Heridos por la Belleza,por Monseñor Sanz Montes

Me parece muy oportuna la carta que don Jesús nos ha escrito esta semana a los diocesanos de Huesca y Jaca. Todo lo que se haga para concienciar a los fieles de que estamos en un momento "complicado" en la historia de este país, es poco.

Heridos por la Belleza

Queridos Hermanos y amigos: paz y bien.

Uno no sale de su asombro ante algunos hechos que casi con la programación de un calendario secreto, se van sucediendo en los últimos tiempos: el calculado intento de ridiculización de lo religioso en general, y de lo cristiano y católico en particular. Hemos visto cómo se solidarizaban los padres de las alianzas de las civilizaciones con el mismísimo Mahoma puesto en caricatura. Les faltó tiempo para rasgarse la levita de aliados civilizados y sumarse a cuantos abogamos por el respeto sincero por cualquier expresión religiosa que no vaya contra la humanidad.

Pero no todas las religiones, parece ser, tienen el mismo pábulo. Más bien hay algunas que no tienen ningún derecho. Es más: molestan, y hay que estar continuamente organizando numeritos en los que se las denosten, y amplificar todo lo factible sus fallos y errores, y provocar reacciones excesivas a base de tocarles el trigémino o lo que se tercie, y dictaminar leyes lo más contrarias posibles a sus valores y sus derechos, y poner al viento todo tipo de iniciativa que sirva para acosar y derribar una historia hasta el desprecio.

El cardenal Cañizares recientemente ha dicho a propósito de las pretendidas muestras artísticas en Madrid e Ibiza, claramente ofensivas hacia la Iglesia Católica, hacia el buen gusto y la sensatez: "que no son acciones aisladas, sino que responden a un proyecto para expulsar a Dios de nuestra sociedad. Pero esta escalada de manifestaciones pseudoartísticas y exposiciones, sufragadas con fondos públicos, no es de ahora -hace un año fue Badajoz, y otras y otras- y responde a un plan, como la Educación para la Ciudadanía también, dentro de un gran proyecto que es erradicar la realidad de Dios de la esfera de nuestra sociedad, reducirla en el mejor de los casos a lo privado, pero que Dios no cuente. Estas manifestaciones son una mofa blasfema de la realidad de Dios, de la realidad de Jesucristo. En la exposición de Badajoz y ahora Ibiza, no solamente se trata de mofarse del Santo Padre, sino también del mismo Jesucristo. No es sólo un anticlericalismo es algo más hondo. Hay un proyecto de erradicar a Dios, y eso es el laicismo, no la sana laicidad, -la autonomía que le corresponde a lo mundano por el hecho de ser mundano-. Es algo muy grave que se vuelve contra el propio hombre. El proyecto es eliminar a la Iglesia católica".

Hace unos meses el crítico de TV y escritor Javier Esparza publicó "Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo". De entre esos pecados, hay dos que encajan perfectamente con las exposiciones de Badajoz, Madrid e Ibiza.: uno, el nihilismo, la carrera desenfrenada por destruir cualquier referencia sólida, estable. Y otro: la sumisión a un poder que se concibe a sí mismo como subversión, la connivencia con el poder -el de verdad, el que manda- so pretexto de ruptura y progreso. En estos episodios de pseudo arte, decía Esparza, "se mezclan la voluntad nihilista de la cultura moderna y la prepotencia cursi de un poder que jalea la destrucción; el artista que nos escupe mierda y el guardia de la porra que protege al gamberro. Un ajustado retrato de nuestro tiempo. El rostro mismo de aquello contra lo que debemos resistir".

Es señal de decadencia moral y humana, la incapacidad para abrazar la verdad, la perversión para no conmoverse ante la bondad, y la autodefensa suicida ante la belleza. Nosotros como cristianos queremos abrazar, conmovernos y dejarnos "herir" por la verdad, la bondad y la belleza. Es nuestra mejor aportación ante el caos, el absurdo y la corrupción de cualquier poder totalitario.

Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Obispo de Huesca y de Jaca