¿Y quién ha dicho que la ley del aborto de 1985 era buena?
Como dos buenos trileros del “arte” de la política, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba se han enfrascado hoy en un debate sobre la anunciada reforma de la ley del aborto. Los argumentos de ambos apuntan a una realidad evidente. Ni a don Mariano ni a don Alberto les importa un pimiento el derecho a la vida del no nacido. Uno la niega con supuestos. El otro, con plazos.
Rubalcaba insiste en la teoría de que lo que el PP busca es atraer los votos de la extrema derecha. Si por eso entiende los votos de la gente provida en España, en mi opinión está muy equivocado. Creo sinceramente que son escasísimas las personas que en este país cambiarían su voto por el tema del aborto. Hablar de un cuarto de millón me parecería exagerado. La gran mayoría de los provida españoles como mucho asumiría la teoría del mal menor a la hora de votar. Y ese mal menor les lleva a dar su voto al PP, tanto si aprueba la reforma como si no. Siempre habría quien justificaría dicho voto bajo la premisa de que con el PSOE llegará también la eutanasia, cosa que no parece factible con los populares.

El Partido Popular demostró ayer que tiene control sobre sus diputados. Cabía la posibilidad de que unos cuantos decidieran demostrar su condición proabortista radical -que la tienen- apoyando la proposición no de ley del PSOE que pedía al gobierno la retirada del anteproyecto de reforma de la ley del aborto. Finalmente, aunque determinadas fuentes sostienen que 4 diputados populares podrían haberse abstenido o votado en contra -no hay manera de saberlo-, se ha impuesto la disciplina de partido.
El cine español es muy libre de seguir escorado a la izquierda o la extrema izquierda. El cine español es muy libre de aprovechar todas las galas de los Goya para montar un numerito reivindicativo de su ideología. Llevamos años contemplando el mismo espectáculo y es evidente que no van a cambiar.
¿Quiénes son esas dos actrices? Natalia de Molina y Marián Álvarez. ¿Cuáles sus películas? “Vivir es fácil con los ojos cerrados” -que se lo digan a los que se niegan a abrir los ojos a la realidad del aborto- y “La herida” -que se lo digan a los fetos troceados por manos asesinas-.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, la ONU le ha mandado un recado a la Iglesia Católica para que cambie sus enseñanzas y se adapte a las premisas de una moral mundial que la organización quiere imponer a todos los países. Es decir, con motivo del informe sobre la cuestión de los abusos sexuales contra menores cometidos por miembros del clero católico en décadas pasadas y la, esto no admite duda, nefasta gestión que se hizo desde la propia Iglesia en ese asunto, se pretende que el catolicismo acepte:








