Padre Fortea, permítame que le dé un consejo.

Estimado padre Fortea, exorcice más y hable menos en los medios. Sobre todo en aquellos que obviamente se toman a chufla todo lo relacionado con el mundo espiritual, las posesiones y sucedáneos de las mismas. Conozco en España a un exorcista con mucha más experiencia que usted y no me lo imagino cada dos por tres en la tele, en la radio o en los periódicos. Usted corre el riesgo de convertirse, si no lo es ya, en un personaje perjudicial para la credibilidad de los exorcistas que hacen su trabajo calladamente y sin bombo. No me gustaría que llegara a ser el "Apeles" del exorcismo y además me huelo que eso llevaría a su obispo a tener que tomar medidas que restringieran su ministerio.

Y no vaya a pensar que soy un incrédulo respecto a la existencia de actividad demoniaca. Aparte de que me bastaría leer los evangelios para constatar esa realidad, en mi vida he tenido oportunidad de comprobarla con mis propios ojos y oídos. Pero créame que no es algo de lo que me guste hablar o escribir. Sé que tan malo es mirar para otro lado y negar la existencia de Satanás y sus ángeles, como andar buscándolos debajo de cada piedra.

Si le digo la verdad, creo que usted cumplió su función de recordar la existencia de las posesiones y los exorcismos, al conceder su permiso para aquel reportaje realizado para El Mundo por José Manuel Vidal, director de Religión Digital. Pero lo de bueno que aquello pudo traer, está siendo contrarrestado por el show que empiezan a hacer de usted otros medios, que han creído ver un filón en su disponibilidad excesiva a dejarse entrevistar y rodar.

Y por último, permítame que también le aconseje un cambio de imagen. Hay quien piensa que tiene usted un "look" de sabio locuelo y si eso no es plan para un sacerdote, menos lo es para un exorcista. Además, parece mayor de lo que en realidad es.

Le pido disculpas si cree que me he excedido en algo y quedo suyo siempre en Cristo y su bendita Iglesia,

Luis Fernando Pérez Bustamante