Josef Hacohen, Ibn Gabirol, Maimónides– se consideraron desterrados en España y sólo concibieron como su patria la tierra de Israel. Hacohen, descendiente de judíos huidos en 1391, calificó a España como "aquella tierra que Yahvé maldiga". Yehuda Halevi, considerado el mayor poeta de la diáspora, estuvo obsesionado toda su vida por la idea de la vuelta a la patria perdida, sintiéndose ajeno a la España que le vio nacer.

Mi corazón está en Oriente y yo en el extremo de Occidente. ¿Cómo voy a saborear lo que como? ¿Cómo disfrutarlo? (…) ¡Poca cosa es a mis ojos abandonar todos los bienes de España mientras que para ellos es precioso ver el polvo del santuario en ruinas!

En cuanto a Maimónides, consideró a cristianos y musulmanes, lógicamente, como sus enemigos, y también como animales carentes de alma a los que se podía violar y matar sin cometer pecado por tratarse de "naciones muertas" frente a la naturaleza angelical del pueblo elegido."
- Seguir leyendo: https://www.clublibertaddigital.com/ideas/historia-espana/2017-05-25/jesus-lainz-el-mito-de-la-espana-de-las-tres-culturas-82285/
26/05/17 2:13 PM

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