La Iglesia que ellos sueñan
Dicen que quieren una Iglesia samaritana, dialogante, abierta, acogedora, democrática, sin apenas dogmas, que regrese a sus orígenes etc.
En realidad lo que quiere es:
1- Una Iglesia que rompa con 20 siglos de Tradición. Que reciba el aplauso del mundo y no de los santos y mártires en el cielo.
2- Una Iglesia que adapte sus enseñanzas a las ideas morales dominantes en la sociedad en cada momento. Es decir, que apruebe el matrimonio homosexual, que asuma que los fieles se pueden divorciar y volver a casar, que no sea muy estricta en su condena del aborto, que acepte sin rechistar cualquier ley que emane de un parlamento independientemente de que crea que supone un ataque al bien común, que aplauda la ideología de género, etc.
3- Una Iglesia donde los pastores sean animadores sociales y poco más.
4- Una Iglesia en la que los párrocos consensúen con los fieles los cambios litúrgicos que se crean oportunos.
5- Una Iglesia en la que bajo la excusa de atender a los pobres, se arremeta contra gran parte de su corpus doctrinal.
6- Una Iglesia en la que el Papa sea como ellos desean y, de no ser así, mejor no tener Papa.
7- Una Iglesia sin Credo para que quepan en ella todos los que simplemente dicen creer en Cristo, independientemente del concepto de Cristo que se tenga.
8- Una Iglesia en la que no tengan lugar los que quieran que siga siendo lo que siempre ha sido. Es decir, caben todos menos ellos, porque si siguen dentro, lo mismo logran que se dé marcha atrás.
9- Una Iglesia en la que las prácticas piadosas de la piedad popular sean aparcadas, menospreciadas y desechadas por ser residuo de una espiritualidad medieval y oscura.
10. Una Iglesia, en definitiva, de rosquillas de Entrevías, de Tamayos, Pagolas, Forcadesas, Masiás, Boffs, Küngs, etc.

Es habitual que aquellos que tienen un problema existencial consistente en que no aceptan el magisterio de la Iglesia, me acusan de querer echarles de ella. A decir verdad me importa relativamente poco que se me acuse de inquisitorial, fundamentalista, ultraconservador -los lefebvrianos me llaman liberal-, talibán, etc. Ya lo dijo, entre otros, San Pío Pietralcina: “El mundo os llamará fanáticos, locos y creaturas miserables; amenazarán haceros vacilar en vuestra constancia con su elocuencia engañosa“.
Mons. Demetrio Fernández es un obispo español al que le gusta decir las cosas claras. Y las dice de forma que se le entiende todo. Y eso le lleva a ser muy molesto para toda esa serie de católicos de vía estrecha que piensan que la fe de la Iglesia es una especie de tobogán del que uno se sube y se baja como si estuviera en un parque infantil.
En el ayuntamiento de Barcelona no ha sentado bien que


