InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Secularización interna de la Iglesia

8.10.15

Y de estos fieles, ¿quién se ocupa pastoralmente?

En el último post de Bruno, una catequista hace una pregunta que me han hecho bastantes veces por email y por mensajes privados de redes sociales. Si no siempre de forma literal, sí muy aproximada:

Le pregunto a Luis Fernando o a quien me pueda ayudar: soy catequista; ¿qué debo enseñar? ¿ que hay que estar en estado de gracia para comulgar o que hay que hacer “un camino penitencial” (por ejemplo, hacer unos meses de oración y tener paciencia y luego sí, puedes comulgar) ¿Enseño que en pecado mortal no se puede comulgar, o digo que ya no hay pecados objetivamente malos, y que Dios es tan misericordioso que con tu “penitencia” subjetiva, ya es basta?

Pido que me ayuden, porque estoy pensando en dejar de impartir la Catequesis. Muchas gracias.

En otro comentario añade:

Estoy super angustiada con estos posibles cambios porque veo cada vez más cerca la disociación entre doctrina y praxis, cosa que me parece tremendo a la hora de transmitir la fe. Tal vez me falta fe, fortaleza, alma martirial. Tal vez deba empezar a pensar seriamente en que estos cambios dramáticos me pedirán el testimonio de la propia vida. No sé si coinciden conmigo. Gracias, nuevamente.

Esta es mi respuesta:

Rosita, enseña la fe católica. Es más, si, Dios no lo quiera, cambian algo esencial de la misma, sigue enseñando lo que te ha sido transmitido. Que el mismo Dios que permitiera tal cosa sería el encargado de que, a su debido tiempo, vuelvan las aguas a su cauce.

Y, al menos mientras te dejen hacerlo, no dejes la catequesis. Los niños y los jóvenes no tienen culpa. Dios quiere y te concede que tú les protejas.

He dicho, digo y diré, que el mero hecho de que se discutan algunas de las cosas que se están discutiendo es un escándalo, causa grave daño espiritual a multitud de fieles y deja la Iglesia herida gravemente. Y ya no sé qué es peor. Si el daño que causan los malos intentando cargarse la fe de la Iglesia o el silencio y la tibieza de muchos de los supuestamente “buenos", que intentan vendernos la moto de que todo va muy bien, que hay buen rollete, espíritu de comunión, etc. 

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4.10.15

O con Cristo o con Satanás. No hay punto medio

Dn. José Rivera, venerable:

Estamos todavía en la tierra. La Iglesia es militante. Si por consentimiento universal los miembros de un ejército son guerreros enfermos, débiles, ¿cómo sorprendernos de las derrotas? Sin duda que en su conjunto el ejército está destinado al fracaso.

La Iglesia es Madre. Si la madre tiene un cuerpo en su conjunto pueril ¿cómo podría dar la vida?

La Iglesia tiene la función de sanar a este mundo profundamente enfermo, según la expresión ya antigua del Papa Pío XI. Si tiene en su mayoría miembros débiles, enfermizos, ¿cómo podría sanar la enfermedad del mundo?

Jesucristo:

Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca.
Ap 3,16

Entre la verdad y la mentira, debemos optar siempre por la verdad completa.

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3.10.15

Empieza el Sínodo: "Permanece en lo que aprendiste y creíste"

Mañana da comienzo el sínodo general sobre la familia. Es un nuevo paso, ciertamente importante, del proceso que comenzó cuando el papa Francisco convocó dos sínodos para que la Iglesia abordara algo tan esencial como la atención pastoral a la institución familiar. Sin familia no hay sociedad y sin familias auténticamente cristianas no hay Iglesia. Es por tanto mucho lo que está en juego.

No es la primera vez, ni será probablemente la última, que la Iglesia aborda la problemática relacionada con la pastoral familiar. Hace ahora 35 años que se celebró otro sínodo sobre la familia, bajo el pontificado de San Juan Pablo II. Su exhortación apostólica post-sinodal Familiaris consortio (FC) fue la corona magisterial que, siquiera en teoría, debía guiar los pasos de la Iglesia en las décadas siguientes.

¿Qué ha cambiado en 35 años? Todo y nada. En Occidente (Europa y América), la familia está en una situación de crisis como no se ha visto igual desde que el cristianismo irrumpió en el mundo. El papa santo polaco ya era consciente de ello:

… el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.

(FC 6)

No solo no ha mejorado esa situación, sino que ha empeorado considerablemente. La plaga del divorcio ha hecho que nuestra sociedad sea polígama a plazos. El aborto sigue avanzando a pasos agigantados. Y la eutanasia amenaza con cobrarse la última víctima de la escalera de la vida: nuestros ancianos. Una sociedad que no deja nacer a sus hijos, que se muestra incapaz de dar estabilidad a sus matrimonios -o uniones de hecho-, finalmente acaba por matar a sus abuelos. Todo forma parte de un plan establecido que recibe el impulso y el apoyo de legislaciones perversas que atentan contra la ley natural y cualquier cosa que tenga que ver con la ley divina.

En medio de toda esa vorágine a la que se ha dado en llamar cultura de la muerte, la Iglesia ha sabido mantenerse firme en cuanto a sus enseñanzas. La Humanae Vitae de Pablo VI supuso un freno considerable al intento de asalto de la doctrina mundana anticoncepcionista a la fe católica. El magisterio de san Juan Pablo II sirvió de dique para parar el tsunami destructor del Leviatán que busca no solo dominar el mundo -ya lo hace- sino destruir el último refugio de los redimidos por Cristo: la Iglesia. Benedicto XVI supuso una línea de continuidad, adornada con su evidente brillantez teológica.

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19.09.15

Costa Rica es todavía provida a pesar de los arquitectos de la cultura de la muerte

Se acaba de hacer pública una encuesta en Costa Rica que indica que la mayoría de la población es provida y, por tanto, está en contra del aborto. Ciertamente el rechazo al aborto disminuye cuando el embarazo es producto de una violación, pero aun en ese caso, el 55% de los costarricenses creen que la solución no puede ser matar al ser inocente fruto de ese acto repudiable. Se entiende que un crimen no se soluciona con otro. 

En caso de que la mujer quiera abortar porque sí, como ocurre por ejemplo en España, más de ocho de cada diez “ticos” dicen que no.

Cuando vi la noticia, pregunté a Maricruz, nuestra bloguera de referencia en Costa Rica, cuál era la postura de los medios de comunicación en su país en relación a este tema. Este fue el intercambio de emails:

Pregunto:

Siendo que la inmensa mayoría de tus compatriotas son provida, ¿cuál es el porcentaje de medios de comunicación más o menos abortistas allá en  Costa Rica?

Respuesta:

Todos los mayores medios: La Nación, Amelia Rueda, Telenoticias, La República, Prensa Libre, etc. Existen únicamente un par de diarios relativamente nuevos: La Extra y La Teja (*), muy populares y de gran circulación, que dan espacio a columnistas y artículos provida. Quizá ellos han hecho la diferencia. 

La cosa está clara. Mientras la población es mayormente provida, la mayoría de los medios de comunicación son abortistas. El problema está en que la opinión pública acaba siendo dirigida, manipulada y forzada por esos medios de comunicación, que por lo general están en manos de lobbies económicos elitistas (mayormente masónicos en su alta dirección) tanto nacionales como internacionales.

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13.09.15

¿Qué parte no entiende la Iglesia del evangelio de hoy?

La lectura del evangelio de hoy debería servir para abrirnos los ojos. Una vez que Pedro responde adecuadamente a la pregunta que les hizo Cristo sobre quién decían que era él, ocurre esto:

Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Apártate de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».
Mc 8,31-33

En el pasaje paralelo de Mateo (Mt 16-13.26), Cristo acaba de declarar a Pedro como piedra sobre la que edificará la Iglesia. Por tanto, cuando el Señor arremete contra el apóstol por pensar como los hombres y no como Dios, la advertencia es no solo a él, sino a él y en él a toda la Iglesia. Y si eso lo dijo hace veinte siglos, lo dirá cada vez que la Iglesia se empeñe en pensar como los hombres y no como Dios. 

Es por ello fundamental seguir leyendo lo que propone Cristo a continuación de haber reprendido a su Vicario:

Y llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles».
Mc 8,34-28

¿Y bien? ¿hay mucho que explicar de esas palabras? Quien da la vida por nosotros, quien paga con su sangre por nuestros pecados, quien nos abre la puerta a la salvación, nos pide ni más ni menos -porque nos lo concede (Fil 2,12-13)- que nos neguemos a nosotros mismos, que carguemos nuestras cruces y le sigamos. Nos pide que no nos avergoncemos de sus palabras en medio de un mundo adúltero y pecador.

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