Desde la bellota hasta el totalitarismo nazi.
"Pero tú eres el que me sacó del vientre; el que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios."
Salmo 22,9-10
Quiero empezar con una declaración de principios: me importa un carajo lo que sea una bellota. Me basta con saber lo que es un embrión humano. Más que nada porque hubo un tiempo en el que fui embrión, aunque no me acuerde de ello. Es decir, nunca fui ni el espermatozoide de mi padre ni el óvulo de mi madre. Pero cuando uno y otro se encontraron, aparecí en este mundo. Y desde entonces crecí y crecí, tanto física como intelectualmente (esto menos, claro). ¿Porqué digo esto?