Jaque a la Cope
JAQUE A LA COPE
Plena campaña electoral. Un conocido juez ha ordenado que se proceda a la detención del presidente de la cadena de radio católica más importante de la nación. La base es un sumario por estafa instruido contra él y otros en el juzgado que rige dicho juez. Cuando el presidente de la cadena sale flanqueado por la policía - quizá esposado - de la sede social, le espera un despliegue inusitado de medios de comunicación. De manera inesperada, el foco de la campaña electoral - que no va bien para la izquierda - se desplaza hacia la cadena de radio. Las consecuencias resultan sobrecogedoras. La derecha se ve obligada a consagrar sus esfuerzos a distanciarse del sumario del presidente de la cadena de radio con el que - dicho sea de paso - no tiene nada que ver. La Iglesia Católica en España se ve salpicada de la cabeza a los pies por un escándalo que se le va a echar en cara durante años y cuya repercusión mediática hará palidecer a cualquier otro evento negativo pasado. La cadena de radio - de la que deciden marcharse las principales estrellas hartas desde hace tiempo de un presidente marcado por el estigma de la ilegalidad al que mentes irresponsables han decidido mantener - se desploma para ser absorbida por un grupo mediático. Curiosamente, se trata de un grupo mediático al que el procesado presidente de la cadena de radio se ha referido elogiosamente en los últimos tiempos. Como colofón, centenares de trabajadores de la cadena van a la calle.
Lo que acabo de describir no es el argumento de una novela de acción,
de un thriller político. Es exactamente lo que puede suceder en las próximas semanas si Coronel de Palma no es destituido fulminantemente de la presidencia de la COPE. De la noche a la mañana, la cadena que es líder de audiencia en algunas de las horas más importantes del día, puede colocarse al borde de su desaparición con funestas consecuencias para la Iglesia y para la derecha social de este país, consecuencias que, por añadidura, pueden durar años. Lamentablemente, la única voz crítica que existe actualmente en la radio española - la COPE - se halla en situación de jaque. Fue un jaque que se produjo cuando de manera bastante imprudente se nombró presidente de la cadena a Coronel de Palma a pesar de los asuntos legales que pesaban sobre él. Es un jaque que puede convertirse en mate si Coronel no es destituido inmediatamente antes de que la izquierda, ayudada por Garzón, lo consume.Cor ad cor