Kasper empieza constatar que lo que no puede ser, no puede ser.... y además es imposible.
Estos días se está celebrando en Barcelona un Encuentro Ecuménico preparatorio de la que será la III Asamblea Ecuménica Europea, que tendrá lugar en Rumanía el próximo mes de septiembre. En dicho encuentro ha participado el Cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio que se encarga del ecumenismo.
El cardenal alemán ha hecho un repaso a la situación del ecumenismo. Afirma que se han producido "acercamientos sustanciales en varias materias" e incluso algún "consenso". Pero al mismo tiempo reconoce que el diálogo se ha encallado, aduciendo como razón para ello que "tras haber superado muchos malentendidos y haber conseguido un consenso fundamental" ahora "hemos llegado al núcleo duro de nuestras diferencias eclesiológicas". Por ello, Monseñor Kasper apuesta por andar el camino del "ecumenismo espiritual, corazón del movimiento ecuménico", no tanto centrado en los diálogos teológicos como en "oración ecuménica común, conversión personal y reforma institucional, penitencia y esfuerzo por la santificación personal".
En otras palabras: como no nos vamos a poner de acuerdo en multitud de dogmas y doctrinas, vamos a ver si oramos más en común, si somos todos más buenos, más santos y más guapos. Pues vale, perfecto.