Los obispos de Illinois y el sentido común
Me reconocerán ustedes que lo que ha ocurrido en Illinos es algo a lo que no estamos acostumbrados los católicos en el resto del mundo. Por ejemplo, y sin salir de España, ¿alguien se imagina a los obispos de las diócesis presentes en una comunidad autónoma española reuniéndose con el presidente de dicha comunidad para leerle la cartilla? ¿alguien se imagina al Primado de España llamando al orden a un presidente castellano-manchego -sea del partido que sea- y diciéndole que no puede ir por la vida presumiendo de católico y apoyando políticas contrarias a la fe católica? Yo tampoco. Es decir, yo tampoco me lo imagino.
Y sin embargo, es lo que ha acontencido en Estados Unidos. Pat Quinn es gobernador de Illinois por el deseo de los ciudadanos de ese estado. Miembro del partido demócrata, es más fiel a las posturas de su partido que a la enseñanza de la Iglesia sobre los temas que forman parte de los principios no negociables planteados por Benedicto XVI. Esos principios, cabe recordarlo, son predemocráticos. Es decir, no deben ser alterados por mayorías política logradas en las urnas. Si no hay derecho a la vida, no cabe derecho alguno. Si por una votación se puede legalizar una barbaridad -y el aborto lo es-, la democracia se convierte en un régimen totalitario. Y si eso no lo entiende un católico, es que no ha entendido nada.