InfoCatólica / Mater et Magistra / Categoría: Teología moral

28.09.22

Características de la Ley

En el anterior artículo de esta serie vimos que las fuentes de la moralidad de un acto son el objeto (aquello a lo que tiende el acto por su propia naturaleza), que es el elemento esencial en la calificación moral: el fin (que es el resultado apetecido por el agente), que determina la valoración en aquellos actos indiferentes; y las circunstancias, aquellos accidentes que modifican la calificación moral del acto, sin alterar su esencia. Un acto indiferente será considerado bueno siempre que la intención del agente sea honesta.

La norma moral es la regla a la que ajustar los actos. Se distingue teológicamente una doble regla: la próxima, interna o inmanente es la propia conciencia; la remota, externa o trascendente es la ley.

Definición de Ley

El origen de la palabra latina lex (ley) es oscuro. Según san Isidoro provendría de legere (leer) porque era escrita, mientras Cicerón consideraba que su origen era elegire (elegir), porque invitaba a escoger lo mejor para la república; Casiodoro de ligare (ligar) por cuanto nos ata u obliga. Los eruditos modernos parecen consensuar que la raíz viene del indoeuropeo leg-, que significaría escoger o coger.

Santo Tomás definió la ley como la ordenación de la razón hacia el Bien Común, promulgada por quien tiene la autoridad legítima en la comunidad.

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25.01.22

Las fuentes de la moralidad

En el artículo anterior veíamos que la norma moral es aquella regla que manifiesta un principio o fuente de la moralidad de modo que conduce al acto libre del sujeto hacia un fin bueno. Dios, principio y fin de todo acto bueno, es la fuente última de moralidad. Auxiliados por la ley natural accesible a la razón y la ley revelada accesible a la fe, los actos de la voluntad humana orientados a la reunión con Dios son buenos, y los que la impiden, malos. La moralidad de un acto se califica por su fin inmediato o próximo. El acto externo (producto de la potencia del sujeto) no modifica la esencia moral de un acto interno (producto de su voluntad), pero sí acentúa o disminuir su mérito (si el fin es bueno) o demérito (si el fin es malo).

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25.05.21

La norma de la moralidad

En el artículo anterior tratamos del concepto de la moral, que es la norma de la costumbre ajustada a la recta razón. Si el sujeto advierte lo ajustado a dicha norma que es su acto libre y consciente, ese acto es moral (podrá ser bueno o malo en diversos grados). Caso contrario, el acto es amoral. El acto moral se califica subjetivamente (según la conciencia del sujeto esté conforme a la norma) y objetivamente (según el objeto se ajuste o no a dicha norma), siendo esta última la que determina la esencia moral del acto. La moralidad proviene de los mandatos internos o intrínsecos (derivados de la ley natural y revelada, y accesibles a la razón), que son necesarios e irreformables, y los externos o extrínsecos (promulgados por el legislador legítimo) que son contingentes y modificables. El positivismo moral coloca los mandatos extrínsecos por encima de los intrínsecos, bien sean de origen divino o humano. La doctrina católica enseña que hay acciones intrínsecamente buenas o malas, independientemente de toda voluntad.

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5.11.20

El acto moral

En el artículo anterior, tratamos los impedimentos remotos al acto humano, que se dividen en naturales (el temperamento, el carácter, la edad y el sexo), psicológicos (diversos grados de afecciones mentales) y sociológicos (educación, moral social, ideologías o filosofías imperantes, así como los ejemplos cercanos al sujeto agente). Salvo algunos trastornos mentales graves, que nublan completamente el juicio, los impedimentos remotos jamás anulan totalmente la libertad del sujeto, ni por tanto su responsabilidad.

 

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29.04.20

Impedimentos remotos del acto

En el artículo anterior hablábamos de los impedimentos a la ejecución del acto humano, que se resumían en la coacción, fuerza ejercida sobre un sujeto libre que intenta forzarle a actuar contra su voluntad. Se divide en física o material, y moral o psicológica. Dado que el acto interno de la voluntad es libre, la coacción únicamente puede producir actos involuntarios, aunque con diverso grado de responsabilidad según quede mermada la libertad de la persona. El alcance de la coacción requiere un juicio prudencial caso por caso, pero el acto interno es siempre libre, y la resistencia a la violencia sobre el acto libre es legítima (aunque abstenerse de resistencia externa es más virtuoso).

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Definición y clasificación de los impedimentos remotos

Los artículos precedentes trataban sobre los impedimentos al conocimiento, a la voluntad o a la ejecución del acto humano, todos ellos inmediatos. En este artículo hablaremos de los impedimentos denominados remotos, que actúan sobre el sujeto agente de modo indirecto. Se dividen en tres tipos_

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