No puede haber compromiso en el tema del aborto
En el asunto del aborto no caben posiciones intermedias. Una vez que el espermatozoide se une con el óvulo surge una nueva criatura, genéticamente distinta de su padre y de su madre, que aunque dependerá de la madre para sobrevivir es un ser esencialmente distinto a la misma. Y esa criatura es humana. Por tanto, eliminarla voluntariamente es cargarse a un ser humano. Obviamente no a un ser humano adulto. Ni siquiera es un bebé humano. Pero somos tan humanos nada más ser concebidos como lo seremos en la vejez. Todos, absolutamente todos los hombres y mujeres que habitamos este planeta hemos sido embriones. En ese sentido, poner una “fecha” a partir de la cual un ser humano tiene derecho a la vida, es absurdo. Porque, ¿qué razón hay para decir que el ser humano tiene derecho a ser protegido cuando tiene ocho semanas de vida? ¿por qué no a los 4 años? ¿por qué no a los diez minutos? Si es humano, tiene derecho a vivir tenga la edad que tenga.
Por tanto, todo aborto es un asesinato. Incluido el que se provoca a una niña de 13 años que se ha quedado embarazada tras una violación. La criatura que lleva en su seno es tan humana como ella y eliminarla es eliminar a un ser humano. Incluso cuando la vida de la madre peligra, cosa prácticamente impensable con los actuales avances de la ciencia, el matar a su hijo o hija no es moralmente aceptable. La razón es obvia: no es legítimo matar a un ser humano para salvar la vida a otro.
Toda legislación que despenalice el aborto es un ataque frontal a la vida humana. El hipotético derecho de las madres no puede construirse sobre la destrucción de lo más sagrado, que es la vida de sus hijos. Y nadie puede llamarse cristiano y estar de acuerdo con la legalización de la destrucción de la vida humana en el seno materno. Los políticos no son una excepción. Si son cristianos, no pueden quedarse de brazos cruzados ante el aborto. En España no bastaría con mantener la ley como está. El objetivo final ha de ser dar una protección total a la vida humana desde su concepción.
Cuando se plantea esto, enseguida sale la pregunta: ¿quieres llevar a la cárcel a las madres que abortan? Pues no, yo no quiero llevar a la cárcel a nadie. Lo que quiero es salvar la vida de los más inocentes. Entiendo que lo primero que habría que hacer es re-educar a la sociedad para que entienda que la vida humana no puede ser eliminada. Pero si para proteger a los inocentes hay que volver a los mecanismos que castigan a los que les matan, pues se vuelve. Con todos los atenuantes penales que se quieran para casos realmente extremos -y que en el caso de los médicos abortistas creo que no deberían existir-, pero dejando bien claro que el aborto siempre es un delito.
Hoy en la Cope se ha tratado este asunto. Federico Jiménez Losantos ha dicho que a las monjas violadas de África se les permitió abortar. Yo no sé qué hay de cierto en todo eso pero la doctrina católica es clarísima al respecto: la violación no justifica el aborto. Y eso debe quedar bien claro en la Cadena Cope. Pedro J. ha dicho que una ley de plazos reales, sin que ningún supuesto permita el aborto más allá de dichos plazos, es mejor que la actual ley que permite el aborto más allá de esos plazos. Pues aunque yo he llegado a pensar que eso podría tener cierto sentido, en realidad es una trampa. El aborto libre en un determinado plazo de gestación es peor que el aborto limitado por unos supuestos aunque éstos se den en plazos mayores. El que la conciencia de la sociedad sufra más cuando ve un feto de 7 meses hecho pedazos no cambia el hecho de que ese feto era igual de humano 4 meses antes. Por tanto, es una mera cuestión de hipocresía el oponerse al aborto cuando el embarazo está más adelantado. Digamos que estéticamente molesta más, pero el resultado es el mismo: la muerte de un inocente.
Marhuenda, el director de La Razón, ha sido el más drástico en la condena del aborto en casi todos sus supuestos, pero igualmente ha defendido su despenalización en caso de violación. Y además ha sido puesto ante la evidencia de que el PP que tanto defiende no ha movido un solo dedo para acabar con el aborto en España cuando estuvo en el poder. ¿Apoyaría su periódico la creación de un partido de derechas que hiciera de esta cuestión una de sus banderas? Tengo que verlo para creerlo.
La Iglesia tiene que dar la batalla en este tema. Y cuando hablo de la Iglesia no me refiero sólo a los obispos, que también. No, me refiero a todos los que somos parte activa de la misma. Y también a los que sin ser católicos, son cristianos (ortodoxos y protestantes) Para ello debemos hacer uso de todos nuestros medios, entre ellos la Cope, Popular TV, Radio María, etc. Zapatero quiere transformar España en el paraíso de la cultura de la muerte y de los hijos de la Viuda. Aprovechemos lo poco que queda de democracia en este país para oponernos a él.
Luis Fernando Pérez Bustamante









