(478) Error, concupiscencia y engaño

«Y sabéis también que nuestras exhortaciones no procedían de error, ni de concupiscencia, ni de engaño, sino de que, probados por Dios, se nos había encomendado la misión de evangelizar; y así hablamos, no como quien busca agradar a los hombres, sino sólo a Dios, que prueba nuestros corazones». (1 Tes 2, 3-4)

Parece que la tónica general del catolicismo en crisis de hoy, liberaloide y retraído, es no dar importancia a hablar o actuar desde el error, ni desde la concupiscencia, ni desde el engaño.

Y así, el discurso hodierno de los fieles, y sobre todo de muchos pastores, se ha vuelto escéptico, porque no cree en la verdad; vicioso, porque no le importa caer en la tentación; y doloso, porque no le afecta la ilicitud de los medios, sino alcanzar el fin.

(Se dice, incluso, como un tópico ya, que se puede comulgar en adulterio manifiesto y permanente, y no perder el estado de gracia; porque la cosa es muy subjetiva, al parecer).

Doctrina, moral, recta pastoral. Son tres aspectos profundamente heridos de las situación actual, cuya salud reclama, primero, la gloria de Dios, a quien debemos la fe; segundo, el bien de nuestro prójimo y de la sociedad, necesitados de un camino verdadero, bueno y sensato para alcanzar la virtud.

Y así, el tiempo pasa, los errores se van enquistando, los vicios prosiguen enfermando el cuerpo eclesial; la mala praxis continúa sembrando de minas la vida cristiana, aproximándola al siglo, confundiéndola con él, poniendo en peligro las almas y turbando los pueblos y sus intituciones. 

 

Los remedios pasan, entre otros, por revalorizar la doctrina de la Iglesia, restaurar la teología moral clásica, volver a enlazar pastoral y verdad. Abandonar la Nueva Teología, desechar la ilusión personalista, pulverizar la quimera de un hombre pecador siempre digno, sean cuales sean sus delitos. (Sí, existe la dignidad moral. Y el pecado atenta contra ella).

Y orar sin descanso, hacer penitencia sin descanso, pedir perdón sin descanso, sobre todo por habernos contaminado con los errores de la Modernidad.

No tiene sentido descuajar al cristiano de la realidad. Denunciar los males del mundo adámico no es profetizar calamidades, sino irse al desierto, vestirse de piel de camello y vivir de langostas y miel silvestre. Que se nos quede grabado en la mente la advertencia de San Jerónimo: dada la mucha gracia que recibimos, día tras día, ser voluntariamente imperfecto es delinquir. Vendrá el crujir de dientes, pero no para el que pida gracia, y gracia y gracia, unido a Nuestra Madre y a todos los santos.

Sumergirse en las aguas territoriales del Maelstrom significa ahogar al hombre nuevo, y revivir al hombre carnal, irredento, caído de la gracia, como diría León Bloy. No debemos ocultarnos que serán precisos muchos sufrimientos, una grave ascesis emocional e intelectual para subir a los últimos árboles, y divisar Erebor.

Pero no es imposible, porque la Iglesia sigue siendo columna y fundamento de la verdad (Cf. 1 Tim 3, 15). 

8 comentarios

  
Guillermo Gonzàlez
Alonso:

Cada día que pasa, se vuelve más gris el panorama en la Iglesia. Tantas y tan desagradables noticias.
Gracias una vez más por ayudarnos a seguir en el camino con las ideas claras, para no flaquear.
DIOS NS te permita no dejar de hacerlo por mucho tiempo.



__________
A.G.:
Gracias. La cosa en efecto está mal. Pero pensemos que el poder de Cristo no ha menguado, que su Iglesia sigue siendo columna y fundamento de la verdad.
24/06/21 4:07 AM
  
maru
Así es, se consienten cosas, actos, que luego se hacen ley y cuando se quiere volver al "inicio", es imposible. Tenemos muchos ejemplos, desgraciadamente.
24/06/21 11:36 AM
  
Argia
"Y orar sin descanso, hacer penitencia sin descanso, pedir perdón sin descanso, sobre todo por habernos contaminado con los errores de la Modernidad."

De acuerdo totalmente menos en lo de la Modernidad. El ser humano tiende hacia al pecado, desde que Adan Eva cedieron y contaminaron a toda su descendencia.
La concupiscencia de la carne, es la prueba más dificil probablemente para casi todos, porque se mezcla con ella la palabra Felicidad, y el sentimiento llamado Amor.
¿ Porque no voy a ser feliz ? ¿ Acaso Dios que me quiere tanto, no quiere que sea feliz ?
En la época de S. Alfonso Maria de Ligorio, el pecador, se reconocia pecador, si era creyente, lo que hacia era pensar, ya me convertire un poco antes de la muerte.
El pecador de hoy, no piensa para nada que es pecador, sino que tiene "derecho" a ser feliz, y como consecuencia de esto y del "amor" que siente, puede actuar tranquilamente en contra de la ley de Dios.
A lo mejor esto es también un pensamiento modernista, pero para mi es que hemos llegado al más alto nivel de engaño, de caraduras, o quizas es que nos hemos proclamado dioses, pero no lo queremos reconocer.
Esta tan contaminado el ambiente, que parece imposible que haya alguien que no tenga relaciones sexuales de todo tipo, a las que llaman sentimentales.
Solo Dios y la santisima Virgen Maria, nos pueden sacar de esta atmosfera cargada, irrespirable para el alma, que nos quiere hacer creer que es imposible vivir de otra manera...Pero el Señor espera de nuestra parte que utilicemos las armas de siempre: oración, mortificación, pedir perdon y confianza en El.
Nuestra sociedad, me recuerda mucho al cuento de Pinocchio.
24/06/21 11:40 AM
  
JSP
1. Vivimos un tiempo de apostasía importante.
2. Pero, la apostasía que vivimos no es de dentro hacia fuera sino de fuera hacia dentro por el subjetivismo, por el personalismo, por el relativismo. Explico.
3. El apóstata es entendido como aquélla persona que reniega de Cristo, de la fe católica, de la Doctrina, Teología, Moral y Pastoral en que ha sido educado. Esta es la apostasía clásica, explícita, de dentro hacia fuera.
4. Pero, el tiempo en que nos ha tocado vivir es el de la apostasía explícita en menor medida e implícita, en mayor medida, e inherente al humo de Satanás. Es decir, la sutileza del Enemigo para introducir y normalizar el espíritu del mundo de fuera hacia dentro de la Iglesia desde la cultura ambigua y confusa por fe humana a la hora de transmitir la Doctrina, la Nueva Teología, la adulteración de la Moral y la predicación tóxica en la Pastoral.
5. El objetivo es el constructo de un Cristo falso y una Iglesia falsa para fabricar y educar católicos light desde el subjetivismo y relativismo. Ej.: soy católico pero no practicante; soy católico pero no me confieso; soy católico y uso anticonceptivos; soy católico y veo bien la intercomunión con los protestantes; soy católico y está bien bendecir el matrimonio homosexual; soy católico y liberal; soy católico y marxista/socialista/comunista; soy católico y voto ...; soy católico e independentista; soy católico y defiendo que la mujer tenga derecho a elegir a abortar; soy católico y estoy a favor del divorcio y que se vuelvan a casar; soy católico y defiendo el derecho al matrimonio del mismo sexo; soy católico y comulgo en la mano aceptando todo lo anterior porque mi Cristo es misericordioso y mi Iglesia se está adaptando al mundo. Y un largo etc.
6. Así, el apóstata moderno no lo es en su realidad por la fe que tiene en el Cristo falso y la Iglesia falsa. Pues, con sus afirmaciones y acciones públicas y notorias contra la Verdad de Cristo y Su Iglesia no se gana la condición de apóstata y mucho menos de hereje.
7. Por tanto, se está dejando de educar en la Tradición Apostólica y los "nuevos católicos" residen en pernicioso error, concupiscencia y engaño en la más absoluta tranquilidad por cada uno tiene configurado a su Cristo e Iglesia falsa por educadores falsos.
24/06/21 2:19 PM
  
Ramón
Gracias por recordar la necesidad de rezar, hacer penitencia y pedir perdón. Son nuestras armas.
25/06/21 1:31 PM
  
Alvar
El humo de Satanás entró en la Iglesia, apenas hay ya resistencia y la victoria del Mal parece inminente.
Nosotros sabemos que solo parece, y nuestro deber como iglesia militante es mantenernos fimes, ni un paso atrás, aunque seamos cuatro gatos zaheridos por el pecado.
Según afirman algunos entendidos, el verdadero mensaje de Fátima nos advertía de la apostasía masiva incluso en la cabeza de la Iglesia (algo que se está cumpliendo de manera creciente ante nuestros ojos), algo que entroncaría con el Apocalipsis y la liberación de la bestia y todo su poder.
En conclusión, que pase lo que pase no debemos acobardarnos, sino lo contrario, prepararnos para lo que se acerca.
Magistral artículo el suyo Sr. Gracían, como todos los que escribe, de alto nivel y muy necesario, ya que otros que deberían hablar callan.
26/06/21 3:37 PM
  
Roberto
Se haba mucho de apostasía (apostasía significa renegar de la fe); pero mas que apostasía yo lo que veo es indiferencia mayormente.
El personal sencillamente pasa de cosas demasiado transcendentales, está en "otros rollos", de tejas para abajo; el trabajo, el ocio, la pasta, las vacaciones, los amigos, la hipoteca, la subida de la luz, los impuestos......la fe y mucho menos los problemas filosoficos y teológicos no son el centro de las preocupaciones de la peña.

Por otra parte, ¿cómo se puede hablar de apostasía si ni siquiera se ha descubierto de verdad lo que es la fe? Empecemos por ahí, por muy comulgados y bautizados que estén.
05/07/21 4:28 PM
  
Perplejo
Un artículo para enmarcar, Sr. Gracian, y una certera descripción de la noche oscura que atraviesa la Iglesia en este tiempo. Hasta dónde llegará esta noche, no lo sabemos, pero no hay que descartar que acabe ¿pronto? en agonía. Total, la Iglesia ha de seguir hasta el fin a su Señor, que padeció y murió, no sin ser antes abandonado de los que entonces eran la Iglesia. Decir esto no es hacer de profeta de calamidades, sino encomendarse y prepararse para las pruebas que puedan alcanzarnos, según la voluntad del Padre, en el intento de seguir a Jesús, nuestro Señor. Fiémonos del Padre. Nada de lo que sucede es ajeno a su voluntad. Y todo es para el bien de los que quieren seguirle.
Maranatha
08/07/21 12:56 AM

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