¿Librerías católicas, Isaac?
“¿Por qué no retiran los libros de Anselm Grün de las librerías católicas?” se pregunta Isaac García Expósito en su blog. Tras dar las razones por las que cree que no es normal que en dichas librerías se venda el material de ese benedictino, mi buen amigo sevillano -y sevillista- dice: “Y lo dicho para Anselm Grün, vale para Pagola, Küng y compañía“.
Bien, lo primero que cabe preguntarse es qué es una librería católica. Se supone que nos referimos a una librería controlada por una institución de la Iglesia -p.e, una orden religiosa, una diócesis- que ofrece libros de teología, liturgia, espiritualidad, etc. En ese caso, sería de sentido común que el material a la venta fuera conforme al magisterio de la Iglesia, pero basta darse un paseo por algunas de las librerías católicas con más solera de España para darse cuenta que no es así. Hace unos meses paseaba por una capital de provincia (no Huesca) y me encontré con una de esas “librerías católicas". ¿Saben ustedes cuál era el libro más anunciado en la cristalera principal? El último de Dan Brown, el tipo que escribió el Código Da Vinci. Compartía los honores, aunque en un segundo plano, el best-seller de Pagola.

He de reconocer que al ver la noticia me entraron escalofríos. Carod Rovira, protagonista de un encuentro de carácter ecuménico de jóvenes cristianos en Tarrasa. Ipso facto me fui a buscar las fotos del acto, por si se daba la circunstancia de que el vicepresidente de Cataluña se hubiera presentado portando en su cabeza una corona de espinas, cosa que ya hizo en su día cuando viajó con Maragall Israel. Aquello sentó a cuerno quemado en la Iglesia, pero ya se sabe que la cabra tira al monte. Para mi tranquilidad, en esta ocasión el bueno de Carod sólo llevaba un traje de lo más normal.








