(101) Identidad Católica I: falsa identidad, máscaras y otras cuestiones
1.- No se puede perder la propia identidad sin perder el propio ser.
Como afirma Robert Spaemann:
“Si una cosa necesita adquirir una propiedad que es incompatible con su forma, entonces desaparece. No se puede perder la propia identidad sin perder el propio ser. La autoafirmación de algo y la de su identidad es una y la misma”. (Cap. VI de “El rumor inmortal”, “La identidad religiosa”)
2.- Si un miembro de la Iglesia, grupo, diócesis, conjunto de diócesis, cree que tiene que incorporarse una propiedad incompatible con su condición de miembro de la Iglesia (por ejemplo el libre examen, el divorcio, o la conformidad con el espíritu de la época), ese miembro, grupo, diócesis o conjunto de diócesis, sufre un daño grave en su identidad católica.
3.- Permanecer a salvo de la contaminación del espíritu de la época, con el auxilio de Dios, es también, sin duda, una forma de preservar la propia identidad. Diríamos que la principal, en el orden de la fe.
4.-No hay valor alguno en mantenerse en una identidad falsa, aunque esa identidad esté bien cargada de valores morales, filosofía grecolatina o citas bíblicas.
5.- La identidad falsa es infecunda: no produce conversiones, no produce vocaciones, no produce nada, salvo un cambio de identidad: de ser católico a ser otra cosa. La identidad mutante es, por eso, una identidad falsa, vacía e infértil.
6.- La identidad cristiana no se construye como se construye una opinión, o una religión natural. Porque ante todos sus rasgos son objetivos: los rasgos y el semblante del Logos divino, que es Cristo.
7.- La identidad sistemáticamente aconfesiona
l, que no muestra el semblante de Cristo, es una impostura que atenta, ante todo, a la identidad del cristiano, a su desafirmación como tal. Es una voluntaria restricción del Logos, una ocultación del semblante del Salvador en pos del utilitarismo: la ocultación del rostro del Redentor (que incluso puede ser bienintencionada) detrás de una falsa identidad de ciudadano, demasiado ciudadano.
—Y es que, en efecto, se puede ser demasiado ciudadano, y siéndolo, perder la propia identidad de cristiano. No hay que olvidar jamás que:
“Nosotros somos extranjeros y peregrinos delante de ti, como lo fueron nuestros padres” (1 Crónicas 29, 15)
8.- Como lo fueron nuestros padres. La Tradición es garantía de identidad. Las señas de Aquel que es su vida se transmiten de generación en generación, y a pesar de todas las variables, la identidad queda salvada, ininterrumpidamente.
Como dice Spaemann a continuación:
“De hecho, esta identidad está constituida por dos elementos: por una lado la continuidad, y por otro la semejanza de las condiciones sucesivas.” ("El rumor inmortal", cap.VI)
9.- Bellamente lo explica el Catecismo:
“78 Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo, es llamada la Tradición en cuanto distinta de la sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella. Por ella, “la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree” (DV 8). “Las palabras de los santos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradición, cuyas riquezas van pasando a la práctica y a la vida de la Iglesia que cree y ora” (DV 8).
(83) “Es preciso distinguir de ella las “tradiciones” teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales nacidas en el transcurso del tiempo en las Iglesias locales. Estas constituyen formas particulares en las que la gran Tradición recibe expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las diversas épocas. Sólo a la luz de la gran Tradición aquéllas pueden ser mantenidas, modificadas o también abandonadas bajo la guía del Magisterio de la Iglesia.”
“100 El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios ha sido confiado únicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los obispos en comunión con él.”
La Tradición permite el contacto real y continuado a través del tiempo con la Identidad viva y presente de la cual participan todas las identidades, en un remontarse hasta Aquel que es, Aquel cuyo Rostro viviente es reflejado en todos sus miembros vivos, y cuya santidad son las señas con que modela la imagen de Quien dice:
“Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy. (Juan 8, 58)”
No hemos de olvidar que a continuación de ese Yo soy, fundante de la identidad del cristiano, la Escritura describe así la reacción del mundo:
“Entonces tomaron piedras para apedrearlo (Juan 8, 59)”
10.- Dice Spaemann:
“según la perspectiva católica, los elementos que propiamente garantizan la identidad son, hoy como ayer, la sucesión apostólica de los Obispos, la Sagrada Escritura y la garantía de una interpetación autorizada de ésta por el Magisterio de la Iglesia. Garantía de identidad, por tanto, siempre y ante todo significa garantía de la continuidad, tradición.”
“Para la autocomprensión del catolicismo resulta decisivo entender que esta misma estructura de transmisión y de garantía identitaria ha de ser a su vez creída ella misma como parte del contenido de la tradición. Con esto se hace posible en muy alta medida la capacidad de cambio”
Nosotros corregimos esta palabra cambio y la substituimos por reforma. Reforma santa, desde el amor a la Iglesia. Reforma o apostasía.
11.- La identidad de la doctrina de la Iglesia viene determinada por la identidad de Aquel que es su Cabeza.
Interesante como lo explica Spaemann, en la misma obra: “En el cristianismo, el criterio de identidad de las creencias viene dado por la identidad de la Persona en que se cree.”
12.- Garantizar la verdad, garantizar la identidad, es lo mismo. Dejar de ser lo que se es, conduce a ser otra cosa, en este caso, a una mentira, a una Gran Impostura.
13.- Tampoco ha de confundirse la identidad con la uniformidad. La riqueza de rasgos forma parte de la profundidad y la riqueza del único Semblante.
14.- Las variables, los frutos inevitables de la contingencia, no deben afectar a la identidad, si ésta prevalece siempre. Aquí la matemática nos sirve como metáfora:
RAE. Identidad. “Igualdad algebraica que se verifica siempre, cualquiera que sea el valor de sus variables.”
15.- En el mundo, la Iglesia de Cristo no puede ser sino IDENTIFICABLE como lo que es.
Los católicos no podemos ser no-identificables, porque la obra salvadora de Cristo se identifica con la obra de su Iglesia, a través de sus miembros vivos. Y seña de identidad del miembro vivo de la Iglesia es su eclesialidad explícita.
CONTINUARÁ
25 comentarios
Como las bondades de la libertad y la emancipación humana solo llegaran con la construcción de una red de intercambios comerciales y la abolición de las fronteras (ya sean culturales, espaciales u orgánicas y sociales), es necesario reducir la totalidad de los seres a una masa amorfa única, donde la potencia triunfe sobre el acto y la identidad se desvanezca en las mil y un posibilidades que jamás se concretan en nada. El resultado es que tenemos trabajadores y consumidores desorientados, que no tienen otra perspectiva en la vida que comprar cosas que no necesitan para enriquecer a compañías sin rostro. El fenómeno cultural del zombie, que tanto domina el imaginario colectivo, encuentra su explicación en este proceso de alienación social, donde, una vez "cerrado el cielo" porque el hombre no posee un destino superior en ningún otro mundo, la vida queda reducida a un caparazón vacía del cual ha sido sustraído todo contenido.
Estos nuevos zombies, junto con mutantes y ciborgs de todas las clases y colores, están comenzando a surgir en todas partes. El fenómeno de la inmigración, en el que el desarraigo se encuentra más y más acentuado, no es más que un caso particular de este proceso global de destrucción de la identidad. La expulsión de millones de personas de sus pueblos natales, de sus naciones (en su sentido etimológico), es la contra-cara perversa de la globalización, empeñada en deconstruir las identidades de millones para instalar en su lugar los métodos de alienación y explotación más perversos. El catolicismo verdadero, por el contrario, se opone a este fenómeno de desarraigo y promueve la vida orgánica del individuo en una comunidad organizada.
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A.G.:
Juan Gabriel me parece una observación muy aguda la que ha hecho, acerca del globalismo posmoderno como enemigo de la Tradición.
Justamente, es eso, el uniformismo del pensamiento único, nihilista y sincrético, es el remedo liberal y mundano de la catolicidad.
Gracias, y gloria a Dios.
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A.G.:
Gracias amigo.
Esos cinco elementos son ciertamente señas de identidad católica. Hablaremos de ello, por supuesto. Lo que dices del Catecismo, en realidad se refiere al Magisterio de la Iglesia, en que va incluido. Otra seña.
Gloria a Dios.
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A.G.:
Lo vemos claro, Emilio. Desde hace mucho nos chirriaba. El aconfesionalismo autoimpuesto y sistemático supone una tremenda pérdida de identidad cristiana. Y me parece muy acertado eso que dices de la inestabilidad, que deviene laicismo. Es una de las ideas que voy a desarrollar en los siguientes posts de la serie, si Dios quiere.
Un abrazo en Cristo, con su Madre Inmaculada.
¿Por qué entonces se permite que algunos teólogos interpreten las Sagradas Escrituras según su antojo, con graves tergiversaciones y hasta herejías, y sus libros se venden, sin el menor prurito, en librerías católicas?
Excelente post. Muchísimas gracias. Que Dios te bendiga y la Santísima Virgen María y San José te protejan siempre.
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A.G.:
No se debe permitir la herejía. Tolerancia cero.
Gracias Beatriz, gloria a Dios.
1. Si la situación se vive como un peligro para la propia identidad, la primera reacción consiste en el «atrincheramiento cognitivo» (P Berger): el aislamiento del medio considerado peligroso y la búsqueda obsesiva de la propia identidad. Ese atrincheramiento reviste dos formas: el ghetto y la cruzada.
a) En su forma extrema, el ghetto desemboca en posturas fundamentalistas, representadas en todas las religiones, en especial en movimientos surgidos en el seno del islamismo. Van en la misma línea las instituciones o comunidades replegadas sobre sí mismas, preocupadas por su propia identidad y por la fijación ortodoxa de las creencias.
b) Otros grupos reaccionan de forma agresiva, organizando cruzadas ideológicas y culturales, y desarrollando un intenso proselitismo.
En la lógica del «atrincheramiento cognitivo» se inscriben no pocos movimientos reformadores del cristianismo que desarrollan programas mal llamados tradicionalistas, los cuales, en realidad, constituyen intentos de restauración a destiempo de modelos institucionales finiquitados.
2. Pero se dan también reacciones de signo contrario a la situación de cerco, de vacío cultural, de amenaza a la propia identidad. En tal situación numerosos grupos religiosos optan por la «negociación cognitiva» (P. Berger). Se trata de operar las adaptaciones en la propia identidad que permitan subsistir dentro de las nuevas coordenadas culturales. Cuando en dicha negociación se utiliza como criterio la adaptación a toda costa, se produce una «escalada» que culmina en la «rendición cognitiva» que implica la disolución de la propia identidad.
En la lógica de la «rendición cognitiva» se han inscrito movimientos mal llamados progresistas que, a fuerza de buscar relevancia social, han sacrificado a ella su identidad.
Lo grave de estas dos reacciones opuestas es que cada una intenta justificarse con los excesos de la otra. De esta forma se alimentan y se excluyen mutuamente y así colaboran eficacísimamente a la crisis galopante de las instituciones a las que compulsivamente quieren salvar. Naturalmente, entre estos dos polos existe una gama muy amplia de respuestas que hace que las instituciones religiosas sigan constituyendo, por el momento, el núcleo más importante de la actual situación religiosa.
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A.G.
Su comentario me deja un tanto perplejo. ¿Me dice en pocas palabras qué pretende decirme? No lo pillo.
No me extraña que se encuentre perdido con Antonio1. Es un troll estandarcillo, con lo que eso conlleva. Se ha limitado a pegarle este post:
monvirblog.blogspot.com.br/2009/08/metamorfosis-de-lo-sagrado-y-futuro-del.html
Con lo que espera que entremos en su cortina de humo, discutamos, escribamos... disipar energías vaya. Un trollcillo de infantería, para entendernos.
Yo hace tiempo que me libré de ese problema en mi blog.
Santo Tomás de Aquino es eminente Doctor de la Iglesia ! Lo sabemos...
La inscripción " I.N.R.I." la conocemos bien. Más que deshonrar a Jesucristo, le rinde honor ! ¡Rey de los judíos y del Universo entero !
Viniendo de ti, no entiendo esa afirmación.
Por lo demás , MUY bueno el artículo. Saludos.
Juan Martín Velasco. Metamorfosis de lo sagrado y futuro del cristianismo. Ed. Sal Terrae. Páginas. 21-22.
Se ha tomado, por supuesto, la molestia de modificar o eliminar adverbios, conjunciones y algunas palabras para que parezca de cosecha propia. Lamentable.
Lo incluyó aquí porque creo que el análisis del blogger no es el adecuado y cae de lleno en la primera de las respuestas erróneas que señaló.
Lo que está en juego es nada menos que el futuro de la Iglesia. Ese mismo análisis que yo expongo es el que hace el papa.
El desconcierto no viene porque sea un troll o porque no se entienda lo que digo. Viene porque no sevestá de acuerdo con lo que digo, porque razonadamente pongo al descubierto las carencias de vuestras propuestas, porque incorporó razonamientos y argumentos de autoridad y porque para más inri estoy en plena consonancia con lo que pide el papa, con su análisis y con sus propuestas.
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A.G.:
Antonio, da tu opinión personal, de forma amistosa, y punto. Hasta ahí. Todo lo que no sea esto, es trollear. Limítate a un diálogo constructivo, y ya está.
“Diálogo, diálogo, diálogo. El único modo que una persona, una familia o una sociedad crezca es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar y todos pueden recibir algo a cambio. El otro siempre tiene algo que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible, sin prejuicios. Solo así puede prosperar un buen entendimiento entre las culturas y las religiones, la estima de unas por las otras sin opiniones previas gratuitas. Hoy, o se apuesta por la cultura del encuentro, o todos pierden”.
Papa Francisco.
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A.G.:
Que noooo. No puedes utilizar al Papa para defender tus posturas contra un post donde hablo de algo tan básico como la identidad católica. Ya.
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A.G.:
Ramontxu, como tú comprenderás, no voy a consentir faltas de respeto al director de Infocatólica. Da tu opinión, de forma amistosa, y punto.
Esto muy reciente:
" Cuando una religión se vuelve conventillo, pierde lo mejor que tiene, pierde su realidad de adorar a Dios, de creer en Dios. Es un conventillo. Es un conventillo de palabras, de oraciones, de «yo soy bueno, vos sos malo», de prescripciones morales. Y cuando yo tengo mi ideología, mi modo de pensar y vos tenés el tuyo, me encierro en ese conventillo de la ideología."
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A.G.:
Antonio1, nada tiene que ver esto con el tema del post, ni sirve, por supuesto, para demostrar nada heterodoxo contra la identidad católica. No utilices al Papa para fundamentar tu postura. Es el último que te publico.
O se habla de esto, o no publico comentarios.....
Eso sí, con buen rollo.
Cuando le preguntan por su identidad “Eres tú el que había de venir o tenemos que esperar a otro?
4Jesús respondió:
—Vayan a contar a Juan lo que ustedes ven y oyen: 5los ciegos recobran la vista, los cojos caminan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres reciben la Buena Noticia;”
Es curioso que no contesta Cristo con una fórmula teórica cristológica, sino con el ejemplo de una vida volcada en los demás, una vida que da luz, movimiento, salud, vida y palabras de salvación a los pobres.
Y esta otra sobre la identidad cristiana, sobre aquello que nos hace reconocibles:
"Jn. 13. 35 En eso conocerán todos que son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros.”
Los católicos españoles del año 2015 no están formados ni preparados para llevar el evangelio a la cosa pública. La gran mayoría viven en medio de abortos, divorcios y uniones contra natura, de tal manera que se puede decir que son parte del sistema, adornos del pasado en un cuadro que avanza un futuro macabro. Votan sin tener en cuenta los principios no negociables. La fe no cuenta en una democracia que se ha construido, como advirtió el cardenal don Marcelo, sobre el rechazo de Dios. España, y gran parte de su Iglesia, quiso dejar de ser confesionalmente católica y está dejando de ser católica del todo.
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A.G.:
Viene al pelo la autocita. Porque es una verdad como un templo.
Es así: España, y gran parte de su Iglesia, quiso dejar de ser confesionalmente católica y está dejando de ser católica del todo.
Y más adelante: "La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida.":Si la autoridad responde a un orden fijado por Dios, “la determinación del régimen y la designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos” (GS 74, 3).
" En las relaciones con los poderes públicos, la Iglesia no pide volver a formas de Estado confesional" Juan Pablo II, Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Europa (2003) ." las secularizaciones, ya consistan en expropiaciones de bienes de la Iglesia o en supresión de privilegios o cosas similares, han significado siempre una profunda liberación de la Iglesia de formas mundanas: se despoja, por decirlo así, de su riqueza terrena y vuelve a abrazar plenamente su pobreza… Liberada de fardos y privilegios materiales y políticos, la Iglesia puede dedicarse mejor y de manera verdaderamente cristiana al mundo entero; puede verdaderamente estar abierta al mundo. Puede vivir nuevamente con más soltura su llamada al ministerio de la adoración de Dios y al servicio del prójimo”. Benedicto XVI.
Lo que tenemos que hacer los cristianos es, a imitación de Cristo, centrarnos en evangelizar a personas. ("El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido para que déla Buena Noticia a los pobres;me ha enviado a anunciar
la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos,
para poner en libertad a los oprimidos,19para proclamar el año de gracia del Señor.”
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A.G.:
Una sociedad que reconoce a Cristo como Señor sólo puede ir....mal.
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A.G.:
A golpe de decreto no, más bien, con el auxilio de la gracia.
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A.G.
Pues eso, el cristianismo se acoge libremente por gracia. El rechazo de la verdad revelada es por el pecado, porque auxilio de Dios no falta. Si una sociedad no acoge a Dios, es por el pecado, porque Dios bien que auxilia a toda persona y le ayuda a aceptar su Palabra liberadora.
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