(115) Las Malas Filosofías del Sínodo
El filósofo tomista, como detective de la razón, rastrea los argumentos en busca de los delitos de la sinrazón, la gran culpable de la Decadencia de Occidente.
Y es que la mente posmoderna redunda en detalles de irracionalidad. Cuando esta mentalidad confusa es responsable de participar en un Sínodo y reflexionar acerca de un tema tan importante como la familia, la cosa se pone fea, y podemos echarnos a temblar.
Es preciso hacer de Sherlock Holmes y buscar la mala filosofía culpable de los argumentos, premisas, prejuicios y, en definitiva, pensaciones —como diría D. José María Iraburu— tan perjudiciales para la Iglesia de Cristo y, en definitiva, para la recta razón.

Si no iluminamos la oscuridad con la luz que se nos ha dado, ¿qué será del mundo?
1.- Buenos pastores, los que hablan claro: —sí, sí; no, no. Esto es bueno y esto es malo. Haz esto y NO hagas aquello.
1.- Esos pastores acaramelados, permisivos con los ultras que quieren reventar sus diócesis, ¿de qué se quejan, si sus parroquias son máquinas productoras de nulidades, sucursales de la propaganda anticonceptiva; y sus seminarios son hervideros de vocaciones al exsacerdocio?
De la condenación de una de las ideas centrales del jansenismo se extraen importantes conclusiones.





