Rubalcaba tiene razón: el PSOE ha vuelto
Con un masón al frente, ha vuelto -si es que alguna vez se había ido- el PSOE de la II República. El PSOE de las dos Españas, una con sus raíces en la historia y otra que odia esas raíces. El PSOE anticlerical de siempre. El PSOE que tiene como gran obsesión a la Iglesia. El PSOE que quiere controlar la educación, aunque sea pisoteando el derecho de los padres.
También es el PSOE de los anti-derechos. Derecho al aborto, al gaymonio y, prontamente, a la eutanasia. Recordemos que es el mismo partido que en su día se opuso a que las mujeres pudieran votar bajo la excusa de que eran muy influenciables por los curas en los confesionarios. Hoy ya no tienen ese temor. De hecho, tampoco temen que los colegios católicos hagan lo que se suponen que deben hacer para educar en la fe católica a los niños. Bien sabemos que la secularización interna de muchas congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza han hecho exactamente la labor contraria. Pero aun así, en cuanto los socialistas regresen al gobierno, probablemente darán la última estocada y posterior descabello a lo poco o muco que quede de escuela católica en este país. Y a ello está colaborando el actual gobierno del PP, no haciendo obligatoria para los centros -no para los alumnos- la oferta de la asignatura de religión en Bachillerato.

La Audiencia Nacional excarceló ayer a otros nueve etarras sin esperar a que el Supremo se pronunciara sobre la manera en que España ha de abordar la sentencia de Estrasburgo sobre la
Cuenta con dos sacerdotes que celebran dignamente la Misa, predican homilías conformes a la fe de la Iglesia, sin separarse del Magisterio. Además tienen la sana costumbre de sentarse en el confesionario para administrar el sacramento de la confesión.
Puede que en un par de años las cosas en España empiecen a ir mejor. Aunque la recuperación del empleo será lenta, más que nada porque no se van a construir casas sin ton ni son y ese sector no tirará del resto, es probable que los que sí tengan trabajo se sientan con ganas de caer en los mismos errores que cometimos casi todos en los años de bonanza económica. A saber:
Como todo el mundo “sabe", el papa Francisco tiene intención de poner patas arriba la doctrina católica, sobre todo en materias de moral. La idea es que de ahora en adelante se permitan las relaciones sexuales fuera del matrimonio -antes o después, da lo mismo-, se permita el adulterio -divorciarse y volverse a casar-, se admita la legitimidad de las uniones homosexuales -matrimonio incluido-, se deje comulgar a todos los que estén en pecado mortal -si es que existe algún pecado así-, se mire con otros ojos al aborto -en el que las principales víctimas son siempre las que matan a sus hijos antes de nacer-, etc.








