Creer en Cristo o no creer, esa es la cuestión
La lectura del evangelio de hoy es fundamental para entender en qué consiste la salvación:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
(Jn 3,16-18)
Lo primero en que hemos de fijarnos es en el hecho de que Dios ama al mundo. Dios ama a los hombres. No quiere que se condenen. Su paciencia es enorme. Como dicen varios salmos, el Señor es “lento para la ira y grande en misericordia“. Es precisamente esa paciencia misericordiosa la que explica que Cristo no haya vuelto todavía a juzgar a vivos y muertos: “No retrasa el Señor la promesa, como algunos creen; es que pacientemente os aguarda, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan a penitencia” (2ª Ped 3,9).
¿Qué necesitamos para ser salvos? Creer en Cristo. Pero ojo, no vayamos a engañarnos en la idea de que basta un solafideísmo para ir al cielo. El propio Jesucristo advierte que si creemos EN Él pero no A Él, tenemos un grave problema. Creer en el Señor es obedecer al Señor. Y quien piensa que basta con una mera manifestación externa de fe que no vaya acompañada de una transformación interna, en la gracia de Dios, se equivoca gravemente:
Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será como el varón prudente, que edifica su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa, pero no cayó.
Pero el que me oye estas palabras y no las pone por obra, será semejante al necio, que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa, y cayó con gran ruina.
Mat 7,24-27)
No en vano, los versículos que siguen inmediatamente a la lectura de hoy, advierten:

“Las condiciones para recibir la comunión sacramental, que en la época de Pío X aún se consideraban obvias, no han vuelto casi a ser recordadas por la Iglesia en los últimos decenios“. Puede que una frase así sea fácil encontrarla en alguno de los posts de InfoCatólica, pero lo cierto es que está en un
Sin el menor género de dudas, el papa Francisco es el pontífice que más entrevistas concede a los medios de comunicación. Puede que Benedicto XVI y San Juan Pablo II tuvieran un contacto más frecuente con la prensa en los aviones que les llevaban o traían de vuelta en sus muchos viajes apostólicos, pero es el actual Papa quien más gusta de dar exclusivas a periodistas concretos.
Empecemos resumiendo la situación. Extremadura está gobernada por el Partido Popular gracias a que Izquierda Unida no quiere que gobierne el PSOE. Situación ciertamente peculiar que seguramente se explica por el hecho de que los de IU extremeños estaban hasta el gorro de los socialistas de su comunidad autónoma y pensaban que convenía que se pasaran unos añitos en la oposición.
Ocurrió, al parecer, hace un año. El “artista” José Ángel Uberuaga le pidió a su señora madre las llaves de la parroquia de Munitibar (Vizcaya, España). Poco sabía la señora que las fotos que iba a realizar su hijo eran las de una señora desnuda dentro del templo (*). Algunos medios indican que Uberuaga tomó las llaves sin pedir permiso a su mamá. Para el caso, da lo mismo. Según me informan, la buena mujer, que lleva muchos años encargada de la limpieza del templo, está desolada. Ánimo, señora. No se preocupe, que nadie le va a echar la culpa. Rece por el alma de su hijo, que falta le hace.








